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viernes, abril 29, 2016

Canonización de Aylwin (parte 2) 

La vida es difícil, la vida es rápida, la vida es corta, y por lo mismo mientras escucho de nuevo "In a free land" de Hüsker Dü pienso que por suerte otra persona ya hizo parte importante de la pega que demuestra el tipo de guerra sucia que la Concertación dirigió desde el Estado contra lo que quedaba de izquierda subversiva: tal cual la UP masacró a la VOP con las mismas fuerzas armadas que luego la masacraron a ella, la oficina del PS/DC/PPD siguió usando las mismas fuerzas de la dictadura para asesinar en ejecuciones sumarias a los jóvenes militantes de la organizaciones como el FPMR (Autónomo), MIR y MAPU Lautaro.

(El Ariel)

Va acá un breve listado confeccionado por Daniel Giménez. En la parte 3 nos seguiremos explayando (sobre todo para operar así en contra de los sociodemos que creen que el terrorismo de estado existe sólo durante los llamados "estados de excepción constitucional"):


Pero, y esto es lo más importante, el currículo de Aylwin muestra no solo que no fue un paladín de los derechos humanos, sino que, al contrario, fue responsable, al menos político, de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado de Chile entre el 11 de marzo de 1990 y el 11 de marzo de 1994. Con la excusa de desmantelar a “los grupos subversivos” que para entonces operaban en Chile (el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el MIR, pero fundamentalmente el Movimiento Juvenil Lautaro), el gobierno de Aylwin asesinó a al menos 33 de sus militantes y a otras 63 personas sin militancia conocida. En parte importante de los casos, los asesinatos ocurrieron a través de ejecuciones sumarias y con montajes para simular enfrentamientos, tal como lo hacía la CNI y como lo siguieron haciendo posteriormente otros aparatos represivos en sus ejecuciones sumarias, como, por ejemplo, en el asesinato de Matías Catrileo.

Radio Villa Francia ya ha publicado una lista detallada de los y las militantes de izquierda asesinados/as por el gobierno de Patricio Aylwin. Pero para dimensionar la gravedad de las violaciones a los derechos humanos cometidas por él, permítaseme reseñar brevemente un par de casos elocuentes:

(Para más antecedentes sobre algunos de estos casos y sobre las violaciones a los derechos humanos en general por parte del gobierno de Aylwin, se recomienda especialmente la tesis Rebeldía y utopía, castigo y represión: políticas represivas en el primer gobierno de la concertación, de Susana Cells Ramírez, Escuela de Periodismo, Universidad de Santiago, 2010).


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jueves, abril 28, 2016

Cristóbal Cornejo: investigador materialista de la realidad (x el camarada Rodrigo) 

Cristóbal Cornejo: investigador materialista de la realidad.
Por Rodrigo B.



La crítica radical a la cultura del capitalismo guarda sus antecedentes de manera dispersa en la filosofía, literatura, poesía y pintura de la segunda mitad del siglo XIX. Solo con el fracaso de la revolución de 1905 y el advenimiento de la Primera Guerra Mundial (eventos que fueron a su vez productos específicos del desarrollo de la economía política), encontraría esta crítica una forma concreta y consciente en la actividad creativa de, por ejemplo, los dadaístas y los surrealistas.
La importancia de estos grupos radica en haber reconocido, junto con el grueso de la clase trabajadora que se levantó en armas contra el orden burgués entre 1917 y 1937, la manera en que el capitalismo avanzaba vertiginosamente apoderándose de la totalidad del espacio y el tiempo social. Esa consciencia histórica fue acertada. Al ser incapaz el proletariado de contener su avance, el capitalismo se encontró luego de la Segunda Guerra Mundial en el terreno firme de lo que Marx denominó la “fase de subsunción real del trabajo en el capital”; el trabajo asalariado y la producción de mercancías ocupando la totalidad de la vida.
En ese sentido, se podría decir, la economía política se transforma en una cultura que ya no reconoce límites identitários, geográficos, religiosos, etc. Parafraseando a Robert Jaulin, el capitalismo se convierte durante este periodo en “la organización colectiva del hecho cotidiano total”; ya no hay un afuera del modo/estilo de vida que imponen el trabajo asalariado y el dinero.

Parte del trabajo que realizaron Walter Benjamin, la Escuela de Frankfurt y los situacionistas (solo por nombrar algunos de los más reconocibles) fue tomar nota de estos desarrollos. Lo que se buscaba era ampliar el horizonte crítico y afilar las armas de la teoría anti-capitalista para ponerlas a la altura de las circunstancias históricas que se habían gestado en ese último ciclo. Es decir, mucho más allá de pretenderse una “crítica cultura” en términos generales, estos trabajos teóricos fueron una crítica directa y específica al capitalismo y la cultura que engendró para mistificarse y naturalizarse.
Esto es lo que se conoce como industria cultural, un concepto que al parecer ha sido tan difícil de asimilar que las definiciones que se dan en Wikipedia son radicalmente distintas en castellano y en inglés, por no mencionar el hecho de que el concepto, respecto a otros, está traducido a una cantidad ínfima de idiomas.
Tal como señaló Anselm Jappe el “contenido” de este fenómeno (y producto) histórico al que se conoce como industria cultural “no es la apología explícita de tal o cuál régimen político presuntamente intachable, sino la incesante presentación de lo existente como único horizonte posible”. Estos comentarios los hace Jappe a propósito del boxeo dialéctico que organizó entre Guy Debord y Theodoro Adorno respecto al rol del arte (Sic Transit Gloria Artis, 1994). Luego continúa citando a Adorno: “A fin de demostrar la divinidad de lo real no se hace más que repetirlo cínicamente y sin cesar. Tal prueba fotológica no es concluyente, pero si apabullante” (Dialéctica de la Ilustración, 1944).
En nuestros días, y ya desde hace algún tiempo, este punto de vista ha sido reducido y/o restado de su contenido crítico original. Su potencial revolucionario se ha vuelto una especie de espejismo que, por un lado alimenta las ilusiones canibalescas de los especialistas de la crítica (sociólogos, filósofos, académicos y demás tipos de burócratas del pensamiento), y por otro es desestimado como un delirio propio de “la teoría estética” por los y las que se dedican a la política (en diferentes formatos de leninismo o anarquismo profesional). Es quizá obvio señalar que esta incapacidad para entender el capitalismo como un modo de producción de la vida en su totalidad —y que por lo tanto debe ser contestado en la práctica de manera total— es resultado directo del avance violento de la alienación en nuestra época, y, como diría György Lukács, la alienación radica en el predominio de la mercancía en la vida social.
Entre los que resisten esta inercia totalizante que viene imponiendo la cultura burguesa a toda la humanidad desde hace ya varios siglos, debiéramos contar también a aquellos que se rehúsan a someter su racionalidad y su capacidad sensible a la lógica de los sistemas dogmáticos de significaciones, a las falsas oposiciones, y a la urgencia con que la crítica especializada y los intelectuales mantiene la realidad diseccionada. Parte de ese esfuerzo pasa por rastrear y darle continuidad a la historia que es sistemáticamente oscurecida por la sombra de la industria cultural; la historia de las clases dominadas.
Tengo la certeza de que el trabajo de Cristóbal Cornejo forma parte de esa corriente histórica, y creo que se le debería poner atención porque este tipo de mirada es excepcionalmente escasa en el movimiento social anti-capitalista de hoy. Tan excepcional como necesaria.


