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lunes, diciembre 24, 2018

Extraña victoria: 3 postales sobre el último paro portuario 


Extraña…”Victoria” (?)
3 postales sobre el paro portuario:

(2018)

1.- Relato de un participante de la lucha en Valparaíso

Tomamos la decisión de que íbamos a salir igual a la calle, para mantener encendida la lucha y que todos se dieran cuenta que no íbamos a parar noche y día. Pero la idea era prender el fuego y volverse al sindicato, no íbamos a pelear con los pacos ni nada.

Llegó un momento en que íbamos volviéndonos al sindicato, que algunos cabros empezaron a decir que había orden de desalojo y que los pacos iban a entrar. En el ajetreo de todo lo que pasaba, casi nadie le prestó atención a eso y seguimos intentando retroceder ordenados, cosa de poder quedarnos en el sindicato y que los pacos se fueran.

Pero llegaron como 4 buses de pacos. Llegó un momento en que nos dimos cuenta que en las 4 esquinas del sindicato habían operativos completos: zorrillos, guanacos, micros llenas. Estábamos entero rodeados y éramos pocos en realidad, no más de 50.

Entonces, llegó un momento en que decidimos entrar, bloquear el sindicato y quedarnos adentro.

Pero los pacos se bajaron de las micros, se formaron y comenzaron a avanzar al sindicato. Se pegaron a sus paredes y caminaban como pejesapos por las rocas, bien pegados y mirando para todos lados. Nosotros dimos la alerta y todos los que estábamos dentro nos dijmos que los pacos no iban a entrar.

Primero intentaron abrir la reja pacos a pie, pero recibieron una lluvia de piedras, fierros, escombros y de todo. Nosotros estábamos detrás de la reja, casi cara a cara, les gritábamos de todo y ellos tenían miedo. Los mirábamos a la cara y retrocedían, se daban órdenes entre ellos, avanzaban y volvían a retroceder. Los cabros en los pisos de arriba tenían un diluvio de cosas que caían.

Así que los pacos a pie se fueron, y ahí llegó el zorrillo que empezó a chocar directamente la reja, dimos la voz para arriba para que se prepararan a resistir en los otros pisos porque ya iban a entrar.

Cuando sacaron la reja y reventaron las puertas les seguimos peleando para que no entraran, pero llenaron todo de lacrimógenas. Siguió la pelea en el segundo piso, después en el tercer piso. Les bloqueamos las escaleras con mesas y sillas, pero seguían tirando gas. Ahí fue que subimos al techo.

Cuando estábamos en el techo lo primero que decidimos es que no nos iban a bajar. Íbamos a pelear hasta la muerte, todos estaban decididos a eso. Sabíamos que si nos atrapaban, la lucha se terminaba. No íbamos a dejar que eso pasara.

Mientras que todo eso pasaba varios compañeros dieron la voz de alarma a los demás sindicatos y a todos los que apoyaban, y los cabros que se habían quedado afuera empezaron a organizar más protestas en la calle.

Nosotros veíamos todo desde arriba, así que vimos cómo la calle se empezaba a llenar de más compañeros que salían de todos lados, por Errázuriz, por Blanco, por Cochrane, por todo el barrio puerto.

En un momento un compañero nos dijo que si nos pillaban nos iban a procesar por molotov, y eran al menos 5 años en la cárcel. Estábamos más que decididos, ninguno iba a caer. Además, nos llegó la información que habían detenidos y que los habían golpeado, que no habían pasado ni a constatar lesiones.

Hasta que un compañero gritó una noticia: ¡hay tres puertos parados!

Ahí nos dimos cuenta de todo: esto ya era un escándalo nacional. Ahí supimos que esto no se iba a quedar así y que ya iban a llegar a ayudarnos. Nos dimos cuenta de que todo dependía de nuestro aguante, y todo el caos que había se convirtió en algarabía, en la moral por el cielo, el pecho inflado como nunca. Abajo en las calles la lucha seguía.

Después llegaron más noticias: eran 7 puertos parados. Supimos que veían bajando universitarios a apoyarnos.

Acordamos el plan de salida: solamente íbamos a bajar con una negociación. No nos íbamos a bajar hasta que no hubiera ni un paco en el sindicato y un montón de gente viniera a recibirnos.

