viernes, julio 01, 2016
"El capitalismo" (x Racaille N° 1/Cuadernos de Negación N° 10)
“Las épocas son orgullosas. Cada una pretende ser
única. El orgullo de la nuestra es el haber realizado la colisión histórica de
una crisis ecológica planetaria, una crisis política generalizada de las
democracias y una inexorable crisis energética, todo ello coronado por una
crisis económica mundial rampante, aunque “sin equivalentes desde hace un
siglo”. Y esto halaga, esto agudiza, nuestro deleite de vivir una época como
ninguna otra” (El Comité Invisible, A nuestros
amigos, 2014).
(BALANCE, extractos)
...Intentamos ir de
lo general a lo particular: desde la visión más abarcativa posible del
desarrollo del Estado chileno y la dominación capitalista sobre estas
poblaciones y territorios, todo ello inserto –claro está- en la dinámica global
de la expansión del Capital.
Este desarrollo
del modo de producción capitalista necesita aún de los estados nacionales para
dominar el planeta, pero se expresa claramente como tendencia dominante en
tanto imposición de nuevas relaciones sociales basadas en el trabajo asalariado
y la mercancía ya desde hace 5 siglos. Sólo desde esa perspectiva general,
observando la transformación profunda de la fase de dominación formal a
dominación real del capital es como se comprenden todos los desarrollos
específicos y particularidades locales.
Afirmando lo
contrario (por ejemplo, que la colonización de América latina fue
“feudal”), reformistas y estalinistas de
distintas variedades han intentado justificar “teóricamente” su política de
colaboración de clases con sectores progresistas de la burguesía y formas
nacionales o locales de capitalismo. Fieles a una concepción lineal de la
historia y del progreso como progreso de la producción mercantil y la
alienación que conlleva, reconocían en el desarrollo capitalista algo
necesario, inevitable, y ciertamente “progresivo”, y en fidelidad a esa
concepción trataron de integrar al proletariado como parte esencial y orgullosa
de ese mismo desarrollo, sólo a partir del cual, y a su imagen y semejanza,
concebían el paso al Socialismo.
Desde ese nivel histórico más general, tomamos íntegramente un texto de la publicación Racaille N°1, que fuera
reproducido en Cuadernos de Negación N°10 -Contra la enajenación de la vida-, que sirve para describir al capitalismo en la forma más general posible...
-El capitalismo.
1. El
capitalismo hunde sus raíces en la disolución de la comunidad primitiva, en la
aparición de la mercancía (y más concretamente del valor) como resultado de la consolidación
del intercambio de ciertos productos y por tanto la creciente producción para
las necesidades, no humanas, sino del intercambio. Este acontecimiento se va
desarrollando, subsumiendo cada vez más aspectos y elementos, conduciendo a las
comunidades primitivas a su ocaso, abriendo paso a una época oscura marcada por
el desarrollo del valor con la consecuente aparición de las clases y el Estado.
2. El
capitalismo es el corolario de todo el desarrollo histórico de la mercancía, la
conformación del mercado mundial, del sometimiento de todo lo que hay sobre el
planeta a la lógica de la dictadura del valor, de la tiranía de la economía. Un
corolario al que se llega con sangre y fuego, tras siglos de luchas y
resistencias en las diversas sociedades de clases (esclavitud, feudalismo…). Su
resultado a nivel global es la separación brutal del ser humano de todos sus medios
de vida, de la privación de la tierra y de todos los elementos que en ella
existen que son acumulados como capital en manos de la burguesía.
Por otro lado,
toda esa otra acumulación de la desposesión, de privación, conforma una clase
social empujada a luchar, a organizarse, a desarrollar su contraposición radical
al capitalismo, como única alternativa para no perecer: hablamos del
proletariado.
3. El
capitalismo no es otra cosa que una imparable carrera para la valorización del
valor, para acumular capital.
Para
valorizarse, el capital se ve forzado a asumir diversas formas, pero ante todo
a adentrarse en el proceso de producción, donde se encuentra la fuente de su
existencia: el trabajo asalariado. De las entrañas de ese tenebroso proceso, mediante
su propio desdoblamiento en capital constante (materias primas, maquinaria) y
capital variable (fuerza de trabajo), surge el plusvalor, la base material de
la ganancia como resultado del intercambio del trabajo muerto por el trabajo
vivo. La contradicción que atormenta al capital desde su origen, y que solo el
proletariado puede llevar hasta sus últimas consecuencias, es que la propia
dinámica de la valorización utiliza medios que acaban creando siempre una
desvalorización. Las medidas que contrarrestan esta contradicción (aumentar el
grado y la intensidad de la explotación, multiplicar el capital ficticio…), no
hacen sino agravarlas a mediano plazo y lo que es más importante, espolear al
proletariado a organizarse para tumbar esta sociedad.