Cristóbal, al que difícilmente podríamos calificar como un simple periodista, músico o poeta, fue más bien un agitador social a tiempo completo. Hablar de su obra “literaria” separada de su obra “política”, o de su obra “musical” separada de su obra “poética”, sería caer en un sesgo ideológico que el mismo combatió a cada momento. Los cruces de ideas y referencias a los que estaba siempre sometiendo sus análisis de la realidad formaban parte integral de lo que pretendía comunicar.
Para empezar a despejar las dudas que puedan haber respecto de ese sentido unitario en el trabajo de Cristóbal bastaría con hacer una pasada rápida por algunos de los temas más relevantes de sus escritos: John Coltrane, la Nueva Canción Chilena, el punk, el noise, la new thing, Emile Dubois, los Ludditas, Cravan, orgías des-programadoras, insurrecciones urbanas, vandalismo comparado, el 18 de septiembre, movimientos sociales, ecológicos y culturales, el anti-arte, la anti-poesía, el comunismo difuso, terremotos sociales y geológicos, y un largo etcétera.
Se le escucha decir, por ejemplo:
“Y no es que creamos que los/as artistas son una lacra. Es un sistema que los/as controla de manera objetiva y subjetiva, mimándolos y disociándolos del conjunto social, el que los hace no llevar la crítica hasta la raíz. A pesar de eso, sabemos que la complacencia frívola y el éxito (Warhol, el trivial mercader por excelencia, como ícono), motivan la reproducción del modelo de vida y la integración y recuperación de los posibles “revoltosos” al engranaje.“
En otro momento reflexiona:
“Ya en los sesenta, pueden apreciarse los notables resultados que alcanza la fusión “menos probable de todas”, es decir, rock y jazz, o más concretamente, free jazz y punk rock (donde punk se entiende como actitud). En esta década nos encontramos con bandas que, casi paralelas al desarrollo del jazz libre, van incorporando sus descubrimientos al acervo del ruido eléctrico.”
Y luego grita:
“¡Por la multiplicación de los focos locales anticapitalistas y antiestatales!
¡Por la revolución internacionalista contra la sociedad espectacular!
¡Comunismo difuso saboteando el viejo mundo!”
Todos estos fragmentos forman parte de escritos que, aunque referidos a cuestiones distintas, están atravesados por una misma mirada que los ata en un impulso por subvertir el sentido común y llevar “la crítica hasta la raíz”.
Se puede reconocer en el trabajo de Cristóbal una tremenda inquietud por poner en crisis varias de las instituciones que organizan la forma que tenemos de pensar y experimentar la realidad. Y eso se puede observar no solamente en sus escritos, sino que también en la música que produjo, los grupos que frecuentó, la manera que tuvo de moverse por el territorio y cómo estableció relaciones con los que tuvimos la suerte de conocerlo y tenerlo cerca.
En ese sentido, la introducción que propuse un poco más arriba no es una mera forma de poner en contexto o meter a la fuerza a Cristóbal en un cause histórico que le es ajeno. Al contrario. Su trabajo representa para mí un cuerpo sólido de investigación materialista de la realidad que se acopla con mucha soltura a la corriente que conforman los movimientos y teorías que comentábamos antes.
Cristóbal fue un gran comentador de la realidad y también un acucioso archivador de experimentos y experiencias —individuales y grupales— que han surgido en la historia contra-cultural chilena. No es que se haya dedicado solo al territorio dominado por el Estado chileno, o solo a la “contra-cultura”, sino que tuvo la lucidez suficiente para poner el ojo aquí, en tiempos y cuestiones que no mucha gente lo estaba poniendo. Un excelente ejemplo de eso es su programa radial Sonidos Mutantes.
En diciembre del año 2013 Cristóbal transmitió el primer capítulo del programa a través del dial de la radio Actual de Tocopilla. Hacerlo en esa región y en esa ciudad no fue cuestión de azar o exigencias externas a él; fue una decisión calculada, un primer esfuerzo por romper con el grosero (pero muy coherente) centralismo que estructura este país.
Así reseñaba el propio Cristóbal su proyecto:
“Hay capítulos dedicados a la música electroacústica desde 1956 a 1974, una revisión de la época de improvisaciones de Los Jaivas entre 1969 y 1970, la creación subterránea en Chile durante los ’70 y ’80, con grupos como Malalche y Agrupación Ciudadanos (y otras ocurridas en el exterior como el trabajo de Alvaro Peña o el Quilombo Expontáneo), la música más arriesgada de la post-dictadura (90’s y principios de los 2000), hasta llegar a las distintas propuestas de sellos contemporáneos como Espora, Jacobinodiscos, Horrible Registros, Productora Mutante, Amigos de la Contaminación Sonora, Cumshot Records, Templo Sagital, Pueblo Nuevo y Chancacazo. Asimismo, habrán capítulos más específicos dedicados a la poesía sonora, los paisajes sonoros y la improvisación libre.”
Se podrían nombrar a la rápida algunas de las bandas más recientes que incluyó en su revisión: Lluvia Ácida, Lem, Tobías Alcayota, Leonardo Ahumada, Aves de Chile, Namm, Les Chicci, World Music, La Golden Acapulco, Ojo, Come Perro Fuma Gato, Los Igualitos, Pintocabezas, Indio, Dolores Fiuler, Ramiro Molina, Ensamble Majamama, trio Payaya, Acratarca, La kut, diAblo, Mostro, Colectivo No, Fracaso, y muchos otros. El último capitulo, dedicado a la poesía sonora, cuenta más de una decena de músicos.
A lo largo de 12 capítulos, escritos, producidos y conducidos por Cristóbal, se repasó la historia musical de Chile desde 1956 hasta el 2013. Desde luego esta no es la historia “oficial” de la música chilena, sino más bien una que se construyó al margen de ella. No tanto por falta de talento o éxito comercial como por una necesidad consciente de mantenerse más cerca de su propio impulso creativo y más lejos del centro gravitacional de la industria musical. En ese gesto, lejos de sacrificar algo, lo que estas bandas hicieron —en mayor o menor medida, con mayor o menor éxito— fue tomar partido por una forma de hacer música que no está necesariamente atada al flujo de las mercancías culturales.
A eso se prefirió llamar “sonido mutante”, para evitar caer en otras categorías que impidieran a Cristóbal apuntar donde quería apuntar.
Es decir, lo que Cristóbal hace al ponerlas todas bajo una misma luz es tramar una historia a contrapelo de la impuesta por la propia industria cultural. O dicho de otra forma, lo que queda de manifiesto en el programa, lo que hizo Cristóbal a través del trabajo de docenas de bandas a lo largo de más de 50 años, es exponer su propio punto de vista de la historia musical de este país.


Quizá lo más importante y valioso de este proyecto radica en el hecho de que a esta historia de la música que se está contando subyace, a su vez, una historia social; Sonidos Mutantes es también un recorrido por los orígenes materiales de esas músicas, un recorrido por las posibilidades e imposibilidades de hacer música en Chile, por sus medios técnicos, lugares geográficos y espacios sociales, por las influencias, motivaciones e inclinaciones de distintos músicos en distintas épocas. Incluso más, lo que investiga el programa es un conflicto de clases latente que ha sido soslayado por los historiadores de la música casi siempre: ¿es la música producto de un solo tipo de condiciones sociales, económicas y espirituales? ¿Qué tienen que decir los distintos tipos de música acerca de las condiciones sociales, económicas y espirituales de las que surgen y en las que se desarrollan? Tengo la impresión de que ese es el tipo de preguntas que motivaron a Cristóbal a realizar este tremendo proyecto de investigación.
Sonidos Mutantes es, en casi todo sentido, único en su especie, y aunque su valor no radica en eso, lo vuelve un referente necesario para cualquiera que quiera investigar, sea por las razones que sea, la historia de la música chilena con seriedad y verdadero interés. Hasta el día de hoy nadie a llevado a cabo con tanto rigor y con tanta capacidad crítica esta tarea.
Lejos de pretender la última palabra sobre las pesquisas de Cristóbal, me gustaría invitar con esta breve reseña a los/las que no conocen su trabajo a adentrarse en él y descubrirlo por cualquiera de los caminos que tendió. El que propongo acá es solo uno. Estoy seguro de que quién lo haga, por la vía que sea, no solo va a encontrarse con una obra apasionada y profunda, sino que también en el camino va a aprender un montón sobre su propio entorno e historia.
Aquí (https://archive.org/details/SonidosMutantesCap.119DeDiciembre2013) pueden encontrar el primer capítulo del programa. En ese canal encontraran también los otros capítulos, además de la “segunda temporada”, uno que otro experimento, y su última “declaración pública”.

