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martes, abril 27, 2004

Noticias de la Extrema Izquierda: Se divide uno de los pocos grupos decentes que quedaban: KRISIS. Expulsado principal teórico. 


carta desde el frente, A. Laktionov, 1962



Justo en momentos en que me dispongo a comenzar a trabajar en cuatro nuevos proyectos (La miseria de la izquierda; Lucha de Clases Infraleve; artículos sobre Wire y Pere Ubu) me entero de una noticia reciente en el rubro de la miseria de la (ultra)izquierda: escandalosa escisiópn en el grupo Krisis. Expulsado Robert Kurz, su pareja, y otros. Los grupos de Brasil y otras partes brindando pleno apoyo a Kurz y la "mayoría" que por oscuros y viejos motivos -en esta versión- fue derrotada. No he podido leer más sobre este tema, pero incluyo este dossier, por parecerme que efectivamente el grupo Krisis era responsable por algunos de los buenos textos marxianos de la última década. Eso, y no más, pero no es poco en estos tiempos. A los interesados, se recomienda acudir a la página en portugués-español, citada más abajo, para encontrarse con los mejores textos: manifiesto contra el trabajo; ontología negativa; paradojas de los derechos humanos, etc.).

Sabemos que Anselm Jappé (autor de un libro sobre Debord, y de artículos como "Las sutilezas metafísicas de la mercancía", publicado en Chile en revista Antagonismo Nº0) participaba de alguna forma en el grupo Krisis. Nos gustaría saber su versión.


DOSSIER: SOBRE LA ESCISION DEL GRUPO KRISIS

Declaración de antiguos miembros de la redacción y del círculo de apoyo.

La revista teórica KRISIS, que ha sido conocida en Alemania y en el ámbito internacional por su principio de la crítica del valor, tomó el camino de la izquierda: se escindió. Contra la voluntad de la mayoría de la redacción y del círculo coordinador, Robert Kurz y Roswitha Scholz fueron excluidos y en consecuencia con ellos la mayoría de la redacción. Este putsch solo fue posible a través de la instrumentación de la asociación, pasiva desde hace mucho, que formal y jurídicamente es la editora de la revista. Dos de cada tres miembros de la dirección, considerados desde hace tiempo honorarios y al margen del debate teórico, se dejaron instrumentalizar como marionetas de la minoría de la redacción, no siendo significativos como el círculo de apoyo activo. También en la Asamblea General que siguió, se presentaron contra la mayoría de los presentes, con mandatos en blanco de personas que no aparecieron; una obra maestra del maquiavelismo asociativo alemán, es preciso reconocerlo sin envidia.

Este procedimiento fue justificado invocando expresamente el teórico de derecho nazi Carl Schmitt, con la absurda construcción de un "estado de emergencia" presuntamente causado por Robert Kurz y Roswitha Scholz que, de acuerdo con un padrón de estrategia policial, se habrían vuelto personalidades patológicas. La mayoría de la redacción, que veía las cosas de otra manera y se opuso al "solícito brío de la expulsión" fue en esta cuestión considerada irresponsable y "sospechosa de cómplice con ellos".
En este conflicto los niveles de las relaciones y del contenido se entrelazan indisolublemente el uno con el otro. En el ámbito de las relaciones, desempeñan un papel las ambiciones personales, sentimientos de competencia y problemas de autoridad relativas a un miembro demasiado productivo del propio grupo del que una persona, imaginándose a sí mismo como "porra" (ese fue el auto-atestado presentado) y a aquel como gurú, solo se podía defender practicando un "parricidio". Solo en los propios medios que se creen de izquierda podría venirles la idea de (in)comprender como acto emancipatorio una constelación tan clásica y específicamente occidental.
A raíz de este conflicto están las bases de los problemas de relaciones y contenido: en la relación entre los sexos. Así como la teoría de la disociación permaneció en los últimos doce años como un cuerpo extraño en la crítica del valor de Krisis, del mismo modo su autora Roswitha Scholz como persona ha sido un contratiempo para el equipo de hombres de Krisis. No es por casualidad, sino un efecto colateral plenamente deseado, el hecho de que la redacción de Krisis esté una vez más sin mujeres, después de un interregno de solo un año. Y tampoco perdonaban (ellos) a Robert Kurz haber apoyado este principio, que pone en causa la objetividad lógico-deductiva del viejo desarrollo de Krisis.

