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jueves, abril 03, 2008

Revisión de estilos musicales y artefactos estéticos contemporáneos que resultan llamativos por ser particularmente palacagá... 

Serie: Revisión de estilos musicales y artefactos estéticos contemporáneos que resultan llamativos por ser particularmente palacagá o que, dicho de otra forma, demuestran que hay belleza en la fealdad (Partes 1 y 2).

Hoy: El Oi! aka Eloy, o inclusive “como el hoy…” o “Como-eloy”.


Continuamos con un cúmulo de bellos artefactos para disfrutar solo o con amigos e inclusive porqué no la casa de los viejos, de los sobrinos o en algún bar, peladero o patio de confianza.

Parte 1:



El Oi!, forma de postpunk británico luego extendido a todo el mundo y en particular a ciertos suburbios latinos y chilenos donde antes había más punks y skins que pokemones, también tiene su momento de verdad.

Es un tipo de música de tugurio subproleta británico con ramificaciones hacia los estadios que reivindica abiertamente la pastelización violenta (aka “violent paSSTelization”, un viejo himno de aquel grupo de afinidad conocido como la “John Lennin Army”), el pelearse con la policía, irse en cana, robar, beber mucho, levantarse obligatoriamente para ir a trabajar (o a la escuela, que a estos efectos es lo mismo: “el primer gran choque con la alienación”, antesala/preparación del tripalium).…Pub music antes que punk rock, pero formalmente está basado en el hard rock y punk rock más clásicos, y se interpreta con genuino sentimiento proletario y grandes dosis de ineptitud musical. Claro que todas esas características se han ido relativizando en el tiempo: ya hay imitaciones sin sentido y banalización total luego de 30 años de seguir haciendo las mismas huevadas….Son buenos riffs, batería punk galopante/pro-pogo y todo, pero uno no está obligado a visualizar como “perfecto” ni deseable un mundo donde absolutamente todas las bandas suenan exactamente igual a The Clash con Pistols con Slade, donde después de un tiempo se sabe exactamente de donde fue robada cada idea, y peor todavía si por amor a la “variedad” y el “enriquecimiento” del estilo a eso le agregan trucos descontextualizados tomados de cierta música tropical (como en el ska/oi!/HC/punk….ayayay). Los skinheads….¿seres graciosos? ¿agradables? ¿obsesionados con la rudeza? ay Dios. Todo un tema del que no quiero hablar ahora.

Pero lo que nos convoca es la “música”, así que si fuera por recomendar algo dentro del vasto mundo de este cervecero y monótono pero “anthémico” género, le diría a Ud. que vaya y se compre unos 24 pack de cervezas negras dulces, invite alrededor de 7 u 20 amigos y amigas cerveceros y punkrockeros, y ponga en el estéreo a todo volumen el “Suburban Rebels” de los Business, una de las bandas más representativas. Se dice que son medio ambigüos políticamente, lo cual los acerca a casi el 90% de la población en sus momentos de funcionamiento habitual semiautomático o ideológicamente reaccionario. Lo cierto es que no son fachos (este tipo de dilucidación es un problema frecuente al consumir o degustar material Oi! y skinhead en general…). Mucha gente menciona a Cock Sparrer como una de las mejores bandas Oi!, pero lo que he escuchado de ellos me suena directamente a Pub rock más que otra cosa…Prefiero mil veces a los Cockney Rejects. Blitz, Red Alert, Last Resort, 4 Skins son otras bandas emblema que tendrían que sonar en dicha reunión.



A favor del no-fascismo de los Business se invocaba antiguamente como ejemplo que habían hecho un cover de Crass, “Do they owe us a living?” (tal como para varios resulta consolador que en los conciertos de Bad Brains los skinheads más brutos de NY convivieran pacíficamente con punks y negros…pero, ¿no es el fascismo contemporáneo en realidad diverso socialmente y multicolor? No entraré en ese tema).