Veíamos las noticias y estábamos en todos lados. Entonces supimos que la Unión Portuaria estaba casi entera paralizada, y que San Antonio también había parado. Nos dimos cuenta entonces que el intento de reventarnos les había fallado, que habíamos resistido, que la lucha seguía. Sacamos en conclusión que todo venía del Gobierno, que la orden la dio la Gobernadora regional y que juntos con los Von Appen habían intentado ponerle fin a la lucha reprimiéndonos, pero les salió el tiro por la culata. ¡Ahora había un Paro Nacional!

Como todos los cabros son buenos para la machina, para inventar maniobras para hacer la pega, rápidamente inventamos un sistema para que nos subieran comida y ropa, porque además sabíamos que los pacos estaban saqueando el casino y no iba a quedar nada. Organizamos el uso de los celulares, para no quedar incomunicados, y todos los compañeros pudieron comunicarse con sus seres queridos, e incluso decidimos grabar un video y enviar un mensaje para afuera.

Nos dijeron que los compañeros del Terminal 2 TCVAL, que ya no estaban en paro, estaban organizando salir a defender el Sindicato. Y así fue. Tipo 11 de la noche, los compañeros que iban saliendo del turno salieron todos en cuadrillas, avanzaron por la Plaza Sotomayor y se dirigieron
por Errázuriz y Blanco, enfrentando a los pacos y haciéndolos retroceder, para llegar al sindicato. La calle entera ya era nuestra.

Después supimos que los dirigentes traidores del sindicato habían ido a mentir, a decir que los trabajadores de Ultraport se estaban agarrando a combos con los de TCVAL, para generar división y que los de TCVAL no apoyaran. Pero nada de eso les resultó, los compañeros declararon de
nuevo el paro en el T2 y se sumaron a la lucha por defender el sindicato. ¡Somos todos portuarios!

En un momento de todo esto, había una concentración de gente en la esquina de Blanco con Sotomayor, y vimos cómo un auto gris apareció rápido, aceleró y atropelló a la gente, salió una persona por los aires y una parte del grupo salió esparcida por la calle. Los compañeros abajo
intentaron detener el auto, le llegó una lluvia de palos y piedras, pero no se trizó ningún vidrio. Mientras aceleraba para arrancar, un zorrillo aceleró contra la gente para cubrirle la salida al auto, que arrancó por Blanco en dirección a la Aduana.

Todos vimos que fue intencional, el tipo les tiró el auto encima. Era gente que nos apoyaba. La rabia que había era tanto, que algunos compañeros estaban decididos a bajar y enfrentarse a los pacos que había en el Sindicato y que se resolviera todo ahí mismo, pasara lo que pasara.

Pero sabíamos que era una provocación. Al rato después supimos que entre las víctimas habían compañeros y también una universitaria, que estaba mal, y la rabia no podía contenerse. En ese momento la Plaza Sotomayor era epicentro de una batalla campal entre cientos de personas y los pacos, que iban y venían por todos lados.

Los gritos desde arriba eran juramentos: ¡les vamos a ganar! ¡a los Von Appen les vamos a ganar! ¡a los pacos les vamos a ganar! ¡al Gobierno les vamos a ganar!

Mientras escuchábamos los cacerolazos en los cerros, y los sindicatos, universitarios y hasta Los Panzers del Wanderers organizaban convertir todo esto en una jornada de lucha organizada, bajando en ese momento al barrio puerto, llamando a estar temprano al otro día, organizando dónde y a qué hora llegar.

Hasta que ocurrió lo que esperábamos: nos dijeron que los paco se iban.
Abajo apareció la prensa, abogados, dirigentes.

Primero desaparecieron los guanacos y zorrillos de la calle, y al rato unas micros vinieron a buscar a los pacos que estaban dentro del sindicato. Bajamos del techo y el casino estaba lleno de compañeros recibiéndonos, todos felices y gritando. En el primer piso habían familiares, amigos, más trabajadores, la calle estaba llena.

Todos supimos entonces que estábamos haciendo historia, que 28 portuarios habíamos resistido el asalto y el sitio de los pacos, que habíamos ganado una batalla, que nos habían intentado reventar pero se tuvieron que retirar, y ahora había un paro nacional.

¡Vamos a ganar! ¡¡¡A los Von Appen les vamos a ganar!!!
¡¡¡Los vamos a doblegar, como sea lo vamos a hacer!!!

(1903)

2.- Comunicado publicado en sitio ComunidaddeLucha (traducido al inglés en Ediciones Inéditos).

