viernes, octubre 01, 2004
29 de septiembre: encuentro con el horror fascista
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Almorzando por Patronato con dos buenos amigos nos topamos con el hijo mayor de Pinochet. El tipo llegó saludando como farandulero a los dueños y meseras del restaurant Harissa, en Eusebio Lillo 340 (creo, a media cuadra de la calle Patronato). Le arrojé unas 20 monedas chicas gritándole: "Hey, Pinocheque, deposítate esto en el banco Riggs". El tipo y su guardaespaldas se me tiraron encima, el guardespaldas me pegó un golpe en la cabeza, y yo levanté las manos diciendo: "Yo no pego, yo tengo las manos limpias, no como ustedes, fascistas de mierda, que las tienen manchadas con sangre y llenas de plata que le robaron al país". Pinocheque me trató de pegar y un amigo le recordó que está en libertad con condiciones impuestas por un juez de garantías (estuvo preso hace poco unos días por ladrón): "Acuérdate que estai con juez de garantía". Pinocheque dijo: "yo no lo he tocado, él me agredió con las monedas". Yo le dije: "mi violencia es simbólica, no como la de ustedes". Me dijo: "eres un hijo de puta", y mi otro amigo le dijo: "y vós, hueón, hijo de ladrón". El guardaespaldas intentó golpearme con una silla, y yo le dije" Pégame, pégame.,..y el que caga vai a ser tú". Me dijo "échate a volar, que te mando a matar". Y nos fuimos, alegres, victoriosos, y ellos quedaron con las caras desencajadas y su almuerzo arruinado, con monedas de 1, 5 y 10 pesos en su mesa y platos.
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