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jueves, julio 30, 2009

MARX Y KEYNES 


El fundamental libro "Marx y Keynes. Los límites de la economía mixta", de Paul Mattick -quien fuera junto a Pannekoek, Gorter y Ruhle, uno de los mejores representantes del comunismo de los consejos obreros (o izquierda comunista germano-holandesa)-, acaba de ser digitalizado por los compañeros del CICA.

A continuación, la presentación del libro, y un muy necesario "manifiesto antikeynesiano" redactado por el camarada Roi Ferreiro:

-Clásicos del comunismo de consejos:

Paul Mattick - Marx y Keynes. Los límites de la economía mixta (1969)

Edición digital completa de uno de los libros más importantes del marxismo subsiguiente a la II Guerra Mundial. Se incluye una síntesis biográfica para la ocasión y se han añadido un prólogo y dos apéndices.
Desde los años 40, y más entrados los 50, Mattick se dedicó al estudio en profundidad de las teorías de Keynes, compilando numerosos artículos contra la teoría y la práctica keynesianas. En una época en la que muchos economistas de izquierda buscaban, en la imbricación de las ideas de Marx y Keynes, una complementariedad que permitiera entender mejor el funcionamiento de la economía capitalista, y proporcionase así instrumentos de política económica para evitar las crisis y el desempleo, Mattick señaló la esencial incompatibilidad entre ambas teorías.
Hoy esta obra sigue siendo actual, en vista del declive del neoliberalismo y del recurso capitalista al neokeynesianismo para intentar salir de la actual crisis mundial.


-Manifiesto contra el neokeynesianismo
A 40 años de «Marx y Keynes»


Escrito entre el 8 de junio y el 19 de julio de 2009. Mis agradecimientos al compañero “Sinsonte” por sus sugerencias.


Todo el socialismo de la burguesía se reduce, en efecto, a una tesis y es que los burgueses lo son y deben seguir siéndolo... en interés de la clase trabajadora.

Un zombi recorre el mundo: es el zombi del keynesianismo. A las órdenes del gran capital internacional, el keynesianismo se levanta de la tumba para, otra vez, salvar la estabilidad social del capitalismo y servir como instrumento ideológico para la mistificación de sus contradicciones insolubles. Los gobiernos de los países capitalistas dominantes y los reformistas de todas las clases se apresuran a darle la bienvenida. Los grandes sindicatos, convertidos ya en meros adalides del crecimiento económico -léase: acumulación de capital puesta como base del progreso social-, se disponen a alimentarlo, ofreciéndole la carnaza proletaria. Las masas despolitizadas, subproducto de la descomposición del movimiento obrero tradicional, parecen pensar que volverán tiempos mejores; parecen haber olvidado que este zombi no sólo persigue su carne: también quiere devorarles el cerebro.

Como decía Marx, la historia se repite dos veces, pero la primera como tragedia y la segunda como farsa. El keynesianismo que sirvió como resorte del crecimiento de la economía mundial tras la II Guerra Mundial, murió hace muchos años. Lo que ahora se pretende resucitar no es sino su cadáver, en correspondencia con un capitalismo cuya crisis mundial es claro signo de su abierta decadencia histórica. El desplome de la economía especulativa ha sido solamente la señal de una incapacidad de la economía real para mantener el ritmo de crecimiento, o lo que es lo mismo, de acumulación del capital. En estas condiciones, el keynesianismo sólo puede cumplir un papel: redirigir o animar el capital-dinero ocioso o especulativo, para que reasuma la inversión productiva (la famosa “reactivación de la economía”) creando para ello condiciones artificiales a través del endeudamiento del Estado.

Pero como analizara Paul Mattick en su estudio crítico sobre el keynesianismo , esta política sólo es posible sobre la base de una acumulación acelerada de capital, cuya insostenibilidad económica ya fue la causa de la muerte del keynesianismo a mediados de los 70 y del auge del neoliberalismo en los 80. Si se acepta el presupuesto marxiano de que el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, de la productividad del trabajo gracias a las innovaciones tecnológicas, es cada vez más incompatible con unas relaciones de producción que sólo buscan el beneficio privado, esto explica perfectamente todo lo ocurrido. El actual derrumbe de la economía capitalista, que los Estados de todo el mundo se apresuran a contener con medidas keynesianas e incluso con nacionalizaciones de las empresas en crisis, es el resultado de un sobredesarrollo de la productividad del trabajo con respecto al marco de la relación del capital. La misma razón que, en su día, echó a un lado al keynesianismo clásico y obligó a gobiernos de todos los colores a recurrir a las recetas neoliberales, sólo para mantener el crecimiento económico, sobre la base del aumento absoluto de la explotación de los trabajadores y del consumo desenfrenado de masas, alimentado por los créditos bancarios.

Ahora que este modelo de “crecimiento”, es decir, de gestión global de la acumulación del capital, ha reventado finalmente, los capitalistas y sus agentes (económicos, políticos e ideológicos) sólo pueden admitir su bancarrota. Y lo hacen, ante unas masas anonadadas por su espectáculo mediático alienante, repleto de imágenes y palabras carentes de significación, descontextualizadas, que sirven a la legitimación de sus dominadores. Lo hacen, utilizando como únicos argumentos la presunta ausencia de cualquier alternativa que no pase por el sometimiento y ulterior desarrollo a toda costa de la acumulación del capital , así como la proclamación de su creencia en la capacidad indefinida del capitalismo para progresar. Pero un sistema social que busca su supervivencia en las formas de su pasado, como es el keynesianismo -y ahora también el neoliberalismo- es un sistema senil, que se limita a escapar de la muerte, que se lanza a ciegas a una huída hacia delante.

En esta situación, la obra de Mattick Marx y Keynes tiene mucho de actual. Si acaso, sus conclusiones, sustentadas en el análisis teórico e histórico de las economías mixtas, tienen hoy un interés más directamente político que económico. Sirve para explicar la evolución del capitalismo durante el siglo XX -incluidas las bases del declive de los regímenes bolcheviques-, pero también para desenmascarar la farsa neokeynesiana hoy en curso. Empezando por el carácter “social” de las políticas keynesianas y acabando por la imposibilidad de un desarrollo favorable al bienestar de l@s trabajadore/as. Pues el keynesianismo, a pesar de sus veleidades y apariencias, no tiene otra finalidad que alimentar la misma espiral ciega de la acumulación capitalista que, tarde o temprano, de una forma u otra, nos estallará en la cara.

El libro de Mattick constituye, de este modo, un manifiesto del partido del comunismo , que pone de nuevo en su sitio la única alternativa para l@s explotad@s por el capitalismo mundial: la lucha de clases y el desarrollo de un nuevo movimiento revolucionario para superar el capitalismo. La profunda crisis actual, sea cual sea su alcance final, es un paso necesario en dirección a quebrar la integración de la clase trabajadora en el capitalismo. La sociedad de consumo de masas y el endeudamiento social han mostrado sus límites, al igual que la desbocada especulación financiera. Es de esperar que la desintegración socio-política se ponga progresivamente de manifiesto, según se perfilen las dificultades para la recuperación del crecimiento capitalista y, sobre todo, los efectos de las medidas de reestructuración y reorganización que acarreará y sus consecuencias para l@s trabajadore/as. Esta desintegración será sin duda un proceso a largo plazo, en principio poco visible políticamente ; pero no por ello será menos consistente. Señala el principio del fin.

miércoles, julio 29, 2009

al fin algo de mierda en la suave burbuja del espectáculo musical posmoderno 


(La palabra que más está diciendo mi mejor amigo es "NO").


Colectivo No
Cañaveral
(2009, Productora Mutante)

David Ponce


Las dos palabras del nombre son la mejor definición de este grupo: No por la actitud y Colectivo por la manera en que funciona. Al comienzo se llamaban No a secas, antes de Internet, o al menos a Internet 2.0, cuando el integrante Ervo Pérez lo formaba junto a Pedro Antivil, quien luego siguió tocando solo como Maje Fotvm, y cuando entre una serie de cedés editados por gente con nombres como ojO, Jhonny The Wuz o San Diego había uno de alguien llamado No y titulado Choferes apoyan a los pingüinos (2002). Luego se pusieron Colectivo No, ahora que en realidad más que un grupo es un colectivo, con gente de otras bandas activas o disueltas como diAblo, Marcel Duchamp, Fracaso, Fake Daddy y La Golden Acapulco. Cañaveral es el quinto disco, el tercero como colectivo y una nueva muestra de la improvisación libre que hacen entre todos, con gritos, acoples de bajo, percusión, ruido y corriente eléctrica. Son instrumentos que valen por igual aquí, como queda claro desde el principio en una pista llamada "Llameante redonda entre mis tímpanos alucinados" que está bien puesta al comienzo porque es una entrada con más percusión que otra cosa. Entonces vienen de lleno los temas que hace Colectivo No, muy largos como la mayoría o muy cortos como "Niebla", como tomas espontáneas de una improvisación que puede tomar muchos rumbos. Puede ser el desenfreno final libre en "Hiel", o las distintas posibilidades de un saxo, entre el resoplido animal y el ritmo regular que se descubre en otro tema llamado "Himen complaciente". Pueden ser bajos y baterías a veces hasta parecen de jazz, pero de jazz libre también, o free jazz, o el coro constante casi de respiración circular que se oye en "Tengo un pito en la mano que me pone nervioso", en subida constante. O pueden ser todas las cosas que pasan una tras otra en "Polya", donde el bajo propulsa el sonido hacia delante y donde al comienzo hasta cantan unos gallos que después se transforman en unos caños soplados que parecen flautas de chinos, si no es mucha la alucinación. Cañaveral está inspirado en la plataforma de lanzamiento de cohetes espaciales Cabo Cañaveral justamente, y tiene todo que ver con esta música, con caños que suenan y cohetes que vuelan.


Temas: 1. Llameante redonda entre mis tímpanos alucinados. 2. Hiel. 3. Polya. 4. Himen complaciente. 5. Tengo un pito en la mano que me pone nervioso. 6. Niebla. 7. Que no me vaya afuera. 8. Tu obediencia de pecho.

Músicos: Fco, El Integrante Solitario, Julio Cortés, Cristián Polilla Sánchez, DJ Leinad, (teclados, saxo tenor, bajo, batería, percusión, programación y otros instrumentos).

www.catalogoproductoramutante.blogspot.com/2009/06/colectivo-no-canaveral.html

al fin algo de luz en la espesa marea de mierda ideológica 

El regreso a la regulación estatal está generalmente considerado como una medida gestionadora de la crisis. El neoliberalismo ha sido un error histórico, tal como anteriormente decían que lo había sido el socialismo real. Se trata de una posición ideológica hacia donde debe ir, con los ojos cerrados, la conciencia de la opinión pública: es el “eje central” de una moderada nueva regulación keynesiana de la política económica. Sin embargo, en primer lugar, la doctrina neoliberal no es un simple error, sino una reacción a la falta de condiciones reales de revalorización del Capital. Y en segundo lugar, el neoliberalismo de ningún modo funcionaba sin intervención estatal; también la política de privatizaciones y de desregularizaciones era una política estatal. Nada ha cambiado tampoco respeto a la dificultad real de revalorización del Capital, simplemente la crisis la ha puesto en evidencia. De ahí que no puede ser considerada como una vuelta atrás a la política keynesiana de los años 70, de la “época socialdemócrata”.

Esto es lo que se puede leer en la letra pequeña de la nueva euforia de la regulación. El presidente Obama ha anunciado una importante reforma de los mercados financieros que de debe procurar unos controles exhastivos. Pero al mismo tiempo, se han modificado las normas contabilizadoras para que los créditos arriesgados y los títulos sin valor puedan ser mejor escondidos y transferidos. El papel del banco emisor estatizado debe ser reforzado. Pero, al mismo tiempo, este mismo banco debe admitir cada vez más, como “garantía” para el refinanciamiento del sistema bancario, títulos financieros dudosos. El Banco Central Europeo (BCE) se ve obligado también a ir por este camino. El control de la economía de crédito y de las burbujas financieras no ha cambiado su carácter. A ambos lados del Atlántico, el problema no ha sido resuelto, sino simplemente estatizado y aplazado. La nueva regulación keynesiana es más liberal de lo que parece.

