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martes, agosto 25, 2009

La Comuna 


Otro PCI distinto, entiendo que más cercano al comunismo consejista que a los bordiguistas, es el grupo inglés constituído el año pasado que publica The Commune. Estos camaradas, cuyo lema reza POR LA AUTOGESTIÓN OBRERA Y EL COMUNISMO DESDE ABAJO, acaban de publicar un número en español, que incluye los siguientes textos:

-reunión pública: solidaridad con la lucha de los limpiadores
-willis: redada policial contra inmigrantes
-estoy con la justicia social y la verdad

y,

-¿Por qué somos comunistas?,

que copio a continuación:


Una tiranía económica

El sistema capitalista no funciona en los intereses de la mayoría – y no puede hacerlo. El capitalismo divide la sociedad en sus dos clases principales – la clase capitalista y la clase obrera. La clase capitalista son la minoría rica que tienen los medios de producción y por lo tanto pueden ganar beneficios; la clase obrera son la gran mayoría que no trabajan para sí mismos, para satisfacer sus propias necesidades, sino que trabajan para unos capitalistas que les pagan un salario de subsistencia a cambio del derecho a utilizarlos en lo que deseen.

Es un sistema que amenaza nuestras vidas por medio de la guerra, la pobreza y la destrucción del medio ambiente. Es un sistema de crisis que priva y deja sin empleo a millones de personas. La sociedad de clases también es una gran causea de otras problemas sociales como el racismo, el sexismo, la delincuencia, y la perdida de las libertades civiles. Es un sistema antihumano de jerarquía, patriarcado y alienación.

La lucha de clases

Sin embargo, es posible resistir a la sociedad capitalista. La clase obrera siempre ha luchado por ameliorar sus condiciones de vida y desafiar el poder de la clase dominante. Al nivel económico ha aprovechado varios medios de lucha, por ejemplo las huelgas y ocupaciónes de fabrica. Al nivel político ha manifestado y ha organizado insurrecciones contra gobiernos y estados.

Esas luchas nos han dado victorias, pero son limitadas y temporales. La lucha de clases siempre continua y ahora estamos ‘corriendo para permanecer en el mismo sitio’ como se dice en ingles. Hoy la situación de la clase obrera está empeorando. Solo podemos asegurar una vida mejor venciendo al propio sistema capitalista. Urge la lucha para una alternativa revolucionaria – el comunismo.

El comunismo que previmos es un sistema de autogestión obrera, sin gobernantes ni gerentes, ni dinero ni fronteras. Será un sistema no implica establecer un poder burocrático como existía en la URSS: la idea de sustituir la autoorganización de la mayoría por la sociedad de clases y el estado que la defiende no tiene nada que ver con ese tipo de capitalismo de estado.

Reconstruyamos nuestro movimiento

Desafortunadamente, la posibilidad de establecer una sociedad comunista y libre se ve enfrentada a una gran contradicción: en este momento faltamos un movimiento obrero que pueda realizarla. La historia nos muestra que debemos romper con la rutina. Mucha gente que han vivido derrotas y initiativas fracasadas se sienten desmoralizados. Pero si queremos transformer el orden social, necesitamos una significativa recomposición del movimiento obrero; necesitamos mucho más que la elección de nuevos líderes o burocratas más decididos a luchar. Se debe revolucionar todo el movimiento.

Necesitamos un movimiento independiente bajo el control de sus miembros, no de los gerentes y politicos. Las organizaciones que necesitamos deben superar los problemas de hoy y convertirse en un arma con la cual la clase obrera puede abolir el capitalismo.

Es necesario que esas organizaciones sean reconstruidas y desde las bases. Si no se puede reformar los sindicatos burocratizados, será necesario considerar la idea de dividir el central obrera (en Inglaterra es el TUC o Trades Union Congress) y construir una nueva organización de aquellos sindicatos que estan dispuestos a defender los intereses de la clase obrera.

Tomemos el control

Creemos necesario la organización de la clase obrera para tomar control directo de nuestros lugares de trabajo y la economía. Se debe empezar por reconocer la importancia de la organización y la sindicalización en nuestros lugares de trabajos. Si los responsables no quieren luchar, tenemos que tomar el control, organizarnos juntos y ganar confianza para pasar a la acción de una manera autónoma. Hoy la rutina y la intriga política de la izquierda burocratizada no vale nada.

Al mismo tiempo que organizamos luchas cotidanas para mejorar nuestros salarios y condiciones de trabajo, debemos recordar el objetivo de abordar el capitalismo. Al organizarnos y unirnos en nuestros lugares de trabajo, estamos desarollando los medios para ganar más control obrero y luego establecer la autogestión obrera, arrancando de raíz la fuente de la fuerza de la clase capitalista.

El comunismo desde abajo

La revolución comunista surge desde abajo para desafiar el dominio de los gerentes y su estado. Al centro de este proceso es la autogestión obrera en el lugar de trabajo: el acto de expropriar a la clase capitalista lo que puede servir para una sociedad gestionada democráticamente por la clase obrera, sin estados ni gerentes ni el mercado. Esta revolución no sólo es la derrota del poder capitalista: es el paso de los obreros de la dependencia y la ignorancia hacia la independencia y la conciencia clara de cómo llevar adelante nuestras vidas.

Por lo tanto consideramos que la organización comunista tiene como papel ayudar la recomposición del movimiento obrero y generalizar la conciencia de clase, y no sustituir su propio liderazgo ni el poder de ningún ‘partido de vanguardia’ por la autoorganizacion de la clase obrera, ni en las luchas cotidianas de hoy ni en la sociedad post-revolucionaria. No queremos establecer un nuevo aparato de estado ni una nueva jerarquía bajo el dominio de una élite ‘de izquierda’. Sabemos que ser liberado por otros no es otra cosa que erigir nuevos amos en lugar de los viejos – tal como les sucedio a los pueblos del este de europa.

A pesar de las varias amenazas en contra nuestras vidas que existen hoy, aún es posible realizar una sociedad basada sobre los principos de la democracía participativa, el control colectivo de la producción y distribución y la organización de una economía gestionada en los intereses de la humanidad y en armonía con nuestro medio ambiente. La posibilidad de establecer tal orden social existe ahora, pero sólo podemos realizarla si nos organizamos para tomar control de nuestras vidas y organizarnos para el comunismo.

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