Hace solo unos días sus amigos y compañeros lanzaron un par de libros recopilando parte de su trabajo. Sabemos que vendrán más. Por lo pronto, seguiremos escarbando y adentrándonos en lo que tenemos a mano; sabemos bien que su obra es un medio para adentrarse en espacios y tiempos sociales que no aparecen con tanta nitidez y potencia como cuando son descritos por su pluma.


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miércoles, abril 27, 2016

Hüsker Dü: Todo se derrumba/Tributos a DM 

Hace semanas que no hablamos de Hüsker Dü. Es ocasión de hacerlo ya mismo.



El otro día escuchaba su inmortal minialbum “Todo se derrumba”, de 1981 si no me equivoco, y que en la edición Rhino en CD trae varias cositas más, incluido el single “En una tierra libre”, seguido de dos temas maravillosos, “Estatuas” en versión de 8 minutos, y más rarezas como el tema que sería lo mismo que HD pero traducido del noruego: “¿te acuerdas? Se lo mostré a unos camaradas, haciendo énfasis en que este era el verdadero ULTRACORE, y no la mierda de rap/metal que años después infectó al Hardcore pasando por una forma musical que tuviera algo que ver con dicho nombre…

Creo que “Todo se derrumba y más” fue mi primer CD de HD. Lo compré en una disquería en Malmö o en Lund, en el sur de Suecia, en 1994. Costaba como 5 mil pesos. ¿Y cómo llegué a esa banda?

Hagamos memoria…

La única cosa que le podría agradecer a Rolando Ramos en toda mi vida es que cuando tenía un programa nocturno en la TV a inicios de los 90, solía mostrar un set de video clips de bandas de SST: Leaving Trains con no recuerdo qué tema, Meat Puppets con otro que no me acuerdo, Dinosaur Jr. con “Pequeñas cosas furiosas”, Black Flag con “TV Party”, y por supuesto, Hüsker Dü con “No quiero saber si estás solx”. Hasta un tema de Opal, pre-Mazzy Star, solía aparecer en esa extraña parrilla musical de todas las noches. Qué tiempos aquellos…Ahora ni en MTV uno puede ver videos musicales.

Amábamos esa canción, todo el grupo de huevones que vivíamos prácticamente todo el tiempo en mi casa, cuando mis padres vivían fuera de Chile a inicios de esa década de mierda.

Pero eso no me preparó para apreciar la magnificencia absoluta del disco en cuestión, donde los Hüskers de principio a fin dan rienda suelta a su vocación por el Ultracore a 1000 por hora, y a la vez asoman a cada rato destellos melódicos que SIEMPRE fueron parte de su estilo de Punk Rock, no sólo al final que es lo que cree el público que no los conoce bien ni los ama tanto como yo, King Gordo, Katafú, Giorgio, Tommy Delmar y un par de cuarentones más.



El CD abre maravillosamente con “Desde la guata”, con su ritmo marcial de batería al cual se van uniendo bajo/guitarra y gritos en un interesante crescendo que termina casi altiro para dar paso a “Blah Blah Blah”. Casi me cagué en los calzoncillos (sí: en Suecia salía poco en las mañanas y me quedaba escuchando HC punk en calzoncillos por lo general) cuando aparece esa línea de bajo realmente contundente y hermosa, y los gritos putean a un imbécil de mierda que habla puras huevadas y al que incluso le preguntan si “es una cabeza lo que tienes sobre tus hombros, o algo que usas como ornamentación”. Hasta ahí uno ya podría pensar que ha escuchado dos de los mejores temas que escuchará en su vida, cuando sin casi ninguna pausa los altoparlantes pasan a acribillarte con “Borracho mochero” y “Bricklayer”: dos formas esenciales del Ultracore que ya menciono por tercera (y espero que última) vez en este breve escrito. Al exhibirlo este domingo a las nuevas generaciones de miembros del Partido, uno de ellos exclamaba: “los orígenes del Power Violence!”. Puede ser…no me siento experto en Power Violencia, porque soy un viejo culiao que la mayor parte del tiempo escucha saxofones grabados en los años 60 y que cree que el PUNK murió en 1986, pero le creo a la Juventud Comunista, porque tal cual dijo el estalinista reculiao de Neruda: "con mi partido, no termino en mí mismo", ¡Y hay que conceder que en cuanto a eso el viejo tenía razón!.

A diferencia de su algo menos variado álbum debut, grabado en vivo, el glorioso Land Speed Record (donde los temas son tan cortos que en CD hay solo dos tracks: el lado A y el B del LP), acá los Dü muestran toda su versatilidad por la sorprendente vía de hacer un cover de Donovan, “Sunshine Superman”, justo después de “Miedo a estar equivocado”. ¡Quien dijo que el punk rock no podía ser sutil? Con “señales desde arriba” se acababa el lado A del vinilo, y en CD no es necesario dar vuelta nada para que te asalte de inmediato el lado B, donde sólo tenemos ultracore en el tema “Obnoxious”, y las otras canciones son obras de arte de lo que mi camarada Katafú llamó hace poco la “guitarra química” de Bob Mould: “Todo se derrumba” (una de las canciones más bellas que haya dado el HC punk de cualquier época), “Ruedas”, “Target”, y “Gravedad”. Todo se derrumba, y se acaba, pero uno no puede evitar escuchar este joya sonora una y otra vez, y de hecho creo que es uno de los discos que más he oído en mi vida, y confío en que mis camaradas sabrán ponerlo en el funeral, como cuando en el de Cris Corn pusimos entero el “Unidad Espiritual” de Albert Ayler.



Pero aunque Ud. no lo crea, la magia no acaba ahí, pues gracias al formato CD, en la edición que comentamos vienen los dos primeros singles de la banda, y el “In a free land” es tal vez lo más perfecto que hicieron, acompañado en el lado B del formato original por “Qué es lo que quiero?”, donde el gran Grant Hart grita desconsoladamente y se responde: “nada!, nada!, nada!”, y “Complejo Industrial Militar”, uno de sus temas más “políticos”.

Pensar en esto me hizo recordar que en su momento con lo que quedaba de Disturbio Menor hicimos el “In a free land” en vivo, con el gran Chico Leo Ríos (que es un grande aunque sea bajito) en voz. No me acuerdo si la tocamos en Taller Sol o Cimarrón, pero fue una sola vez. Y pensando en eso me acordé de que hace pocos días encontré en youtube un material realmente bizarro: el espectáculo de unos punk rockers “tributando” a DM (Disturbio Menor, no Depeche Mode) en un sitio eriazo, con fuego y mohicas y todo, haciendo como que tocan 3 o 4 canciones (Fuego; Armado y sin cerebro, y no recuerdo cual otra, ah: Entre el amor y el frío), sobre las grabaciones originales que –todo sea dicho- siempre sonaron como la callampa. Curioso. Otro camarada/hermano me decía desde lejos: “Ni Tarantino hizo algo tan bizarro”. Yo, la verdad, no sé cómo calificarlo...

