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lunes, noviembre 15, 2010

Tonteras, mentiras, etc. Chahúan en CNN 


Pues fue que Tragalumbre me dio cinco monedas de oro y me dijo: "Llevaselas a tu papa", y en el camino me encontré una zorra y un gato, dos personas muy buenas, que me dijeron: ¿Quieres que esas monedas se conviertan en mil o en dos mil! Vente con nosotros y te llevaremos al Campo de los Milagros. Y yo les dije: "Vamos". Y ellos dijeron: "Nos detendremos un rato en la posada de El Cangrejo Rojo, y cuando sea media noche seguiremos nuestro camino." Cuando yo me desperté ya no estaban allí, porque se habían marchado. Entonces yo me marché también. Y hacía una noche tan oscura que apenas se podía andar. Y me encontré con dos ladrones metidos en dos sacos de carbón, que me dijeron: ¡Danos el dinero!" y yo les dije: "No tengo ningún dinero". Porque me había escondido las monedas de oro en la boca. Y uno de los ladrones quiso meterme la mano en la boca, yo se la corté de un mordisco; pero al escupirla me encontré con que, en vez de una mano, era la zarpa de un gato. Y los ladrones echaron a correr detrás de mí; y yo corre que te corre, hasta que me alcanzaron; Y entonces me colgaron por el cuello en un árbol del bosque, diciendo: "Mañana volveremos, y estarás bien muerto y con la boca abierta, y entonces te sacaremos las monedas de oro que tienes escondidas debajo de la lengua".
--¿Y dónde tienes las cuatro monedas de oro?--le preguntó el Hada.
--¡Las he perdido!-- respondió Pinocho; pero era mentira porque las tenía en el bolsillo.
Apenas había dicho esta mentira, la nariz del muñeco, que ya era muy larga, creció más de dos dedos.
--¿Dónde las has perdido?
--En el bosque.
A esta segunda mentira siguió creciendo la nariz.
--Si las has perdido en el bosque-- dijo el Hada--, las buscaremos, y de seguro que hemos de encontrarlas, porque todo lo que se pierde en este bosque se encuentra siempre.
--Ahora que me acuerdo bien-- dijo el muñeco, embrollándose cada vez más--, no las he perdido, sino que me las he tragado sin querer al tomar la medicina.
A esta tercera mentira se le alargó, la nariz de un modo tan extraordinario que el pobre Pinocho no podía ya volverse en ninguna dirección. Si se volvía de un lado, tropezaba con la cama o con los cristales de la ventana; si se volvia de otro lado, tropezaba con la pared o con la puerta del cuarto, y si levantaba la cabeza, corria el riesgo de meter al Hada por un ojo la punta de aquella nariz fenomenal.
El Hada le miraba y se reia.
--¿Por que te ries?-- preguntó el muñeco, confuso y pensativo, al ver cómo crecía su nariz por monmentos.
--Me río de las mentiras que has dicho.
--¿Y cómo sabes que he dicho mentiras?
--Las mentiras, hijo mio, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga. Las tuyas, por lo visto, son de las que tienen la nariz larga.
Sintio Pinocho tanta vergüenza, que no sabiendo donde esconderse, trató de salir de la habitación. Pero no le fue posible: tanto le había crecido la nariz, que no podía pasar por la puerta.


"No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir" (B. Gracián)


Ví una entrevista en CNN Chile a su excelencia Sabás Chahuán, Rey de los Fiscales, máximo mandamás del bien llamado "ente persecutor" de la República Democrático capitalista de Chile, y me acordé del muñeco de madera al que le crecía la nariz cada vez que mentía. La diferencia es que Pinocchio, creación de Carlo Collodi, es un habitante del mundo de la literatura infantil, y no tiene el poder ni las intenciones que estotro tiene. Impactante. Eso, para quien todavía tiene cierta capacidad de asombro.



Véalo ud. mismo:


En 3 partes, uno de los Mosciatti (especie de Pepes-Grillo de nuestra democracia burguesa) le da cuerda para hablar del estricto apego a la legalidad democrática que según Chahuán caracterizan a la teoría y prácticas de nuestro Ministerio Público (aunque reconoce quen no necesariamente las policías), tradición que ilustra con ejemplos tomados de montajes policial-mediáticos como el de Saif -el pakistaní-, y el montaje policial-periodístico que se conoce bajo el nombre de "caso bombas" (donde alcanza los mayores niveles de hilaridad al justificar el cambio de Jacir a Peña en razón de "sobrecarga de información", lo cual sólo por malasuerte habría coincidido con la visita de Hinzplote a sus dependencias. En la tercera parte la nariz crece tanto que podría llegar a romper la pantalla de su PC, noutbuk o el artefacto tecnológico que tenga a mano para leer estas modesta crónica) . Además, reconoce abiertamente la existencia de sobre fiscales "polillas" buenos para ponerse cascos de milico y reventar hogares proletarios frente a las cámaras de TV, pero dice que bajo su reinado dicha tendencia se ha ido revirtiendo.
En fin, menos mal que aún tenemos humor (negro) y mucha rabia que se acumula, camaradas.


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