miércoles, agosto 25, 2004
Más Estética Militante: el rol del "artista"
EL ROL DEL ARTISTA
El rol del artista ha cambiado considerablemente durante el siglo pasado, debido tanto al surgimiento de una industria cultural de masas como a lo que podría ser llamado la efervescencia de la tecnología. Mientras el siglo veinte es a menudo caracterizado por la invención de nuevas tecnologías de comunicación, no debemos olvidar que lo mismo puede ser dicho del siglo diecinueve -las líneas férreas y el sistema postal, ambos a disposición de cualquiera en el "público" que pudiera conseguir un pasaje o estampilla, fueron desarrollos victorianos fundamentales. Recientemente se ha hablado demasiado las "industrias culturales dominantes en expansión global", y nosotros pensamos que este fenómeno sólo puede ser entendido como parte del capitalismo global. El estalinismo y el maoísmo impusieron el capitalismo en lo que habían sido predominantemente sociedades campesinas, y así una de las características claves del siglo veinte fue el desplazamiento desde la dominación formal a la dominación real del capital en una escala global. Como resultado, la producción industrial fue movilizada alrededor del planeta, y algunas de las industrias más avanzadas se encuentran ahora en lo que solían ser considerados países del "patio trasero", tal como regiones que previamente eran fuertemente industrializadas -como el medio oeste americano y la región norte y la central de Inglaterra- se han convertido en cinturones de óxido. Todo esto ha tenido un inmenso impacto, y un efecto -usualmente no remarcado- en la producción artística.
El rol del artista ha cambiado considerablemente durante el siglo pasado, debido tanto al surgimiento de una industria cultural de masas como a lo que podría ser llamado la efervescencia de la tecnología. Mientras el siglo veinte es a menudo caracterizado por la invención de nuevas tecnologías de comunicación, no debemos olvidar que lo mismo puede ser dicho del siglo diecinueve -las líneas férreas y el sistema postal, ambos a disposición de cualquiera en el "público" que pudiera conseguir un pasaje o estampilla, fueron desarrollos victorianos fundamentales. Recientemente se ha hablado demasiado las "industrias culturales dominantes en expansión global", y nosotros pensamos que este fenómeno sólo puede ser entendido como parte del capitalismo global. El estalinismo y el maoísmo impusieron el capitalismo en lo que habían sido predominantemente sociedades campesinas, y así una de las características claves del siglo veinte fue el desplazamiento desde la dominación formal a la dominación real del capital en una escala global. Como resultado, la producción industrial fue movilizada alrededor del planeta, y algunas de las industrias más avanzadas se encuentran ahora en lo que solían ser considerados países del "patio trasero", tal como regiones que previamente eran fuertemente industrializadas -como el medio oeste americano y la región norte y la central de Inglaterra- se han convertido en cinturones de óxido. Todo esto ha tenido un inmenso impacto, y un efecto -usualmente no remarcado- en la producción artística.
Algunas de las naciones industriales en declinación han transformado la producción cultural y la industria inmobiliaria en formas de extracción de plusvalor (una riqueza originalmente generado por el trabajo humano). La paradoja global/local con que gozan los postmodernistas es solo un nombre para la CENTRALIZACIÓN desde centros culturales tales como Los Angeles, New York y Londres. Incluso más, la producción cultural está estrechamente ligada a la "gentrification"[1] de lo que fueron tradicionalmente barrios obreros de esas ciudades. El ascenso meteórico de los precios de las propiedades ha destruido a mucho de lo que daba a estos lugares su carácter, y así lo que inicialmente los hacía atractivos para la vanguardia artística entre aquellos que se desplazan hacia estos lugares.
Habiendo establecido una base material para nuestra crítica, nos gustaría desplazarnos a una sugerencia muy unilateral con que nos hemos encontrado en numerosas ocasiones en los años recientes, que la práctica de la vanguardia de principios del siglo veinte ha sido normalizada dentro del arte contemporáneo. Esto es cierto, pero sólo hasta cierto punto, porque mientras la técnica del bricolage, y el tratamiento de la completa historia del arte como material fuente para para la producción de new york se ha normalizado, la crítica del arte como institución que la acompañaba ha sido echada por la borda. El involucramiento de los dadaístas de Berlín y la Internacional Situacionista con la izquierda revolucionaria es generalmente ignorado. La vanguardia deseó integrar arte y vida, y este proyecto fracasó porque su izquierdismo no logró influenciar a las organizaciones políticas que controlaban a las masas trabajadoras. El arte obtiene su apariencia de autonomía ideológica de su mercantilización (una verdad que la Escuela de Frankfurt se tropezó, pero que escondió dentro de una sobre-complejizada "Teoría Estética" que ha proporcionado un rico material para la mistificación crítica, de modo que los colaboradores contemporáneos de Art Monthly emplean el término "arte autónomo" para revertir la antítesis kantiana entre libertad y necesidad, algo que Hegel y Marx superaron).
Condensando enormemente nuestro análisis, si el capitalismo proporciona las condiciones materiales para el arte, el idealismo alemán le provee su legitimación ideológica. Basándose en las mismas fuentes filosóficas, Marx concluyó que la actividad humana constituye la realidad social a través de su praxis; la verdad es proceso, el proceso de auto-desarrollo; o, como Marx lo expuso de manera célebre, el individuo total del comunismo maduro es un cazador en la mañana, un pescador en la tarde, y un crítico crítico en la noche -sin ser definido socialmente ni como cazador ni como pescador ni como crítico. Trabada por la mercantilización, la práctica artística actual es una deformación del despliegue sensitivo del yo que será posible una vez que hayamos alcanzado la verdadera comunidad humana. La meta del comunismo es la superación de la reificación de la actividad humana en los territorios separados de trabajo y juego, de estética y política. El comunismo va a rescatar la estética desde el ghetto del arte para situarla al centro de la vida.
¿Donde queda entonces, de acuerdo a esto, el rol del "artista"? Dado que bajo el capitalismo todos reproducen las condiciones de su propia alienación, mientras el arte tal como lo conocemos continúe existiendo, sería ridículo esperar que aquellos que buscan su abolición como esfera separada de actividad no se involucren en y con él. Sin embargo, aquellos que adhieren a Militant Esthetix no deben jamás olvidar que su rol como no-especialistas especializados debe ser negado. El arte no puede ser reformado, sólo puede ser abolido. De allí que nuestra estrategia cultural en este período de transición debe consistir en autonomizar lo negativo dentro de la práctica artística. ¡Amamos todo aquello que arruina su sentido de valor cultural confiable! Debemos vivir la muerte de la vanguardia no sólo en teoría, sino en la práctica. No aprendemos nada del arte muerto de los vivos (qué tal, arte británico). Aprendemos todo del arte vivo de los muertos (saludos a Marx Joyce Benjamin Zappa). ¡LARGA VIDA A LOS MUERTOS!
Militant Esthetix (basado en un texto de Stewart Home) (traducido por Tristón Tsarro)
[1] Expresión difícil de traducir mediante una sola palabra. Definición de diccionario: proceso mediante el cual gente de clase media pasa a residir en una zona tradicionalmente obrera de una ciudad, cambiando las características de la zona (www.wordrefrence.com).
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