En todo caso, creo que el mejor tributo a DM lo hicieron hace unos cuantos años los miembros originales de la oscura banda Canutos Presos, con bajistas invitados (uno de Malgobierno/Houdini primero, y luego de Proiecto Científico: eso es excelente: inventar líneas de bajo para que años después las toquen otros bajistas más jóvenes y talentosos que uno)(Como dirían Varese y Zappa, parafreaseados, "present day punk rock composer refuses to die").




De ahí vienen más y más temas de HD, completando un total de 19, pero ya no tengo ganas de hablar de eso. Me voy. Chao. 

PS: cuantas veces dije "Ultracore" a lo largo de este texto?

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Anarquía y Anarkía según el Observatorio/UAHC este jueves: contra el terrorismo del Estado, el capital, etc. 


Yo creía que la distinción entre anarquistas (buenos) y anarkistas (malos) la había inventado la prensa burguesa chilena hacia 2009/2010, en el clímax de la histeria antiácrata, pero no: era una creación seudoacademicista del infame Erick Marín, el cual habla de sí mismo en tercera persona (y se autoelogia) en su sitio Observatorio del Anarquismo en Chile.

Vamos con su brillante distinción, no sin antes dejarlos con un clásico EP de Government Issue, Toro sin piernas, de 1981, donde se incluye el hit "Anarchy is dead" (La Anarquía está muerta: lo cual no es verdad en todo caso, pero igual el tema es brillantísimo, y de paso putean a los jipis culiaos pacifistas de CRASS, jeje: qué divertido. Hardcore para las masas).




"Esta ha sido sólo una distinción didáctica para explicar ciertas diferencias entre las redes anarquistas, permitiendo que aquellas personas ajenas al movimiento social, puedan disponer de una conceptualización básica. Esta fue desarrollada por el Psicólogo Social Erik Marín de nacionalidad chilena y colaboradores, especializado en el anarquismo de acción directa contemporáneo, en organizaciones criminales y terrorismo. Elaboró la distinción entre dos tipos de anarquismo: según indica es posible identificar dos grandes pilares anarquistas, anarquistas con “k” y anarquistas con “q” [anarkistas – anarquistas]. El primer grupo conformado por individuos pertenecientes a organizaciones culturales de corte libertario, ex integrantes de grupos subversivos, pro vida animal, veganos, ecologistas y okupas que suelen integrarse a un trabajo de tipo social cultural, suelen participar en protestas y ocupaciones, poseen una estética que los acerca al punk o al hardcore. Los segundos, anarquistas con “q”, se conforman en universidades, con redes internacionales, vinculados en algunos casos a partidos políticos de izquierda, movimientos libertarios o insurreccionales. En Chile durante los últimos años principalmente anarquistas con “q” crearon redes de participación que se orientaron al anarquismo de acción directa o expropiador, siguiendo el modelo anarquista insurreccional italiano, algunos de ellos retornados posterior al gobierno militar de Augusto Pinochet U. Estos últimos son individuos profesionales y/o universitarios de clase media y media alta, llevan una vida de trabajo o estudios y que bajo determinadas circunstancias sociales han pasado a la clandestinidad o mantienen una doble vida. Si bien en la praxis existe una fuerte interacción entre ambos tipos permite al menos distinguir de aquello que los medios han difundido como lumpen anarquista, lo cual no es más que una ridiculización mediática de un movimiento social y por lo demás no permite un análisis riguroso de los hechos acontecidos en el país y el mundo.


Su distinción la elabora a partir de la conceptualización realizada por David Graeber y Andrej Grubacic, en la cual se refieren a anarquistas con “A” mayúscula y anarquistas con “a” minúscula. Algunos de sus escritos son: Anarquismo chileno y redes tecnológicas. Estudio exploratorio de desigualdad en seguidores de ideas anarquistas. De hacker, craker y okupas en la red. Hacia una arquitectura anarquista. Anarquismo de acción directa en Chile – anarcoterrorismo [2004-2009]. Ha desarrollado también investigación [no publicado] entorno al vandalismo en obras de arte y a la reconceptualización de una obra artística después de sufrir un atentado de acción directa".



EZLN? Mmmmmmmm. OK. Ya.

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domingo, abril 24, 2016

Acerca del proceso de canonización de Patricio Aylwin Azócar (Parte 1) 

Cuando empezaron las protestas antidictatoriales en 1983 yo estaba por cumplir 12 años. En un Liceo Salesiano en Punta Arenas, el grueso de los alumnos “opositores” sentía la tentación -  cuidadosamente estimulada por varios sacerdotes- de simpatizar activamente con la Democracia Cristiana.

Yo no, y eso se lo agradeceré siempre a mi padre, que me explicó que en realidad los DC habían apoyado el Golpe, y que se habían pasado a la oposición casi 3 años después (Un gran amigo, obrero y trotskista, guardaba y exhibía vez que podía un gran documento histórico que encontró en un lote de diarios viejos que le pasaran una vez para evitar manchar el piso con pintura en una de sus pegas: los titulares de El Mercurio de 1976 anunciando: “La DC se pasa a la oposición”). 

En la retina de todos quienes conservaban en la memoria esos momentos, un nombre se asociaba notoriamente a esa posición momia y golpista: Patricio Aylwin Azócar.



Gracias a esa gran revelación paterna, confirmada luego por mi abuelo materno (Raúl Morales, 1922/2001, mi primer y más querido maestro de marxismo), realmente incómoda para las filas de una “oposición” que se pretendía “unitaria” en el contexto de la primera mitad de esa década (verdad casi tan incómoda como el hecho de que el P”C” argentino apoyó en 1976 el golpe de Estado presidido por el gorila Videla), nunca sentí simpatía alguna por la Falange, todo lo contrario, y pese a que me consideraba comunista, ante la ausencia de una base jotosa en mi Liceo, hacia abril del año 1984 pese a mi corta edad ya militaba en el Frente de Estudiantes Socialistas, junto a una gran camada de amados, carismáticos, inolvidables e irremplazables compañeros de Liceo como Marcelo Barrios, alias "Sapito" (asesinado en agosto de 1989 por infantes de marina en los cerros de Valparaíso) e Iván Muñoz, alias "Pelito" (fundador del Centro Cultural At Atoja en la población 18 de septiembre de Punta Arenas, muerto hace unos años por causa natural, ya de regreso a su ciudad y población que lo vieron crecer), entre otros. 

Creo no exagerar si digo que el FES fue la vanguardia estudiantil de Punta Arenas en cierto momento, y al menos durante un par de años. En él convivían todos los jóvenes socialistas magallánicos, adscritos a varias tribus en una época que hoy es difícil de recordar, después de la reunificación del PS hacia 1989 y su conversión en un partido harto menos que socialdemócrata, pero totalmente apto para gobernar, que ya en los inicios del gobierno San Patricio Aylwin suministró invaluables servicios a la represión estatal a través de “la Oficina” y terminó siendo básicamente la pata izquierda de la dominación capitalista en su fase llamada “neoliberal”[1].

El FES era una estructura juvenil regional, bastante autónoma del partido “adulto”, con lo cual enlazaba con una tradición más autónoma e insurreccional, y creo que se hacía digna heredera de las formas espontáneas de socialismo magallánico que existían hace 100 años y que finalmente fueron integradas al POS de Recabarren.

