miércoles, marzo 25, 2009
dispersiones varias
Lo que el Estado impide con todos los medios a su disposición es la comunicación real. “Donde hay comunicación no hay Estado”, se decía por ahí, y también sabemos que “El Estado es el intermediario entre el hombre y la libertad humana”. En la sociedad espectacular integrada que sufrimos hoy, en el capitalismo aquí y ahora, nos encontramos con el monólogo eterno de la mercancía hablando sobre sí misma y sobre la manera en que viene a satisfacer las falsas necesidades creadas. Además, nos topamos con la vida o sobrevivencia grupuscular de muchos núcleos de seres humanos que se definen como anticapitalistas, vida que genera sus propias formas de discurso, de comunicación...y que en general tienen enormes dificultades para percibirse a sí mismas como formas -a su pesar- alienadas. Entre toda esta seudocomunicación espectacular, que tiende a rigidizar las ideas y prácticas en vez de a liberarlas, ampliarlas y radicalizarlas, la pregunta es ¿por donde pasa hoy en día lo que queda de comunicación real? ¿Cómo es posible que esa comunicación abierta y real, desde las vidas cotidianas sumidas en la barbarie moderna, se exprese y generalice?
Variadas son las respuestas, y los niveles de análisis. Sin embargo, estimamos necesario llevar algo de estas discusiones, reflexiones y experiencias al plano del debate algo fantasmal pero eficiente que posibilitan los medios tecnológicos actuales.
Dos advertencias:
-No nos agrada la descalificación entre anticapitalistas. Para eso es recomendable aclarar de entrada que el capitalismo incluye tanto sus expresiones nacionales, internacionales, globales, privadas, de Estado, empresariales y burocráticas. Los “anticapitalistas” parciales y/o fragmentarios sí que merecen ser remecidos, a la primera, e insultados si es que se mantienen en su porción de falsedad.
-No nos agradan los “ismos”, las ideologías, ni los grupúsculos autosuficientes. Estamos más atentos al contenido de las luchas y la correcta comprensión del momento “teórico” de las mismas. Nos interesa el movimiento real que suprime las condiciones existentes, y sabemos que ese movimiento no requiere de aparatos, siglas, convocatorias ni militancias especializadas sean del rebaño que sean.
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“Bandera Roja” (“viva el comunismo y la libertad”, dice la canción). Los anarquistas prefieren el negro solito, o ponen ambos colores juntos en un bello rojinegro. Yo prefiero asumir la escisión (porque se da incluso dentro de uno mismo), pero reivindicar ambas tradiciones juntas. Bandera roja. Bandera negra. Lo mejor del socialismo (marxista) y lo mejor del anarquismo de lucha de clases (no me interesan el anarcoindividualismo ni el anarco-posmodernismo). Con un pie en cada una de esas tradiciones es como yo intuyo que podría surgir algo grande y poderoso, superándolas. Y como dijeron alguna vez los situacionistas, adornar los feos edificios con banderas rojas y banderas negras es lo mejor que se puede hacer en esos momentos en que el partido de la negación se apodera de ciertos puntos neurálgicos de la ciudad. Además –también remarcó esto la IS- ambas juntas son un símbolo de la democracia obrera.
(Pero ¿está claro que todo este simbolismo tal vez pertenece más a la problemática propia del siglo XX, nuestro pasado inmediato pero pasado al fin y al cabo? ¿la poesía revolucionaria se extrae sólo del futuro, o también del pasado? (Los comunistas benjaminianos se ríen del planteamiento del problema)).
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“Infantilización del mundo”: desde el sentido despectivo de la “minoridad”, presente incluso en Kant, La Ilustración casi al completo. Concepto de Ilustración como “emancipación”, superación de la infancia ¿es necesariamente adultocéntrico?
(No necesariamente: emancipación como superación de la tutela adultista y autoritaria sobre los niños, en un movimiento en que los adultos deben primero liberarse a ellos mismos. Emanciparse, emancipándose con los otros, en un movimiento colectivo).
Entonces, se trata en verdad de un proceso de “minorización”. Aunque etimológicamente (Infancia: sin voz), esta palabra sirve para denotar que parte de esa maniobra consiste en privar de expresión, descalificar, dejar efectivamente sin voz, como grupo subordinado.
¿Cómo se consigue esta “infantilización”/“minorización” del mundo?
-Tema tradicional de la Teoría de la ideología (Una rica tradición más o menos marxiana con gran desarroollo durante el siglo XX (frente a ella, ¿qué tan “original” es la teoría del imaginario y la institución del Castoriadis postmarxista?)).
-Industria cultural (de la dominación de mentalidades a su conformación e idiotización progresiva). Objetivo de la TV y medios; mantener una baja edad mental, “infantil” (lo cual es, en verdad, un insulto a la imaginación y creatividad de los niños).
Reverso dialéctico (¿LADO B?):
“Adultización de la infancia”: imposición de la disciplina social, desde el nacimiento y antes quizás. Los espacios de encierro y encuadre físico y mental: escuela, fábrica, casa, comisaría, estadio, cárcel, manicomio. (Resistencia infantil: Las aventuras de Pinocho, de Collodi).
