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sábado, julio 15, 2006

Dispararle a la Luna 


Escuchar Slovenly en julio del 2006, escondido e identificado en las franelas, tentado de acudir a varios otros registros de la manada SST para detener un poco el paso del tiempo en esta noche dominical fría. En la faceta más tranquila y reflexiva de la confluencia postpunk americana de carretera, y las influencias más complejas de la legendaria explosión de pocos años antes -que en esa época era un relampagazo reciente. Thinking of Empire (1986) y We shoot at the moon (1989), ambos editados en SST records, pasaron sin causar mucha agitación en el respetable, y a estas alturas son poco más o poco menos que un grato recuerdo. Thinking of Empire?debería archivarlo entre Minutemen y REM. Pero no tengo discos de REM. Y hablando de SST records y sus años de gloria, Paganicons (SST 006, 1981), de Saccharine Trust en su momento más hardcore punk, el album pocos años posteriory mucho más jazzero, Surviving you, always (SST 024, 1984), y We became snakes (de 1986) que suena mucho más a lo Minutemen, y no por casualidad, dada la presencia colaborativa de Mike Watt, sirven como testamentos de lo mejor que se podía hacer en los 80 desde el punk pero mirando hacia el jazz, el funk, avantgarde, heavy metal y todo lo demás con mucha curiosidad, pero asimilando de manera más significativa que ese tipo de pelmazos que después hicieron mierda toda posible fusión desde el rock (pienso en gente como Red Hot Chili Peppers, Primus y demases)...

Después de reponerse de la experiencia exigente pero gratificante de asimilar el duelo de titanes Mass Projection, entre Kaoru Abe en alto, y Masayuki Takayanagi (advertencia: esto es japonés: puede que esté revirtiendo el orden de los nombres. ¿Debería sentirme culpable de saber algo de inglés y nada de japonés, chino mandarín, alemán, o coa?), el siguiente paso lógico es conseguir el Gradually Projection, donde, a diferencia del anterior, la idea es colaborar en base a escucharse atentamente y partiendo más bien del silencio. Abe Kaoru (al revés, pa achuntarle a una que sea) muestra acá un sorprendente dominio del lirismo en el clarinete bajo, para luego de un desarrollo de casi 50 minutos (no recuerdo bien y no es esencial comprobarlo), terminar dañando una especie de tratamiento ayleriano del conocido villancico de mierda "noche de paz" en una armónica. ¿Y saben qué? El tema te llega hasta a gustar. Gracias Kaoru por sacudirnos la mierda de una tradición de mierda. De ahí en adelante, cualquier grabación de Abe te seguirá otorgando poderosas y terribles dosis de desgarro y belleza.

Quienes amamos al Black Sabbath de los primeros 5 o 6 años de existencia, de vez en cuando nos consolamos con la existencia de bandas que parecen tomar la antorcha del relevo (sé que es diferente una antorcha que la carrera de relevos, pero quedó escrito así, y no quiero cambiarlo) de aquellos infalibles métodos sabbathianos para alcanzar el doom y el momento del redireccionamiento del tiempo hacia los territorios de la "big note" a la que todos queremos llegar y pocos llegan desde el rock pesado (es más usual que se llegue a esos terrenos desde el free jazz extático, y el noise radical). En esta ciudad, los Electrozombies en vivo nunca decepcionan en cuanto a llevarte a ese abismo por lo menos 3 o 4 veces, de manera muy intensa, durante su set). Desde Inglaterra, Dopethrone de los Electric Wizard (2000) parece ser uno de los documentos convincentes del estilo a lo largo de sus ya 30 años de existencia. Se da inicia al disco, y de ahí, a esperar cuando sin darte cuenta de repente ya estás cabeceando en un trance metálico que en realidad te hace comprender la idea del KO. El problema es que las canciones en tanto "temas", pueden presentar una monotonía o limpieza excesiva que hace tener siempre ganas de que el control parezca tambalearse un poco. Para ir en busca de ese abismo directamente, tal vez es recomendable acudir a piezas como el Earth 2, con solo tres temas en 70 y tantos minutos, diseñado inteligentemente para llegar al drone a través del riffage sabbathiano, con cierta inclinación por el lado apacible de lo siniestro. No se podría pensar en este género o subgénero de la música fuertemente amplificada (aka "rock") sin hacer referencias a la superioridad de formas y convicción con que se presenta en el territorio nacional japonés, por ejemplo, con el power trío Boris, que esculpió verdaderos icebergs de riffage lento como babosa y tan pesado como esos Melvins de la era Bullhead/Ozma, de donde, por cierto, los japoneses tomaron el nombre (Boris: impresionante track inicial del Bullhead).

Lost Aaraaff es conocido como el proyecto "ayleriano" del joven Kaiji Haino. Una vez más, el nombre se queda muy corto para describir las exploraciones sonoras de este grupo de personas a principios de los 70 en Japón. En la era de la masiva y radical presencia de la Zengakuren, organismo estudiantil que coordinaba las luchas contra la policía, el imperialismo, el estalinismo, y las tropas norteamericanas, el territorio musical se encontraba no menos agitado por la creatividad de la escena local que, asimilando el ambiente, el free jazz, el rock psicodélico, junto a sus propias tradiciones musicales y tendencias a la experimentación, pisaba en falso en un lugar donde se está a punto de caminar de nuevo. Varios documentos de estas amalgamas sociales y estéticas han ido saliendo a la luz, sobre todo de la mano de internet y el comunismo tecnológico que se posibilita. El album de 1971, conocido sencillamente como Lost Aaraaff, que consta de tres piezas, va desde el pianismo sencilla pero enérgicamente inspirado en Mcoy y Cecil, a epopeyas de más de media hora de duración donde, al parecer, todo es posible, y donde se alanzan nuevas cimas en la expresión precaria y brutal al saxofón.


