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martes, junio 29, 2004

¡viva la eterna juventud marxista-pesimista! 

APUNTES SOBRE BENJAMIN, DEBORD, Y EL TIEMPO HISTÓRICO


guy debord


I

El sujeto del conocimiento histórico es la misma clase oprimida que lucha. En Marx aparece como la última (clase) esclavizada, como la clase vengadora, que lleva a su fin la obra de la liberación en nombre de las generaciones de los derrotados. Esta conciencia...fue desde siempre chocante para la socialdemocracia. (Ésta) se complació en asignarle a la clase trabajadora el papel de redentora de generaciones futuras . Y así le cercenó el nervio de su mejor fuerza. La clase desaprendió en esta escuela lo mismo el odio que la voluntad de sacrificio. Pues ambos se nutren de la imagen de los antepasados esclavizados, y no del ideal de los nietos liberados (Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia, extractos de su Tesis XII).

Los éxitos aparentes de este movimiento (el movimiento obrero clásico) son sus fracasos fundamentales (el reformismo o la instalación en el poder de una burocracia estatal) y sus fracasos (la Comuna o la revuelta de Asturias) son hasta ahora sus éxitos abiertos, para nosotros y para el futuro. (Guy Debord, Attila Kotányi y Raoul Vaneigem, Tesis sobre la Comuna de París, 1962).

Tanto la obra de Benjamin como la de Debord y los situacionistas pueden ser abordadas desde el punto de vista del concepto de historia que nos proponen.

El pasado, que, para Benjamin, sólo podemos aferrar fugazmente, y que, como tradición de los oprimidos, nos enseña que el estado de excepción en que vivimos es en realidad la regla, nos plantea la necesidad de generar el verdadero estado de excepción. Esto es lo que en la concepción benjaminiana es señalado como hacer saltar el continuum de la historia. En este punto, la ligazón con las tesis situacionistas se produce en cuanto lo que se abre es la posibilidad de generar condiciones para otro futuro -un futuro que de cierta manera está presente, pero que sólo puede ser explorado con plena conciencia de sus limitaciones (y del riesgo que tales exploraciones pierdan de vista el punto de vista de la totalidad, pasando a generar nuevas especializaciones artísticas, o de estilos de vida)- .

El pasado, con su débil fuerza mesiánica en tensión hacia la redención, puede ser detectado a través de los métodos de la psicogeografía (a) , que podría, así, dedicarse a la búsqueda de rastros que se resisten a ser traducidos -y reducidos- por el presente, dado que en tanto pasado encarnan momentos de verdad, proyectos de acción, e interrupciones del permanente estado de dominación, que quedaron truncos y no se materializaron en este presente. En el saber unir esa fuerza a los proyectos de lucha actual reside una de las tareas que debieran asumir los grupos radicales que se están preparando para las próximas irrupciones de discontinuidad histórica. Abrir esa posibilidad de futuro y rastrear ese pasado es una actividad unitaria (b) .

(a) (Psicogeografía: Estudio de los efectos del medio geográfico, ordenado conscientemente o no, actuando directamente sobre el comportamiento afectivo de los individuos (Definiciones, Internationale Situationniste Nº1, 1958). ?Al explorar aquellas áreas en las cuales no tenemos ninguna buena razón para estar, podemos descubrir las razones que nos constriñen a frecuentar solamente ciertas áreas? (El por qué de la psicogeografía, London Psychogeographic Association)).

(b)<em>(¿Han visto la inscripción que aparece en el monumento que está en el centro de la plaza del roto chileno? Dice: A los obreros chilenos de sus hermanos los obreros peruanos (o algo así). Es un vestigio de conciencia de clase de extrema importancia, considerando que data de unos pocos años después de la guerra del pacífico. ¿Cuantos rastros más de ese tipo existirán en las calles y ciudades por las que transitamos?)


situcomic


II

Método de este trabajo: montaje literario. Yo no tengo nada que decir. Sólo que mostrar. No voy a hurtar nada valioso ni me apropiaré de formulaciones ingeniosas. Pero los andrajos, los desechos: ésos no los voy a inventariar, sino hacerles justicia del único modo posible: usándolos? ?Este trabajo debe desarrollar el arte de citar sin comillas hasta su máxima altura. Su teoría está vinculada de la manera más estrecha con la del montaje. (Walter Benjamin, La Obra de los Pasajes, N1 a, 8, y extractos de N1, 10).

Las ideas se perfeccionan; en ello participa el sentido de las palabras. El plagio es necesario; el progreso lo implica. Da más precisión a la frase de un autor, se sirve de sus expresiones, elimina una idea falsa, la reemplaza por la idea justa.? ?La tergiversación es el lenguaje fluido de la anti-ideología....Es, en el punto más alto, el lenguaje que ninguna referencia antigua y supracrítica puede confirmar. Por el contrario, es su propia coherencia, en sí misma y con los hechos practicables, la que puede confirmar el antiguo núcleo de verdad que transmite.(Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, Tesis 207, extractos de la 208).


