viernes, enero 07, 2011
"El fuego en la oscuridad" (x anónimos)
“Caso Bombas” le ha llamado la prensa del poder, en esa irrefrenable tendencia a instalar nombres rimbombantes, categorías y conceptos fáciles que pauteen las percepciones de la realidad y la manera de pensar a millones de ciudadanos-borregos orgullosos de ser esclavos. Pareciera una escena sacada del libro 1984 de George Orwell, donde una masa enfervorizada grita “la guerra es la paz” y dirigen su odio contra el enemigo de turno que les señala el Estado. Como es de sobra conocido, el 14 de Agosto de 2010, una triada conformada por el Ministerio Público, las policías y la prensa se abalanzó sobre varias casas okupa y casas particulares de compañeros y compañeras que son parte del mundo autónomo y anticapitalista, todo ello direccionado por el ministerio del Interior, quien ha movido los hilos y ha otorgado el piso político para la operación represiva. En este guión no faltaron los elementos hollywoodenses: helicópteros policiales, equipos asalto del GOPE de Carabineros y ERTA de la Policía de Investigaciones, frenazos de vehículos, gritos, mujeres tiradas al suelo y apuntadas con armas ante el terror de sus pequeños hijos, puertas derribadas, cerreras, destrucción, compañeros en el suelo esposados y todo aquello que da emoción y adrenalina a los policías. Nada como abusar contra el débil y patearlos en el suelo, ahí todas las horas de entrenamiento cobran sentido…valió la pena. Mientras el terror del Estado se despliega en toda su magnitud, Peña y su banda sonríen satisfechos, Hinzpeter recibe su llamada…salió todo bien jefe, mientras tanto la prensa prepara su ritual de buitre para comer lo que sobre. El resultado de todo esto ha sido 10 compañeros y compañeras que se encuentran en este momento en prisión hasta que la Fiscalía presente sus “pruebas”. Además la razzia ha traído la criminalización del mundo punk más contestatario, del anarquismo como ideología en su conjunto, del movimiento social okupa y en general de cualquiera que difiera radicalmente del orden capitalista, señalándolo como potencial culpable, de hecho, se dice que cerca de 300 personas (hasta donde se sabe) son investigadas por el Estado consideradas sujetos de interés. La sociedad del hipercontrol y la televigilancia de alta tecnología ya está aquí y se muestra en toda su realidad abandonando su viejo traje de ciencia ficción.
Toda esta escalada represiva ha estado condimentada por actuaciones donde el Estado ha jugado al borde de su propia legalidad, como han sido las presiones del ministerio del Interior para que fuera cambiado el fiscal que llevaba el caso, o la presentación de pruebas rayanas en lo ridículo durante la audiencia de formalización, sustentada en una delirante y disparatada tesis que ha contado con el ferviente e histérico aplauso de la prensa oficial. Cabe recordar algunos de los episodios más pintorescos protagonizados por los medios de incomunicación en esta ruina moral del periodismo. Un lugar destacado lo ocupa el programa de TV “Informe Especial”, que aparte de mostrar morbosamente las fotos del cuerpo inerte de Mauricio Morales, se remitió a repetir los argumentos de la fiscalía y del equipo de Peña con algunas cuñas de los abogados defensores, sólo para no parecer el departamento de comunicaciones de la fiscalía. “Fiscal bueno viene en frasco chico” declaraba La Cuarta cuando fueron detenidos los y las compañeras mientras la policía destruía sus casas, en un titular inclasificable sin tener que rebajarse y usar el lenguaje que habitualmente ocupa este diarucho dirigido por burgueses al mando del grupo Saieh y que impunemente se hace llamar “diario popular”. En cuanto a los canales de televisión, todos sin excepción aplaudían las acciones de la policía y no podían contener sus sonrisas ante los compañeros esposados y detenidos; Punto aparte, y especialmente proactivo ha sido el duopolio El Mercurio – La Tercera, no sólo siendo vocero de la fiscalía y accediendo a partes del proceso que ni siquiera la defensa tiene, sino que ha ido pauteando la investigación y apuntando previamente quién debe ser señalado como culpable, todo ello en virtud de su acceso privilegiado a las fuentes policiales. Con respecto a este punto, como todos aquellos que han sido marcados por la dupla delictual El Mercurio-La Tercera, luego han resultado golpeados represivamente, convendría poner especial atención a los últimos sospechosos señalados por los periodistas-policías, y éstos no son otros que los medios de contrainformación que repetidamente han sido apuntados como medios y espacios que promueven las acciones violentas. No sería raro, que en un futuro próximo nos viéramos con una nueva camada de compañeros y compañeras en prisión donde estén incluidos quienes trabajan o participan de las páginas y medios de contrainformación. Una vez más, debemos decir que no tenemos nada de qué lamentarnos o victimizarnos, sólo damos cuenta que en esta guerra social hay que dar y recibir. Esperemos que esto también lo tengan presente los voceros del poder que se autodenominan periodistas.
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"no vemos a la violencia rebelde como el elemento que hará caer el capitalismo, como nos dicen nuestros críticos. La violencia rebelde, difusa, horizontal, autónoma, sin jefes ni partidos que nos digan cuando hay que atacar o replegarse, es un elemento más en un proceso que junto con otros elementos de crisis podría, potencialmente materializarse en proceso insurreccional. Hacia allá nuestras apuestas, en esta línea nos jugamos la libertad y la vida."
Etiquetas: insurrección, lucha de clases, reflexión, tercer asalto proletario contra la sociedad de clases
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