miércoles, octubre 29, 2025
Introducción inconclusa a la trilogía maldita de Deathspell Omega (enero de 2024)
Mi hijo me preguntó hace poco: “Papá, ¿tú crees que cuando
seas viejito te va a gustar la misma música que estás escuchando ahora?”. Tuve
que contener la risa para responder tan gracioso cuestionamiento, y le dije que
yo creía que sí: “Rara vez me ha dejado de gustar totalmente algo que antes
escuchaba, e incluso cuando he creído que eso ha pasado, por lo general luego
me reencuentro con el material”. Su curiosidad le lleva a preguntar: “¿Por
ejemplo qué cosas ya no te gustan?”. Respuesta rápida: “El hardcore de los 90.
Me volvía loco y ahora lo encuentro super fome y engrupido y no soporto
escucharlo más”. -“¿Y qué cosas te dejaron de gustar y luego te gustaron de
nuevo?”. -“Obvio: ¡El heavy metal!”.
Anoche se sorprendió de verme escuchando a Darkthrone, pues
pensaba que mi grupo favorito del momento era Deathspell Omega. ¡Y tiene razón!
Tal como les anunciaba al señalar el listado de Bill Peel, estaba bien ocupado
digiriendo la trilogía de DsO, y recién ahora me gustaría decir unas palabras
al respecto, tratando de centrarme en el álbum Paracletus.
Vamos en orden: no tenía ni la más remota noticia acerca de
la existencia de esta formación, hasta que releí en mayo del 2023 la entrevista a Weasel Walter en Paris Transatlantic fechada en el otoño del 2006, donde le
preguntan en cierto detalle por su adicción al metal extremo, que según relata
este veterano de la no wave/freejazz/punkrock, empezó en 1993 cuando un amigo
le mostró el “Legion” de Deicide. A
partir de ahí gastó el resto de la década en escuchar y compilar materiales de
la veta death/black metal, que según dice no le interesaba a nadie en Chicago
en esos años. Reproduzco una parte:
PT- ¿Donde se ubica el metal hoy en día para ti, como género
o multiplicidad de géneros?
WW- El metal lo está haciendo bien. He escuchado tanto que
realmente se necesita algo muy raro, extremo o diferente para llamar la
atención de mi oído. La barrera está demasiado alta en cuanto a calidad. Ser
excelente realmente no es suficiente para destacarse. Últimamente me ha gustado
mucho la banda avant black metal Deathspell Omega, bandas de brutal death metal
como Brodequin, Pustulated, Foetopsy y casi cualquier cosa con J. Read en
batería. La buena composición ayuda si quieres escuchar algo más de una vez. No
me puede interesar menos el stoner metal. La velocidad es definitivamente la
gracia”. Y después se pone a despotricar un poco: “Me ofende un poco que la
revista The Wire venga a hora a pretender que le importa el metal. Están
típicamente atrasados y más despistados que guagüitas. El tipo de oveja que
está interesada en comprar todos los listados que esa revista ponga en sus
páginas ha creado un nuevo checklist de coleccionistas de bandas en las que no
estoy realm ente interesado”. Y bueno, cabe destacar que The Wire publicó un
gracioso texto donde se repasa la historia de cómo el despreciado metal de los
70/80 pasó a ser cubierto por las páginas de una publicación que se autopercibe
como muy “avantgarde”, y en la conclusión dice que si hay que culpar a alguien
de eso, tendrían que ser los Venom.
La cosa es que apenas terminé de leer eso, ya estaba buscando
las bandas referidas, y para mi sorpresa me enteré que DsO era bastante
conocida pero también muy polémica, y que de hecho se había bajado hace poco
toda su obra de bandcamp, aparentemente por petición de antifascistas que
encontraban intolerable que la banda use de vocalista a un famoso fascista y
pornógrafo finlandés llamado Miko Asppa. Lo de fascista creo que es bastante
claro, aunque él se denomina “patriota nórdico”. Lo de pornógrafo no lo tengo
muy claro: se supone que además de su sello (Northern Heritage), su “banda”
black metal (Clandestine Blaze, que en estudio es él solo, y en vivo suele usar
de apoyo a los polacos de Mgla), su banda RAC (Rock Anti Comunista: Vapaudenristi),
y proyectos en el plano industrial/power electronics (Nicole 12, Grunt), y
pornografía (videos, revistas como Freak Animal y Degenerate). O sea, un tipo
fácil de odiar. Y por añadidura ese odio se extiende al objetivo de cancelar a
una banda de origen francés, pero que a pesar de su estatus de anonimato, al
parecer reconoce que habría usado a Mikko como vocalista al menos desde el
inicio de la trilogía que queremos comentar.