Not Bite /We re not crazy es un 7" de Red Transistor originalmente grabado en 1977 y editado por Ecstatic Peace en 1990. Efectivamente, estos temas revelan lo mucho que el mejor Sonic Youth adeuda a esta banda, o más, bien el similar terreno en que muchos estaban caminando en NY en esa época. El trío lo conformaban Mark Edmands (batería), Von LMO (guitarra, voz, órganos, onda corta) y Rudolph Grey (gutarra) : Los dos últimos son leyendas ni tan oscuras de la vanguardia musical a estas alturas. Grey se dedicaría posteriormente con sus Blue Humans a inventar formas de encuentro entre el free jazz cósmico y las posibilidades de las percusiones y guitarras eléctricas (particularmente recomendables el Live 1980?con Beaver Harris y Arthur Doyle en esa ocasión-, el Clear to Higher Time, donde la labor guitarrística es potenciada por la segunda guitarra que aporta Alan Licht , y el EP Incandescente, junto a Harris y un saxofonista de Borbetomagus-). Pero en Red Transistor, la preocupación parece más enfocada a la reiteración rítmica minimalista tejiendo telarañas de guitarra por encima. Not Bite es más claustrofóbica y al mismo tiempo liberadora?se trata de seguir el entramado de guitarras y órgano que se desarrolla por debajo de la extraña vocalización (en el estilo del punk rock que más influenciaría a?Sonic Youth, por dar un ejemplo). We re not crazy explora angularmente métodos parecidos a los del tema anterior, pero con resultados que avanzan en una dirección distinta. En solo dos temas, el núcleo de lo que musicalmente desarrolló el llamado "new age" y el noise posterior, está totalmente comprimido aquí dentro. A escuchar una y otra vez.

Según una Encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas a aproximadamente 16 mil personas, un 80% de la gente cree que la delincuencia ha aumentado en el país. Consultadas las mismas personas sobre si la delincuencia había aumentado en su comuna, este porcentaje bajaba a 60%. Y consultados sobre si la delincuencia había aumentado en su barrio, solo un 44% de la gente respondió afirmativamente.

El MIL (por 1000, y luego, "Movimiento Ibérico de Liberación") fue una agrupación armada que practicó en Cataluña de finales del franquismo (1970 a 1973) la lucha armada, inspirados en concepciones radicalmente diferentes a las del grueso de las agrupaciones armadas de la ultraizquierda. Para empezar, los principales animadores de este grupo habían llegado a posiciones en la órbita del marxismo libertario, consejista, antileninista, por lo cual valoraban la autonomía proletaria y concebían su misión como la de dar apoyo práctico a la radicalización de las luchas proletarias que se daban por ese entonces. Además, concebían como una labor fundamental, también a financiar mediante expropiaciones al Capital, la existencia de un Biblioteca adecuada, en la forma de folletos y libros que reivindicaran los aspectos más radicales y creativos de la lucha por la creación de Consejos Obreros, sea que provinieran del campo "marxista" o "anarquista". Tras la autodisolución del grupo, en cuyo seno evolucionaban tendencias que ya no podían seguir mucho más tiempo juntas, una feroz represión se abatió sobre sus militantes, culminando en la prisión y/o ejecución de algunos de ellos, de entre los cuales Salvador Puig Antich ha sido el más publicitado (tanto por la prensa oficial, como por la "anarquista" que lo convirtió en su mártir, muy en contra de su voluntad presumible y posiciones políticas -genuinamente comunistas-). En internet se encuentra un excelente artículo de Sergi Roses (que también editó en Alikornio un libro que recomiendo absolutamente: El MIL: una historia política), además de un libro que Santi Soler, uno de los miembros del MIL, escribió en 1978: Lucha de Clases y Clases de Lucha).

"Intentar recuperar la verdadera historia de lo que fue el Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate (MIL-GAC), es mucho más que hacer una crónica detallada de sus acciones de expropiación y de la detención, proceso y asesinato de Salvador Puig Antich. Es mostrar por qué y cómo se formó este grupo, qué propuesta política defendía y la alternativa revolucionaria que ofrecía. Haciéndolo así, se descubre que el MIL no era un grupo anarquista o incluso terrorista de lucha armada, catalán o no, con un mártir recuperado por el sistema, sino un grupo con una propuesta nítidamente diferenciada de la oposición antifranquista, totalmente original en el panorama español de la época, con fuertes raíces teóricas en corrientes revolucionarias de matriz marxista antileninista y que se consideraba a sí mismo no como otro grupo político más de la extrema izquierda, sino como un grupo de apoyo al movimiento obrero del momento. De esta manera, hablar del MIL-GAC exige hablar, sobre todo, de su itinerario político: sólo así se puede descubrir qué había detrás de este grupo de revolucionarios que han pasado de ser considerados, durante el franquismo, como "gángsters", a convertirse después, simplemente, en "alocados utópicos" o, en el mejor de los casos, en luchadores antifranquistas. Para ello, hace falta comenzar a desmontar los mitos" (Sergi Roses, en Un esbozo de la historia del MIL).

Comments:
buena foto ¿dónde es?
 
hace tiempo que no te veia, se estaba perdiendo tu imagen en mi cabeza.
 
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