Agitación en los Puertos de $hile

Más de un mes se mantuvieron en huelga lxs trabajadorxs portuarixs en Valparaíso, en conflicto directo con la empresa TPS, por exigencias en materia de turnos, seguridad laboral y mejoras salariales. Ante la negativa patronal a responder los petitorios, los medios de lucha fueron continuamente radicalizándose a la par de una represión estatal cada vez más dura, llegando al violento desalojo del sindicato de estibadores de la ciudad.

Históricamente, los puertos chilenos han visto desarrollarse un fuerte movimiento obrero, que a menudo ha desbordado las formas de lucha sindicales para combatir a la patronal. Su posición clave en la economía capitalista, en el corazón del flujo de grandes volúmenes de mercancías entre $hile y el resto del mundo, les hace ser vistos con temor por el empresariado local, especialmente por aquel que controla los puertos, por lo que el Estado (que es siempre el Estado de la clase dominante) a través de su policía se apura en reprimir y aislar todo conflicto en este sector. Por otra parte, el mismo factor hace también de estos hermanxs de clase un blanco para las maniobras políticas de quienes, con un discurso izquierdista, y concibiendo al socialismo como una forma alternativa de gestión capitalista, juzgan la importancia de ciertos sectores del proletariado no por su negatividad radical entre sus propias vidas y la producción de valor, sino por el rol que juegan dentro de la economía capitalista. Pero serán las mismas necesidades de la lucha por afirmar los genuinos intereses de nuestra clase las que harán frente a la represión y a la manipulación: la tenacidad en el combate de lxs portuarixs en Valparaíso y la rabia frente a la represión desatada, despierta la solidaridad activa en todos los puertos del país, que se rodean de barricadas y ven proliferar ataques a la policía.

En cada conflicto abierto entre los intereses inmediatos del proletariado y las necesidades de acumulación de la clase capitalista, se expresa nuestra potencialidad revolucionaria. La lucha trae a la superficie la negación profunda y radical de todo este sistema de muerte. Así, a partir de un petitorio considerado “local”, la extensión de la solidaridad proletaria y del enfrentamiento directo con la represión estatal abre grietas por las que se afirma la autonomía de nuestra clase y la necesidad de combatir ya no por mejoras particulares, que solo extienden nuestra agonía en la sociedad del capital, sino por una nueva comunidad humana sin explotación ni dominación de ningún tipo. Para esto, el movimiento debe ser eficaz tanto en combatir a la represión del Estado, sin miramientos ni respeto por la legalidad burguesa, así como en evitar la manipulación por parte de diversas fracciones políticas que no son más que agentes del Capital presentadas como “defensoras de los derechos de los trabajadores”.

El mismo movimiento debe sacudirse también de todo ropaje reaccionario, del discurso nacionalista, de la identidad obrerista, y de la tentación de personificar en los rostros más detestables la responsabilidad exclusiva de lo que es la imposición de toda una relación social. No es posible que, si los empresarios acusan a estas movilizaciones de dañar la economía nacional, la defensa oficial de los sectores movilizados se plantee en el mismo lenguaje de nuestros amos, tratando de convencerlos de que “en realidad sí queremos a nuestra patria y estas luchas afirman la economía” o de reclamar un “empresariado consciente”. ¡A no caer en estas trampas! No tenemos ningún interés en servir a ningún país. Todas las fronteras fueron gestadas para mayor beneficio de sus clases dominantes. Y es precisamente contra la Economía misma, que subordina toda nuestra existencia como proletarixs a su perpetuación, que nuestras luchas deben alzarse.

¡SOLIDARIDAD CON LOS PROLETARIXS QUE INCENDIAN LOS PUERTOS AFIRMANDO SUS NECESIDADES HUMANAS!
¡A DESARROLLAR Y AFIRMAR LA AUTONOMÍA DE CLASE CONTRA TODOS LOS AGENTES DEL CAPITAL!
¡LAS LUCHAS PROLETARIAS DE HOY SON LA PRE-FIGURACIÓN DE LAS LUCHAS DEL MAÑANA!


3.- Texto anónimo difundido justo tras terminar abruptamente el paro por un acuerdo entre sindicato, gobierno y empleadores.


"La huelga en el puerto de Valparaíso  terminó en el momento en que, al menos en apariencia, la combatividad de los trabajadores estaba en su punto más alto.


