Delirio Místico: "A mon seul désir" (Según mi solo deseo)

La recuperación del power-chord (o riff) rockero por el rock empresarial comercialón ha alcanzado ya el epítome de la estupidez. La crítica política del punk que realiza Stewart Home requiere una inyección de crítica musical. Los acordes del rock necesitan ser criticados inmanentemente, desde adentro, lo cual significa abrir los oídos al guitarrismo de Derek Bailey. La libertad guitarrística de Derek Bailey sólo pudo ser desarrollada por alguien que rechaza los estrechos confines del sistema de estrellato, por alguien que ve un potencial musical en toda situación, no deformado por la imagen comercial y los requerimientos del capital financiero. Su investigación de la guitarra como una fuente material de sonido produce una profundidad musical de efecto sónico, un realismo proletario, realismo del músico-trabajador. Como el punk, niega la resonancia romántica o las evocaciones fraudulentas de terrenos exóticos -el valor de cambio que es la base de la música mercantilizada. Como el punk, el intento de crear estrellas en base a sus protagonistas socava su poder y su lógica. Cuando los punks seguían al saxofonista de The Damned Lol Coxhill hacia salones de iglesias y locales de Libre Improvisación, el oyente era introducido a una crítica del espectáculo comercial completamente diferente pero igualmente poderosa. La Libre Improvisación es música como valor de uso, como humanidad palpable. (Cómo la Libre Improvisación enfrentará sus propias recuperaciones y descontentos -las respectivas contaminaciones del dinero artístico, la anemia del ambiente yuppie, el clasicismo instrumental tradicional y el postmodernismo de las instalaciones de arte- es algo aún por verse). Tal como los Letristas y Situacionistas hicieron posible el Punk mediante su trabajo invisible en los 50 -comprensión del graffiti y el vandalismo como expresiones de conciencia proletaria, urbanismo unitario, la teoría del Espectáculo- la música anti-idiomática de la Libre Improvisación resultará crucial para la crítica de la mercantilización musical en la época que viene. La reestructuración que Bailey hace del sonido de guitarra perturba al pensamiento de la identidad y desnaturaliza lo que hoy es comúnmente aceptado como sonido de la revuelta. Desmorona la noción de que la experiencia musical se basa en sonidos pregrabados. La Libre Improvisación es una erupción de valor de uso desnudo en un sistema obsceno de intercambio. Esta revuelta contra la duplicidad musical de masas y la mercantilización va a resurgir en las circunstancias menos esperadas, e incluso también en la propia esfera de masas. Va a utilizar cada aspecto de la falta de respeto hacia la mercancía -cada negación técnica de la cultura como un conjunto de sustituciones- que actualmente están siendo trabajados en los márgenes invisibles. La facticidad bruta de Blast, y el Punk y Derek Bailey son parte de un continuum que no puede ser entendido usando categorías no-revolucionarias. La advertencia está hecha.

(Texto traducido desde Militant Esthetix)