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martes, noviembre 25, 2008

Aún más baboso que antes 




Mi mejor amigo ahora sí que se mandó una impresionante...

Todavía no cumple 15 meses (en la foto tenía menos...pues fue en invierno), y aprendió a cantar escogiendo una canción gloriosa.

Lo pude escuchar ayer por teléfono: sonaba "So long, Marianne", de Leonard Cohen, y este cabro chico agregaba su voz alegre al coro, en la parte en que las voces femeninas se entrecortan diciendo:

to laugh
and
cry
and
cry
and
laugh
about it all again.

Parecía estar consciente de que era una tremenda gracia, pues se reía mucho, y me informan que esta mañana la cantó de nuevo un par de veces.

La última vez que había escuchado esa canción fue hace un par de meses, presenciando "Atención a esa prostituta tan querida" (o "El orgullo es lo último que se pierde"), una de las películas más raras de Rainer Werner Fassbinder: están todos en un hotel, actores y actrices típicos del Fassbinder de fines de los 60 e inicios de los 70, incluyendo además a Eddie Constantine, el actor que hace el personaje Lemmy Caution (utilizado también en "Alphaville" por Godard: "el más imbécil de los prochinos suizos" según rezaba un rayado en un muro parisino el 68). Están esperando que empiece la filmación de una película, y toda la acción trascurre en el lobby del hotel, con esas mujeres impresionantes y borrachos despechados y mucho gay joven y no tanto...
En ese espacio hay una vitrola donde ponen una tras otra canción del primer album de Leonard Cohen...Y así surge "So long, marianne":

I used to think I was some kind of gypsy boy
before I let you take me home.
So long, Marianne, it's time that we began
to laugh and cry and cry and laugh about it all again.


"...Yo creía ser una especie de chico gitano
antes de que me llevaras a casa.

Ahora adiós, Marianne, es hora de que empecemos
a reír y llorar y a llorar y reírnos de todo otra vez".



En la película casi no ocurre nada, en rigor, pero es imposible dejar de verla...no sé por qué...la magia de Fassbinder, supongo. He aquí una ficha pillada en internet, y en la foto, el gran Eddie Constantine (o Lemmy Caution), con la bella Hannah:


Intérpretes: Lou Castel (Jeff, el director), Eddie Constantine (él mismo), Hanna Schygulla (Hanna, la actriz), Marquard Böhm (Ricky, el actor), Rainer Werner Fassbinder (Sascha, el productor), Ulli Lommel (Korbinian), Katrin Schaake (script), Margarethe von Trotta (Babs, secretaria de producción), Rudolf Waldemar Brem (electricista), Kurt Raab (director artístico), Ingrid Caven (Renate, la extra), Harry Baer (su marido), Magdalena Montezuma (Irm), Werner Schroeter (Deiters, el fotógrafo), Karl Scheydt (Manfred)...


En un hotel español, actores y técnicos aguardan la llegada del director Jeff para iniciar el rodaje de una película titulada Patria o muerte y que pretende denunciar la naturaleza represiva del Estado. El aburrimiento, la inactividad, las rivalidades internas, pesan sobre el grupo, situación que se agrava por el hecho de que el coproductor se ha marchado y el equipo no sabe si el film se rodará o no. Cuando aparece la estrella masculina, Eddie Constantine, se le toma entre ojos y se convierte en la víctima propiciatoria de todos ellos... hasta que Hanna, una de las actrices, tiene una aventura con él. Unos y otros calman su ansiedad bebiendo sin parar un cubalibre tras otro. Finalmente Jeff hace acto de presencia y se revela odioso, egoísta, caprichoso, oscilando entre la depresión y la exaltación dependiendo de si su amante Ricky le cierra o no la puerta de su habitación. Aunque el director se muestra dispuesto en alguna ocasión a sacrificar su película en aras de sus devaneos amorosos y la violencia latente en el grupo acaba estallando cuando Jeff abofetea a la script y todo el equipo se le echa encima golpeándole, el rodaje consigue llegar a su fin.

Por supuesto, el que escribió eso no vió la película. El único que es hostil a Eddie es el rucio que se creía pololo de la hermosa Hanna Schygula...pero no lo encara. Se pone a chupar como loco y aroja tras de sí cada vaso que se toma al seco, para luego ir a lloriquear medio ensangrentado. Huevón tonto. Y mamón. Además de celoso, o sea, anticomunista. Eddie prefiere parar el escándalo y, ni huevón se lleva la rubia a su pieza.
Todos respetan (y temen) a Jeff, así que cuando le aforra a la mina nadie le dice nada, y finalmente se quedan con él, y es ella la que se va. El mundo de Fassbinder está bastante alejado de los spots del SERNAM. (Y de los de CONACE?). En verdad, lo más chistoso es escuchar a tanto alemanote y gringote en ESpaña pidiendo cada 4 minutos "Un cuba libre porfa bor".

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