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martes, abril 21, 2009

ORNETTE!!! 


¡Esta sí que es noticia!

Ornette en Chile, Teatro Caupolicán, el 9 de mayo. Precios estratosféricos (entre 18 y 65 lucas), pero considerando que Ornette tiene casi 80 años, y que lleva más de 50 haciendo su particular forma de música (qué él denomina “harmolódica”) HAY QUE ENCONTRAR LA FORMA DE IR A VERLO, Y ojalá no en platea alta (desde donde todo se ve muuuuy lejos).

Las informaciones son contradictorias. Primero se decía que iba a tocar en Movistar Arena, y en abril. Me extraña no haber visto afiches ni nada, y tengo mucho temor de que finalmente no toque…pero para qué ponerse tan pesimistas.

¿Terminará siendo esto un evento más esnob que el concierto de Sonic Youth el 29 de marzo? Es muy posible. De hecho, la poca información que circula en internet hasta ahora es bien tontita (se la trata de “padre del ‘free jazz’ o composición libre”….OK. Los escritores siguen siendo bastante grupientos en nuestro medio) (*).

Recuerdo que hace dos años, estando en Copiapó por 10 días por razones laborales, fui con unos amigos a una concierto gratuito ofrecido por Christián Gálvez cuarteto….¡Sí! el bajista pichulero favorito del mundo cultural concertacionista: Ud. puede ver su foto en la página del FONDART, y también se le puedo ver habitualmente recibiendo por enésima vez premios Altazor (la última vez en TV diciendo “besitos ministra” y enviándolos cursimente con la mano hacia Sor Teresa…eeeehhh, Paulina Urrutia, autoproclamada como “la persona que más sabe de políticas culturales en Chile”). El concierto era espantoso, pura mierda vomitiva de esa que hace que la gente sensata en Chile odie a los “jazzeros”. En el peor momento, Gálvez empezó a hablar acerca de cómo había tenido la suerte de irse a EEUU a colaborar con “el más grande músico de jazz vivo: STANLEY CLARKE!!!!!”.
Mi primera reacción fue cuestionarme si esa mierda confitada puede válidamente ser considerada como jazz…no creo. Pero en todo caso, ¿cómo puede alguien hacer una afirmación tan imbécil estando todavía vivos Ornette, Cecil Taylor, Sonny Rollins y un larguísimo etcétera de verdaderos maestros del jazz??!!!!

Pero mejor no hablar de ciertas pelotudeces. Hablemos mejor de Ornette. Hace unos años, en estas mismas páginas me refería a un juego que habíamos inventado con los hermanos Manuschevic (que estéticamente son más fascistas que yo) cuando éramos amigos. Consistía en señalar en qué año tal o cual artista merecía haber muerto en un accidente de aviación….todo ello en el entendido de que uno de los talentos más difíciles en el arte musical es saber cuando parar. Extracto a continuación los resultados que señalé esa vez:

“Rolling Stones en 1972
Miles Davis en algún momento de la década del 70
The Clash mientras grababa Combat Rock
The Residents (durante la grabación de God in Three Persons)
Ornette....emm, digamos que hasta Body Meta estaba bien, pero no nos molestaba tanto sino hasta cuando sacó Virgin Beauty. Conclusión: antes de grabar Virgin Beauty. Pero bueno, es Ornette, le debemos demasiado, o más bien, tenemos con él una deuda infinita. Revisión del fallo: A partir de esta fecha, Ornette debe dar clases de música a los niños, y nunca dejará de ser homenajeado. Por este mismo acto, el condenado se compromete a no volver a acercarse a un estudio de grabación. Se le concede incluso el beneficio de demostrar que ya es hora de que vuelva al estudio de grabación, con tal de que realice una solicitud formal que involucre una autocrítica pública”.


La verdad es que durante los 50, 60 y 70, Ornette entregó exclusivamente discos geniales, uno tras otro, con diferentes bandas, y teniendo la valentía de ponerse a tocar violín y trompeta en forma autodidacta, e invitar a sentarse en la batería a su hijo Denardo cuando éste aún era un niño (Un ejemplo de la reacción que en ese medio causaba este “amateurismo”: Cuando Jackie MacLean lo invitó como trompetista para las sesiones del album “New and Old Gospel”, después todos los amigos trompetistas le preguntaban “¿Por qué pusiste a Ornette en trompeta?!!!”, con gran sorpresa e incluso indignación.

En los 80 y 90 Ornette derivó, a mi juicio, algo mucho más fome…albums con invitados tan dudosos como Jerry García…incursiones fallidas en hip hop….Pero con Sound Grammar (2006) volvió a un nivel muy superior, que hace que ir a verlo justo ahora sea muy estimulante.

