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sábado, agosto 14, 2004

entrevista Dialéctica Negativa 

ENTREVISTA A HUGO MANUSCHEVICH, BATERISTA DE DIALÉCTICA NEGATIVA.


triste historia



Hace un par de años recibí sorpresivamente un correo electrónico de un tal HM, que decía haber visto algunos comentarios míos en la página www.freejazz.org, donde yo mencionaba que escribía desde Chile. Hugo me contaba en esa ocasión que con su hermano Diego tocaban juntos muchas veces, generalmente improvisando, y también trabajando sobre ciertas composiciones de Diego. Lo más curioso para mí fue que, al par de días, me escribió de nuevo comentando algo sobre Theodor Adorno y algunas alusiones a su Teoría Estética. En ese momento, mi entusiasmo era creciente: freejazz y anticapitalismo, una relación interesante y antigua, pero no muy explícita ni visible.


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Unos meses después de esos contactos, Hugo y Diego se encontraban en Chile, debutando en un concierto junto a la banda nacional de rock GUISO. La expectación era enorme, y cuando comenzaron a tocar quedó en claro que su propuesta era de lo más "hardcore" que se había podido presenciar en estos lados últimamente. El que tocaran junto a Guiso me hacía recordar los momentos de fuerte vinculación entre el rock y el jazz (la admiración de casi todo el protopunk por Ornette , Coltrane y Ayler; conciertos de Coltrane con MC5, de Sonic Youth con Sun Ra y David S. Ware, y de Cecil Taylor con Yardbirds). En esa ocasión (verano 2002/2003) los Hermanos Love Supreme (como se les llamó un poco en broma) tocaron en seis ocasiones, en Santiago, Viña del Mar y Valparaíso (incluyendo una tocata en una plaza porteña, al aire libre, un domingo al mediodía) bajo el nombre Construcciones Ornettológicas. Un año después estuvieron de nuevo por estas tierras, involucrados con una reducida pero entusiasta escena de amantes del free jazz, experimentando formaciones más amplias con músicos locales, y esta vez bajo el nombre de Dialéctica Negativa.



coño triste



En el último par de meses inicié con Hugo una especie de entrevista o conversación por correo electrónico, de la que se alcanzaron a conversar tres temas. Diego participó opinando, pero la redacción pertenece a Hugo. Quedaron temas pendientes que se seguirán desarrollando después, pero en esta ocasión interesa ofrecer esa conversación tal cual se ha dado hasta ahora. La razón de este apuro es feliz: Dialéctica Negativa estará durante principios de agosto ofreciendo varios conciertos en Santiago. Ofrecemos, entonces, esta conversación como una manera de conocer más a estos grandes amigos "pasioneros" (expresión de su invención), y acercar a los entusiastas a estos temas complejos pero no por eso falsos de interés y belleza.



iba de coño en coño



1.- Dos cosas me llamaron profundamente la atención cuando los conocí: la primera, que tuvieran tanto conocimiento sobre jazz considerando sus cortas edades (18 y 20 en ese momento), ¿podrían explicar cómo surge ese interés, y cómo pudieron desarrollarlo tanto?

Para empezar: el jazz a nosotros nos fue introducido a una temprana edad. Mi padre siempre fue-y es- un gran entusiasta de la buena música, así como también un decente baterista de tendencias fusioneras y ocasionales apariciones como percusionista en otros contextos mas serios en su juventud.
Afortunadamente nunca cultivo en nosotros un gran interés por la fusión -género horrible salvo ciertos discos de Miles. Lo que sí nos proporciono fue una buena colección de discos, llena de cosas maravillosas como Charlie Parker, Monk, Coleman Hawkins, Coltrane y otras por el estilo. El componente jazzero era principalmente de carácter netamente bopero/hard-bopero (aunque sí tenía una versión europea en vivo de love supreme-mucho más brutal que la de estudio).
Lo raro es que aunque siempre se escuchaban personajes como estos en mi casa, yo nunca desarrollé una curiosidad personal en ellos, y mi iniciativa como dj en la casa era mas bien nula.
El que sí se intereso tempranamente en el jazz (a la edad aproximada de 5 anos) fue mi hermano. El siempre tuvo un gusto musical mucho mas autónomo que el de la mayoría de los niños mientras que yo sucumbí rápidamente, ya sea por falta de sensibilidad o idiotez infantil, a la presión escolar y a las preferencias estéticas enforzadas desde afuera. Lo chistoso, aunque simultáneamente triste a la vez, fue que la genuina sensibilidad desinteresada desarrollada por mi hermano ( la cual se manifestaba desde su capacidad para reconocer y tararear cualquier tema de Monk tan pronto como mi padre lo solicitara en alguna comida o asado de fin de semana hasta ejecutar un baile para el deleite de Pharoah Sanders en el teatro Baquedano en 1991) fue achacada por mi y mi hermana quienes le hinchamos tanto las pelotas con que el jazz era mierda para viejos seniles y otros cosas consideradas indignas por pendejos regresivos que él simplemente decidió retirarse de la audición musical por completo. Lo interesante fue que el no cambió sus gustos musicales sino que optó en vez por retirarse por completo de la música.
Recuerdo que cuando algún amigo le preguntaba por su grupo favorito mi hermano calmadamente le respondía: ´a mí la música no me gusta ni interesa`. Solamente una vez dada su decisión de empezar a tocar el saxo (decisión mas bien mía y forzada en el) que su interés en el jazz y la música en general volvió.
Para mi fue cuando empecé a tocar batería, a eso de los 15 anos. Desde ahí que no paramos de buscar y escuchar discos.