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“Los Derechos Humanos de la Infancia”
La policía mata gente
Todos los días
Acá
En todos estos países
En todo el mundo
Matan niños
Las cortes internacionales resuelven
10 años después
pagar algo de dinero
que después los estados no quieren pagar
y ponen nombres de esos muertos en las escuelas
hacen “actos oficiales”
donde los niños están sentados en fila
les hablan
ellos
(no sabemos bien que piensan ellos)
Lo anterior ocurre tan sólo en los casos en que el asesinato de niños fue “emblemático”, o cuando los organismos estatales y supraestatales, y de la llamada “sociedad civil” sienten que hay allí un caso.
En todo caso, más niños mata la economía
(30.000 al día es el costo “normal” del funcionamiento del capitalismo mundial).
Variadas son las respuestas, y los niveles de análisis. Sin embargo, estimamos necesario llevar algo de estas discusiones, reflexiones y experiencias al plano del debate algo fantasmal pero eficiente que posibilitan los medios tecnológicos actuales.
Dos advertencias:
-No nos agrada la descalificación entre anticapitalistas. Para eso es recomendable aclarar de entrada que el capitalismo incluye tanto sus expresiones nacionales, internacionales, globales, privadas, de Estado, empresariales y burocráticas. Los “anticapitalistas” parciales y/o fragmentarios sí que merecen ser remecidos, a la primera, e insultados si es que se mantienen en su porción de falsedad.
-No nos agradan los “ismos”, las ideologías, ni los grupúsculos autosuficientes. Estamos más atentos al contenido de las luchas y la correcta comprensión del momento “teórico” de las mismas. Nos interesa el movimiento real que suprime las condiciones existentes, y sabemos que ese movimiento no requiere de aparatos, siglas, convocatorias ni militancias especializadas sean del rebaño que sean.
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“Bandera Roja” (“viva el comunismo y la libertad”, dice la canción). Los anarquistas prefieren el negro solito, o ponen ambos colores juntos en un bello rojinegro. Yo prefiero asumir la escisión (porque se da incluso dentro de uno mismo), pero reivindicar ambas tradiciones juntas. Bandera roja. Bandera negra. Lo mejor del socialismo (marxista) y lo mejor del anarquismo de lucha de clases (no me interesan el anarcoindividualismo ni el anarco-posmodernismo). Con un pie en cada una de esas tradiciones es como yo intuyo que podría surgir algo grande y poderoso, superándolas. Y como dijeron alguna vez los situacionistas, adornar los feos edificios con banderas rojas y banderas negras es lo mejor que se puede hacer en esos momentos en que el partido de la negación se apodera de ciertos puntos neurálgicos de la ciudad. Además –también remarcó esto la IS- ambas juntas son un símbolo de la democracia obrera.
(Pero ¿está claro que todo este simbolismo tal vez pertenece más a la problemática propia del siglo XX, nuestro pasado inmediato pero pasado al fin y al cabo? ¿la poesía revolucionaria se extrae sólo del futuro, o también del pasado? (Los comunistas benjaminianos se ríen del planteamiento del problema)).
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“Infantilización del mundo”: desde el sentido despectivo de la “minoridad”, presente incluso en Kant, La Ilustración casi al completo. Concepto de Ilustración como “emancipación”, superación de la infancia ¿es necesariamente adultocéntrico?
(No necesariamente: emancipación como superación de la tutela adultista y autoritaria sobre los niños, en un movimiento en que los adultos deben primero liberarse a ellos mismos. Emanciparse, emancipándose con los otros, en un movimiento colectivo).
Entonces, se trata en verdad de un proceso de “minorización”. Aunque etimológicamente (Infancia: sin voz), esta palabra sirve para denotar que parte de esa maniobra consiste en privar de expresión, descalificar, dejar efectivamente sin voz, como grupo subordinado.
¿Cómo se consigue esta “infantilización”/“minorización” del mundo?
-Tema tradicional de la Teoría de la ideología (Una rica tradición más o menos marxiana con gran desarroollo durante el siglo XX (frente a ella, ¿qué tan “original” es la teoría del imaginario y la institución del Castoriadis postmarxista?)).
-Industria cultural (de la dominación de mentalidades a su conformación e idiotización progresiva). Objetivo de la TV y medios; mantener una baja edad mental, “infantil” (lo cual es, en verdad, un insulto a la imaginación y creatividad de los niños).
Reverso dialéctico (¿LADO B?):
“Adultización de la infancia”: imposición de la disciplina social, desde el nacimiento y antes quizás. Los espacios de encierro y encuadre físico y mental: escuela, fábrica, casa, comisaría, estadio, cárcel, manicomio. (Resistencia infantil: Las aventuras de Pinocho, de Collodi).
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“Los Derechos Humanos de la Infancia”
La policía mata gente
Todos los días
Acá
En todos estos países
En todo el mundo
Matan niños
Las cortes internacionales resuelven
10 años después
pagar algo de dinero
que después los estados no quieren pagar
y ponen nombres de esos muertos en las escuelas
hacen “actos oficiales”
donde los niños están sentados en fila
les hablan
ellos
(no sabemos bien que piensan ellos)
Lo anterior ocurre tan sólo en los casos en que el asesinato de niños fue “emblemático”, o cuando los organismos estatales y supraestatales, y de la llamada “sociedad civil” sienten que hay allí un caso.
En todo caso, más niños mata la economía
(30.000 al día es el costo “normal” del funcionamiento del capitalismo mundial).
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