En el plano social, una característica esencial de la “revolución” neoliberal fue la mercantilización de todos los aspectos de la vida. Bajo el título de la “gestión de la eficiencia”, todas las relaciones sociales debían ser transformadas en “relaciones entre clientes”, en las escuelas, en las instituciones culturales, e incluso las familias se transformaron en relaciones de empresa. En paralelo, con la “responsabilidad personal” ganaba la esperanza de que cada individuo se asumiera como una empresa bípeda ambulante. También esto fue una tentativa de redefinir de cualquier manera la falta de condiciones reales de revalorización y de pasar por alto el problema. Es una ilusión pensar que puede haber un retorno al Estado Social o a la prestación se servicios públicos, porque apenas el Estado puede asumir de nuevo su propia función de liderazgo. Como la crisis capitalista se agrave, la economización totalitaria proseguirá bajo dirección estatal. En Alemania, puede haber un brusco despertar tras las elecciones federales cuando la administración de la crisis anuncie más atrocidades y, por causa mayor, arremeta contra los nuevos caídos, sin esperanza, “sin responsabilidad personal”.

No es de extrañar que el keynesianismo de crisis se revele como la continuación del liberalismo por otros medios. Ambas doctrinas están unidas incondicionalmente al modo de producción capitalista, como presupuesto inalterable. En ésta crisis histórica, los dos devienen idénticos ya que tanto el Estado como el mercado apenas pueden funcionar, como cuerpo social, bajo los límites de la revalorización del Capital. Dos muertos vivientes de la política económica juntos, no constituyen ningún motor de arranque de la máquina de la revalorización del Capital.

Robert Kurz

Texto original: NEOLIBERALER KEYNESIANISMUS

Publicado en Neues Deutschland 19/06/2009

miércoles, julio 22, 2009

El EZLN huérfano desorientado del maoismo 

Aunque ello le pese a los entusiastas seguidores del ejército zapatista (sean ellos radical-chic, los más rebuscados autónomos o los más delicados “católicos de izquierda”) la historia de los movimientos políticos mexicanos indica claramente que el EZLN es el brazo armado de una organización política clandestina de directa ascendencia maoísta.

Como observan los autores de Au-delá des passe-montagnes du Sud-Est mexicain (Más allá de los pasamontañas del sudeste mexicano):

hoy no es fácil establecer un ligamen claro ni trazar una línea de demarcación entre el período de implantación de esta organización (“Política Popular”) y el nacimiento del EZLN. Lo que es seguro es la existencia de este ligamen.

El mismo subcomandante Marcos habría hecho parte de una de las últimas brigadas maoístas, refugiadas en Chiapas entre el fin de los años 70 y los primeros años 80. [17]

El miserable fin de la URSS y el todavía más miserable fin de la Gran Revolución Cultural Proletaria china, han influido ciertamente en la reestructuración ideológico-política de esta y otras organizaciones maoístas. Entre tanto, proseguía la salvaje represión del ejército y de las tropas mercenarias al servicio de los grandes propietarios territoriales, bajo los golpes de la cual han desaparecido muchos militantes. Los sobrevivientes se han evidentemente reorganizado, replanteando algunas concepciones políticas y tácticas a luz de las condiciones locales.

En primer lugar, la integración en las comunidades indígenas, utilizando para tal propósito sus ligámenes con la “iglesia indígena”; después, la creación de organizaciones sindicales campesinas. La transformación en el año 91 de la Alianza Independiente campesina “Emiliano Zapata” en una organización nacional, signó el relativo éxito de aquella táctica.

Es evidente que una organización existe todavía en las articuladas formas entre las cuales se encuentra el EZLN.

Más allá de la retórica poética del líder enmascarado de la democracia — orgánica, se debería añadir — de las asambleas comunitarias de Chiapas, es evidente en la estructura y declaraciones de los distintos comunicados y documentos la existencia de un Comité Clandestino Revolucionario Indígena, en cuyo seno reside la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, vale decir, Marcos, con Tacho y sus compañeros. ¿Qué cosa queda, pues, del viejo maoísmo? A juzgar por los documentos más notorios, sólo una sentimental referencia al asedio de las ciudades desde el campo, que aquí toma la forma de la presión ejercida por la comunidad indígena como principal motor de la reforma del Estado mexicano.

Si en un primer momento los vértices zapatistas han pensado en el ascenso al poder nacional a partir del sólido anclaje en Chiapas, han cambiado rápidamente de idea: entienden que están demasiado distantes y aislados del centro para intentar desde allí su conquista. Mejor acumular fuerzas a escala nacional y hacer caer el poder bajo el empuje conjunto de todas las comunidades indígenas en las diversas regiones de México.

Pero si el viejo maoísmo podía prospectar el socialismo, o bien el capitalismo de Estado bajo la administración de un “potente Partido Comunista” en el cual confluirían las masas campesinas y proletarias, hoy esa perspectiva no es practicable: de ella se ríen los mismos ex-maoístas.

¿Qué cosa prospectar entonces? Paz, libertad, dignidad, justicia y democracia.

Valores sanos, eternos (vale decir, también un poco envejecidos) que pueden gustar a todos: almas bellas del catolicismo, furibundos señores radical-chic, subjetividades antagonistas y tercermundistas.

¿Y sobre quién presionar? Las comunidades indígenas como base operativa y plazasfuertes logísticas, la sociedad civil como leva de la transformación.

De veras, las afinidades originales con los hermanos peruanos de Sendero Luminoso se han perdido.

La plataforma política del EZLN
Quien desease buscar un documento cualquiera que se asemeje aunque sea vagamente a una plataforma programática del EZLN o de sus mentores clandestinos emplearía tiempo y energías en vano: un documento semejante simplemente no existe.

Las posiciones y las perspectivas estratégicas de los zapatistas deben ser deducidas de los distintos comunicados, proclamas y cartas de Marcos y de sus asistentes.

Comencemos con la última contribución directa de Marcos — publicada en la cadena internacional de Le Monde Diplomatique y en Italia por Il Manifesto en el opúsculo titulado: “La quarta guerra mondiale é giá cominciata”. Prescindimos, naturalmente, de las obvias tonterías neo-reformistas de los presentadores (Gianfranco Bettin y Marco Rivelli) sobre las cuales ya habrá ocasión de volver, para seguir el “autónomo” pensamiento del mismo subcomandante Marcos.

Las últimas salidas del subcomandante
La primera tesis, que se traduce inmediatamente también en clave de interpretación del texto y de las posiciones políticas, es la siguiente. La Tercera Guerra Mundial se habría combatido ya entre dos campos, el capitalista y el socialista, con la victoria del primero.

La original tesis stalinista según la cual la URSS y la China eran países — aunque últimamente ligados por fraterna enemistad — en los cuales se había realizado el socialismo, lleva obviamente tanto a Marcos y al EZLN, como a sus sostenes, a darle la vuelta al mundo.

Es la forma y la substancia de la ideología burguesa aplicada a la historia reciente y es lo que sostienen todos: desde la extrema derecha a la extrema izquierda burguesas. Para todos es el punto de partida de elaboraciones distintas en cuanto son distintas las llamadas orientaciones políticas o bien los específicos intereses de las fracciones de la clase burguesa a los cuales tales orientaciones obedecen. A la derecha, tenemos, pues, la conclusión de que el socialismo es, en la mejor de las hipótesis, una utopía, y que el capitalismo es lo mejor de cuanto la sociedad ha podido parir a lo largo de su historia (mucho mejor si se trata del capitalismo liberal); a la izquierda, en cambio, se concluye que la vía seguida en el pasado para mejorar a la sociedad (esto es, la de la lucha de clases, de la confrontación en la cual la clase vencedora abre el camino a un nuevo modo de producción y a una nueva formación social, el comunismo) estaba equivocada — en vista de que su experimento ha fracasado — y que es entonces necesario buscar nuevos caminos, nuevos sujetos y nuevos objetivos, para detener la marcha a la barbarie que, se admite, el capitalismo ha acelerado.

Siempre hemos definido al stalinismo y a su ideología como el ala de extrema izquierda del alineamiento y de la ideología burguesa, fundada en la defensa del modelo de capitalismo de Estado representado por la Unión Soviética y por la China y exportado a los países satélites.

Tras el fracaso de ese modelo, sus defensores, también los más obstinados, se han dividido: por un lado, los tercos nostálgicos, que todavía ven en el sistema de la URSS el modelo a seguir; por el otro, los más “refinados” tránsfugas. A su vez, éstos se presentan de modo enteramente heterogéneo y disperso: hay quien, tomando impulso, ha terminado en brazos de la derecha burguesa (aquella que se dice a sí misma “lo que existe ahora es bello y merece ser defendido”) y son los lacayos — los Deaglio, Rinaldi o Liguori — de todo el mundo. Están también los que para permanecer en la izquierda se inventan caminos y objetivos que, planteados en nuevos términos, no son más que una reedición de viejos idearios demolidos hace ya más de un siglo por el movimiento marxista. Entre éstos se colocan tanto los ex-maoístas a la Marcos, como los viejos “neo-izquierdistas” a la Rossanda y a la Ravelli. De suyo se comprende que declarar terminada la lucha de clases significa objetivamente declarar eterno el capital. No obstante se crea subjetivamente lo contrario, en virtud de que se revalorizan ideas y recorridos ya demostrados como fracasados, se contribuye objetivamente a conservar incólume precisamente aquello que se dice odiar.

Hay una íntima coherencia en el recorrido del ex-maoísta Marcos, y de sus semejantes: el mundo tal como está hecho no nos place, provoca repugnancia, y lo debemos cambiar; se trata de encontrar los sujetos sociales capaces de llevar a cabo el cambio y alcanzar los objetivos perseguidos.

La búsqueda no es fácil, evidentemente, si la segunda pregunta todavía no ha encontrado respuesta en Marcos ni en los llamados marxistas autónomos que lo sostienen.

El citado opúsculo de Marcos responde a la primera pregunta (¿cuáles son los sujetos del cambio?) en el fin de un recorrido “analítico” que es compartible, cuando menos en la denuncia de los estropicios del moderno capitalismo. Pero antes de avanzar en el tema conviene detenerse en la cuestión de la Tercera y la Cuarta guerras mundiales.

¿Guerra mundial?
Marcos juega un poco con las palabras y, como siempre sucede en estos casos, enturbia un poco las aguas.

La globalización moderna, el neoliberalismo como sistema mundial, debe ser entendida como una nueva guerra de conquista de territorios. El fin de la III guerra mundial o “Guerra Fría”, no significa que el mundo haya superado el bipolarismo… [18]

Hacer Intercambiable, aunque sólo sea literariamente, una fase de la dinámica capitalista con la manifestación máxima de su colapso — que es precisamente la guerra — es una operación acaso funcional al encuadramiento, siempre sobre el terreno literario, de los daños que aquella fase del capital comporta, pero completamente errada en el terreno analítico puesto que equivale a decir que el capitalismo es siempre guerra. También esto es “literariamente” verdadero, pero no presta ninguna contribución a la critica de la dinámica capitalista en función de su superación. Por lo demás, se arriesga a caer en gravísimos errores que irán a confundir definitivamente las ideas. Y en este riesgo incurre Marcos pocas líneas más adelante cuanto escribe:

En el mundo de la post-guerra fría vastos territorios, riquezas y, sobre todo, fuerza de trabajo calificada, esperaban un nuevo patrón…
Pero sólo hay un puesto de patrón en el mundo, y diversos son los aspirantes a alcanzarlo. Y para obtenerlo se despliega otra guerra, que esta vez opone a todos aquellos que se habían autodenominado “el imperio del bien”. [19]

Aquí queda implícito el concepto que precisa que la guerra ha comenzado y concluirá con la conquista del puesto de patrón del mundo por parte de alguna de las fuerzas en pugna. Esta fuerza, si se lee inmediatamente después, será uno de los centros financieros entre los cuales se libra la Cuarta Guerra Mundial, “con escenarios totales y con una intensidad aguda y constante”. Vuelve aquí a hurtadillas la vieja tesis, refutada por Lenin, del superimperialismo y, peor aún, se hipotetiza que se llegará a él sin la confrontación militar directa entre las metrópolis.