¿Terminó por desgaste? Puede que hubiese desgaste y que haya sido difícil percibirlo en medio de tantas expresiones de alegre combatividad transmitidas en video por las redes sociales.

¿Terminó por la "traición de los representantes sindicales"? No parece tratarse de eso. Los representantes admiten que la propuesta aceptada es apenas "un poco mejor que la anterior", y si bien hay quienes les reprochan que ésta se ratificó a las 2 de la madrugada en una asamblea donde había sólo 130 personas, también podemos preguntarnos qué les pasa a unos obreros convertidos en foco de atención internacional por su tenacidad, que no asisten a la asamblea más importante del movimiento sin importar a qué hora se haya realizado.

¿Terminó la huelga porque prolongarla habría sido en la práctica boicotear la puesta en escena sentimental-comercial de la navidad y el año nuevo en el puerto, lo cual habría puesto sobre los trabajadores una presión tremenda que tal vez no están dispuestos a sostener? ¿Quizás sienten que eso habría sido llevar las cosas demasiado lejos? Es difícil saberlo sin estar ahí, pero de ser así no creo que nadie debiera sorprenderse mucho. Si han aceptado a Pablo Klimpel como dirigente durante dos años y como vocero en esta huelga, no es precisamente porque en sus corazones se agite una violenta hostilidad hacia los valores dominantes en esta sociedad, ni porque les anime una firme voluntad de ir más allá de las buenas costumbres y de lo políticamente correcto. Si se han ausentado de la asamblea en que debía decidirse la continuación o no de la huelga, dejando todo en manos de sus representantes entre los que hay un vocero adicto al Frente Amplio, no es que estén precisamente intentando llevar este episodio de la lucha de clases a un nivel insurreccional.

La huelga terminó y como resultado los trabajadores recibieron hace unas horas un préstamo (sí, oyeron bien: ¡un préstamo!) de 550 mil pesos, más un "aguinaldo" (un obsequio de navidad hecho por sus patrones) de 75 mil pesos. El próximo lunes recibirían una Giftcard por 250 mil. Para los estibadores este fin de semana no está transcurriendo como cualquier otro, de eso podemos estar seguros, y en los días venideros los veremos ejercer junto con el resto de la ciudadanía su derecho a estresarse haciendo frenéticas compras navideñas de última hora, para soltar la presión una semana después en la catarsis orgiástica de ver esfumarse una cifra más en la contabilidad de los años de miseria y opresión sin sentido.

¿Tienen los trabajadores del puerto merecidas las migajas que sus patrones les han arrojado al suelo para que dejen de voltear los tarros de basura, y asi todos puedan brindar en la misma fiesta, gritando de alegría a la vista de unos explosivos que estallan lejos del suelo? Quién sabe. Augusto Blanqui, que entendía de estas cosas, dijo una vez: "con su duro pan se comerán su duro desengaño".>>

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Comments:
El tercer texto es excelente. ¿Momentos de insurrección? Tal vez. Los "voceros" izquierdistas destapan sus champañas y el Frente Amplio anota puntos. No se desbordó el sindicato sino que se proclamaron nuevos jefes.
 
Ojo igual cuando criticamos las personalidades desde la distancia. El vocero podrá tener la postura que quiera, pero es demasiado gratuito achacarle amarillismos en base a recortes de prensa (¿por qué en este caso sí sería válida la información entregada por la prensa burguesa?).
¿Pudo realizarse una revuelta mayor? Quizá.
¿Iban a dejar de trabajar, de ser asalariados, de ser proletarios, una vez finalizado el paro?
¿Pudieron los portuarios que enarbolaban la bandera chilena sobre el techo del sindicato alcanzar un estado de conciencia proletaria suficiente para dar un paso cualitativo hacia una transformación comunista de la sociedad? Ni idea.
¿Es eso lo que esperábamos? Quizá me haga falta más tiempo, más discusiones y más revueltas para tener más claridad de lo que se pudo alcanzar con este paro.
 
Lo de menos son las personalidades. Lo relevante es discernir qué es lo se agita en un paro de trabajadores, cuáles son sus posibilidades y sus límites, cuál es la coyuntura que lo ha posibilitado, las condiciones estructurales que lo enmarcan. Simplemente para no correr tras narraciones épicas que no hacen más que llevarnos a callejones sin salida, en el mejor de los casos.
 
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