Lo que en los 90 les resultó bastante simpático fue su cover de “Panic” de los Smiths, en una especie de tributo punk a la banda de Marr y Morrisey. El tratamiento oi!/punk de “Panic” es efectivo, interesante, y nada chocante en realidad, considerando que el riff central de esa canción está tomado directamente de “Metal Gurú”, de T. Rex, nota por nota, y que T. Rex es un antecedente directo del punk rock moderno. Ese elemento glam/punk también está en las bases del Oi!, pero es como si a esa influencia (herencia proletaria de bar) agregaran además un buen poco de Black Sabbath, AC/DC y Rose Tatoo…

Ahora vamos a la segunda parte, una de las muchas Fracaso True Stories.




Teníamos un tema muy jipi llamado “Eloy”. Así se había titulado en homenaje semi-irónico y un poco en serio al hijo de Gato Alquinta, que tuvo la mala cuea de seguir muy literalmente los pasos de su padre demasiado pronto…Primera digresión: El rock está plagado de ejemplos similares…por algo le llaman “la maldición de Spinal Tap”, pero si en el caso de Spinal Tap había una tendencia a perder los bateristas en misteriosas circunstancias de desaparición, en Flipper la pelá se llevaba a los bajistas siempre durante alguna inmersión en la heroína, y así llegamos a nuestra extraña e irrepetible cuña entre piedra y agua que es este territorio nacional que Dios nos dió a todos y no a un par de familias (yeah! Basta escuchar un poco de Oi! y ya estoy dispuesto a explorar el momento de verdad del patriotismo!), un pedazo de territorio que ha existido desde mucho antes de que nuestros monos se repartieran por la angosta faja cazando y comiendo, viajando, haciendo casas, cocinando, procreando y amando, viéndose como parte de la tierra y no como dueños de pedazos de suelo (una de las 3 mercancías ficticias por excelencia), que luego otros animales decidieron llamar Chili, o Chile, donde lo único que se sabe es que hubo algunos ejemplares de la raza humana que se opusieron desde el inicio y hasta siempre a la imposición del Dios de mierda del Trabajo, ese que nos tiró la maldición bíblica del sudor de la frente (una vez el burgués democrático de Flores se refirió a la realidad de otros esclavos posmodernos: “el sudor del poto”). En esta tierra, que para el argentino Ezequiel Martínez Estrada hacia 1933 (en “Radiografía de la Pampa”) era objetivamente el peor pedazo de tierra en el mundo, en cuanto a disposición geográfica: “la hiedra que crece entre dos piedras” (sería conveniente en este punto recordar que los Business, banda emblema del Oi! Clásico, homenajeó a Diego Armando Maradona en una canción titulada “Handball”, donde un coro muy alegre, pegajosos y populachero dice, en inglés, “bueno, no importa: ustedes ganaron la copa pero nosotros les ganamos la guerra”…) (por su parte, mi padre me ha relatado que cuando vivíamos en Punta Arenas, donde llegamos uno o dos años después de la cuasi-guerra con los vecinos –que allá no están tras los cerros, sino tras unos límites absolutamente imaginarios-, el día que los Ingleses con sus gurkas conquistaron definitivamente las Malvinas, la gente en el lado chileno andaba sonriente por las calles y en la radio se escuchaba con insistencia la canción “Pajaritos a volar”, algunos buenos chilenos hasta la silbaban alegremente en los espacios públicos y oficinas, cancioincita de mierda que ahora cuando me la cruzo por ahí me genera una angustia terrible…sobre todo desde que me imaginé una vez que perfectamente podrían haberla tocado nuestros queridos burgueses nacionales y los fascistas de esa y de otras clases el 11 de septiembre de 1973), y que el 80% de mis compatriotas asocia hoy en día lamentablemente casi tan solo a un par de platos, costumbres ahuevonadas, y a una bandera y un conjunto de “instituciones estatales” (en sentido amplio: aparato represivo de Estado, Derecho, Aparatos Ideológicos de Estado, público y privado, industria cultural y Espectáculo…) que los ha conducido siempre bajo el engaño de la “unidad nacional” a olvidar su interés de clase y meterse en peleas ajenas, inter-burguesas, entre los distintos sectores de las clases dominantes. Que nos acostumbra a mirar solo la superficie y no las raíces de todo el problema. Que nos conduce “en el mejor de los casos” según se dice, a “expresarnos” sólo en el terreno de la superestructura jurídico/política de manera mucho más simbólica que real: ir a votar cada 4 años para que se enroquen entre unos cuantos de los que han decidido para beneficio de todos abrazar el “servicio público”, la “Alta Política” nacional…Estoy emocionado pues, ¿existe en rigor algo más absurdo que hacer fila con un papel en la mano, con 3 o 5 nombres, y marcar, EN SECRETO, uno de ellos, para luego meterlo en una cajita y que un puñado de humanos aburridos y con ganas de hacer otras cosas procedan luego a contarlos…….AGGGJJJHHHH….¿¿¿!!!!!)