Las 149 guerras locales combatidas en todo el mundo desde el fin de la II Guerra Mundial, los muertos a causa del hambre que cotidianamente la dinámica capitalista deja sobre la superficie del globo, el trastorno de las estructuras político-estatales de naciones enteras y los otros horrores que se presentan en el planeta hacen identificar al Subcomandante el escenario presente con el de la guerra. Y la guerra real, preparada por las actuales guerras comerciales y financieras, se esfuma.

Pero lo que emerge en el cuadro trazado por Marcos (o mejor, en las piezas que el autor describe y que deberían componer el cuadro) es la ausencia total de cualquier referencia de clase, evidentemente considerada decadente y hecha obsoleta desde el “fin del socialismo”. No son, pues, ya las clases los sujetos de la historia y el sujeto que él trata de fundar se esfuma.

En la sexta “pieza”, definida como “La megapolítica y los enanos”, se trata precisamente de la política mundial “que sabe ejercitar mejor su poder y crear las mejores condiciones para su propia reproducción, sobre las ruinas de los Estados nacionales”. [20]

Pero el sujeto de la megapolítica se evapora. El conjunto de intereses y de hombres que persiguen las condenadas políticas neoliberales no es identificado y, de este modo, la megapolítica aparece como una entidad metafísica con mucho del propio punto de vista.

Desde el punto de vista de la megapolítica, las políticas nacionales son cosas para enanos que deben plegarse al diktat del gigante financiero. Y así será hasta que los enanos no se rebelen. [21]

Nacionalismo
Objetará el lector que aquí el sujeto es identificado en el gigante financiero. Pero, insistimos, ¿quién representa al gigante financiero?, en vista de que para que una política se exprese es necesario que algún conjunto de hombres con precisos intereses la exprese.

La pregunta no es ociosa como algún tonto maligno podría pensar. Un serio análisis del gigante financiero y, por ende, de los hombres e intereses que lo conforman, llevaría a descubrir que estos se encuentran también entre los presuntos enanos, entre aquellos enanos que deberían rebelarse y reafirmar las políticas nacionales (y aquí estamos en el corazón del verdadero pensamiento de Marcos, el nacionalismo).

Citando a Le Monde Diplomatique, que no oculta sus simpatías zapatistas:

… les capitaux d’origine mexicaine déposés aux Etats-Unis atteignaient, á la fin de 1995, 24,6 milliards de dollars, soit exactement deux fois plus qu’á la fin de 1994.
… los capitales de origen mexicano depositados en los USA alcanzaron al finalizar el año 1995 24,6 mil millones de dólares, vale decir, exactamente el doble respecto al fin del año 94. [22]

Estos capitales de origen mexicano son poseídos, gestionados y debidamente distribuidos en los mercados financieros internacionales por aquellos señores mexicanos que conforman la burguesía mexicana, hermana de clase de la burguesía internacional y enemiga acérrima tanto del proletariado mexicano como del proletariado internacional. Pero todo esto en los discursos de Marcos y de sus seguidores se evapora, desaparece, es negado. La razón es siempre esta: en la lucha entre el capitalismo y el socialismo (el ruso y el chino) el capitalismo ha vencido y, por tanto, el modelo de la lucha de clases está desprovisto de valor.

Se regresa, por tanto, a veces subrepticiamente otras al son de tambores y trombas — esto no es lo que cuenta — al terreno de la ideología (en sentido propio, por tanto, al terreno burgués). Y sobre el terreno de la ideología, la conclusión del “razonamiento” puede muy bien ser la del nacionalismo.

Establecido que las actuales dinámicas económico-políticas chocan con la sobrevivencia de las formas nacional-estatales de las fases precedentes del capital, o se apunta a la superación de estas mismas dinámicas, con los sujetos y los objetivos adecuados (el proletariado internacional, la revolución internacional y el comunismo) y se avanza, o bien se está constreñido a elegir entre las siguientes dos opciones: actuar a favor de la globalización o defender la autonomía de las susodichas formas nacional-estatales, y se va con el capital o directamente atrás.

Marcos y el EZLN terminan por declararse precisamente a favor del nacionalismo.

… los zapatistas piensan que, en México — atención, en México — [lo subraya el mismo Marcos — ndr] la recuperación y la defensa de la soberanía nacional hace parte de una revolución antineoliberal. Paradójicamente, el EZLN ha sido acusado de desear la fragmentación de la nación mexicana. La realidad es que los únicos que han hablado de separatismo son los empresarios del estado de Tabasco rico en petróleo y los diputados federales chiapanecos que pertenecen al PRI […]. Los zapatistas piensan que es necesaria la defensa del Estado nacional frente a la globalización… [23]

No puede haber un pronunciamiento más claro que el anterior.

Tenemos, por tanto, a un grupo guerrillero nacionalista que se bate contra las dinámicas actuales del capitalismo defendiendo… el capitalismo que existía antes, o, más bien, el que se piensa que existía antes. Es cierto que si hay algo que se ha revolucionado es el concepto mismo de revolución.

Los sujetos
En la conclusión de su documento, Marcos nos dice cuáles son los sujetos del cambio, o, cuando menos, los sujetos sobre los cuales se fundan las esperanzas de supervivencia de la humanidad:

Si la humanidad tiene todavía esperanza de sobrevivir, de hacerse mejor, estas esperanzas están en los bolsones formados por los excluidos, por los superfluos, por aquellos que se pueden arrojar o tirar.

El resto es poesía. Marcos no dice en este texto cómo harán los excluidos para hacer mejor el mundo. Tampoco ello emerge con claridad de los otros documentos.

Lo que se puede argüir (además de los hechos de la política) está en los otros documentos más propiamente políticos del EZLN.

También hay historias del zapatismo que relatan las tres fases atravesadas por el movimiento y la política del EZLN. [24]

En todos los documentos lo que aflora con prepotencia es la referencia a la… sociedad civil.

La sociedad civil
Ahora, la historieta de que la sociedad civil puede representar como tal el motor de las mutaciones en las estructuras económico-sociales del mundo es tan vieja como la ideología burguesa, que desde sus exordios ha encubierto detrás de esta ficción (o concepto puramente ideológico) la realidad de la división en clases de la sociedad y de la propia dominación de la burguesía sobre la sociedad misma.

¿Qué cosa es la sociedad civil? Es la ciudadanía indistinta, formada de obreros, empleados y tenderos, profesionales liberales, artesanos y pony express, estudiantes, maestros y pequeños empresarios. Es decir, el conjunto de los ciudadanos que una vez cada tanto (o cada poco) es llamado a elegir a sus representantes políticos (en las metrópolis ellos también son reducidos a contar poco más que nada) y que cotidianamente viven, en su respectiva posición, la realidad de las relaciones de producción y de las estructuras sociales dadas. En la vida cotidiana de los ciudadanos las urgencias y problemas de la normalidad, de la sobrevivencia, de la adaptación siguen dinámicas distintas, en cuanto son distintas las “vivencias” o los “sentimientos” de los ciudadanos mismos. A menudo los modos de ser y los sentimientos de los ciudadanos colisionan con las normas (ya sean legislativas o éticas) que la formación social misma sigue en cada momento determinado, o con los comportamientos de los “órganos superiores” (gobierno, iglesia, distintos órganos del Estado). De esta suerte, — cuando los modos comunes de ser y de sentir los problemas de la cotidianidad y de la cotidiana relación con el Poder se reconocen y se unen — nacen los grandes movimientos civiles que han caracterizado muchos períodos de las formaciones sociales burguesas metropolitanas, movimientos que aún se verifican y continuarán verificándose.

Los movimientos por el divorcio, el aborto, la paz, son los ejemplos más significativos, entre los muchos posibles.

Con frecuencia, los movimientos civiles resultan al final vencedores en sus objetivos específicos. Cuanto se trata de poner a tono el sentido común y, antes todavía, las normas jurídicas y los comportamientos represivos del Estado, con las nuevas dinámicas civiles reales, determinadas en la formación social, la probabilidad de victoria del movimiento civil que marcha en este sentido es directamente proporcional a la llevada por el movimiento mismo. Pero cuando el movimiento civil apunta como tal a objetivos que de alguna manera interfieren con las dinámicas más íntimas y determinadas del capitalismo, o bien cuando chocan con los fundamentos mismos de la formación social burguesa, no pueden más que fracasar: en general extinguiéndose en el mismo instante en que emerge la inconciliabilidad entre el capital y el objeto del movimiento. Es el caso del movimiento pacifista, que por años ha tenido tanto furor también en Italia, con centenares de miles de ciudadanos en las plazas, el cual ha quedado literalmente liquidado frente a la Guerra del Golfo y a la empresa imperialista de la minipotencia italiana en gira por “su mundo”: Somalia, Líbano, Albania. Quien todavía llora la despedida del pacifismo insiste en el error de creer que tal movimiento puede tener alguna función.

¿Pero cuál es la hipótesis sobre la que los zapatistas y sus seguidores fundan su referencia a la sociedad civil?

Pues bien, leídos todos los documentos posibles, la conclusión es siempre una bien sintetizada y ejemplificada en cuanto sigue:

El gobierno mexicano, las fuerzas políticas, y también la sociedad civil, tienen la oportunidad de hacer de Chiapas un laboratorio para la transición pacífica hacia una democracia plural y respetuosa de la realidad multi-étnica del país [el subrayado es nuestro — ndr], o de permitir que se convierta en el escenario en el cual tendrá lugar un genocidio contra su población indígena. [25]

Y más recientemente:

Seguiremos luchando junto a todos para que todos los méxicos de México tengan: ¡Democracia!, ¡Libertad!, ¡Justicia! [26]

En sustancia, un programa de reforma del Estado Mexicano, sobre el terreno de un nacionalismo más impulsivo desvinculado de los tentáculos estrangulantes (para proletarios y campesinos, aunque no ciertamente para la burguesía mexicana) del NAFTA y en el sentido de su democratización, identificable con el fin del monopolio del poder por parte del PRI.

Y entonces, en este sentido, el “sujeto” es adecuado: la sociedad civil, si es adecuadamente movilizada, y también las organizaciones sociales y políticas, pueden hacerse capaces de grandes transformaciones.

Los maestros de esta lección de historia son los trabajadores del campo y de la ciudad, los indígenas, las organizaciones sociales y políticas, los niños, los jóvenes, los ancianos, los homosexuales y lesbianas, todos los mexicanos y mexicanas. [27]

Algunas conclusiones
1.El EZLN chiapaneco es de hecho — y, por tanto, más allá de las declaraciones retóricas en contrario — una fuerza política que, independientemente de estar interesada en una futura gestión del poder, se propone reformar las estructuras y los equilibrios del poder en México. A este objetivo debe necesariamente plegar las tácticas contingentes. Los tres “virajes” hasta ahora verificados lo confirman y, según se dice, ya están preparando un cuarto [28], con el establecimiento de relaciones más estrechas con el poder central para aislar y combatir el extremismo (por ejemplo, al ERP) y, sobre todo, los riesgos de un viraje clasista del movimiento proletario en Chiapas y en todo México. ¿El Comité Clandestino Revolucionario, del cual aparentemente el EZLN es un instrumento, volverá a la luz pública o preferirá permanecer en la sombra vigilando las señales de sus viejas calzaduras maoístas?
2.Es, por tanto, previsible un progresivo “aburguesamiento” de los zapatistas, hecho que, dejando de nuevo huérfanos a los perennes buscadores de mitos para perseguir (antes eran los sandinistas nicaragüenses, pero mucho antes todavía… los Vietcong), tenderá a renovar y hacer más dinámico el cuadro político mexicano.
3.Se estrecharán las relaciones con la parte “militante” de la iglesia católica (son significativos en este sentido los mensajes de solidaridad durante la confrontación del personal episcopal de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz García y de Don Raúl Vera López, que el 4 de noviembre han sufrido un atentado). Nada de extraño: como hemos visto arriba, es tradicional de aquella parte del ex-movimiento maoísta el tratar con la iglesia y los curas.
4.El proletariado mexicano permanece todavía sin un referente político suficientemente enraizado, si bien ya está experimentando un proceso de recomposición en la base, con la tendencia a desaparecer de las viejas estratificaciones y graduaciones de “privilegios” y la generalización del estado de “maquiladores”. Y lo más grave es que algunos pretendidos revolucionarios allí presentes no se han apercibido aún de lo que está sucediendo.

―Mauro jr. Stefanini

Helenos 

AGENCIAS
Los policías griegos desactivaron hoy un artefacto explosivo casero colocado a las afueras del consulado de Chile en Salónica, la segunda mayor ciudad de Grecia.