En todo caso, la hegemonía en el FES era primero de los “almeydistas” (integrantes junto al P”C” y el MIR del Movimiento Democrático Popular), y luego de su escisión de ultraizquierda: los llamados “comandantes” (o “comanches”: aún recuerdo cuando salíamos de concentraciones en el Gimnasio Regional gritando como indios, acercando y alejando la mano de la boca: ahora la mayoría de los ex comanches están en la casa o en el gobierno, y ese gimnasio es un Casino en la parte más gentrificada del centro de la ciudad). Por supuesto que todos nosotros pertenecíamos a este último lote. Los demás se fueron luego con la Federación Juvenil Socialista de los Briones y Nuñez, y se derechizaron de inmediato ya en plena época de paros y protestas nacionales, y cada vez más y peor a futuro.



Pero parece que me estoy desviando del tema: este artículo no es sobre la Juventud Socialista de Magallanes, experiencia juvenil que jamás podré ni quisiera olvidar y que creo amerita un texto especialmente dedicado a recordarla y explicarla, sino sobre la patética pero inevitable canonización de uno de nuestros peores enemigos de clase: don Patricio Aylwin Azócar, golpista democrático y beato cristiano de la variedad romana, que en el plano de las representaciones culturales nacionales acaba de pasar al panteón de los Padres de la Patria.

En rigor, sobre ese proceso tan risible no hay mucho que decir por ahora. Más bien mi intención es sacar a la palestra, sobre todo para las más jóvenes generaciones de camaradas, algo de memoria y un perfil histórico preciso de semejante personaje.

Pocos años después de saber que el principal DC coligado con los gorilas hacia 1973 era este famoso patricio Aylwin, gastaba varias tardes hurgando en el pasado más o menos en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Santiago, y fue ahí que conocí las posiciones precisas tanto del PDC en general como las de Aylwin en particular durante el 73 y los años posteriores. Nunca olvidaré la indignación que me causó leer las declaraciones de “don Pato” a la prensa italiana, donde no sólo justificaba el golpe, sino que minimizaba sus consecuencias en materia de "violaciones a los derechos humanos" (nombre elegante para el genocidio). En algún momento las extracté y puse en un diario mural de la Escuela de Derecho en calle Pío Nono, pero duraron bastante poco: la censura orwelliana a cualquier forma de conocimiento verdadero ya operaba en esos años a cargo de las  mafiosas juventudes de los que pasaron a ser los partidos de la Concertación/Nueva Mayoría.

Por eso es que, si en 1988 me parecía que participar del plebiscito era un profundo error para el movimiento antidictatorial que se había gestado a sangre y fuego pocos años antes, dado que por sobre todo, independientemente del resultado, implicaba aceptar el itinerario trazado por la criminal Junta de Gobierno en la Constitución de 1980, en 1989 la candidatura presidencial de Aylwin me pareció un chiste siniestro y de mal gusto.

La “salida electoral y negociada” era en realidad un mero traspaso de mando, y simbólicamente era potentísimo que el mismo golpista que había abierto las puertas a la irrupción genocida de los militares tuviera 16 años después las llaves para volver a pasar del fascismo a la democracia capitalista. Era la sensación de muchos izquierdistas, pero la mayoría eran militantes que habían renunciado a toda autonomía y se plegaban de arriba abajo a las órdenes de su estructura jerárquica: el (los) partido (s).

Mientras la campaña oficial concertacionista decía “sin odio, sin miedo, sin violencia: Vota Aylwin”, los izquierdistas resignados con la cabeza gacha agregaban: “¡y sin asco!”.

“¿Cómo nos va a sacar de la dictadura el mismo que nos entregó a ella?” le pregunté una vez a Estela Ortiz en una plaza situada por ahí por Avenida Grecia entre Los 3 Antonios y Exequiel Fernández, cuando ella hacía campaña como candidata a diputada, y respondió que aunque todos sabíamos que era algo difícil de aceptar, pero teníamos que hacerlo nomás, como la única vía de derrotar a la dictadura en las urnas, mirando hacia el futuro…Tremendo futuro en todo caso, pero en esos años yo no había escuchado a los Sex Pistols como para haberle espetado en su cara: NO FUTURE!

Pero no: ni yo ni ninguno de los adolescentes del numeroso grupo que por entonces se juntaba en ese sector y que había luchado con todos los medios disponibles contra el aparato represivo de los milicos se inscribió ni fue a votar. Rechazamos toda esa salida pactada, y poco a poco, con los años, nos liberamos del lastre “leninista” y nos fuimos volviendo libertarios.

Cuando el candidato Aylwin fue a hacer campaña al Aula Magna de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile lo recibimos con pifias y un lienzo en el frontis que decía “PINOCHET = HAMBRE EN DICTADURA / AYLWIN = HAMBRE EN DEMOCRACIA”.  El viejo de mierda y sus numerosos fans se indignaron bastante. Al final, quemaron el lienzo y a mí me golpearon en gran estilo: sujetándome entre cuatro miembros de la JDC para que un quinto joven demócrata y cristiano me depositara un par de combos en el hocico. Al otro día en la mañana el valiente socialcristiano me esperaba tempranito en la entrada de la facultad para darme la mano y disculparse. En vez de eso preferí escupirlo en el rostro.

La noche que Aylwin ganó las elecciones, en Grecia con Los 3 Antonios, mientras unas jotosas se abrazaban y lloraban de felicidad diciendo “se acabó la dictadura”, nuestro lote compuesto por hartos JRME, pocos troskos, y uno que otro miembro de la Juventud Patriótica (estructura juvenil del FPMR-Autónomo) aprovechamos la borrachera electorera de gente abraza-pacos para hacer inmensos rayados con brocha en los muros de Grecia, cerca del Estado Nacional, apelando sobre todo a la necesidad urgente de liberar a los presos políticos. Yo además agregué: "VIVA LA CUARTA INTERNACIONAL", je je je. Mientras tanto, las jotosas lloronas nos cantaban: “solos, se van quedando solos”.

Después, nos fuimos a palpar el ambiente que se vivía en Plaza Baquedano, tratando de beber lo que fuera en medio de una ley seca que se acabó abiertamente a eso de las 3 AM. 

Mientras todos celebraban la despinochetización homeopática que implicaba la elección como Prócer de este viejo momio y golpista, nosotros gritábamos “NO OLVIDAR: AYLWIN FUE, QUIEN LLAMÓ A PINOCHET”, lo cual nos mereció primero el repudio general, y luego ser atacados por miembros de la JDC, que pese a sus apelaciones al pacifismo, eran en general bastante dados a oficiar matonescamente de policía alternativa contra ultrones como nosotros. Nos defendimos como pudimos, y hasta recuerdo haber optado por no romperle una botella en la cabeza a un joven DC; sino que sólo en su hombro izquierdo. Nos fue bastante bien, pese a la impresionante diferencia numérica: ninguno de nosotros le hacía asco a la violencia callejera, de hecho, nos encantaba ejercerla vez que ameritaba. Causamos algunas bajas, y tuvimos una sola entre los nuestros: el camarada  Carlanga, que terminó siendo atendido en el Hospital Salvador con una gran herida en la cabeza, y entiendo murió unos años después, en medio de la desesperación juvenil que empezó a cundir en esas villas y que sigue ahí y es notoria apenas uno traspasa con los ojos abiertos esa zona psicogeográfica.

Y ahí se acabaron los 80. La gente muy contenta, se fue a sus hogares no tan tarde, a vivir y trabajar tranquila y ver a Rod Stewart en el Estado nacional, como gesto más impresionantemente triste de lo limitado y patético de nuestro "destape" a la chilena y en la medida de lo posible, cuya relevancia fue tal que en la dudosa serie "Los 80" no pudieron sino llevar a la pantalla chica como un gran momento histórico esa mierda de noche de "Rod Stewart in Chile".

