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domingo, octubre 08, 2006

"Vivimos como niños perdidos nuestras aventuras incompletas" 




La ebriedad se manifiesta como estado total y se extiende, virtualmente al menos, sobre toda la gama de las actividades del ser, puesto que todas consienten y callan en el momento en el que se excita sólo una. Al agregar la semiebriedad de la lucidez superior, de la que hablaba Baudelaire, a las que distingue Niettzsche, es decir, a las tres abriedades de los licores fuertes, del amor y la crueldad, se percibe fácilmente que no existe punto alguno en el que el éxtasis no pueda asentarse sin que, sin embargo, la sensación extrema de poder que lo caracteriza deje de permanecer idéntica a sí misma. Cualesquiera sean los efectos íntimos, sea cual fuera el valor con que se los juzgue, es seguro que transportan a los individuos (salvo, en cierto sentido, algunos tóxicos paralizantes que les procuran por otra parte un sentimiento de superioridad intensa y calma, aunque se orden contemplativo) y les comunican una impresión de máximo de ser que les hace preferir esos extraños instantes que están muy pronto impacientes por repetir el resto de sus vidas (Acéphale, 3-4, julio de 1937).

Masayuki Takayanagi era un guitarrista japonés que empezó a tocar y estudiar jazz como a los 15 años. En unos cuantos años, llegó al punto en que debía ir más allá que todo eso de lo cual se había nutrido. Formó el grupo New Directions, a fines de los 60, y estableció una metodología simple pero efectiva (algunos dicen que en realidad era bastante más compleja. No estoy calificado para refutarlos). Mass projection era el acuerdo mínimo desde el cual el sonido era exprimido con violencia, respetando solamente tres reglas: tocar a máximo volumen; no repetir ninguna idea; no escuchar a los otros. Es la última regla la que tal vez resulte más radical (a la vez que absurda, para los que se creen "músicos"). El primer documento que pude escuchar donde aplica esta proyección fue?(doy gracias a lo que sea por el sólo hecho de que ese documento exista, y a Discálculo por haberme regalado una copia) ?el album Mass projection, a duo con Kaoru Abe. En dos tracks, asistimos acá a un duelo de intensidades que no bajan nunca, y que al cabo de un minuto ya te dejan exhausto, a la vez que fascinado, y los desarrollos posteriores emocionan al punto que todos los grandes de la improvisación han rendido homenaje a este encuentro (entiendo que hubo un concierto muy largo de este duo, del que se han extraído varios albums) , Gradually projection consiste más bien en todo lo contrario: énfasis en los silencios, calma, colaboración, y un aire minimalista. (Keiji haino, por ejemplo, considera que antes de tocar en vivo debe absorber el aire de ese espacio, y devolverle lo suyo, pidiendo permiso así para alterar el aire, moverlo, durante el concierto, y comprometiéndose a dejar al final las cosas tal cual las encontró) (más recientemente, el poderoso power trío Boris ofrece lo que podría ser visto como una contemporaneización de dicho enfoque dicotómico, lo que se apreciaría al comparar absolutego con flood. A su vez, de Haino en sus interpretaciones de blues clásicos ofrece dos versiones de cada tema, en una versión calma, y otra violenta). El Gradually projection de Masayuki Takayanagi con Kaoru Abe es un solo corte de 49 minutos donde Kaoru Abe parte por atacar con un profundo lirismo el clarinete bajo, para después ir dialogando con una guitarra que, desde un enfoque realmente muy diferente al del mass, no cesa de encontrar nuevas formas de expresión por donde quiera. Ninguno de estos dos discos es prescindible.

Action Direct es un album que contiene una presentación de 1985, de MT solito en guitarra, electrónica casera y cintas. 3 tracks. Capas de sonido, cintas con voces que parecen de algún discurso político como espectáculo totalitario, un impecablemente expresionista trabajo sobre las 6 cuerdas, usadas a veces como percusión, otras como generador de drones, y de mil maneras más que no hallo como describir. Actualmente, gran parte de la obra de MT está siendo reeditada en CD. Cualqueira de ellas es recomendable. Cito unas cuantas: New Direction Unit Live, vol. 1 y 2, Live Independence, Call In Question, Free Form Suite, Live at Mores 1980, y Kaitai-Teki Koutan (dos duos más con Kaoru Abe). Todo esto, en soulseek, veveroror.