Un desconocido avisó a la Policía por teléfono de la colocación del artefacto 20 minutos antes de que hiciera explosión, lo que motivó un rápido operativo que acordonó y desalojó la zona.

El artefacto desactivado estaba compuesto por un tubo lleno de material explosivo y un temporizador, informó la policía a la agencia informativa EFE.

Las fuerzas de seguridad desconocen cuál puede ser el motivo para colocar el explosivo ante la representación del país latinoamericano y están investigando los hechos.

viernes, julio 10, 2009

Socialismo o Barbarie N° 3, Para lectores en franchute 


No leo ni mierda ese idioma tan raro.

Los que sí puedan hacerlo (y mejor aún, traducir y difundir), pueden aplaudir al "Proyecto de escanerización" de la vieja revista consejista S. ou B.
En este número, va la clásica traducción de "El obrero americano", especie de actualización de la "encuesta obrera" de Marx de amplia influencia luego en varias partes del mundo, inspirando formas de acción e investigación militante que a su vez fueran usada luego, por ejemplo, en Francia por los "social-barbares" y luego Pouvoir Ouvrier, y por camaradas como Panzieri, Tronti y otros muchos más en las fábricas italianas.

Una vez más, hay que felicitar a La Bataille Socialiste por estos aportes.

Más KNABB 


Textos de Ken Knabb en español en el mismo sitio
( http://www.bopsecrets.org/Spanish ) :

- Sobre la miseria de la vida hippie (1972)
- Reflexión doble (1974)
- Aviso relativo a la sociedad dominante y a los que la desafían (1974)
- La sociedad del situacionismo (1976)
- La realización y la supresión de la religión (1977)
- La brecha en Irán (1977)
- Erotismo, misticismo y revolución (1990)
- La guerra y el espectáculo (1991)
- Duras lecciones para budistas comprometidos (1993)
- El placer de la revolución (1997)
- Eludiendo la transformación de la realidad (1999)
- Reflexiones sobre el levantamiento en Francia (2006)

Sobre KNABB 

Recién subido al Buró de Secretos Públicos:

Ken Knabb, la Internacional Situacionista y la contracultura norteamericana


La originalidad de la contracultura y de la izquierda americana

Los Estados Unidos son muy diferentes de Europa, siendo a la vez su quintaesencia. No hay nada de sorprendente en esto puesto que se han constituido mediante una emigración continuada de poblaciones y de ideas europeas, que precisamente no encontraban su lugar en su país de origen. Los Estados Unidos están formados por lo que era inadmisible en Europa. Es la síntesis de todos los excesos europeos.

Sin embargo, este “extremismo” americano toma el aspecto de una cierta ponderación comparado con Europa en donde las tentaciones están tradicionalmente más orientadas a cortar a todo el mundo bajo el mismo patrón. E pluribus unum (de una pluralidad la unión) se mantiene como la divisa de los Estados Unidos. La izquierda americana parece por tanto más radical y más “pura” que en ninguna otra parte.

El movimiento obrero de los EE.UU. fue también una síntesis de los de Europa. Los principales teóricos y los principales activistas se cruzaron allí a finales del siglo diecinueve, con una emigración muy fuerte rechazada por las represiones europeas o por la miseria. No es casualidad que el primero de mayo 1886 de Chicago se haya convertido en una celebración internacional.

Hay otro aspecto generalmente olvidado de los Estados Unidos: provienen de una revolución que nunca fue aplastada. Es muy diferente de los países de Europa, que se dividen en tres grupos: los que han conocido cambios profundos antes pero con principios constitucionales menos firmemente establecidos (Países Bajos, Suiza, Gran Bretaña); los que han vivido ciclos de revoluciones y contrarrevoluciones, como Francia; y los que han llegado a “regímenes democráticos” muy tarde, y a menudo bajo influencia extranjera. La revolución aparece como un punto crítico bajo el cual nada es posible; y el reformismo, como su alternativa. La consigna de los IWW, “To build the new world in the shell of the old” (construir el nuevo mundo en el cascarón del antiguo), denota un estado de ánimo más original.

Por otra parte, los Estados Unidos dieron durante mucho tiempo la impresión de ser culturalmente primitivos. No es que faltaran realmente grandes autores, grandes filósofos o grandes artistas (Walt Whitman [1819-1892], Henry David Thoreau [1817-1862], Ralph Waldo Emerson [1803-1882], Charles Sanders Peirce [1839-1914], William James [1842-1910]), sino que la cultura ha mantenido un poco este mismo sabor salvaje del nuevo mundo. Concord, la capital de la cultura americana, solo era una aldea rural, situada a dos pasos de tribus neolíticas.

La cultura, el pensamiento, la crítica social en los Estados Unidos son “salvajes”, casi tanto como en Europa son “urbanas”, en las aceptaciones las más opuestas de los términos. Kenneth Rexroth, uno de los padres de esta contracultura, y el hombre que tuvo seguramente la influencia más importante sobre Ken Knabb, fue el representante mismo de esta América. Formó parte de los IWW, trabajó de joven como granjero y como leñador, y, como si de este exilio de todas las civilizaciones abriera la puerta de cada una, escribió sobre las manifestaciones más diversas de la cultura universal.



La Internacional Situacionista y la contracultura americana

La Internacional situacionista (IS) llegó a veces a hacer olvidar completamente que nació como vanguardia artística, más o menos directamente en la linea del movimiento surrealista y del grupo COBRA (de las primeras letras de tres ciudades: Copenhague, Bruselas, Amsterdam). La originalidad de la aportación situacionista consiste en un cambio radical de las relaciones entre el arte y la lucha social. Lo que le llevó al éxito, y también, de manera menos visible, a su fracaso.

¿Su éxito? Sí, en la medida en que algunas posiciones básicas de la IS tenían consecuencias a largo plazo que revolvían las ideas convencionales con una lógica implacable, sensible, al menos intuitivamente. ¿Su fracaso? También, en la medida en que estos esfuerzos corrosivos no modificaron notablemente el sentido de las luchas sociales.

Las relaciones entre el movimiento obrero revolucionario y la cultura siempre fueron ambiguas. Unas veces la cultura es vista como sometida a la clase dominante, inspirando por lo menos desconfianza, otras veces como un santuario, más allá de las divisiones de clase. Unas veces el artista, el intelectual, es sospechoso de ser un “enemigo de clase”; otras veces se espera de él un “compromiso” y que se pueda dar buen uso al carácter universal de la cultura de la que es portador. Sin embargo, no se sabe en qué ni cómo su obra y sus investigacines determinarán tal compromiso.

La postura inicial de la IS se situaba inmediatamente más allá de este doble callejón. ¿Como? Primero criticando el arte como actividad separada; precisamente como un “mercado” del arte, separado de los otros aspectos de la vida, reduciéndose ellos mismos cada vez más a un “mercado”. Esta separación mercantil se vuelve también “espectacular”, quedando cada uno en un papel muy preciso de productor de espectáculo mercantil, o de consumidor, de cliente, de público, de espectador. Luego produciendo obras y una teoría “situacionista”, es decir que no son prisioneros de las situaciones en las que fueron producidos, sino que se enfrentan a ellas y las modifican.

Es en este ultimo punto que el fracaso de la IS es más evidente, puesto que casi nada ha “cambiado”. Pero, ¿“cambiado” en qué forma? Eso también significa que este fracaso es a la vez un éxito: en el carácter tan indigesto de las producciones situacionistas para el “mercado” del arte o de los modos imperantes del pensamiento, que no pueden ni explotarlas ni ocultarlas completamente.



El poder subversivo de la contracultura . . .

La IS es contemporánea de la Beat Generation y, sin querer reducirlas a dos fenómenos equivalentes, ni tampoco comparables, tienen por lo menos en común el hecho de haber sido las dos aventuras intelectuales más interesantes de los años sesenta. En muchos aspectos, la contracultura americana era ya muy anti-espectacular sin saberlo. Sin embargo llegó a crear su propio espectáculo, con el éxito mundial conocido, al punto de convertirse en un apoyo táctico nada despreciable del imperialismo de EE.UU.

Fue anti-espectacular en el sentido en que apareció inmediatamente como una crítica de la separación de la vida, y no como un aspecto separado, un “mercado”; como un modo de vida y de forma de pensar mucho más libre. En eso, igual que con la IS, las fronteras entre compromiso y cultura se mezclaban, así como entre creadores y público. Pero desgraciadamente los limites entre cambiar de vida y cambiar de moda también se mezclaban.

La contracultura americana fue también mucho más “popular”, mucho más arraigada y cargada de una fuerte poesía de lo cotidiano que en Europa, que sólo se encuentraba en las mejores “canciones populares”. Se vió favorecida por el hecho de que una “cultura de élite” nunca existió en Estados Unidos; solamente había una cultura “espontánea” por un lado, o por el otro una cultura industrial, de masas.

Naturalmente, la cultura francesa (o la europea) difiere mucho de estas imágenes ilusorias de la “cultura de élite”, de la cultura de masas, del folclore, o de la rara noción del “elitismo de masas”. Existe, pero no está identificada. Así la IS, y otros movimientos de este tipo, permanecen en Europa como cosas que no se sabe muy bien en qué estantería colocar, en qué museo, o en qué categoría del saber académico.

Aunque los movimientos estudiantiles de 1968 ofrecieron a la IS cierto público, fue en el más completo malentendido. Ésta, de todas formas, no quebrantó los rígidos marcos de la militancia política y de la cultura, ni derrocó el pontificado del estructuralismo, ni minó las prácticas consumistas.

La contracultura en los Estados Unidos tuvo un impacto mucho más amplio y más profundo que contaminó todos los aspectos de la vida: la lucha de los guetos, las relaciones de clase, la libertad y dignidad de las minorías, la creación artística, literaria, científica y técnica... El más conservador de los ciudadanos de Estados Unidos difícilmente podría negar su aspecto estimulante y regenerador. También sería difícil no ver su disolución en el espectáculo mercantil.



. . . y su crítica inconsciente del espectáculo
Un viento de libertad y de imaginación sopló sobre la Norteamérica de los años sesenta, y particularmente en la costa oeste. Se resumía en la formula muy concisa: Do it! Es sorprendente que aquella libertad y aquella imaginación hayan llegado a empaquetarse en la industria del espectáculo y que juegue un papel cada vez más importante y estratégico en el mercado global.

Algunas formas marginales de “ir tirando” generaron modos de vida y economías paralelas hasta modificar de manera profunda los modos dominantes. Incluso el desarrollo del ordenador personal, de Internet y de la programación de software libre no han seguido un camino tan diferente.

La obra de Ken Knabb, Public Secrets, es una de las que comprenden y describen mejor este doble proceso. Por cierto no lo hace como sociólogo o “especialista”. Las ciencias humanas olvidan que si la observación objetiva es un factor importante del conocimiento, la experiencia lo es aún más, puesto que depende en definitiva de lo que hay que observar. Knabb habla a partir de sus experiencias comprometidas por modestas que sean.

La contracultura americana era anti-espectacular sin saberlo. Eso, Ken Knabb lo sabia. Quería que ella lo supiera también. Su primera “acción” auténtica fue más bien modesta: la distribución de una octavilla durante una conferencia pública del poeta Gary Snyder, en 1970.

“No necesitamos poetas-sacerdotes”, era el titulo así como el contenido. En su obra Public Secrets, cuenta el acontecimiento con la mayor sinceridad. Es evidente que el autor se critica a sí mismo en primer lugar como forofo de Snyder. Y si su crítica tenía que alcanzar su objetivo y hacer evolucionar a alguien, fue a sí mismo en primer lugar.

Estas observaciones podrían ser irónicas. Ken Knabb sin embargo acierta en insistir: no se aprende nada en lo que no se implica una persona personalmente.

Esta elección empírica y subjetiva ha sido en ocasiones mal comprendida llevando a situs y prositus a unas actitudes bastante irritantes de moralistas — más de uno se habrá dado cuenta de eso. Este malentendido sólo podía reforzarse aún más con la oposición sin duda radicalmente diametral entre “vida” y “supervivencia” que había cultivado la IS, especialmente con el Tratado del sabervivir de Vaneigem.