(…)

Pero de inmediato y sin pausa comenzaron los 90, una década que será reverenciada a partir de ahora, y que nos suministró cosas tan feas como el “grunge”, la “Zona de contacto”, la mitología de Chile como jaguar de América Latina, las victorias nacional populares de Bam Bam Zamorano, Chino Ríos y un par de héroes más: todos los cuales quedarán opacados a parir de ahora por la presencia todopoderosa y  bienhechora de “Pato Gallina” o “Patricio Cobarde” (como lo llamaban en ese tiempo los mismos fachos que ahora lloraban compungidos custodiando el fiambre de Estado).

Y lo que demostraremos en la segunda parte de este escrito es que, cuando empezó la década más horrible que mi generación recuerde: los 90 (sobre todo su primera mitad), Aylwin se lució no sólo como continuador y defensor del modelo social de la dictadura, sino que además encabezó una represión sangrienta e ilegal sobre lo que quedaba de ultraizquierda armada, donde nuestra generación se cobró varias decenas de víctimas, gracias a la mezcla de la continuidad del aparato represivo anterior (tal como se vio entre la UP y los inicios de la dictadura: los gorilas eran los mismos) y el nuevo estilo suministrado por la siniestra “Oficina” comandada por antiguos "socialistas". 

La continuidad sangrienta del aparato represivo de Estado demostró una vez más que, tal cual dice al camarada Gilles Dauvé, la cuestión no es "fascismo o democracia" sino que "fascismo y democracia":

"La dictadura no es un arma del capital (como si el capital pudiera sustituirla por otras armas menos brutales); la dictadura es una de sus tendencias, una tendencia que se efectiviza siempre que se la juzgue necesaria". 

(G. Dauvé aka J. Barrot: "Cuando las insurrecciones mueren", edición rosarina de Mariposas del Caos: consígase una y difúndala).

(CONTINUARÁ)




[1] Antes de esa reunificación , en vez de 1 PS había alrededor de dos decenas, incluyendo una farsa montada desde el régimen que se hacía llamar PS Chileno, y que mezclaba retórica antigringa radical con un abierto apoyo “nacionalista” a Pinochet. Aparte de esa verdadera rareza, recuerdo a lo menos estos partido, minipartidos y sectas socialistas: PS Almeyda, PS Briones, PS Mandujano, 24 Congreso, CNR, Vanguardia, Histórico, Dirección Colectiva (Comandantes), PS Unitario, PS Salvador Allende, La Chispa, etc.). En rigor, a diferencia del origen bastante monolítico del P”C” chileno, el PS fue ya dese su inicio el intento de unificación de una gran  cantidad de organizaciones socialistas pre-existentes con diversos estilos y posiciones políticas, desde la extrema derecha socialdemócrata a variedades más bien nacional populares, extrema izquierda trotskista y reconvertidos desde posiciones libertarias. Aclaro además, aprovechando esta nota al pie, que escribo P"C" con comillas alrededor de la palabra "comunista" porque si el COMUNISMO es "el movimiento real que suprime las condiciones existentes" (Marx), la sociedad sin clases y sin Estado, los P"C" en cambio son sólo partidos socialdemócratas que defienden a rajatabla lo existente, administrando la sociedad de clases desde el Estado.

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jueves, abril 21, 2016

Padre de la Patria/Funeral de Estado. "Demócrata y cristiano" (x LPR), "Tarde de perros" (x LPM). 




"Es muy común en la ideología socialdemócrata la tendencia a personificar la opresión y la miseria, o bien caricaturizarlas y atribuirlas específicamente a un sujeto o algún grupúsculo político (o si se quiere a “la clase política”, cosa por demás absurda, puesto que los políticos no forman una clase aparte, sino que son miembros integrales en las filas de la burguesía misma, de los explotadores).

De esta manera se reduce todo a simples pugnas de personajes, unos despilfarrando dinero y otros bonachones fomentando la ilusión de que tarde o temprano surgirá un caudillo que libertará de la opresión al pueblo, o en su defecto, que, será la sociedad quien harta de sus gobernantes, algún día constituirá comités y asambleas ciudadanas-soberanas para castigar democráticamente a los abusones".


 (del  Dossier: Guerra de clases en México. Polvorín social y terror democrático).

El mejor anti-homenaje musical: 
"Demócrata y cristiano", de La Polla Records, y luego de eso;
"Tarde de perros", de los Políticos Muertos, canción alusiva precisamente a una masacre de jóvenes frentistas cometida por las fuerzas del orden durante la ahora tan mitificada Presidencia del Viejo de Mierda.


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miércoles, abril 20, 2016

Guac! UAHC. Hoy. 

1.- Guac!: va pasando el cortejo de Patricio Aylwin. Qué asco. No sé si es más odiable por su performance hacia 1973 (¿en ninguna parte subieron sus declaraciones a la prensa italiana hacia noviembre de ese año, justificando el golpe y minimizando los crímenes de la dictadura?), o hacia 1989/90 y años posteriores. 

Él fue el asesino de Ariel Antonioletti, y de varias decenas más de compañeros de generación. (Otros responsables: Schilling, Juan Carvajal, B. Velasco...).

Él justificó el accionar policial en la Masacre del faro de Apoquindo (ver DOSSIER en Archivo Chile), cuando los de verde no encontraron nada mejor que acribillar completamente una micro llena de pasajeros porque adentro iba un par de lautarinos en fuga desde una expropiación bancaria.

Viejo de mierda. Púdrete.

(¡Y menos mal que se les  murió antes de que sus discípulos lo lleven nuevamente de candidato a la presidencia! ).



¿Y la Lucía, cuando?

2.- UAHC: hay una serie de actividades hoy en la sede Condell, desde el mediodía, no necesariamente en el horario señalado en este afiche.


Por si no han leído lo que la prensa burguesa en España llama "el Manual" y que en realidad no es más que un libro breve pero contundente de los Grupos Anarquistas Coordinados titulado Contra la Democracia, nos basaremos en los dos capítulos finales: Democracias alternativas/Alternativas a la democracia.

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jueves, abril 14, 2016

Saxofón please/Por Venir 

Igual aburre la guitarra eléctrica después de una semana y media. Saxofones por favor! Y ojalá, un soprano!: Steve Lacy, Moon (1969; Actuel).

Steve Lacy, ss. Italo Toni, tb. Claudio Volonté, cl.
Irene Aebi, cello, Marcello Melis, b. Jacques Thollot, dr. Rec. Roma, Sept. 1969,
1. Hit
2. Note..............05:04
3. Moon............09:40
4. Laugh...........17:20
5. The Breath...21:12


Esos tubos de desagüe son el mejor amplificador acústico que he conocido en toda mi vida. Mis disculpas a los vecinos por la enorme dosis de "free chant industrial" que me sentí inspirado a suministrar. A las aves costeras en todo caso les gustó. Entre la primera y la segunda naturaleza, me quedo con Júpiter, el saxoprano ideal.


New Day Rising!



L.E.O.N.E.S.


LIBERTAD y ENTENDIMIENTO...Para qué más?!


VIDAL y CAMELLO: La catástrofe es el progreso.


JA JA JA: De nuevo guitarras.

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miércoles, abril 13, 2016

El amanecer de un nuevo día/Algo que HÜSKER 


Decían los Replacements:

"Repartiendo ruido
Chicos realmente rudos
Qué más tenemos?
Drogas a mitad de precio
Guitarras robadas
Y qué es lo que tenemos?
Algo que hacer
Algo que hacer
Algo que...HÜSKER!".