En cuanto a los contenidos de este conflicto, hace mucho larvado, se agudizó con la formulación de una crítica radical de la filosofía burguesa del iluminismo, tal como fue desarrollada por Robert Kurz en la discusión con los anti-alemanes. La superficial comunidad de la línea de frente puede equivocarse por un momento en cuanto al desacuerdo existente relativo a la crítica de la forma del sujeto occidental masculino y blanco. Ese desacuerdo puede ahora ser revelado: deseaban una crítica del iluminismo "más simpática", para salvar momentos del universalismo androcéntrico.

Si esta motivación incluye una cierta compatibilidad con la ideología de base "pro-occidental" de los antialemanes, se comporta precisamente al contrario en la discusión sobre la importancia del antisemitismo como ideología de crisis. El señalamiento de los aspectos correctos de los antialemanes se enfrenta aquí con una tendencia para exculpar objetivamente el síndrome antisemita. También en este aspecto, la campaña superficialmente común contra el belicismo solo encubre un diferendo más profundo.
En cuanto al contenido de los referidos conflictos no estaban en modo alguno maduros y podrían hasta cierto punto haber sido resueltos en el marco de Krisis, lo que se hizo inviable con su transformación en problemas de relaciones y con la consiguiente "solución" administrativa. Lo que queda es cada cual a lo suyo, y a partir de ahora también en distintas plataformas organizativas:
La anterior mayoría de la redacción, incluyendo Roswitha Scholz y Robert Kurz, juntamente con parte del círculo activo de apoyo a Krisis, va a poner en marcha otro proyecto de crítica del valor y una nueva revista teórica con diferente posicionamiento en lo que hay que acentuar. Así, se sacudirán las últimas cáscaras de huevo del objetivismo lógico-deductivo de la anterior teoría de "Krisis" y será promovida la crítica de la forma del sujeto occidental masculino y blanco; precisamente en tiempos de una ideología del "¡hurra!"¡ pro-occidental que está también en el interior de la izquierda. Sobre la posterior fundamentación teórica de una crítica del "trabajo abstracto" como sustancia de la relación del capital, queremos ofrecer a los movimientos sociales nacientes una referencia crítico-solidaria que les sirva, en vez del modelo de pensamiento "populista de izquierda" y antisemita.
Apelamos a todas y a todos los que dentro y fuera de Krisis simpaticen con este objetivo para nos ayuden en consecuencia.

11 de Abril del 2004
Hanns von Bosse, Petra Haarmann, Brigitte Hausinger, Claus Peter Ortlieb


DECLARACION DE APOYO

Los editores de esta página del Grupo Krisis en portugués (http://obeco.planetaclix.pt/) responden sin ninguna vacilación al llamamiento de Petra, de Brigitte, de Hanns y de Claus.
Manifiestan desde ahora su apoyo y se proponen colaborar con la nueva Revista que, con la participación de Roswitha Scholz y Robert Kurz (cuya presencia es imprescindible, basta con ver los textos de esta página), pueda desarrollar la crítica del valor, profundizando la crítica de la disociación sexual y del sujeto del iluminismo.
La "nueva contemporaneidad histórica" que vivimos, hace de este proyecto un aliciente para todas las mujeres y hombres que hoy no abdican de producir sus vidas en el planeta Tierra.
Lisboa, 12 de Abril de 2004
Los editores

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Declaración de Contracorriente:

Los lectores de Krisis conocen muy bien las aportaciones teóricas tan fundamentales, variadas y numerosas que sobre todo Robert Kurz ha hecho en su crítica radical al sistema capitalista productor de mercancías.
Todas las categorías del capitalismo fueron "desfetichizadas" por Kurz de forma minuciosa, cabal y profunda. Por fin teníamos el retrato monstruosamente auténtico y al día del capitalismo en su fase agónica.
En su ajuste de cuentas con el pasado, hace meses Kurz dirigió la crítica radical contra el Iluminismo. Era una tarea ineludible: atreverse a hacer la crítica radical a la ideología fundamentalista del capitalismo.
Ahí está "Tabla rasa", otra obra maestra de Kurz poniendo al Iluminismo en la picota de la crítica radical.

Queremos expresar públicamente nuestro apoyo consecuente a Robert Kurz, Roswitha Scholz, Hanns von Bosse, Petra Haarmann, Brigitte Hausinger y Claus Peter Ortlieb y nuestra decisión de seguir activos en las traducciones y todas las tareas que podamos hacer.

16 de abril de 2004
Contracorriente




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