Todo sistema coercitivo garantiza la supervivencia a cambio de subordinación. Sin embargo el espectáculo mercantil tiene por especificidad ocultar la brutalidad de ese intercambio tras una cultura de pequeños deseos y necesidades que ya no responden a la necesidad de sobrevivir.

Aparece como un punto ciego de las teorías situacionistas. Tiende a hacer de la crítica de la militancia — como actividad separada de la vida — un tipo de anti-moral hedonista — que recuerda a la antigua moral como su contrario. El malentendido viene de los fundamentos de la IS.



Cambiando la vida

La IS fue fundada en 1957 como una vanguardia artística. Estaba formada por pintores, arquitectos, cineastas... A partir de la mitad de los años sesenta, tendió a ocultarlo, y a aparecer como un movimiento de extrema-izquierda un poco más raro que los demás. Lejos de quedar trastornada por esta ambigüedad, la cultivaba mostrándose de manera irónica como vanguardia de la clase obrera.

La IS nació sin embargo de una ruptura con el surrealismo, de su crítica y de su adelantamiento, y también del arte en general. Esta crítica había precedido, y finalmente fundado, la de los movimientos y de las instituciones “comunistas” y “revolucionarios”.

Podríamos resumir la IS modificando ligeramente la frase de Marx: los artistas sólo han pintado el mundo, ahora se trata de transformarlo. Aqui, los situacionistas son artistas en el sentido en que Marx es un filósofo.

No hay razón para limitarnos a la filosofía y al arte; la ciencia también, y muchas más cosas, cualquier forma de trabajo humano tiene vocación de cambiar el mundo. Esta voluntad de transformación no tiene por qué ignorar o rechazar la filosofía, el arte, la ciencia, etc., sólo critica su separación en el espectáculo mercantil.

De ninguna manera se cambia nada dejando de pintar, de filmar, de pensar, de trabajar, de investigar, etc. Se trata evidentemente de procurar que esta producción no se adapte a una oferta y a una demanda que hacen circular valores abstractos que sólo cuantifican la subordinación.

Tampoco se trata de dejar de vender y comprar cosas que tienen que amortizarse, como la revista o libro que publica este artículo; sino que, como los situacionistas hicieron, comenzando por sus prácticas artísticas, el punto es cultivar la colaboración más amplia y más libre sin dejarse desposeer o subordinar por nadie.

Knabb, de una nueva generación, nunca fue muy sensible al contenido propiamente artístico de la IS, no más que aquella lo fue a la cultura norteamericana. Sus propios gustos literarios y artísticos fueron a la vez más “clásicos” (según su propia confesión) y menos “eurocéntricos”. Pero esta cuestión de gustos evidentemente no importa demasiado.

Si dejamos de ver el arte como una actividad separada, ¿qué queda de una vanguardia artística, sino una vanguardia revolucionaria? La condición previa implica sin embargo otra concepción de la revolución. ¿Qué queda de esta, si ignoramos el arte?



La I.S. para principiantes

De todas formas, no puede etiquetarse a Knabb como un mero seguidor de la IS, ni de Kenneth Rexroth, ni de la contracultura norteamericana. Como siempre hizo, sigue su propio camino sin preocuparse mucho de etiquetas o apariencias — digamos simplemente que su camino pasó por allí.

Esta manera de avanzar, sin intentar pasar por “personalidad” reconocida, ni hacerse “portavoz”, ni, aún menos, esconderse detrás del anonimato de un “colectivo”, es la mejor característica de Ken Knabb. Está también perfectamente de acuerdo a sus posturas.

De esto resultan otras dos cualidades distinitivas: una extrema claridad y una gran simplicidad. Cualidades que a la vez le distinguen de los situacionistas y le sitúan como uno de sus auténticos sucesores.

Por supuesto, la complejidad no es un vicio, pero tiende a provocar argumentos reactivos todavía menos comprensibles. Al final, depende de las competencias de los implicados en la discusión. De hecho, es más complicado desmontar un pensamiento simple y claro si es sólido. Y si bien es cierto que tiene debilidades, eso nunca ha matado a nadie. ¿Porque tendríamos que temer las críticas fundadas?

Por otra parte, hay muchas maneras de no comprender y en consecuencia de no ser comprensible. Incluso hay una que se presenta en forma de simplicidad. Cuando una publicidad reivindica para su producto la “simplicidad”, es en general una manera de decir que no hay que entender nada para utilizarlo, es decir, que es efectivamente incomprensible, y a menudo inutilizable. La publicidad política, cultural e intelectual no son excepciones.

Es sobre todo en este sentido que las teorías situacionistas no eran “simples”. En realidad, su complejidad fue exagerada. Nunca fueron difíciles de entender. Criticar estas teorías era además una condición de la adhesión a la IS. Por eso la mayoría de las posibles críticas de los situacionistas siempre habían sido respondidas con antelación, incluyendo su disolución final. Es por eso por lo que no hay “situacionismo” hablando con propiedad. La práctica situacionista era tan flexible y dinámica que ninguna doctrina fue capaz de tomar forma fija en los quince años de existencia de la IS; ni siquiera desde el tiempo ha pasado desde entonces...

En lo que representa su estilo más personal, su marca, Ken Knabb es a la vez sucesor de la IS y está muy distanciado de ella. Mejor dicho, lo que le caracteriza más — esa manera de situarse en el centro del mundo y de hablar con la mayor simplicidad — me parece paradójicamente también una señal de un cambio de época más general.



Disolución del Espectáculo

Las ideas nunca son totalmente separables de los que las formulan, de sus prácticas y de sus experiencias. Tampoco de la forma con la que se formulan y se difunden. Ken Knabb está entre los que han entendido y sobrellevado mejor la transición de una época a otra. Lo ha logrado sin haber hablado mucho de ello, como si los métodos adecuados y las técnicas fueran obvios.

Sabe utilizar perfectamente los recursos más “personales”del ordenador y de Internet, como los situacionistas habían llegado a ser maestros de las técnicas del folleto, de la octavilla y de la revista. Y como ellos sabe cómo ligar el contenido con los medios adecuados empleados. Todos sus textos están colgados en la web, en open source, y en diversos idiomas, en la página del Bureau of Public Secrets, así como las traducciones de la Internacional Situacionista y una buena parte de la obra de Kenneth Rexroth.

Podríamos sacar la conclusión, de que el cambio de época de la que hablo está determinado por las nuevas tecnologías de la comunicación, y quizás por las empresas que las comercializan. Seria olvidarnos que todo ya estaba establecido en la época del stencil y luego de la fotocopia. Sería ignorar, sobre todo, que ninguna tecnología le permite a la economía predecir cómo puede utilizar y para qué la podemos utilizar.

Cuando comprendemos cómo y para qué se pueden utilizar estas tecnologías, ya no presentan ningún problema. Si bastase con conseguir equipos y software muy caros, o de convertirse en un experto programador, esta comprensión sería más común. Los lenguajes de programación, el ordenador personal e Internet son herramientas excelentes para escribir y pensar, para permitirle a cualquiera ser el centro de una red en la que todos los que se unan puedan también ser el centro de la suya, para seguir su camino sin preocuparse por los que siguen el suyo propio, para que la libertad de cada uno refuerce, y no limite, la de todos... ¡Todavía es necesario (y casi suficiente) que la gente sepa qué quiere hacer con esta libertad!

Para hablar de mi propia experiencia, en muy pocas ocasiones he encontrado una manera más eficaz y más flexible de trabajar en equipo que con mis intercambios con Ken Knabb, particularmente traducciones. Aunque estábamos separados por un continente, nuestra colaboración contrastaba con la pesadez y la monotonía habitual en actividades semejantes en un marco más profesional.

Una vez más, tal observación podría parecer insignificante. A pesar de ello, me gustaría establecer un paralelismo con una cierta impresión de irrealismo que resulta de las teorías de Knabb y que él no hace grandes esfuerzos por ocultar. Porque, ¿qué hay finalmente de irrealista en sus posturas? Sólo que una nueva forma de organización del trabajo humano podría generalizarse sin esfuerzo y con buen humor general.

Por tanto este sabor “irrealista” no tendría que esconder este otro aspecto más práctico: este modo de organización, independientemente del hecho de que es más libre, más satisfactorio y más digno del hombre, ¿es más eficaz e inventivo? Si finalmente lo es más que la organización coercitiva y jerárquica que le pone obstáculos, tomará el tiempo que hará falta, pero se generalizará.

JEAN-PIERRE DEPÉTRIS
Octubre 2008

crisis de la escuela 


"En toda sociedad dividida en clases, la clase dirigente siempre ha negado a los oprimidos y explotados el derecho a la educación y, cuando lo ha concedido, lo ha hecho sólo en la medida que correspondía a sus intereses. En los años 60, cuando el crecimiento de la grandes empresas y la sociedad de consumo lo han convertido en necesario, el acceso a la educación se ha visto facilitado y la escuela pública abierta a los hijos de los trabajadores (escuela unificada, libre acceso a la universidad , becas, bajas tasas de matrícula, etc). Por supuesto, el sistema capitalista ha adoptado también orientaciones de la política impulsada por la escuela luchas hechas por la clase obrera y amplios sectores de la pequeña burguesía rebeldes. Sin embargo, sostenido — a veces con dificultad — por diversos sindicatos y fuerzas diversas de izquierda dentro de los límites de la compatibilidad de la capital, estos “fermentos” sociales han sido adaptados a la modernización, por así decirlo, de la máquina administrativa y estatal y burguesa.

Posteriormente, la introducción de la microelectrónica en el proceso de producción ha significado que tareas, en principio, complejas y especializadas puedan ser llevada a cabo por alguien sin apenas escolarización. Como resultado de ello, la escuela de masas para la burguesía se ha convertido en obsoleta, innecesariamente caro: de ahí su vaciado gradual. Las “reformas” Berlinguer, y Moratti Fioroni fueron las principales etapas de este proceso, llevado a cabo por “reforma” — o la manutención! — Gelmini. En resumen, la “manutención” Berlusconi señaló que una escuela con las instalaciones pobres y de poco personal (docente y no docente) mal pagado es más que suficiente para enseñar un poco de inglés, matemáticas e italiano: no se trata de dictado de expertos educadores ni de la ministra, sino de Tremonti. Constreñido por la crisis económica a reducir “gastos improductivos”, ha recortado loss de la educación pública 8 millones de euros. Se han reservado de esta manera recursos para los bancos, las empresas (incluidas las escuelas privadas) para reducir aún más la escuela pública a un mero apéndice del sistema de las empresas (fundaciones …).

La bata, 5 en comportamiento, el único maestro, el aumento anormal del número de alumnos por clase, el cambio — para peor, por supuesto — del sistema escolar, el recorte alrededor de 200.000 puestos de trabajo en un par de años encaminadas a hacer lo que queda de la escuela pública una palestra para preparar a los jóvenes proletarios para un mundo del trabajo basado en la sobreexplotación, la inseguridad, los bajos salarios y la total subordinación de los hombres a las máquinas. Al mismo tiempo, obligando incluso más al personal a plegarse a una organización del trabajo de tipo empresarial. Una escuela hecha para satisfacer las necesidades del capitalismo en una profunda crisis que por sobrevivir tiene necesidad de todos los mano de obra poco cualificada y de bajo costo y no desperdiciar ni siquiera una migaja de la riqueza producida actualmente en gastos “innecesarios”, tales como educación de masas.

Luchar en contra de esta reforma, por una escuela que tenga por objeto proporcionar igualdad de oportunidades educativas para todos, es un deber de todos los estudiantes y jóvenes de clase trabajadora así como de los maestros y de todos los trabajadores que, en virtud de la misma lógica por la que se desmantelan las escuelas públicas, son objeto de un feroz ataque contra sus condiciones de vida: los despidos masivos, la reducción de los sueldos y salarios. Las movilizaciones de base de los docentes, no docentes, padres, estudiantes, comenzaron al margen de las prácticas sindicales, ya se trate de corporativas — que han apoyado el proceso en curso — o sedicentes “de base”, son una importante señal, un primer paso en dirección correcta. Si queremos tener éxito en la lucha contra el ataque, debemos necesariamente desarrollar estas formas de lucha, las únicas con una perspectiva seria.

Luchamos por otra escuela y por otro mundo. Contra la barbarie capitalista, por una sociedad sin clases ni fronteras".

