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viernes, noviembre 07, 2008

TRANSA (1972) 



NOSTALGIA: de eso se trata el rock’ n’ roll

Transa y Araca Azul (la "c" con colita hacia abajo, que no encuentro en este teclado, y que se pronuncia como una mezcla de s y z): son mis dos discos favoritos de Caetano Veloso. No sé si son los mejores, pero son los que más se escuchan en casa.

Transa es de 1972. Lo editó de regreso a Brasil, y lo escribió en su exilio inglés, luego de haber estado en las cárceles de la dictadura brasilera a fines de los 60.

Antes había hecho un album debut muy interesante, con Os Mutantes como banda de acompañamiento (pues Tropicalia era un movimiento: os Mutantes acompañaron también a Gilberto Gil y Gal Costa en sus albums debuts). (En realidad, ese fue su primer album como Caeteno Veloso, antes ya había grabado el album "Domingo", pero era de Caetano y Gal).

Luego de eso, un manojo de canciones grabadas en la cárcel, en junio del 69, dieron cuerpo a otro albúm sencillamente llamado Caetano, que pude ver una sola vez en una tienda, y nunca he oido (entiendo que en esa misma época Gil también estaba preso y grabó con los mismos medios rudimentarios su album "canero").

Pero Transa fue hecho después, desde una tristeza o saudade que ni siquiera los exilios más dorados logran evitar. Parte con ROCK….desde la cuna del mismo, con “You don´t know me” (No me conoces), pero a mitad de la canción el inglés da paso al idioma portugués, y Caetano cuenta que nació en la bahía, y
agradece ao povo brasileiro,
Norte,
Centro,
Sul enteiro,
onde reinou o baiao.

Para el segundo tema de esta colección, se asoma nada menos que el proletariado jamaiquino, cuando Caetano baja por la calle Portobello con el sonido del reggae (Caetano dice, correctamente, “re-gi”, a diferencia de la tradición chilena de llamarlo “ri-gei”), y confiesa que “Nueve de cada diez estrellas de cine” lo hacen llorar. Al final del tema la banda imita el sonido del reggae mientras el volumen ya baja para dar paso al momento de mayor intensidad que alcanza el album:
“Triste Bahía”,
que dura nada menos que 9 minutos con 45, en los cuales la guitarra minimalista se ve reforzada por percusiones afrobrasileras que lo ayudan a recorrer el camino del cocorocó de un gallo, camará,
con una
bandeira branca em pao forte, virge mae puríssima.

Luego se sufre harto en “It´s a long way” (E se nao tivesse o amor, E se nao tivesse essa dor, E se nao tivesse sofrer, E se nao tivesse chorar…), para después resultar cuasi rom{ántico en “Mora na filosofia”:

Se se corpo ficasse marcado
Por labios ou maos carinhosas
Eu saberla, ora vai mulher
A quantos voce pertencia


“Neolithic man” nos retorna al tipo de trance ya alcanzado en el tema más largo del disco, pero ahora la percusión es, en realidad, neolítica.
Cuando se machaca al más alto nivel la percusión y los gritos porque:
“You won´t see me you won´t see”,
se cierra todo este círculo con el optimismo ingenuo del rock and roll, que sólo tiene que ver con la
NOSTALGIA (que como Ud. y yo sabemos, ya no es lo que era antes).

“That’s what rock and roll is all about”: un minuto y medio. Para qué mas. Ya está todo dicho, y es la despedida del album en un año que para nosotros todavía era de hegemonía socialista.

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