Barbarie en la cultura, y cultura en la barbarie. Derrota en la victoria, victoria en la derrota.
La aplicación de esta dialéctica a la producción literaria implica el cuestionamiento radical de la cultura de la obra maestra, y la implementación de métodos de tergiversación o montaje. La evaluación de las vanguardias artísticas se detiene en el punto de negación radical alcanzado hace ya siete u ocho décadas, y observa con mucho recelo el rol de animal de circo y cadáver embalsamado que el arte como esfera separada desempeña en la industria cultural a partir de entonces. No puede haber más obras maestras. Su aplicación a la reconstrucción de la historia del movimiento obrero implica desenterrar los momentos de verdad que los historiadores oficiales se han ocupado de disimular, desacreditar, malinterpretar y -muchas veces abiertamente- hacer desaparecer. Y en la visión que nos interesa potenciar, el rol de las vanguardias políticas (c) debe ser evaluado a lo menos con el mismo rigor y falta de ingenuidad que asumimos en relación a la actividad artística. La diferencia entre ambas esferas radica en que, si bien los momentos de negación en el arte y la cultura coinciden con los momentos más álgidos de la lucha de clases del movimiento obrero clásico, nos parece que los estragos causados por la concepción de la política como actividad de especialistas han tenido consecuencias aún más desastrosas que su símil en el arte. (En efecto si atendemos a una especie de balance del siglo XX, la labor totalitaria de falsificación histórica, la sistemática estrategia dilettante, y la extremación de la alienación humana hasta niveles grotescos -orquestadas por distintas camarillas estalinistas, neoestalinistas y otras equivalentes- hacen palidecer comparativamente el espectáculo del arte como cadáver disputado ávidamente por quienes aspiran a administrarlo desde su autocomplacencia, por patético que este espectáculo sea )(d).

(c)E incluimos bajo este rótulo a todas aquellas que se proclamaban libertarias.
(d)Y lo es.


querido walter



III

We´ll break the speed of change/ We´ll tame eternity/ We are, we are time! (We are time, The Pop Group, álbum Y, 1979) (Romperemos la velocidad del cambio/Domaremos la eternidad/Somos, somos tiempo).

El hombre es idéntico al tiempo (Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, fragmento de la tesis 125).

Tal como una mirada sobre nuestro entorno que tenga en cuenta el fenómeno de la alienación y trate de ver más allá de lo aparente, volviendo a ver relaciones entre personas mediadas por las cosas-, implica necesariamente reconocer toda la acumulación de trabajo humano concreto que nos rodea, no debiéramos dejar nunca de percibir ruinas del pasado escondidas en el espectáculo y su eterno presente. Debord y los situacionistas señalaron a la Comuna de París y la revuelta de Asturias. Nosotros podemos señalar ejemplos más cercanos geográficamente (Marusia, La Coruña, El Cordobazo, por citar algunos, en el campo de los fracasos aparentes que nos señalan la senda de la discontinuidad histórica). Son ruinas, y son esbozos.

Estas concepciones sobre el tiempo podrían remitir a una idea de puentes (irrupción de discontinuidad que presentifica una tradición oculta de los oprimidos, haciendo saltar la continuidad histórica...supresión de un presente de dominación...proyecto comunista sociedad sin estado ni clases- como puente de un cierto pasado hacia un cierto futuro... Pero la sociedad sin clases no ha de concebirse como el punto final de un desarrollo histórico, sino como interrupción (del progreso) tantas veces fallida, y por fin llevada a efecto. Tal concepción podría parecer ingenua, pero para lo que importa aquí basta con la inspiración que ejercen tales momentos de verdad del pasado, con su proyección como necesidad más que como posibilidad. En cierta manera Benjamin responde a este problema cuando señala: Puede que la continuidad de la tradición sea ilusión. Pero entonces precisamente la constancia de esta ilusión de constancia instituye en ella la continuidad.

La fuerza irreductible de lo negativo -no siempre débil, y no necesariamente mesiánica- seguirá irrumpiendo, haciendo saltar el presente, asomando su violencia intermitentemente mientras sea necesario.

El drama del tiempo que nos tocó vivir consiste en que estamos atrapados entre el tiempo cíclico de las sociedades tradicionales y el eterno presente de la sociedad mercantil, con su predominio de lo cuantitativo por sobre lo cualitativo, con su farsa de igualdad de derechos, viviendo segmentos de tiempo uniforme y vacío que son abstractamente igualitarios porque son intercambiables entre sí (segmentos que el espectáculo y la industria cultural se preocupan de adornar y vender mediante la contemplación del tiempo seudohistórico de otros). El tiempo histórico, irreversible, fue posibilitado hace algunas décadas, y hoy en día apenas puede ser remotamente percibido en algunos destellos.

Esta sociedad niega la historia, y es necesario ya de una vez que la historia la niegue a ella.


somos tiempo





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