jueves, octubre 23, 2008
Matucana 100
El martes fui a matucana 100 a ver la charla del filósofo italiano Roberto Esposito, titulada "Persona, Hombre, Cosa". Muy interesante, y más todavía al poder oirla/leerla (a la entrada entregaban un texto que era básicamente lo mismo que Esposito decía al micrófono, razón por la cual se podía oir en italiano leyendo a la vez en español) justo después de leer el texto de la conferencia del lunes ("Biopolítica y filosofía"). El derecho como aparato de inclusión/exclusión, la categoría de persona como un dispositivo que siempre deja a algunos afuera, y finalmente, el repaso de ciertos recorridos de Simone Weil en torno a la justicia, de Blanchot en torno a la escritura, y de Foucault/Deleuze como deconstructores de la noción moderna de sujeto, como posibles bases para una redefinición de lo impersonal, lo común, lo sagrado...Hasta ahí todo bien, pero, al igual que el lunes en la Casa central de la Universidad de Chile, a la hora de las preguntas el sentimiento principal que aflora es de verguenza ajena.
El miércoles fui de nuevo, esta vez a un concierto de Alva Noto/Byetone. Precio razonable (2 lucas). 30 o 40 minutos de retraso (en que con mi novia podríamos haber ido a beber cervezas, pero somos gente puntual). Una gran cantidad de público, tanto que daban ganas de mirar al suelo para no tener que saludar a todos los conocidos. Empieza al parecer Alva Noto (performing XERROX, según anunciaba el volante), con una electrónica bien abstracta, elegante y cuasi ambiental, e imágenes muy interesantes proyectadas en una pantalla gigante al fondo del escenario. Por momentos dormité, y soñaba que estaba con mi madre escuchando a Brian Eno (mi madre es una gran fan de Eno, desde que a mediados de los 80 escuchó "Another Green World"). Al ir despertando, pensaba que esta música se parecía un poco a los ambientes de Eno, pero modrnizados y en cierta forma acelerados. Pero mientras más despierto (y conciente) iba quedando, la afirmación me parecía cada vez menos acertada. Las imágenes eran puntitos que formaban figuras, y en el mejor momento la impresión era muy similar a estar mirando la vía láctea desde una zona muy oscura.
Luego, Byetone. Punchi-punch del típico que se puede escuchar en todos los lugares onderos de esta ciudad, esclavizado a ese beat que tanto odio en la electrónica más taquilla, y que a los asistentes parecía entusiasmar bastante. Mientras escuchaba esto, trataba de pensar en qué punto las texturas tan interesantes que en los 70 avanzaron colectivos musicales como Faust, Neu!, y otros próceres alemanotes se había ido perdiendo por culpa del posmodernismo. Hasta el Faust revivido en los 90 y que todavía da coletazos por ahí es abiertamente fome. Las imágenes ahora partieron bien, pero en un momento se transforman en una enumeración eterna, del 0, al 1200 y algo...Se hacía excesivamente largo, muy aburrido, y sólo nos quedamos por si Alva Noto se asomaba de nuevo. No lo hizo. O puede que sí, pero apenas terminó ese segundo set nos retiramos en busca de aire, vino tinto y mejor ambiente. En el camino nos entró la duda de si efectivamente el primer set fue de Alva Noto, y no el segundo...
Nunca entendí a relación entre esta presentación y toda la paja seudofilosófica sobre el original y la copia que venía en el folletito entregado a la entrada, y que terminaba con la siguiente frase:
"Al final el proceso de copiar puede convertirse en una herramienta creativa por si misma, que analíticamente genera algo nuevo. La copia mutante emerge como un nuevo original, que provee de esta forma un nuevo espacio de desarrollo".
Hoy en la mañana, necesitaba alimentarme mejor para soportar lo que queda de semana laboral, así que opté por poner el Crescent, de Coltrane, durante el desayuno.
Comments:
Publicar un comentario