O algo así. Se entiende la idea. Y se repite varias veces.

Y los Hüskers en persona nos conducen ahora al amanecer de un nuevo día.

Los Descendents eran como los Beatles y los Replacements como los Rolling Stones. Y Hüsker Dü? DÜ es DÜ! Y nada más! Punto.




Anarquía en Punta Arenas/Something to DU.



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lunes, abril 11, 2016

Something to Dü/Estoy en problemas/Amores a plazo 



Todo llega y, hasta es posible que mientras alguna gente se aburre de tí uno se aburra hasta de los Hüskers por unas cuantas horas. Pero si en el mundo de las personas individualmente consideradas un clavo no saca ni mierda, en el mundo del rock and roll existe a lo menos un par de bandas que pueden servir para remplazar la adicción a los Dü por un par de horas o días. Entre esas pocas glorias, por supuesto que hacemos lo correcto al comenzar por los Replacements, banda ejemplar para todos los borrachos desastrosos y disléxicos del corazón, compañeros de ciudad con Hüsker Dü (Minneapolis),  y la mayor diferencia entre ambas bandas era que mientras los chicos que olvidaban sacar la basura eran bien borrachos, el power trío que estamos tratando de olvidar un rato prefería las anfetaminas.

A esa profunda disquisición químico/filosófica se refiere "Algo que hacer", de su primer y brillantísimamente PUNK album debut, en el sentido más sagrado del término, canción por la cual cabe empezar para luego seguir con "Estoy en problemas" (que yo conocí por el cover de Couch of Eureka, extraña banda, que hizo el EP menos previsible editado en su momento por Lookout records, cuna de casi puro "punk melódico" (nombre redundante e idiota: el HC punk siempre supo y no supo, quiso y no quiso hacer uso de la "melodía" entre el arsenal de herramientas a su haber, pretender que no es desconocer la entera historia del rock and roll) de la peor calaña, aunque no: con los años sólo empeoró cada vez a peores niveles. Qué tierno: se disco de Couch of Eureka donde tocaban una versión tan sabrosa de "(Estoy) en problemas", me lo regaló Lautaro B., de Depeche Mode, hacia el año 1997/8), y rematar con "Amarte hasta el viernes" (¡excelente idea! a eso me dedicaré, amores de semana y de fin de semana), que parece cuasi Street punk/Oi! a nivel instrumental y vocal, pero estallando dentro de una canción vaquera, Hank Williams comandando a los Cockney Rejects después de ensayar un día entero con los Wipers, si no estoy delirando tanto. Pero tampoco ni de eso estoy seguro. Nótese eso sí en el uso de la DÜ en vez de DO, no sólo una maniobra postprotositu, sino que el sentido de comunidad PUNK existente en Minneapolis/St. Paul, las ciudades gemelas, desde donde se editaba PROFANE EXISTENCE, Sin Fronteras records y un cuantuai de armas de la crítica.



A diferencia de Hüsker Dü, que no hizo ningún disco malo, déjenme decirles que a mi modesto entender acá es una trilogía bien ordenada la medicina del alma a la que debemos acudir. Pocas veces el punk rock hace emerger melodías y riffs tan memorables de entremedio de un puro desastre etílico adolescente. El tiempo muerto de la ciudad revive un poco respirando obras clásicas del patrimonio de la Humanidad juvenil proletaria. El Punk es historia: por eso la Historia es pAnc.

1.- Sorry mamita, se me olvidó sacar la basura (1981). LP.

2.- Hediondo (1982). EP.

3.- Déjalo ser (1984). LP.




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Contra Foucault: Bill Not Bored, sobre las pifias de "Vigilar y castigar". 

El foucaultianismo no sería ni necesario de tomar en serio, ni menos de estudiarlo, si no fuera por la función particularmente central y nefasta que ha ido adquiriendo en el sistema de las mentiras dominantes.

Hay algunos aportes en la tarea de criticar a dicha vaca sagrada. No tantos aún...

Por ejemplo, el libro de J-M. Mandosio "Foucault: la longevidad de una impostura", que causó pataleta a muchos academicistas e izquierdistas sofisticados. Es gracioso leer en la defensa que hace uno de ellos, datos tan claros e incontestables de la trayectoria de semejante personaje: se mete de mala gana al PC, luego pololea con los “maos”, después como que trata de reacercarse al PS….¡qué flexible! ¡qué conveniente! ¡que devenir mas rizomático!

(Necesito escuchar algo suave: Jon Hassell, Vernal Equinox).

Carlos Peña (que ejerce de intelectual orgánico de la burguesía académica desde las páginas de El Mercurio, y que es lo más parecido a un intelectual “crítico” en nuestro territorio (porque tiene harto tiempo para leer “crítica”, “crítica crítica” y hasta algo de “crítica de la crítica critica”.) O sea: es un burgués que critica). Y con su pluma le enseña a los lectores de dicho pasquín que alguna vez existieron Marx, Freud, Castoriadis, Zizek y Foucault. Ah: ¿que Zizek está vivo me dicen? Es verdad. De hecho, se dice que tiene un romance con Lady Gaga. ¡Qué pésimo gusto! ¿Quién salió perdiendo más feo? Y tan bonita que era su ex-esposa argentina. Por último con Exene Cervenka o Lydia Lunch...en fin: en cuestión de gustos no hay nada escrito, decían 8 mil millones de moscas comiendo caca. La cosa es que hasta Peña se da cuenta que la teoría del panóptico se verifica más bien en curiosas formas invertidas, ya que no de acuerdo al ideal de Bentham:

“"Esa voluntad de sigilo se estrella, sin embargo, con el panóptico al revés que la era de la internet parece haber instalado. Alguna literatura (v.gr. Foucault) describió la sociedad moderna como un panóptico, un dispositivo mediante el cual el poder podía observar a los ciudadanos sin que él, por su parte, pudiera ser observado. Pero internet -lo confirman los Panamá Papers- parece haber erigido un panóptico al revés: basta un infidente decidido a entregar un paquete de datos para que quienes conforman la estrecha élite del poder y la influencia sean vistos por todos, sin que ellos, por su parte, puedan vigilar a quienes los observan", apunta Peña (Peña y Panamá papers, elmostrador.cl).

Michelito F. es la vedete del Espectáculo, que se caracterizó precisamente por cumplir una curiosa función “antiespectacular”: no en el sentido de oponerse a la existencia del Espectaculo, sino en cuanto a ayudar a que no se pueda hablar de él. Ni de Debord.



Sobre las pifias de “Vigilar y castigar” de Michel Foucault.

Los defectos de “Vigilar y castigar”[1], que fuera publicado en Francia en 1974, derivan del hecho de que su autor claramente veía a “La sociedad del espectáculo” de Guy Debord, publicado en Francia en 1967, como competencia, esto es, como un trabajo que debía ser desacreditado, antes que comentado, complementado o corregido. Dada la naturaleza de la escena intelectual francesa, quizás este aspecto de competición era inevitable. En cualquier caso, a diferencia de Guy Debord, que siempre mencionó por su nombre a aquellos que estaba criticando o descartando, Michel Foucault no mencionó a Debord por su nombre en “Vigilar y castigar”: en vez de eso, intentó apropiarse y alterar el significado de aquello que Debord llamó “el espectáculo”. (Notemos que, aunque es igualmente despectivo con el concepto debordiano de espectáculo,  Jean Baudrillard siempre se ha dado la molestia de mencionas a la Internacional Situacionista, de la que  Debord fue miembro fundador. Ver por ejemplo “El espejo de la producción”, de Baudrillard, publicado en Francia en 1973).