texto triste



2.- La segunda cuestión que me llamó la atención, es que además de ser profundos conocedores de la edad de oro del free jazz, y de tradiciones previas y posteriores en jazz y música improvisada, ustedes de alguna forma siempre ligan lo que políticamente piensan y hacen, con su actividad musical. ¿Es así para ustedes? ¿Cómo ven la conexión entre free jazz y política radical en EEUU?

La segunda pregunta es un poco mas complicada y no creo se deje responder de una manera definitiva.
Como sabes, el free-jazz origina en un periodo histórico lleno de turbulencias y antagonismos latentes. Se podría decir que hasta cierto punto se desarrolla como la expresión consiente de un rechazo a las formas musicales establecidas de color europeo y a los residuos de estas en la estructura formal del jazz. Esta aparente africanización de la música (como a sido llamada por algunas personas) es también hasta cierto punto debatible, ya que en muchos otros aspectos el free-jazz se desarrolla en direcciones cuyas innovaciones en muchos aspectos parecen paralelas (no "derivadas" como algunos snobs eurocentristas tal vez dirían) a las que se pueden escuchar en la música europea moderna. En todo caso es indudable que se escuchan influencias de ambos campos los cuales convergen (perdón por una que otra palabra mal traducida del ingles) en una perfecta combinación de composición e improvisación.
Ahora, volviendo a la historia: en los anos 60 llega a su clímax el movimiento nacionalista negro, lleno de aspiraciones autónomas y acompañado por una fuerte lucha como fue el caso de las panteras negras y otros grupos con pretensiones revolucionarias. En la esfera cultural, los músicos de jazz tenían aspiraciones similares aunque en vez de poner sus instrumentos al servicio de la revolución decidieron revolucionar las formas musicales heredadas y llevarlas hacia sus limites.
Ahí está su merito creo yo, en desarrollar las formas musicales bajo sus propios términos, en ser puristas, en preservar el espíritu pasionero del jazz mientras se deshacían de ciertas limitaciones formales. En eso indudablemente llevaron el jazz a sus limites, sobre todo por el camino de la improvisación absoluta. Eso creo yo es prueba del nivel de conciencia cultural y política (por muy burgués que esta nos parezca a nosotros en retrospectiva) que se desarrollo en esa época ya muerta. En cambio el nivel de conciencia hoy en día en los EE.UU. es el de una alpargata, lo que hace de la situación musical algo bastante diferente, y en la mayoría de los casos algo lamentable.
Para serte honesto yo no se que constituye una estética de resistencia hoy en día. Una conciencia situacionista vulgar nos diría que al arte esta muerto, y que si aun vive en sus formas tradicionales ha de ser asesinado. Eso a mi me parece estúpido y peligroso. La IS hablo de una revolución de la vida cotidiana y de que esta no era mas que la realización del arte a través de una transformación social. Pero cuando se habla de la muerte del arte también se habla de una metamorfosis de sus formas y contenidos. Hoy en día esas formas y contenidos están en peligro de extinción.
En lo que se refiere a la música, hoy en día es como para ponerse a llorar. Esto puede apestar a conservadurismo reaccionario y a cliché de VH1 pero si existe una tarea artística de resistencia hoy en día es la de rescatar la música del mal gusto y la idiotez.
Las vanguardias contraculturales artísticas eran por lo menos eso, artísticas. Era una revuelta desde adentro, un punto de vista que ha sido reducido por la industria cultural a Brittney Spears y a Brad Meldauh ( o como se escriba). En momentos de crisis es a la memoria histórica a quien a hay que acudir, sobre todo hoy en día. Como te dije esto puede llegar a sonar conservador y tradicionalista. Formular nuevas estrategias en lo que se refiere a la relación música-sociedad es algo complejo y hoy más confuso que nunca.
Cuáles son los factores que nos impiden obtener algo mas de claridad acerca de estos problemas y sus posibles soluciones es algo de lo que podemos seguir hablando...