Para ir preperando el ambiente, recomiendo acudir a la caja que reúne todos sus albums en Atlantic: Beauty is a rare thing!, y al documental “Ornette: made in America” (que está en mi casa y podría ser visto en una sesión más masiva).

(*) Dos muestras recientes:

Hace 5 años en emol, Iñigo Díaz comentó la caja “Holy Ghost”, de Albert Ayler. En cierta parte del texto dice: “Acompañado en sus bandas por notables del subgénero, como Steve Lacy (saxo soprano), Jimmy Lyons (saxo alto), Cecil Taylor (piano) o Rashied Ali (batería), este grandioso improvisador y controversial personalidad de la contracultura nos entrega en sus soplidos póstumos una aguda forma de percibir el jazz”. Pues bien, la cosa es exactamente al revés: el joven Ayler se las arregló para que lo dejaran tocar en la banda de Cecil Taylor durante una gira escandinava a principios de los 60. Un poco de conocimiento histórico genuino bastaría para saber que CT ya había armado una carrera poco reconocida pero existente, mientras a AA todavía no lo pescaba nadie. De hecho, en el documental sobre Ayler el percusionista Sunny Murray cuenta la historia: AA se acercó a él y Jimmy Lyons, y CT accedió a tocar con él sólo tras preguntar a Lyons qué tal tocaba este desconocido…

Por otra parte, la -a mi entender- bastante masónica Revista de Occidente (autodenominada “tribuna del pensamiento libre”) publicó un artículo sobre Debord y la sociedad del espectáculo donde, para variar, se confunde a la IS con el llamado “situacionismo” (error común a casi todos los que escriben sobre el tema), y además se señalan cuestiones tan dudosas como que la IS estaba profundamente influenciada por la Escuela de Frankfurt. ¡Falso!: en ningún texto situacionista genuino se denota dicha influencia (a lo más existen referencias a Adorno en la obra "madura" y cuasi-new age del camarada Raoul Vaneigem. De hecho, se podría decir que el único marxista academicista que los situacionistas respetaron en realidad era Henri Lefebvre, y el amor no duró mucho tiempo: al rato rompieron con él y lo acusaron de haberles copiado sus tesis sobre la Comuna de París (uno de los más notables textos situacionistas, por cierto). En las páginas de la revista del grupo, explícitamente se califica a la doctrina marcusiana como “ridícula”. Es más, es precisamente la versión que oficialmente se ha impuesto en variedades y subvariedades de todos los colores, la que nos dice que el 68 no hubo lucha de clases, sino "revuelta juvenil", la que explota el lado más cínico y contemplativo de una "teoría crítica" de una supuesta escuela academicista situada en la buena y decente ciudad de Frankfurt del Meno (donde hasta en los puntos de venta de revistas de la estación de trenes venden libros de bolsillo de nuestro aquerido maestro don Teodoro W. Adorno, personaje al que preferimos ver como a un auténtico y muy querido camarada, un revolucionario derrotado antes que un conformista pequeño burgués), lo que -entre otras variadas yerbas contraculturales- habría influenciado de manera determinante, subcultural e "ideológicamente", a los "jóvenes" de los años sesenta, en una época en que -como todos sabemos- ya no había proletariado ni burguesía, ni en realidad ninguna clase histórica y por añadidura tampoco hay ni podrá volver a haber "lucha de clases". Forever and after forever. Amén).

Además, según este artículo, tanto el espectacular libro de Debord sobre el espectáculo, como el “Tratado del saber vivir” de Vaneigem son verdaderos “clásicos del underground de los 60”: Oh yeah! Claro que sí: rebelión juvenil y no lucha de clases proletaria, esa huevada tan añeja y esencialista (y por ende autoritaria: pues como dijo otro franchute con apellido en la letra B "todo lenguaje es fascista"). No debemos guardar estos libros junto al Manifiesto Comunista o a Pannekoek y Korsch, sino al lado de los Beatles, Jackson Pollock, discos y registros visuales del festival de Woodstock, Piedra Roja y Altamont...

Son los defectos evidentes de una lectura (contra) “culturalista” de la historia reciente. Distintas versiones de la misma mirada castradora de la historia, que la suprime sin siquiera acordarse de que es posible realizarla, versiones cínico-reaccionarias y tambien progre-libertarias).

La historia revolucionaria de la última mitad de siglo no es la que se ha dado a conocer en la gran mayoría de la escritura actual sobre este (nuestro) tiempo.


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