(ídem)

Hondeando honduras 

Honduras

Los Hechos

El domingo 28 de junio de 2009, el Presidente de Honduras Manual Zelaya fue depuesto por un golpe militar. Fue deportado a Costa Rica después de ser recogido en su oficina en Tegucigalpa. Habiendo llegado a su destino, bajo control militar, declaró inmediatamente en el canal de televisión Telesur que, a pesar de la condena oficial por Clinton y Obama, el gobierno norteamericano estaba detrás del golpe.

Las causas formales
El golpe se produjo como consecuencia de dos situaciones delicadas. La primera fue una lucha interna en el seno del Ejército. Zelaya había sacado el Jefe del Ejército, Romeo Vásquez de su cargo. Su restauración fue solicitada por el Tribunal Supremo el mismo que estaba detrás de la detención de Zelaya. La segunda y más importante es que todo el asunto se basa en el intento por parte de la presidente de Honduras para obtener, a través de un referéndum no vinculante, la posibilidad de un segundo mandato que no está permitido en la Constitución. Esto es exactamente lo que su amigo y aliado Hugo Chávez trató de hacer hace dos años.

Las causas reales
En realidad, el presidente de Honduras, líder del Partido del Proyecto Socialista, ha conducido Honduras fuera de sus decenios en la esfera de influencia norteamericana. El Presidente, Manuel Zelaya, había acordado, de hecho, entrar en un proyecto de política, cooperación económica y social, promovido por Venezuela y Cuba, como alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que los EE.UU. querían. Esto ha hecho la vida difícil para las compañías multinacionales estadounidenses que han operado en los sectores agrícolas y alimentarios durante décadas (United Fruit, la Standard Fruit, Chiquita y Del Monte). No sólo eso, sino el distanciamiento de Honduras de los EE.UU., en última instancia, debilitará el imperialismo estadounidense en lo que fue una vez su propio patio trasero. En un período de crisis como éste, en un momento particularmente complejo de un realineamiento imperialista, el centro imperial no puede simplemente observar sin tomar decisiones rápidas. Ya no es sólo una cuestión de plátanos, algodón y café, ya que hay otros factores más importantes en juego. Central y América del Sur bajo la influencia del neo-imperialismo de Venezuela (Chávez ha declarado abiertamente su intención de crear una OPEC del gas y del petróleo como una alternativa a la tradicional y ya no vender petróleo en dólares sino en euros y rublos con la ayuda de los rusos y chinos) está en abierta competencia con los intereses de Washington contra la antigua hegemonía en la zona. De esto podemos entender la reacción del Gobierno de los EE.UU. en la denuncia de Presidente Zelaya, en términos muy claros, a pesar de las declaraciones en contra hechas por Obama. Por otra parte el imperialismo estadounidense no tiene mucho margen de maniobra, y donde la crisis golpea más duro, más duro y más directo es su intervención, haciendo uso de las fuerzas que siguen vinculados a sus antiguos intereses imperialistas.

Conclusión
Lo que sea la situación hoy en día los trabajadores de la zona han recibido una nueva advertencia. Sus intereses de clase, obviamente, no se encuentran con el viejo statu quo ni pueden identificarse con las falsas demandas del neo-imperialismo del América del Sur, sobre todo ligadas a un proyecto “socialista” que sirve como cobertura de la nueva burguesía de petróleo. En la tormenta de la crisis, lo que provoca episodios de este tipo, la única respuesta es la reactivación de la lucha de clases contra los viejos y nuevos imperialismos, y no caer en la trampa, preparada por la ideología populista, que sólo sirve para enmascarar los verdaderos intereses del capital. En todos los rincones del mundo la crisis golpea el mundo del trabajo. En la medida que se estallan los episodios de la guerra civil y las guerras entre los Estados, necesitamos cada vez más una lucha de clases, que toma el camino de la revolución social más allá, y en contra, de todas las demandas nacionalistas, de todos los intereses de la burguesía. Necesitamos una lucha que sepa cómo identificar los distintos campos imperialistas con el fin de que podamos luchar contra todos ellos igualmente.



Batalla Comunista, Buró Internacional por el Partido Revolucionario, 1 de julio de 2009

"Du you be-live in Art?" (los Swell Maps) 

Un grupo de "artistas" e inclusive uno que firma como "teórico", estimaron conveniente hacer circular una "convocatoria abierta" a sus pares (o sea, no tan abierta como podría parecer a simple vista). Nuestro viejo amigo Kadima (de Taller Sol) redactó una respuesta apropiada.
La izquierda cultural shilena...eligiendo entre un DC y 3 socialdemócratas concertacionistas arrepentidos, unos más afines al capitalismo neoliberal, y otros más cercanos al capitalismo de estado. Notable.

"a manera de respuesta de una convocatoria abierta:

porque no nos creemos ni sentimos ciudadanas ni ciudadanos de este país.
porque no nos interesa pensarnos como presidentas o presidentes..
porque no soñamos con la construcción de un futuro amable, etc. . . mas bién fabricamos a diario las herramientas para hacerlo más cercano.
porque no queremos formar sensibilidades para entender lo otro pues somos lo otro.
porque para quien no se siente ciudadano o ciudadana de este país la diversidad no es un discurso: es una práctica.
porque no solo creemos en la utopía sino que intentamos, en un esfuerzo cotidiano, construirla.
porque no creemos en la paz, si esta paz se instala gracias
a miles de familias hacinadas y hambrientas, a decenas de presas y presos por pensar diferente, etc. etc. etc.
y porque seguimos maravillándonos en nuestra capacidad de asombro diario, no sólo como artistas sino tambien como seres humanos integrantes de esta sociedad, manifestamos
a ustedes nuestra digna y necesaria ausencia de esta convocatoria de artistas hacia artistas.

porque más de lo mismo es el colmo.
porque en chile urge desadhesionarse y armar de nuevo esa actitud de transgresión que alguna vez habitó en nuestro cuerpo y nuestras bocas de artistas.
porque artista significa mucho más (o mucho menos) que una candidatura que contiene en su esencia el poder de unos contra la dignidad de otras y otros.
porque en definitiva -y con mucho respeto-, marcos enriquez-ominami y el resto de los candidatos, me importan una hueva.

antonio kadima
artista visual
director centro cultural tallersol / 1977-2009
32 años autogestionando dignidad ( y rabia )"



Por si acaso, esta es la convocatoria de los artistas y teóricos "meoístas":


"Convocatoria abierta

Por que creemos que cualquier ciudadano o ciudadana de este país tiene el derecho soberano a pensarse presidente o presidenta de la república, a soñar con la construcción de un futuro amable, un futro progresista, plural e incluyente, armónico con la naturaleza y formador de sensibilidades para entender “lo otro” en todas sus formas y dimensiones.

Por que creemos en las diversidades culturales y en sus distintas maneras de construir identidad, reflexión y análisis critico a partir del trabajo, la observación y difusión del pensamiento humano y universal; por que creemos aun en la utopía, en la paz, en la capacidad de maravillarnos y sentir.

Por todas las razones implícitas en la imaginación creativa y colectiva es que convocamos a ustedes los artistas de Chile a crear un “Retrato de Artistas” como adhesión a la candidatura presidencial independiente de Marcos Enríquez- Ominami a realizarse este domingo 12 de Julio a las 12 del día frente al Museo Nacional de Bellas Artes.

Esperamos contar con su valiosa presencia.



Francisco Casas Silva, escritor y artista visual

Sergio Parra, escritor y editor

Raúl Zurita, Poeta premio nacional de literatura

Jaime Lizama, teórico

María Gracia Subercaseaux, Fotógrafa

Claudia Celedón, actriz

Carolina Jeréz, actriz

Yura Labarca, realizador audiovisual

Gonzalo Justiniano, cineasta

Guillermo Machuca, teórico y crítico de arte

Patricia Rivadeneira, Actriz

Patrick Hamilton, artista visual

Marisol Vera, directora Editorial Cuarto Propio

Juan Pablo Sutherland, escritor

Héctor Hernández Montecinos, poeta

Gonzalo Rabanal, artista de performance.



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Atentamente

Francisco Casas".-

jueves, julio 09, 2009

Consciencia e Inconsciencia (de clase) 

"Sentimientos individual y colectivo, sociológico y político de la no pertenencia al proletariado

El no reconocimiento del proletariado como clase, que encuentra su máxima expresión en los niveles sociales y políticos, cuando la mayoría del proletariado mundial desconoce como suya una lucha en cualquier otra parte, puede asumir innumerables formas o aspectos, desde las más particulares e individuales a aspectos mucho más generales e ideológicos.

Causa y/o consecuencia, resulta claro que hoy el proletario no siente como suya la lucha del proletario en otra parte del mundo, de la misma manera que tampoco se siente proletario en el sentido más elemental de la palabra.

A alguno lo hacen creer que no es proletario porque es empleado, el otro cree que no lo es porque está desocupado, el de más allá se siente campesino en oposición al obrero, otro se cree comerciante porque es vendedor ambulante, muchos otros se sienten demasiado niños o demasiado viejos para ser proletarios, habrá también quien por ser mujer se sienta menos concernida por la cuestión de su clase o quien sienta la opresión racial como más determinante que la de clase y en vez de sentirse proletario negro, proletario latino o proletario amarillo, se siente negro, latino o amarillo... y para quienes superen estas formas más elementales de negación inmediata de la realidad de proletario habrá otras formas más político-ideológicas de esa misma negación como el sentirse “antiimperialista”, “antineoliberal”, “palestino”, “judío”, “cubano”, “deizquierda”, “francés”, “yanqui”, “aymara”, “kurdo”, “croata”, “obrero de un país rico”, “feminista”, “antiracista”, etc. Justamente esas negaciones del proletario mismo son las que consolidan la ideología burguesa del “verdadero proletario” que como se sabe es obrero industrial hombre, nacional, y mira con desprecio al lumpen, al estudiante, al que saquea, al inmigrante, a la mujer y a “todos esos negros”.

Un compañero de nuestro grupo que trabajaba en la industria automotriz como obrero fue convocado un día y se le dijo que cambiaría de estatuto, que sería promovido, que desde ahora en adelante no sería más obrero sino empleado. Fue toda una sorpresa el constatar la semana siguiente que solo ganaba medio por ciento más y que su trabajo continuaba siendo el mismo, pero que por supuesto se le había otorgado un estatuto por el cual ya no debía sentirse igual que los obreros que trabajaban junto a él, se lo invitaba así a participar en la ilusión de distinguirse de sus compañeros de siempre. Otro compañero que era granjero y vivía trabajando para pagar a los bancos que le prestaron para comprar la granja, a los capitalistas vendedores de la semilla y los fertilizantes, a los que le vendieron la poca maquinaria que compró a plazos... (en muchos casos se trata de una sola empresa que asegura todas estas funciones como capitalista) constataba que en la región ninguno de los que vivía como él se consideraba parte del proletariado, que era muy difícil proponer actividades comunes porque casi todos se creían propietarios. Un vendedor de revistas en el subte (metro) y en los ómnibus nos contaba también que en dicha profesión la mayoría se cree libre, comerciante... y no tienen consciencia de que en la práctica están vendiendo su vida, su fuerza vital a cambio de unas migajas que les permiten subsistir.

Entre los que se denominan “cuellos blancos” la inconsciencia de clase, es decir la ilusión de no pertenecer al proletariado, es todavía peor. El hecho de que la producción se cosifique bajo formas más abstractas y la ideología de distinguirse del obrero manual aumenta la ilusión. Está el oficinista convencido no sólo de que su trabajo es menos fatigante y destructivo que el del obrero de fábrica o el minero y de que no es comparable cagarse la vista (¡y mucho más) con el computador 8 horas por día con la vida miserable de un minero, sino que en base a esto se considera muy superior y diferente del otro y ni por asomo se da cuenta que la esencia de su vida es exactamente la misma: la venta de sí mismo para poder subsistir. Está el maestro de escuela que porque modela cerebros en vez de otras materias mercantiles cree que es menos proletario o el empleado de estado a quien se le promete el empleo de por vida y por eso cree tener, a diferencia del resto de su clase que vive la amenaza permanente de la desocupación, el futuro asegurado, una seguridad que lo situaría totalmente afuera del proletariado.

