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martes, diciembre 23, 2008

Y después se quejan.... 

No es de extrañar, en un país tan facistón como éste, que luego del numerito de Girardi con la "fuerza pública", una oleada de solidaridad con los "pobres pacos" se extienda en la prensa y la opinión pública. Por lo mismo es tan urgente y necesario recordar lo que tal vez fue el broche de oro de la represión durante el 2008: la agresión de una bestia verde contra el fotógrafo Víctor Salas este 21 de mayo en Valparaíso.

A continuación, la carta abierta difundida por Víctor al cumplirse 7 meses de este hecho que el Derecho Burgués no nos permite tratar como un delito:


BUENA MEMORIA O SERÁ EL FIN DE AÑO?? Ayer se cumplieron siete meses desde que un policía con traje de Robocop me dejó ciego.



Después de haber estado en Chaitén y haber comido cenizas junto a la familia de don Aniceptor García en Futaleufú para mostrarle al mundo el desastre de la naturaleza, había que trasladarse a Valparaíso para mostrar ese otro desastre.

La regla de oro dice que debo retratar la realidad sin alterarla con mi presencia, y es así como al fotografiar a una multitud que quería avanzar hasta el Congreso Nacional, también corrí para denunciar a un grupo de carabineros montados golpeando criminalmente a gente desarmada y en su mayoría mujeres, sin embargo esa regla no se la enseñaron al cobarde blindado que me golpeó y me transformó en noticia.

Como desde aquel día no he podido trabajar, no dejo de pensar en que esos uniformados que se hacen llamar defensores del orden están libres e impunes, quizás el golpe no solo me afectó la vista sino también el cerebro.

Desde ese entonces, creo, tengo derecho a opinar del terrorismo policial que impera, ya que ellos mismos me "invitaron" a ser parte de los cientos o miles de chilenos que creen al igual que yo que la justicia no es igual para todos.
Me diseñé una armadura invisible para poder ver con impotencia junto a mi familia el desfile de declaraciones emitidas mientras yo permanecía postrado en una cama con la incertidumbre de quedar tuerto.

Cómo olvidar por ejemplo, y aunque la Constitución Política de Chile en su artículo 19 diga lo contrario, para el ex Subsecretario de Carabineros y del Interior Felipe Harboe: "lamentablemente pueden darse estas situaciones", (ahora pretende legislar también). O al Director de Carabineros Eduardo Gordón, anunciando medidas disciplinarias para los uniformados... ¿Será que no lustraron sus botas antes de golpear a la gente ?. O cómo olvidar su entrevista al diario La Segunda eludiendo su obligación de investigar manifestando: "...no hay imagen del preciso momento en que es herido". O cómo olvidar al también uniformado Jaime Vasconcellos declarando que: "en ningún momento Víctor Salas quiso denunciar el hecho", o que me prestaron primeros auxilios, entre una serie de mentiras intentando desacreditar las pruebas y los testigos.

Mientras yo sigo ciego en mi casa, los sinvergüenzas y los criminales siguen en sus cargos, unos derraman lágrimas de cocodrilo emocionados al lanzarse a la piscina de los candidatos a legislar y otros con olor a fascistas intentan aprobar el siguiente proyecto ley: "El que maltratare de palabras a uno de los integrantes de Carabineros de Chile, en el ejercicio de sus funciones, o con conocimiento de su calidad de miembro de esa Institución, sufrirá la pena de prisión en su grado mínimo más una multa de 3 UTM a beneficio fiscal".

Al parecer la justicia es realmente ciega al igual que yo de mi ojo derecho, pero definitivamente, no igual para todos.

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