Antes de eso lo poco que se conoce de la banda es que surge
como derivación de otro proyecto black metal llamado Hirilorn, formado en 1994,
cuyos integrantes Shaxul y Hasjarl continuaron con el proyecto paralelo DsO
cuando Hirilorn se acabó en 1999. En youtube he podido encontrar un par de
cosas de Hirilorn, incluyendo su único LP, “Legends of Evil and Eternal Death”
y el compilado de una hora y media “Hymn to the ancient souls”.
Así que DsO empieza más o menos en el cambio de milenio, y
sus dos primeros álbums, con Shaxul en voz, son dos buenas muestras de BM
francés: “Infernal Battles” y “Inquisitors of Satan”. Personalmente, me gustan
mucho ambos discos, desde los que resulta difícil darse cuenta de hacia dónde
iban a evolucionar después. Lamentablemente, como gran parte del BM francés, no
sólo tenían malas juntas (partiendo por el mismo Mikko, con cuyo Clandestine
Blaze editaron un split) sino que realizaron explícitas declaraciones de
carácter fascistoide, en una entrevista para el fanzine Northern Heritage. Por más que el promedio de edad de los
integrantes en ese momento debe haber rondado los 20/21, y que cualquier black
metalero promedio de esos tiempos daba discursos antihumanos y antivida,
resulta inquietante leerlos decir que los campos de concentración de la
Alemania nazi les parecen “fantásticos”.
Poco después de esas primeras obras, a las que hay que
agregar splits con Mutiilation y Moonblood, Shaxul se retira, y la banda queda
reducida al núcleo instrumental. En ese momento es cuando al parecer Mikko Aspa
se suma como vocalista, un dato que nunca ha sido oficialmente confirmado. La
banda ha dado apenas un puñado de entrevistas, no se saca fotos, no tiene
redes, y nunca ha señalado los nombres reales de sus integrantes.
Y en ese momento surge la primera pieza de la trilogía: “Si Monvmentvm Requires, Circvmspice” (2004): un LP doble en cuya portada aparece
una especie de ángel demoniaco en estado fetal. Con un sonido marcado por una
guitarra que conduce los temas mediante arpegios y líneas melódicas disonantes,
alternando silencios, canto gregoriano y la ya típica furia Black Metal de alta
intensidad con hipervelocidad a punta de blastbeat, la voz (¡Aspa?) nos va
relatando una compleja historia que parte con loas a Satán como gran destructor
del universo, los abusos sexuales de los curas católicos, y numerosos extractos
del Antiguo testamento. A esto se le llamó BM ortodoxo, o BM disonante, y si
por un lado espantó a los reaccionarios el sonido BM de segunda ola, por otro
abrió las compuertas del infierno hacia el “ennegrecimiento” de otro tipo de
materiales que en la particular forma de arte que practica DsO se vienen a
combinar con el sonido del BM más clásico. Así, se entiende perfectamente que
Weasel Walter se refiere a ellos en el 2006 como una banda avant black.
Tres años después llega el LP “Fas-Ite, maledicti, in ignemaeternum”, en cuya portada se aprecia a un hombre cayendo, ¿al abismo del fuego
eterno? En este disco la deriva experimental de DsO se profundiza, con un
sonido aún más abrasivo pero interrumpido por largos momentos de silencio. La
guitarra lidera los diversos tránsitos de caos a calma, y como siempre los
momentos de hipervelocidad parecen un agujero negro de ruido. Pero cabe
detenerse a apreciarlos bien, puesto que donde a primera escucha parece haber
solo una enorme Wall-of-noise, en verdad existen estructuras complejas pero
nada improvisadas, e incluso melodías y armonías ocultas.
Con esto ya estamos en condiciones de hablar de la tercera
parte, el álbum “Paracletus” (2010), en cuya portada el anterior ángel/hombre
ya se ha transformado en una bestia que está rodeada del fuego eterno.
Seguimos....
(El manuuscrito se interrumpe aquí).
Etiquetas: black metal
