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sábado, septiembre 18, 2010

Alienación, ideología, dominación y nuevas tecnologías...(Etc.) 


(...)
Para nosotros, las nuevas tecnologías siguen
pretendiendo lo que siempre ha pretendido la
innovación tecnológica, o mejor dicho, lo que siempre
ha pretendido el capitalismo con la innovación
tecnológica a lo largo de sus dos revoluciones
industriales: disminuir la parte de trabajo vivo,
aumentar la productividad del trabajo. Las nuevas
tecnologías no son neutras; tienen una función
económica; son parte de la Economía. Es por esto
que la automación no puede extenderse más allá de
los límites de su rentabilidad en función de la
explotación de la fuerza de trabajo. Su total
generalización, la eliminación del hombre de la
producción y la eliminación del trabajo, sólo podría
darse, por tanto, en una sociedad en la que la
explotación de este trabajo no fuera la fuente del valor.
(...)
No cabe hablar tampoco para este discurso de
alienación; y a nosotros nos parece central. Para
nosotros el concepto de alienación continúa
describiendo la realidad. Con el desarrollo de las
nuevas tecnologías el proceso de alienación se
completa, llegando la reificación al límite: el hombre
dominado por el objeto de su propia creación.
Hablar de alienación, y criticarla, incluye la
afirmación de un posible mejor a lo que hay y el
consecuente rechazo de un sistema cerrado del que el
devenir queda excluido y en el que sólo cabe la
sumisión a lo establecido. Incluye la libertad como
acto ético, revolucionario.
Más allá de las palabras y junto a ellas, están los
hechos. Que esta ideología en boga que hemos querido
mostrar y criticar, se imponga y arrase, no quiere decir
que llegue a anular toda actividad crítica. La
contestación, la rebelión, se dan con formas propias
(luchas obreras salvajes fuera del marco sindical,
formas de delincuencia...) y es por el momento
controlada; por un lado, mediante un consenso
obtenido con la amenaza y el miedo y, por otro lado,
con la represión más burda. A pesar de la nueva
ideología, continúa la guerra social.

Revista Etcétera, Nº 12, Barcelona, Octubre de 1988.

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