Demás está decir que, sintetizando esta digresión, que esa bandera y el Estado siempre conducen a los proletarios al pantano de la ideología dominante y sus prácticas rituales, cuando no al matadero de las guerras contra otros proletarios y/o al fascismo.

Bueno…ahora sí que sí: en esta tierra de Chile, que es lo que quería explicar hace un rato, existió una legendaria banda de “rock psicodélico” llamada Los Jaivas, larga y curiosa historia la suya, pero a ellos también les afectó la maldición de Spinal Tap, que le puede caer a cualquier rockero del mundo en cualquier momento pues, como dice el título de un compilado de tantos que hay de Black Sabbath (todos esos compilados del material setentero de la banda son buenos): “We sold our soul!!!!! For Rock and roll!!!”, pero acá los que morían eran los guitarristas, el Gato, y luego ¡el hijo! ¡Aquel joven algo entradito en carnes que generosamente se había ofrecido (junto a otros dos hermanos) a reemplazarlo en la banda para así poder seguir funcionando! (en condiciones harto menos interesantes que en sus años de gloria, hay que decirlo…, muy, muuuuy lejos de nuestro querido Chant Rock, que es al mismo tiempo la psicodelia, el punk rock, la improvisación no-libre y el glam rock de los momentos más oscuros del siglo XXI).

Si fuera por hacer una digresión más, podría llamar la atención sobre el hecho de que Gato y Eloy Alquinta se fueron al otro mundo por fallas del corazón, es decir….los mató una enfermedad ante la cual todos somos iguales hoy en día: ricos y pobres, propietarios y proletarios, que envejecen todos más o menos igual de mal, comiendo pilas de mierda, pagando por ellas, y hasta encontrándolas ricas. Después, “hardening of the arteries” (¿es una canción de Slayer?) y el tubo circulatorio se obstruye, nos sentimos algo desanimados, palidecemos, sufrimos un poco, mucho miedo, dejamos de latir, de respirar, y eso es todo amigos. Así será la muerte de casi todos los ciudadanos actuales del pedazo de tierra llamado Mundo. Lo cual demuestra una vez más que Marx tenía razón. En casi todo.



Además, referido a ese mismo tema, creo que si el discurso de los derechos humanos y el derecho en general realmente sirvieran para algo, habría que derribar a todas esas empresas que sistemáticamente y por todo el mundo se han dedicado a hacernos comer mierda por décadas, ya hace unas cuantas generaciones, y que nos están matando de formas que se supone que son culpa nuestra, por no haber sabido elegir bien el “producto”, la “mercancía” adecuada. Pues, como dice el amigo andino del Valle Carlos “Cerebro” Reinoso en uno de sus últimos proyectos/artefactos visuales y sonoros (¡no recuerdo exactamente en cual!, pero de seguro que por su sello Horrible Registros), “La Silicosis se vende en supermercados”. Y atacar dicha industria implica hoy en día atacar todo el capital en bloque, en realidad.