Los escolares, los estudiantes o en general los sectores que no están en ese momento vendiendo su fuerza de trabajo y “siendo directamente explotados” (10) se creen en general flotando entre las clases y mucho menos proletarios que el obrero que vive al lado o hasta ¡en su propia casa!. Todo lo que socialmente se designa por educación y cultura está destinado a producir trabajadores con consciencia de ciudadanos, proletarios con ideología de “hombres libres”, productores con la ideología de “consumidores”. A los hijos de proletarios que van a la escuela primaria, secundaria y/o universitaria, que reciben además unas buena dosis cotidiana de televisión y van siendo así formados como fuerza del trabajo del capital (¡toda la formación científico técnica es esto y nada más que esto!) se les inculca (¡de la misma manera que en la Edad Media se les imponía el cristianismo!) el libre arbitrio con respecto a sus vidas, se les oculta que son parte de una clase reproduciéndose como esclava. Cuanto más libre se cree el proletario (“soy libre de decidir”) (11) más dócil y sumiso será con respecto a su explotación, más idiota útil será en toda su vida. Así, al mismo tiempo que se le va imponiendo, desde la guardería o los primeros años de escuela, elementos indispensables para aceptar luego la disciplina de la oficina, la fábrica o el supermercado (disciplina y orden escolar, horario de trabajo, recreación como corta suspensión entre dos tiempos de trabajo, volver a la casa para reproducir sus energías para soportar... más escuela y luego más trabajo), se le hace creer que está estudiando para decidir lo que luego será, para poder ser “libre” luego. Así el aprendiz de esclavo repite la frase que le impone su opresor y que lo encadena: “estudio para poder trabajar en lo que quiera”. Lo que el esclavo asalariado cree que es su libertad son en realidad las leyes del mercado de fuerza humana que se ofrece al mejor postor para ser explotada. Aquella creencia permite que la oferta de fuerza de trabajo se adecue a las necesidades futuras del capital que se expresará en la demanda de esclavos asalariados. Su función de clase reproduciéndose como explotada será mejor asumida en la misma medida en que sus componentes se crean realizando su libertad; esos esclavos preparando y afirmando su propia esclavitud asalariada serán tanto mejores en la misma medida en que se crean no pertenecer a la clase de los explotados. Incluso cuando los estudiantes de hogares proletarios entran en lucha no rompen o no lo hacen de manera suficientemente radical con toda esa ideología, esa inconsciencia de clase se cristaliza en la pretensión de ser un movimiento propio, “el movimiento estudiantil”, sin contar aquí la fuerza de las ideologías marxistas-leninistas u otras que hablarán de un “movimiento pequeño burgués” y repetirán a coro con toda la contrarrevolución que “los estudiantes quieren tal cosa o reclaman tal otra”, que “el movimiento estudiantil aspira a...” ¡cómo si pudiesen tener intereses propios!; ¡como si existiese entre el capital y el proletariado un tercer sector en el medio de las clases con intereses diferentes a ambas! Todas las ideologías sobre la originalidad del “movimiento estudiantil” expresan los intereses de la clase dominante, su deseo de que exista entre ella y el amenazante proletariado una categoría sin clases que sirva de amortiguador, de colchón social. ¡Cómo si en una época de la vida los seres humanos pudieran reproducirse sin pertenecer a ninguna de las clases! ¡Cómo si por el hecho de ir al liceo o a la universidad se diluyera la pertenencia a una clase social!

Lo mismo sucede con otras categorías policlasistas como la de campesino, que solo quiere decir habitante del campo (¡cómo ciudadano, quiere decir original y evidentemente, habitante de la ciudad!) y que invariantemente sirve para confundir y someter al proletariado agrícola. Al poner al trabajador del campo en una misma bolsa que el capitalista agrario y el terrateniente se lo aísla de su hermano proletario de la ciudad y de los otros países. Y sobre ese suelo mojado llueven luego los discursos sobre la miseria de los paisanos, sobre el aislamiento de los sin tierra y la pobreza del campesino,... La tan cacareada debilidad del campesino no es otra cosa que ese proceso ideológico de separación y aislamiento que la burguesía de todos los colores reproduce por todos los medios a su alcance. Cuando además hay características raciales o económicas que permiten aumentar todavía más esta separación se insiste en ellas, como hizo históricamente el marxismo leninismo para aumentar la explotación y desarrollar el capital, como reproducen en la propaganda las organizaciones estalinistas y maoístas o hasta en el cine izquierdista latinoamericano. Así se habla de campesinos, de indígenas, de cuentapropistas, de paisanos pobres y medios, desconociendo incluso la unidad real del movimiento proletario en lucha contra el capital y el estado".

COMUNISMO N°57

REVOLUCIÓN MUNDIAL 

"CIUDADANO: YA ESTÁS MUERTO
Los niños estaban jugando al fútbol, gritando, jugando, corriendo, viviendo... hasta que rompen un vidrio. El pelotazo fue tan grande que la pelota entra por la ventana del apartamento de un vecino, bastante viejo. Pero éste no reacciona. Lo que despista a los chiquilines es que la televisión sigue marchando, pero no se animan a ir a buscar la pelota. Aunque espían siguen despistados y así pasan los días. Los niños le dicen a sus padres y estos a los vecinos, todos se inquietan y van a tocar el timbre y golpear la puerta del viejo, pero nada, a pesar de que la televisión, que se escucha desde afuera, sigue y sigue. Al fin llaman a la policía, a la amiga de la familia y descubren al hombre muerto. Los expertos son formales: ¡el viejo estaba muerto desde hace un año! ¡un año!
Sentado en su sillón frente a la televisión, que seguía vivita y coleando. El cadáver estaba ahí desde hace un año, mirando la televisión. Suponemos que gracias a los progresos del capital la jubilación o pensión del viejo llegaba a su banco y con ella el banco pagaba automáticamente el alquiler, la luz, el agua, la televisión...

¡En realidad poco importa que el tipo siga vivo, lo importante es que siga pagando!

¿No es esa la realidad de todo telespectador? El pasaje de la vida a la muerte se efectúa sin dolor, porque delante de la televisión, todos estamos en zona roja, de paso, abúlicos, pasivos, subsumidos por la imagen que consume nuestra vida. El proletario, cuando se somete al espectáculo, queda hecho trapo, arrugado, sometido, encandilado, sojuzgado, idiotizado,... se deja teledevorar por el Estado. Así el hombre reducido al silencio escucha como el capital monologa.

¿Y qué decir de ese pasajero de colectivo, que estuvo más de 4 horas muerto y que los diferentes pasajeros con los que compartió el colectivo ni siquiera se dieron cuenta. ¡La más impresionante de las ficciones es incapaz de igualar nuestra prosaica realidad! ¿En qué se diferencian y en que se parecen los muertos, de los “vivos”? El proletario sometido al estado de ciudadano, amorfo, apático, es un muerto-vivo.

No hace mucho tiempo, algunos compañeros impresionados por otro hecho similar, que se había producido en Europa, lo habían comentado a gente corriente en Senegal y otros países africanos. Y sencillamente, en África, no creían eso de que alguien había muerto en la total soledad y que los vecinos habían pasado meses en descubrir el cadáver. Les decían que era imposible, que lo habían inventado o que lo habían inventado los diarios, que ¿cómo el vecino no iba a saber?, ¿cómo el almacenero de la esquina podía no haberlo remarcado? ¿y la familia? Sencillamente eso es imposible en África (¡aunque ya no en las grandes ciudades de ese continente!) como es todavía imposible en la mayor parte de Asia, de América, Europa... o en realidad en todas partes si salimos de las grandes urbes. Y también como hubiese sido imposible e inconcebible hace un siglo en cualquier parte del mundo. La comunidad humana castigada y oprimida subsistía parcialmente, a pesar del desarrollo secular del individuo atomizado, producto histórico del mercado y del valor. La soledad no era tan generalizada. Todavía ese hoy omnipresente individuo libre de las últimas fases del atroz progreso capitalista no había conquistado su total autonomía y soledad. El progreso no había todavía creado tanto egoísmo. Todavía predominaba un tejido social mínimo y el reinado total del individuo puro y libre no era totalizador. El arreglate como puedas y el cada cual para sí, tan importante en la estructuración de la dominación y opresión capitalistas, aunque secretados permanentemente por el mercado y la democracia, no eran todavía tan omnipresentes.

Hoy la cuestión no es llorar ante ese, esos, muertos en la más terrible soledad, que a pesar de su diversidad y banalidad, muestran la tragedia de una humanidad derrotada, de una clase social adormecida, aletargada, entumecida. Hoy por el contrario la cuestión es subrayar que esa terrible realidad se rompe en pedazos, cuando y solo cuando el proletariado lucha. Muchos ejemplos recientes (como el de Argentina, Bolivia, Argelia... ) muestran que esa libertad y egoísmo individual son a su vez destruidos y superados cuando la acción directa proletaria da un salto cualitativo y remerge el asociacionismo, cuando el mismo se organiza territorialmente por barrios y por organismos de coordinación por ciudad y/o país.

La publicidad que hace la sociedad burguesa de esas muertes aisladas sirve a nuestros enemigos para afirmar la ideología de la naturaleza eternamente egoísta del Individuo y repetir hasta el cansancio que el hombre es un lobo para el hombre, que siempre fue así y que nada lo podrá cambiar.

Ese individuo, del que tanto se habla y a partir del cual se construye toda la superestructura de la sociedad, es en realidad un producto, relativamente moderno, de la sociedad mercantil, de la propia sociedad burguesa, una proyección aclasista y a histórica del burgués mismo, que solo busca la maximización de su ganancia (1) y a quien justamente le importa un carajo el individuo excedente. Una vez consumida la fuerza de trabajo del proletario, ese individuo excedente socialmente ya no tiene valor, y es tratado como tal, por toda la sociedad, cómo esos 15.000 viejos proletarios, asesinados por la canícula del verano de 2003 en Francia. Si asesinados, a pesar de las absurdas justificaciones gubernamentales francesas.

Si subrayamos esos incidentes es para reafirmar que lo que se presenta como una comunidad (“¿acaso no es linda la vida? repiten sin cesar radios y televisiones) es la más individualista y egoísta de todas las sociedades que han existido. A pesar de la propaganda sosa, ¡bajo el capital todos estamos solos, la gente no se ve, la gente no se toca, no se habla, no se siente, no se quiere, no se ama!

«De manera general, decir que el hombre se ha vuelto extranjero a su propio ser genérico, es decir que los hombres se han vuelto extranjeros los unos con respecto a los otros y que cada uno de ellos se ha vuelto extranjero a la esencia humana”
Marx, Manuscritos de 1844, capítulo sobre el “trabajo enajenado”.

Pero el capital no logrará aniquilar la contradicción entre sus necesidades de valorización y las necesidades humanas, a pesar de que las mismas sean necesidades enajenadas. Cuanto más tiende a dehumanizarnos, a hacernos vivir y reventar como subhumanos en un anonimato atroz, más se reafirma en contraposición a esa no-vida, la perspectiva de la transformación radical de todas las relaciones sociales y la destrucción del dinero. Son las atroces condiciones de supervivencia que crean, en negativo, las determinaciones de nuestra lucha por una sociedad humana.

¡Negación de lo que nos niega!

¡Destrucción de lo que nos destruye!

Es lo que hacen los proletarios en lucha en todos los rincones del mundo. Resisten, pelean, y se enfrentan contra lo que los destruye y cuando, por desgracia, mueren peleando, su muerte tiene un valor para toda la comunidad de lucha y no esa indiferencia general que suscitan esos muertos de los que hablamos antes.

Esa es nuestra lucha, retomemos la bandera de la REVOLUCIÓN MUNDIAL".

