martes, diciembre 14, 2004
this is DUB revolution
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Una de las últimas revoluciones formales en materia sonora se dio en Jamaica con el surgimiento del género conocido como "dub". Resulta muy interesante entender que el contexto de pobreza material del país sirvió de motor de estas innovaciones, que se expresaron principalmente en el hecho de que al no existir equipamiento sonoro en todas las casas, se recurriera a la figura del sound system: un Disc Jockey llevando música a diferentes lugares, interviniendo de manera activa al presentar el material, hablando e incluso cantando de manera que se interactuaba con las voces y sonidos que salían por los parlantes desde singles de vinilo[1]. En los estudios de grabación, los ingenieros comienzan a tener un rol muy activo al procesar de diversas formas el material ya grabado de una canción. En la producción de singles, los lados B solían contener la misma canción del lado A pero en versión instrumental, retirando las voces sencillamente, manteniéndose el título de la canción con el agregado "version". Sobre esas versiones el rol de los ingenieros se radicaliza mediante el uso de efectos, delay, reverberación, y un procesamiento caleidoscópico de los sonidos que cada canción escondía. Lo usual en estas grabaciones es un sonido muy robusto de bajo, baterías procesadas, y voces que van y vienen, profundamente modificadas. El dub se presta a ser vehículo de expresión de las variantes más espirituales y mesiánicas del reggae. Todo el dub clásico se genera en la década de los 70, y se constituye en inspiración de la revolución punk, y del hip hop. Posteriormente su vitalidad se extingue, y la industria musical ha tratado de recuperarlo por variadas formas, entre ellas mediante el género conocido como "trip hop", y mediante cierto experimentalismo ligado al rock y derivados.
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Lo importante del dub es que es un ejemplo de como ciertas actitudes ligadas al arte popular, en el sentido de no aceptar nunca un rol totalmente pasivo (ni en el estudio, ni al reproducir la música) pudieron generar una forma de experimentación que la vez que se acercaba en sus buenos momentos al arte autónomo, era también una forma de conciencia y resistencia.
En el dub no quedan puertas abiertas por lo general entre la versión "normal" del tema y su(s) version(es) dub: excepto por algunos momentos en que se debilita la superficie y se "ve" (oye) lo que había abajo: muchas veces voces que casi no se utilizaron en el dubbing; bajos que se amortiguan mal en un momento en que no debieran estar sonando según el dub master-dub organizer. Y el efecto de ese leve derrumbe acrecienta el encanto y belleza de esta música (como demostración de una relación entre hombre y tecnología que es más rica y profunda que la del capitalismo tardío). Muchas veces se encuentran comienzos falsos[2]. El comienzo falso humaniza el producto final, y demuestra que en un sentido esto no ha dejado de ser un juego, recordando que el material está abierto y que ofrece nuevas posibilidades de reorganización constante. En cierto sentido, estos sonidos se siguen moviendo solos, en tu cabeza, al recordar el dub (lo único que permanece más aprehendible en el recuerdo es la línea de bajo, siempre robusta, profunda, elegante y orgánica. Lo demás es aproximadamente recordado (y por ende, reinventado) en el recuerdo dentro del cerebro (y ese recuerdo conmueve al cuerpo si es que consigue reaprehender adecuadamente el sonido del bajo. Esa línea de bajo es el elemento capaz de generar la suspensión).
[1] Los mejores exponentes de ese estilo, conocidos como DJs o toasters, son Big Youth, U-Roy y I-Roy.
[2] Todo ello abunda en los dos LPs instrumentales de King Tubby: The roots of dub, Dub from the roots (1974-75).
Ya. Volví del trabajo, y voy saliendo a ver a Las Jonathan, tras escuchar el Desertshore, de Nico. ¿Han ocupado bien su tiempo? Buenas noches.
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