Hay una escuela de pensamiento que sostiene que Arthur Doyle casi no sabe tocar, y que su saxofonismo es demasiado primitivo y fuera de control como para ser considerado inteligente musicalmente. Pese a los críticos que podamos ser con diferentes fases de cualquiera de estos grandes personajes que protagonizan las venturas del ruido, pensamos que tal opinión vale callampa. Los noise rockeros tienden a adorarlo, sobre todo desde que fue bendecido por Thurston Moore (que incluyó el album Alabama Feeling, de 1978 en su famosilla lista de clásicos subterráneos del free jazz ). Doyle provenía así como del interior, y llegó en algún momento a Nueva York, topándose por ahí con algunos de los grandes del free jazz en ese extraño momento histórico (postColtrane, postAyler, postpostmodernman). Si consideramos que tanto Ayler como el Coltrane más violento fueron descalificados por no ser verdadero jazz, y tal vez ni siquiera música?.el caso de Doyle resulta una extremación de tales críticas hasta los extremos más irritantes. De hecho, la desconfianza que en estos casos interpela a la gente es la de sien definitiva, este tipo merece o no ser considerado como un "artista" (excelente frase la que la gente de Flipper tenía escrita en el van en el que desplazaban su carga: Flipper ha sufrido por su arte. Ahora les toca a ustedes). En los Blue Humans, el Live 1980 impacta tan poderosamente al auditor, a 26 años de haber sido ejecutada esa peculiar concepción del power trio (punk free jazz algunos años antes de Last Exit!), que el estilo de Doyle, en saxo y flauta, no solo no merece objeción alguna, sino que entusiasma, y a veces conduce (aunque en general este rol pareciera estar entregado por largos momentos a la batería de Beaver Harris). Live 1980 es un gran documento que, además de la belleza que en sí tiene, plantea posibilidades que no han sido del todo exploradas (en un lugar donde parecieran estar más o menos cerca la guitarra abrasiva de Masayuki Takayanagi, las texturas electrizantes de Borbetomagus, y un par de cosas más). El Alabama Feeling, de 1978, muestra a Doyle en un contexto de free jazz más puro, y duro, con una formación que además incluye trombón, dos tipos en batería/percusión, y bajo eléctrico. Es un documento bruto, devastador, pero con una sensata cantidad de sentimiento soul (free jazz soul es, de hecho, una de las formas en que Doyle ha denominado su música). 9 años antes, Doyle participa en las grabaciones que darían lugar al album The Black Ark, liderado por el saxofonista alto Noah Howard, junto a un gran combo que incluye a Sirone en contrabajo??. Este album, en vinilo, se ha convertido en una de las piezas más buscadas por los coleccionistas de microsurcos, que llegan a pagar precios ridículos por él. Doyle aparecen su forma más "clásica", en los 4 temas que se posicionan como un buen mostrario del tipo de free jazz que una nueva generación de músicos estaba haciendo 10 años después de las primeras llamaradas encendidas por Ornette y Cecil. Diría que el momento de mayor intensidad se alcanza durante los 15 minutos del tercer tema, Mount Fuji. Escuchar para creer.

¿Muy poco Punk Rock? Existe un artefacto que reune en un solo CD los 3 volúmenes de Rat music for rat people?un compilado de punk rock ochenteno con tomas preferentemente en vivo. En pleno 2006 a veces uno se olvida de la excelencia del punk rock preMTV. En este arsenal, las mejores balas corren a cargo de Circle Jerks (live fase die young), Flipper (una versión de 8 minutos de Life, donde el vocalista muestra mayores descoordinaciones rítmicas incluso que King Gordo, encantador), the Minutemen (fake contest), the Dicks (legacy), los Buttholes Surfers (con el BS theme song), y Black Flag (que ofrece una impresionante versión de Scream, de su opus My War, en velocidad u poco más acelerada e incremento notable de la intensidad) . Otros participantes incluye the Dils, the Avengers, JFA, MDC, COC, White Flag, Naked Raygun (haciendo gala de un guitarrismo very heavy metallish, ala Iron Maiden?.por cierto, qué excelente es su album Throb Throb, de 1985), etc.




Y para terminar, un poco de dub. Una de las voces más profundas del género en los 70, es la de Prince Far I. Dos colecciones que bastan para encerrarse en la jungla urbana de Santiago con cerveza sin alcohol y marihuana, a imaginar que estás lejos, en alguna playa: Silver and Gold (1973-1979), y Under Heavy Manners, ambos editados por el sello inglés Blood and Fire, que se ha dedicado a hacer accesibles una serie de joyas del roots reggae y el dub, en CD. Otro sello que trabaja también desde Inglaterra en ese sentido, Motion records, preparó un excelente artefacto de Niney the Oberver, llamado Sledgehammer dub in the streets of Jamaica, donde la música es suministrada por esa maravillosa formación encabezada por el guitarrista Earl China Smith, los Soul Syndicate, y el ingeniero de las remezclas no fue otro que el gran King Tubby. Voy por un caño. Destroy Babilón.

Una trilogía pa irse a acostar tranquilo: los 3 primeros de Pharoah Sanders. Quienes gustan del misticismo furioso del último perioddo de Contrae dsifutarán probablemente de estos 3 albums. Pharoah´s First son dos temas bien extensos, en un lenguaje algo más tradicional para los estándares del free jazz extático de fines de los 60. Luego, en Tauhid y Izipho Zam la idea parece ser pasar de la invocación a las tormentas expresivas, sucedidas en pocos momentos por momentos de calma. En estos dos últimos el acompañamiento es masivo, e incluye al gran Sonny Sharrock haciendo lo suyo en las 6 cuerdas. Balance, en el tercero (de 1969) es una buena demostración del poder que se puede alcanzar sin tanta electricidad. Como siempre, discos grabados en una sola tarde (pienso en los rockistas que gastan meses en hacer sus mierdas, con resultados mucho menos interesantes). Hey ho, let´s go.

Así que mataron al "Indio Juan" y su funeral fue todo un evento del lumpenproletariado local. Todos se escandaliza porque al parecer mató a unos 5 o 6 cristianos. ¡Y a cuantos ha matado, por ejemplo, Belisario Velasco?. Recuerdo uno. Cuando fueron a buscar a Antonioletti en la casa donde se ocultaba tras su extraño rescate. Belisario dijo: No lo detengan. Y lo mataron de un balazo en la frente. Su foto adornó portadas de diario al otro día. Un par de noches antes, recuerdo brindis en homenaje a Ariel. Y está bien. Nunca hay que dejar de brindar por los revolucionarios caidos.


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