1 Ver “Contribuciones a la crítica de la economía” en Comunismo. Números 21, 22, 23.

El fin está cerca 

"Las llamadas revueltas del hambre: el proletariado en lucha
La contradicción entre las necesidades humanas y las necesidades del capital, (de la ganancia capitalista), es cada vez más aguda en todo el mundo. Las criminales tejes y manejes de bolsas y mercados, el calendario cínico y asesino de los planes de ajuste estructurales, significan para nuestra clase cada vez más miseria, privación, envenenamiento cotidiano y generalizado. La catástrofe del capital se acelera y ¡es siempre nuestra clase la que paga la cuenta!
El capital nos ha desposeído de todo para obligarnos a trabajar
Cuando no tiene más necesidad de nuestra fuerza de trabajo, nos hace reventar
El capital mata y no tiene otra cosa que ofrecernos
Pero el proletariado no traga eternamente la brutalidad creciente de los múltiples ataques contra sus condiciones de vida. Estas últimas semanas, en decenas de países, nuestra clase tomó la calle, reapropiándose de medios de vida y enfrentando al estado.
Frente a esta reacción humana, la socialdemocracia deplora los saqueos y revueltas “sin salida”. En nombre de la salvación del planeta, nos predica la austeridad, la abnegación y la sumisión. Denuncia tal o cual “efecto perverso del sistema” y retoma el viejo mito del maltusianismo de la “sobrepoblación mundial” buscando así encerrarnos en sus elucubraciones y proyectos de regular o crear impuestos a la ganancia para así hacer “más humana” la barbarie capitalista.

Hoy, en todos los rincones del planeta, los proletarios revientan, por el ataque generalizado contra el “poder de compra”. Sin embargo la resignación, la aceptación socialdemócrata del “mal menor” prevalece hoy en día: lo peor no estaría pasando aquí y ahora, sino como siempre afuera, más lejos, en el otra parte del mundo considerada “más pobre”, “más explotada”...

Con el indispensable apoyo de los idiotas útiles, de los ciudadanos dóciles que votan y clasifican la basura, de los espectadores que hundidos en el diván frente a sus televisores derraman, quizás, una lágrima furtiva por “la violencia y el hambre en el mundo” entre dos resultados electorales o deportivos, la burguesía puede aún mantener las luchas de nuestra clase en el aislamiento y restablecer su paz social ¡asesinando impunemente a nuestros hermanos de clase en lucha por las más elementales necesidades humanas!

Reventar o luchar, no hay otra alternativa para el proletariado
Apoyemos a nuestros hermanos de clase en lucha, luchemos en todas partes contra la explotación
Revueltas del hambre-Revueltas en los suburbios... son nuestras luchas
Nuestro enemigo, el capital, es el mismo, en todas partes del mundo
¿Este sistema esta enfermo? ¡Qué reviente!"

Tomado de por ahí

viernes, julio 03, 2009

Cómo el Estado ejecutó a Matías Catrileo 

"Mándale un balazo" es la resolución, a través de comunicación interna, que un policía uniformado le entrega a uno de sus compañeros, minutos antes de que muriese baleado el joven universitario mapuche en enero de 2008.
Una grabación reveló el diálogo entre dos carabineros en el que uno le dice a su compañero que dispare a un grupo de indígenas que atacó una finca en Vilcún, Región de la Araucanía, minutos antes de que el joven universitario mapuche Matías Catrileo muriese baleado.

En la grabación, publicada por la versión digital del diario El Austral uno de los policías uniformados le dice a otro: "Mándale un balazo", mientras se efectuaba un operativo para capturar a un grupo de encapuchados que la madrugada del 3 de enero de 2008 atacó un fundo en Vilcún.

"Mándale un balazo", es una de las frases que se escucha en la conversación entre el funcionario de las fuerzas especiales de Carabineros Walter Ramírez Espinoza y uno de sus compañeros.

"Están atacando el fundo por la parte posterior. A la vista alrededor de 20 (personas)", fue la primera comunicación que recibió la Central de Comunicaciones de Carabineros el día del operativo.

En las inmediaciones del fundo se encontraba Ramírez Espinosa, quien cumplía con una medida de protección que la fiscalía le otorgó al propietario del fundo Santa Margarita, Jorge Luchsinger.

Ramírez se encuentra actualmente procesado por el fiscal militar de Cautín, José Pinto, como autor del delito de violencia innecesaria con resultado de muerte tras el fallecimiento de Catrileo.

La comunicación continúa: "¿Con qué elementos estarían atacando?" pregunta Ramírez, a lo que su compañero le responde: "Con armamentos, piedras, y están quemando unos fuegos que tenían acá, pero por la parte posterior, posterior".

A continuación se informa a la central de comunicaciones de Carabineros que "en total al interior del terreno hay 16 fogatas aproximadamente" y luego se indica que en el lugar hay un cartel de la "coordinadora Arauco Malleco".

La grabación fue obtenida por un peritaje que ordenó el abogado querellante Jaime Madariaga, quien aseguró que demuestra la intención de matar que los carabineros tuvieron en ese operativo.

(lanacion.cl)

jueves, julio 02, 2009

Un análisis global reciente 



(Tomado de por ahí)

-. La agravación considerable de la crisis económica del capitalismo hoy, es, claro está, un factor de la primera importancia en el desarrollo de las luchas obreras. Desde ahora ya, en todos los países del mundo, los obreros están amenazados por despidos masivos, por el incremento masivo del desempleo. Muy concretamente, el proletariado ha de hacer la experiencia de la incapacidad del sistema capitalista de permitir un mínimo decente de vida a los trabajadores que explota. Más aun, resulta ser siempre más incapaz de darles el mal mínimo porvenir a las nuevas generaciones de la clase obrera, lo que es un auténtico factor de angustias y de desesperación no solo para ellas, sino también para las de sus padres. Así van madurando las condiciones para que la idea de la necesidad de derrumbar este sistema pueda desarrollarse significativamente en el mismo corazón del capitalismo. Pero para estar en capacidad de orientarse hacia una perspectiva revolucionaria, no le basta a la clase obrera percibir que el sistema capitalista está en un callejón sin salida, que tendría que dejar paso a otra sociedad. También tiene que tener la convicción de que esa perspectiva es posible y que tiene la capacidad de realizarla. Y es precisamente en ese terreno que la burguesía ha logrado marcar goles muy importantes contra la clase obrera tras el hundimiento del pretendido "socialismo real". Por un lado, ha logrado generalizar la idea de que la perspectiva comunista no es sino un sueño: "el comunismo no funciona: la prueba está en que ha sido abandonado en provecho del capitalismo por las poblaciones que lo vivían". Por otro lado, ha logrado hacer nacer entre la clase obrera un fuerte sentimiento de impotencia debido a la incapacidad de ésta a desarrollar luchas masivas. En este sentido, la situación hoy es muy diferente de la del surgimiento histórico de la clase a finales de los 60. En aquel entonces, con la inmensa huelga de mayo del 68 en Francia y el otoño caliente italiano del 69, el carácter masivo de las luchas obreras evidenció que la clase obrera podía ser une fuerza de primer plano en la vida de la sociedad y que la idea de que podría un día echar abajo el capitalismo no era un sueño irrealizable. Sin embargo, debido a que la crisis del capitalismo solo estaba en sus inicios, la necesidad imperiosa de derrumbar ese sistema no tenía todavía las bases materiales para poder extenderse entre los obreros. Puede resumirse esta situación así: a finales de los 60, la idea de que la revolución era posible podía estar relativamente extendida, pero la idea de que fuera indispensable no podía imponerse. Hoy, al contrario, la idea de que la revolución sea necesaria puede tener un eco nada desdeñable pero que sea posible está poco extendida.



-. Para que la posibilidad de la revolución comunista pueda ganar un terreno significativo en la clase obrera, es necesario que ésta pueda tomar confianza en sus propias fuerzas, y eso pasa por el desarrollo de sus luchas masivas. El enorme ataque que está sufriendo ya a escala internacional debería ser la base objetiva para esas luchas. Sin embargo, la forma principal que esta tomando hoy este ataque, los despidos masivos, no favorece, en un primer tiempo, la emergencia de tales movimientos. En general, y esto se ha comprobado frecuentemente en los últimos 40 años, las épocas de fuerte incremento del desempleo no son propicias para luchas más importantes. El desempleo, los despidos masivos, tienen tendencia a provocar cierta parálisis momentánea de la clase. Ésta se ve sometida a un chantaje por parte de la patronal: "si no estáis contentos, hay muchos obreros por ahí dispuestos a sustituiros". La burguesía puede utilizar esta situación para provocar una división, incluso una oposición entre quienes pierden su trabajo y quienes tienen el "privilegio" de conservarlo. Además, los patronos y los gobiernos se repliegan detrás de un argumento "decisivo": "No tenemos la culpa si el desempleo aumenta y si se os despide: la culpa es de la crisis". En fin, frente a los cierres de empresa, el arma de la huelga se vuelve inoperante, acentuándose así el sentimiento de impotencia de los trabajadores. En una situación histórica en la que el proletariado no ha sufrido una derrota decisiva, como así había sido en los años 30, los despidos masivos, que ya han empezado hoy, podrán provocar combates muy duros, incluso explosiones de violencia. Pero, en un primer tiempo, serán probablemente combates desesperados y relativamente aislados, aunque se beneficien de una simpatía real de otros sectores de la clase obrera. Por eso, si, en el periodo venidero no asistiéramos a una respuesta de envergadura frente a los ataques, no habría por ello que considerar que la clase ha renunciado a luchar por la defensa de sus intereses. En una segunda etapa, cuando sea capaz de resistir a los chantajes de la burguesía, cuando se imponga la idea de que solo la lucha unida y solidaria pueda frenar la brutalidad de los ataques de la clase dominante, sobre todo cuando ésta intente hacer pagar a todos los trabajadores los colosales déficits presupuestarios que se están acumulando ya a causa de los planes de salvamento de los bancos y de "relanzamiento" de la economía, será entonces cuando podrán desarrollarse mejor combates obreros de gran amplitud. Eso no quiere ni mucho menos decir que los revolucionarios se mantengan ausentes de las luchas actuales. Éstas forman parte de las experiencias que debe atravesar el proletariado para ser capaz de franquear una nueva etapa en su combate contra el capitalismo, y les incumbe a las organizaciones comunistas plantear, en las luchas mismas, la perspectiva general del combate proletario y de los pasos suplementarios que deberá dar en esa dirección.



-. El camino que conduce a los combates revolucionarios y al derrocamiento del capitalismo es todavía largo y difícil. Cada día que pasa da una prueba suplementaria de la necesidad de ese derrocamiento, pero la clase obrera tendrá todavía que atravesar etapas esenciales antes de ser capaz de realizar esa tarea:

- reconquistar su capacidad de apoderarse de sus luchas, puesto que hoy por hoy, la mayoría de ellas, sobre todo en los países desarrollados, siguen ampliamente sometidas al imperio sindical, contrariamente a lo que pudimos comprobar durante los años 80;

- desarrollar su aptitud para evitar las mistificaciones y las trampas burguesas que le cierran el camino hacia las luchas masivas y el restablecimiento de la confianza en sí misma puesto que, si el carácter masivo de las luchas de finales de los 60 puede en gran parte explicarse porque la burguesía fue sorprendida, tras decenios de contrarrevolución, evidentemente hoy ya no es así;

- politizar sus luchas, o sea su capacidad de inscribirlas en su dimensión histórica, de concebirlas como un momento del largo camino histórico del proletariado contra la explotación y abolición de esta.

Esa etapa es evidentemente la más difícil de franquear, debido a:

- la ruptura, provocada en el conjunto de la clase por la contrarrevolución, entre sus luchas del pasado y sus luchas actuales;

- la ruptura orgánica en las organizaciones revolucionarias a causa de esa situación;

- el retroceso de la conciencia en el conjunto de la clase tras el desmoronamiento del estalinismo;

- el peso deletéreo de la descomposición del capitalismo sobre la conciencia del proletariado;

- la aptitud de la clase dominante para hacer surgir organizaciones (tales como el Nouveau Parti Anticapitaliste en Francia y Die Linke en Alemania) cuya vocación es ocupar el sitio de los partidos estalinistas, hoy desaparecidos o moribundos, o de la socialdemocracia, desconsiderada por decenios de gestión de la crisis capitalista, y que, por ser nuevas, tienen la capacidad de alimentar mistificaciones importantes en la clase obrera.

De hecho, la politización de los combates del proletariado está enlazada con el desarrollo de la presencia en su mismo corazón de la minoría comunista. Las débiles fuerzas actuales del medio internacionalista es uno de los índices del camino que queda por recorrer antes de que la clase obrera pueda emprender sus luchas revolucionarias y hacer surgir su partido mundial, órgano esencial sin el que será imposible la victoria de la revolución.

El camino es largo y difícil, pero en nada puede ser un factor de desánimo para los revolucionarios, de parálisis de su compromiso en la lucha proletaria. ¡Muy al contrario!

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