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3.- Me parece muy interesante lo que cuentan sobre el tema de infancia, gustos musicales, y represión por parte de los propios hermanos. De hecho, hace poco mi hermana menor me reprochó que por culpa de mi influencia en su más temprana adolescencia, época en que estábamos los dos muy insertos en la escena hardcore punk, ella siempre había evitado a bandas que ahora le gustaban bastante (como Led Zeppelin). Frente a eso yo pensaba que a veces uno genera daños involuntarios. Pero por suerte siempre son superables (a lo menos en ambas historias). Yo soy de los que han decidido no tener hijos, pero creo que para la paternidad y maternidad musical y libertaria ese tipo de ejemplos debieran señalar algunos límites en cuanto a cosas que sería bueno evitar. Lo que resulta indiscutible es que la música que se escucha cuando uno es niño debe influir mucho en el sentido musical que la persona va a seguir desarrollando a lo largo de su vida. Supongo que una dieta musical infantil que incluya a Monk debe nutrir para siempre.

Pasando a otro tema, llama la atención que el nombre actual de su proyecto (Dialéctica Negativa) provenga del pensamiento de Theodor Adorno, un conocido odiador del jazz. ¿Cómo ven esa relación? ¿Qué tan valioso les parece en nuestros tiempos la categoría de "industria cultural"? ¿Les parece similar, alternativa o complementaria a la noción situacionista de "espectáculo"? Además, ¿en qué consisten actualmente las diferentes versiones de Dialéctica Negativa y/u otros proyectos en que están tocando?

Acerca de lo de Adorno: para justificar la decisión de haber nombrado a la banda en honor a un tan reconocido enemigo del jazz creo que es necesario partir por reflexionar un poco sobre el concepto de industria cultural y su relación con el concepto situacionista del espectáculo. Hasta donde yo sé, hay varias cosas en las cuales se diferencian a nivel de compresión teórica.
Por un lado, el concepto de espectáculo tiene su origen en el marxismo lukacsiano de Debord. De este último (Lukacs) es de donde Debord retoma la problemática de la reificación como producto del fetichismo de la mercancía que se da en la sociedad burguesa de transición a la modernidad. Lukacs intenta explicar este problema a través del empleo del concepto neo-kantiano de las "formas-de-objetividad", que en el caso de la sociedad burguesa sería la forma de la mercancía, forma responsable por la regulación de la dinámica social; todos los fenómenos son entendidos como derivados de esta forma.
A diferencia del francés, Adorno, también influenciado por Lukacs aunque retomando la problemática de la reificación de una manera mas crítica (tal vez conservadora [?]), Adorno rechaza el concepto de formas de objetividad y en vez intenta comprender la sociedad burguesa como función del principio antropológico de la preservación de la especie y como un "defecto" inherente al razonamiento discursivo.
Esta diferencia creo yo, significa que hasta cierto punto Debord y Adorno se tienen que plantear la superación de la sociedad burguesa en términos diferentes a nivel teórico. Es por eso que a uno se le observa poniendo toda su esperanza en el arte mientras que el otro se convierte en uno de los principales voceros de su exterminación.
Lo interesante es que los 2 reconocen el momento subversivo y específicamente anti-capitalista en las manifestaciones estéticas. La facultad mimética es algo que para Adorno escapa el totalitarismo conceptual y por ende apunta hacia la reconciliación; lo importante esta en reconocer que para Adorno era la actividad artística como tal la que apuntaba hacia ese momento de verdad. No quiero decir por el contrario, pero de manera diferente, Debord decide no acudir al arte, sino que a su negación como una iniciativa revolucionaria.
El situacionista, creo yo, comprende el arte como un momento formando parte del movimiento del espíritu hacia su realización final en el comunismo. Después de todo, no por nada dijeron que los verdaderos seguidores del arte moderno no eran los expresionistas abstractos sino que los guerrilleros congoleses. Debord era un Hegeliano mas convencional que Adorno. Sin embargo, para mí ambos -el concepto situacionista y el Adorniano- son compatibles en cuanto metáforas criticas de la sociedad de la mercancía. El hecho de que en tanto en el uno como en el otro se sitúe a la tradición artística como vanguardia apuntando hacia las reales posibilidades de superación del capitalismo ya nos ofrece valiosos consejos, específicamente en términos de una teoría de la separación. En la práctica, esto se manifiesta en la brecha que se produce entre las masas de consumidores y los imbéciles encargados de las producciones artísticas igualmente masivas, encuadre social que da paso a una suerte de dialéctica de la estupidez mediante la cual todos los criterios estéticos y con ellos el buen gusto se van desafortunadamente a la mierda. Quien sea se tome la molestia de comparar inclusive la música pop antigua con la de hoy se podrá dar cuenta de esto rápidamente sin necesidad de leer ni a Adorno y a Debord. Como recalqué en mi comentario anterior, las formas y contenidos del pasado todavía tienen mucho que enseñarnos. Sería interesante compilar una lista de que todavía es digno de ser vendido en las disquerías.


chuaaa





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