Para Foucault, el espectáculo es idéntico a “el espectáculo de la ejecución” (esto es, las ejecuciones públicas del siglo XVIII); y así “la desaparición de las ejecuciones públicas marcó la decadencia del espectáculo”. La conversión telescópica de “el espectáculo de la ejecución” en “el espectáculo” tiene lugar una y otra vez en “Vigilar y castigar”. Para citar un solo ejemplo: “los modernos rituales de ejecución atienden a este doble proceso: la desaparición del espectáculo y la eliminación del dolor”. 

De acuerdo a Foucault, las relaciones sociales modernas son “el reverso exacto del espectáculo”. Él insiste en que “nuestra sociedad no es una sociedad del espectáculo, sino de vigilancia”, a pesar de que ambos términos se refieren al dominio social de lo visible y no son necesariamente excluyentes. 

Para Foucault, “el poder del espectáculo” disminuyó y desapareció con el reemplazo de emperadores y reyes por “disciplinas” y “máquinas”. Él insiste en que “somos mucho menos griegos de lo que creemos. No estamos ni en el anfiteatro ni en el estadio, sino en la máquina panóptica, investida por sus efectos de poder, que traemos con nosotros desde que somos parte de su mecanismo”.

Como muchos de nuestros lectores deben saber, el panóptico era originalmente una prisión circular diseñada por Jeremy Bentham a principios del siglo XIX. Su sello distintivo era una torre de vigilancia ubicada en el centro, desde la que un guardia podía ver hacia el interior de cada celda. Es significativo que Foucault diga que, antes de su trabajo,

el panoptismo ha recibido poca atención. Era visto como poco más que una pequeña utopía bizarra, un sueño perverso (…)  Hay muchas razones por las que recibió pocos elogios; la más obvia es que los discursos a los que dio lugar raramente adquirieron el estatus de ciencia, excepto en las clasificaciones académicas; pero la verdadera razón sin duda es que el poder que opera y que aumenta es un poder directo, físico, que los hombres ejercen unos sobre otros. Una culminación poco gloriosa que tenía un origen que sólo podía ser reconocido de mala gana.

Y así, mediante el descubrimiento y popularización de la relevancia del panoptismo en la sociedad moderna Foucault esperaba desplazar a Debord y su presumiblemente sobrevalorada o sobreexpuesta teoría del espectáculo.

Pero a diferencia de Debord, Foucault no está realmente dedicado a su concepto clave. Destaquemos que Foucault no lleva el panóptico de Bentham a su “poco gloriosa culminación” en la novela 1984 de George Orwell, que no recibe mención alguna en “Vigilar y castigar”.  Ni tampoco menciona Foucault el hecho de que a pesar de que fueron frecuentemente construidas hacia 1830[2], las prisiones panópticas no se siguieron construyendo después, a pesar de su tan elogiada utilidad. 

Irónicamente, es el mismo Foucault el que provee de razones para el rechazo de las prisiones panópticas. Por un lado, la posición de la torre de vigilancia central fácilmente se prestaba para abusos: “No importa que motivo tuviera: la curiosidad del indiscreto, la malicia de un niño, la sed de conocimiento de un filósofo que desea visitar este museo de la naturaleza humana, o la perversidad de aquellos que sienten placer en espiar y castigar”. Por otro lado, los otros empleados del panóptico podrían objetar sus condiciones de trabajo, y causar ‘probemas laborales’”.

De nuevo Foucault:

En esta torre central, el director podría espiar a todos los empleados bajo sus órdenes: enfermeros, doctores, encargados, profesores, guardias; el sería capaz de juzgarlos continuamente, alterar sus comportamientos, imponerles los métodos que cree mejores; y hasta sería posible que se observara al director mismo. Un inspector llegando inesperadamente al centro del Panóptico sería ser capaz de juzgar en base a una observación, sin que nada se le oculte, como está funcionando el establecimiento entero.  

Combinemos ambos –un niño malicioso o un mirón sádico observando y controlando a un equipo de bien educados profesionales- y tenemos un sistema que simplemente no funciona.

Incluso si estos problemas pudieran ser solucionados, tanto Bentham como Foucault cometieron serios, incluso fatales errores en sus cálculos acerca de la efectividad de la vigilancia.  De acuerdo a Foucault, "el mayor efecto del Panóptico" es "inducir en el interno un estado de consciencia y visibilidad permanente que asegura el funcionamiento automático del poder",  que puede sser alcanzado arreglando las cosas de forma que “la vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si hay discontinuidad en su acción; que la perfección del poder nos lleve a que su ejercicio real sea innecesario; que este aparato arquitectónico sea una máquina para crear y sostener una relación de poder independiente de la persona que lo ejercita; en síntesis, que los internos sean capturados en una situación de poder en que ellos mismos sean sus portadores". Foucault llega a decir,

En vista de esto, Bentham sienta el principio de que el poder debe ser visible y no verificable. Visible: los internos van a tener constantemente ante sus ojos el enorme contorno de la torre central desde la cual son espiados. No verificable: el interno no debe nunca saber si está realmente siendo vigilado en todo momento; pero debe estar seguro de que siempre es posible.

Como señalé en un ensayo sobre “póquer” para los Surveillance Camera Players,[3] alguna –mucha- de la gente que sabe o sospecha que podría estar siendo observada constantemente  no se pone “ansiosa”, no restringe ni cesa voluntariamente su comportamiento infractor, no queda “capturada” en la “situación de poder”. Por el contrario, sin dejarse intimidar, tratan esta situación como un juego, un juego de póquer: ellos sospechan que el otro jugador (el vigilante) está blufeando o se dedican a blufear activamente ellos mismos.  Constantemente experimentan: ¿Cómo podría burlar esto? ¿En qué momento es posible hacerlo? ¿Cuándo podría hacerlo de Nuevo? Y, si nadie está observando, ellos tratarán de burlar el mecanismo todo el rato. Incluso más, incluso si en realidad están siendo vigilados todo el tiempo, algunos se volverán “actores”[4], esto es, van a actuar para los vigilantes, y de paso demostrar el hecho de que ser observado no es suficiente, y que si el “Gran Hermano” realmente quiere ser un tirano, no le saldrá ni fácil no barato; se verá obligado a aplicar la fuerza; tendrá que mancharse las manos, con sangre.

Pero, ¿Quién podría saber realmente que es lo que va a su vez a interpretar o actuar el vigilante, una vez que sea confrontado? ¿Responderá como un niño, un filósofo o un sádico? Nadie lo sabe, y esta es la debilidad fatal del Panóptico. Podría terminar ocurriendo que el Gran Mago, “el hombre detrás de la cortina”, sea expuesto como un fraude o un cobarde, y el daño infligido a la “perfección” de la ilusión-maquínica sería irreparable. Nadie más le tendría miedo nunca más.   

Bill Not Bored, Octubre-Diciembre de 2004.









[1] Modestamente siempre he entendido que la mejor traducción al español era “Disciplinar y castigar” (N. del T.).
[2] La Penitenciaría de Santiago de Chile, que sigue fielmente el modelo de Bentham, fue construida en 1843: mismo año en que el gobierno de Bulnes, el primer gran penitenciario de la República, tomó posesión del Estrecho de Magallanes, adelantándose por 1 día a un barco francés que venía a hacer lo mismo (N. del T).
[3] Grupo de “jugadores con las cámaras de vigilancia”: no sé cómo traducirlo mejor en este momento. Hay constantes alusiones a las actividades de este grupo revolucionario en las páginas de NOT BORED (N. del T.).
[4] La gracia de la palabra “play” es que sirve para referirse tanto a las acciones de: jugar, tocar, interpretar y actuar (entre otras) (N. del T.).

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