Bueno: les venía diciendo hace un rato que Fracaso hizo hace años un homenaje a Eloy Alquinta, muy sentido, y cuya figura rítmica principal (recordemos que el único integrante semi-habilidoso de Fracaso era el baterista, su majestad don Pollo Pemucano, uno de los mayores talentos de nuestra época pero no estoy hablando siquiera de lo musical, sino en el plano humano más amplio, y lo digo en serio, con lágrimas en las vías lacrimosas) remitía no tan vagamente al sonido típico de Los Jaivas que todos los niños ya cuasicuarentones amamos en nuestra infancia. Afortunadamente, esa canción nunca fue presentada a nadie que no circulara por ese tiempo en las salas de ensayo, y en ese tiempo (por ahí por el 2003/4) efectivamente ¡no circulaba nadie!

Una vez más, como era usual en el Fracaso Approach to Jam Rock, la canción sufrió transformaciones considerables en el tiempo, y al final ya no se llamaba “Eloy” sino “ComoelHoy…” ( KG va cambiando los títulos con el tiempo, según su estado de ánimo y de ebriedad o expresividad emocional). Creo que subsiste alguna versión de dicho engendro en alguna cinta semiperdida por ahí, que King Gordo había rotulado a plumón como “The Piscodelic Expirience” (aka “Loud Piscodelic Rock”). Trataré de mantenerla lejos de sus delicados oídos, queridos lectores, amigos, oyentes, pues respeto sus gustos tan finos, acostumbrados a material tan excelente como el que se encuentra hoy en las piezas de los jóvenes más “chic” de nuestra época.

Última cosa: Flipper logró luego de los años, con mucho esfuerzo e inventiva, derrotar la maldición de los bajistas. Básicamente, se dieron cuenta de que el bajista necesitaba tocar además otro instrumento, y así le enseñaron al nuevo bajista a tocar saxo. Tuvo un accidente luego de eso, pero solo se quebró el brazo: no murió. Y creo que ahora anda en una “onda bien gruesa, siempre”, al igual que otros bajistas que han usado en el último tiempo en que se ha visto a ese combo funcionar de nuevo (entre esos bajistas, don Kristo Novoselic, el mismo que fuera muy famoso en los 90 antes de que su querido guitarrista y compañero de banda Mr. Kurto Kobaiah decidiera cortar de raíz con la maldición de Spinal Tap disparándose el mismo un buen escopetazo en la cabeza), dado que al igual que sus ídolos los Sex Pistols, tenían derecho a hacer también su gira del “Filthy Lucre”. Sin ir más lejos, lo mismo hicieron -entre otros- los propios Spinal Tap, Gang of Four, Crass, Business, Scratch Acid, Disturbio Menor, Saccharine Trust e inclusive Mission of Burma, Los Jorobados, Black Flag, los Ex-Kennedys y The Dicks: retornar luego de unos buenos años e incluso unas cuantas décadas...la única diferencia es que con Spinal Tap y D.M. se sabía de antemano que nunca fueron una banda "de verdad".



No me voy de acá antes de decir que en el Hardcore Punk gringo de los 80, la influencia del Oi! se hacía sentir de varias maneras, y una de las más interesantes según me parece la noche que esto escribo creo que fue la que expresaban los adrenalínicos Naked Raygun, sobre todo en los inicios, pero también de alguna forma hasta el final de su existencia (los coros macho/agresivos con contenido “working class” casi político…que mezclaban con elementos tomados del heavy metal británico de la llamada “new wave” del heavy metal) (¿Me equivoco?, ¿me traicionan mis recuerdos o esta gran banda tan fundamental de esa época no sale en el filme "American Hardcore"?).

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