martes, mayo 03, 2016
VIDA CAMPESTRE/EVENT 76
¿Retorno a la naturaleza? O no
tanto…Las modelos de la portada están junto a la vegetación, pero ellas visten
corpiños y calzones suministrados por la segunda naturaleza, y sólo una de
ellas se ha despojado de la prenda superior, se tapa los pechos con las manos
en que destaca el rojo de las uñas. La otra chica, que viste de blanco
transparente, se tapa la frente y la entrepierna.
Confieso que este disco entra más
por la vista en un primer momento, y después la música elegante y sintética empieza
a apoderarse de uno, poco a poco. En su momento, hubo variadas formas de censura, que hacían al disco aún más deseado.
En sus discos anteriores estaba todavía
Brian Eno en Roxy Music, o su sombra. Brian Ferry lo echó, pero dijo: “a Eno le
va a ir bien sólo”. ¡Tenía razón! Gracias a eso tenemos Here come the warm jets, Taking Tiger Mountain (by
strategy), Another green world, y Before and after science, por mencionar 4
obras maestras indiscutibles de Eno.
En Country Life creo que tenemos
al Roxy Music recién en “estado puro”. En base a estos resultados hay que
juzgarlos. Uno no puede evitar escuchar cómo esto resonó en Bowie, parte del krautrock
más mecánico, y en el post punk.
Mis gustos bastante diferentes a
esto me hacen disfrutar más los temas sueltos, sobre todo en lo que me parecen
joyas pop como “La emoción de todo esto” y “Todo lo que quiero es a ti”. En
otros momentos como “Y si toma toda la noche” me convencen mucho menos, aunque
cuando Andrew Mackay empieza a azotar su saxo, es algo bastante disfrutable. Luego
viene una balada dolorosa que no está nada mal (Bitter Sweet: agridulce, y así
suena, y no sé por qué los elementos más circenses del tema me hacen hasta
recordar al Alice Cooper de “Bienvenido a mi pesadilla”! Lo mismo con Triptych,
el tema 7).
Una vez leí que Roxy Music se arrepintió
de tocar justo después de sus teloneros The Clash, tras ir llegando Brian Ferry
en su limosina blanca y considerar el estado de excitación en que los punk city
rockers tenían al público. Los mismo le pasó a Emerson, Lake and Palmer por esa
misma época (segunda mitad de los 70) cuando en Italia estaban siendo
teloneados por Area, y prefirieron esperar una larga pausa para que el
proletariado juvenil italiano se calmara y así los ELP no palidecieran tanto en
comparación al Internacional POPular Group. Por cierto, hace poco encontré en
el persa Bío Bío la edición japonesa del “Event 76”, un excelente concierto de
Area (con formación incompleta, mientras dos músicos andaban de gira con otro
proyecto), pero con Paul Lytton y Steve Lacy en percusión y saxo soprano
respectivamente. El gran Demetrio Strattos distribuyó a modo de instrucciones
los siguientes conceptos: SILENZIO (silencio), IRONIA (ironía), SESSO (sexo),
VIOLENZA (violencia) e IPNOSI (hipnosis). Y luego de eso, todos improvisaron
magistralmente y el público de la Universidad estatal de Milán respondía
emocionado y con grandes aplausos. En este tipo de eventos uno entiende que la
etiqueta de prog rock o fusión para Area es muy inadecuada: ellos estaban más
bien trabajando en una zona que demolía la distinción entre free jazz y free rock.
A propósito de la vida en el
campo, recordé que un imbécil opinó en estos comentarios hace un tiempo, donde
habíamos puesto un fragmento de Marx/Engels sobre el campo y la ciudad, que
quien suscribe estas líneas es un hipócrita por no irse a vivir al campo y
abandonar los privilegios que tendría acá en la ciudad (¿Eso incluye los viajes
a diario en la línea 4 del metro?). Huevón: lee bien. En parte alguna dije que
la solución a algo fuera irse al campo, imbécil de mierda. Idea idiota en la
que nunca he creído, y que ya Marx criticaba cuando ciertos comunistas de su tiempo
postulaban que había que venirse a fundar comunas campestres en el Nuevo Mundo.
El capitalismo reconfigura totalmente la relación campo/ciudad, y los destruye
a ambos, tonto huevón. A ti también te destruyó, el cerebro por lo visto. Trata de leer a Henri Lefebvre, “Lo
rural y lo urbano” por ejemplo, y sobre
todo las ediciones locales que han hecho los compas de Praxis. No te harás
menos imbécil, pero tal vez aprendas a disimular un poco. Y por último, si te
caigo mal: ¡no entres a este espacio, que está hecho exclusivamente para
camaradas y amigxs! ¡Fácil y bonito!
Ah, disculpen la digresión. El
disco sigue transcurriendo entre mareas de emoción eléctrica y sensualidad.
Casanova, suena como…música para follar. No es mala idea. (Hay un motel excelente
en pleno centro donde en cada pieza tienen un reproductor de CD. Pero no dejan
entrar de a 3 personas).
“A really good time” y “Prairierose” cierran este disco, hecho en 1974. Recuerdo poco ese año. La memoria
humana empieza en promedio a los 4 años. El 74 ya era claramente un año
protopunk, y a algo así suena este artefacto al final, tras pasar por una
odisea mucho más “clásica” de sonidos. Siempre muy elegante, y con saxo.
Etiquetas: anti punk, campo/ciudad, muerte a los imbéciles, rock (no punk), rock pichulero
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