4. Quienes
comprenden el capitalismo, sea como una esfera particular de la sociedad
sometida a ciertas leyes separadas de las otras, por ejemplo la económica, sea como
un modo de gestión, o como una política particular, no solo falsifican la
esencia de esta sociedad sino también su supresión revolucionaria.
Efectivamente, el capitalismo solo puede ser comprendido bajo su esencia universal
y totalizadora que se ha apoderado del mundo, de todo cuanto en él sucede,
mercantilizando todas las relaciones sociales, impidiendo cualquier otra
comunidad que no sea su propia comunidad de muerte: la comunidad del capital.
Incapacitados de
entender el capital en sus múltiples determinaciones y formas de manifestarse
(mercancía, dinero, trabajo asalariado, medios de producción, burguesía, Estado,
relación social, sujeto histórico…) todas estas corrientes, por muy radicales
que se presenten, acaban manifestándose como fuerzas de conservación del
capital y no de su destrucción. Algunos quieren destruir el dinero conservando
la podrida mercancía, otros acabar con la explotación enarbolando la bandera
del trabajo, también hay quienes quieren abolir el Estado a golpes de
democracia, quien piensa acabar con el racismo o el patriarcado aislándolo de
la totalidad de la que emergen, o quien se cree que vive al margen del
capitalismo por irse al “monte” con un taparrabos… Es decir, echan a patadas
por la puerta a su enemigo sin percibir que regresa por la ventana. Y lo que es
peor, se transforman en ideología, difundiéndola a gritos por esa misma
ventana, generalizándola y creando confusión entre los que luchan.
5. La
incapacidad de entender el capitalismo está indisolublemente ligada a la
incapacidad de entender el movimiento de su supresión, es decir el comunismo, así
como la incapacidad de comprender el sujeto de ese movimiento, el proletariado.
Pero esta incapacidad, como incapacidad generalizada, como ideología dominante (expresada
fundamentalmente por la socialdemocracia) es uno de los productos más valiosos
del capital. Si la mistificación reproducida por esta sociedad consigue incluso
que los explotados vivan su propia explotación de una forma tan natural como la
fecundación entre el espermatozoide y el óvulo que da origen a la vida, el círculo
se cierra cuando consigue que la ruptura de esa mistificación —es decir, cuando
los explotados se lanzan a reventar sus cadenas— se cambie por otra, a saber,
que el comunismo es el capitalismo con banderas rojas, hoces y martillos.
Bajo esta
mistificación, por comunismo, por revolución, se entiende cualquier cosa menos
lo que realmente es: el movimiento de supresión y superación de las condiciones
existentes. No debe extrañarnos entonces que por comunismo se comprenda a la
sumo la reforma de lo existente, preservando el trabajo asalariado, el dinero,
el Estado, la explotación, las clases, es decir, la preservación de la sociedad
capitalista. De la misma forma que no debe extrañarnos la cantidad de
falsificaciones que hay en torno a la esencia del proletariado.
Toda esta
mistificación es el producto más preciado del proceso de producción, así se
consolida la socialdemocracia desplegando todas sus variantes ideológicas
indispensables para el mantenimiento del orden burgués. Se habla de tomar el
poder del Estado para aplicar políticas socialistas, de gestión obrera, de
autogestión, de contrapoder, de cambiar el mundo sin insurrección y toda una
serie de concepciones que niegan los elementos más fundamentales del comunismo
y de la revolución social.
6. Afirmar y
enfrentarse al capitalismo como una totalidad, asumir la crítica unitaria de
este mundo basado en la explotación del hombre por el hombre,
reconocerse como una clase mundial con las mismas penurias y los mismos
intereses y, sobre todo y consecuentemente con ello, asumir la organización de
nuestra clase para abolir el capitalismo, abolir su condición de clase y todas
las clases existentes.
Etiquetas: acumulación originaria del capital, Balance, Capital/Estado, comunismo difuso, materialismo histórico, teoría revolucionaria
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