miércoles, mayo 22, 2019
Bus al Sur: de minigira con MDC/DM al sur/MDC Alive I
BUS AL SUR
Mediodía del sábado. Paseo con mi hermoso hijo para
entregárselo a su hermosa madre por el parque de la Aviación, con el tenor a
cuestas. Paso rápido a la Tres Oídos pero está cerrada. Jugamos en la telaraña del
parquecito entremedio de las torres, y al rato ya estamos los 3 caminando hacia
Plaza Italia, donde me despido y parto rumbo al terminal de buses.
El bus sale a las 13:30. Son las
13:40 y nuestro trompetista no llega. Aparentemente su bus fue retrasado por la
marcha por la legalización del cannabis, lo cual demuestra que el
encuadramiento reformista pidiendo cosas al Estado en materia de drogas blandas
sigue siendo un elemento que retrasa la acción de la “vanguardia” (en este caso
estética) de ciertos sectores del proletariado juvenil. Bueno, esto es mitad
hueveo y mitad cierto.
El bus de Línea Azul se va, con sólo
3 MDC. El 4to deberá esperar al bus de las 15.
(Lookeando el horizonte)
Llegamos a Los Ángeles en medio
de un considerable frío. Descansados pese a todo, por habernos atontado de
entrada con un par de latas de cerveza para quedarnos dormidos a la brevedad en
el bus, estrategia que surtió el efecto deseado.
Vamos al lugar de la tocata. Un
excelente bar de esos que quedan ya pocos, en plena esquina de unas calles que
no recuerdo. Uno mismo sacaba del refrigerador el bebestible helado de
preferencia para pagarlo en la mesa a un precio más o menos razonable. Instalamos
la feria. De repente llega nuestro trompetista, directo al refrigerador.
Tocamos y se da una de esas situaciones
en que todo sale bien. Buena amplificación. Concentración en la ejecución.
Personas muy receptivas apreciando a la banda. Aplausos en las partes de calma
que siguen a algunas tormentas de intensidad. Fin del set. Todo bien. Los
ejecutantes de instrumentos de viento nos bajamos casi 1 litro de malta en las
pausas mientras dejamos de soplar.
Conversaciones. Obviamente que a
más de uno el set le recuerda a Naked City, y uno en particular dice que cree
que tenemos algo similar a Akinetón Retard. No creo que mucho pero…entiendo a
lo que se refiere.
Toca una banda llamada Necio. Muy
buena. Nos llama la atención y la agendaremos para futuras tocatas. Al final asoma Dispersx poniendo el toque de d-beat que la noche necesitaba para terminar
bien.
Y todo va muy bien hasta que hace
aparición la policía. Un paco joven y estúpido (porque como dijo alguien, “ser
paco, joven y no ser estúpido sería una contradicción hasta biológica”). Entra
a la mesa donde está el dueño del boliche, pero se va luego. Media hora después
re-aparece el mismo Radio Patrulla (RP pa’ los que cachan) y el mismo paco.
Ahora viene más enojado, histriónico, casi enloquecido. Entra de golpe y trata
de hacer controles identidad a dos chicas que están sentadas en una mesa. En
medio de ese raro procedimiento (¿qué tipo de control era? ¿en base a qué indicio?).
Como las chicas no lo pescan mucho, se pone a huevear al dueño: que vió a
alguien fumando marihuana afuera, que el cartel con la Ley de Alcoholes es de
2018 y no de 2019, qué no sé qué más…y que salgan afuera a terminar de conversar.
Salimos varios también, para ser testigos de lo que el paco tenía que decir. Era
muy gracioso: “Usted tiene que fijarse en el tipo de personas que deja venir a
su local, porque vimos que casi asaltaron a una señora afuera, y que casi se
pusieron a pelear, y que casi fumaron marihuana al interior de su local, y yo
le digo que voy a venir a fiscalizarlo todos los día, todos los días, todos los
días”, y mientras eso decía, se descontrolaba cada vez más. Especulamos que los
pacos más viejos que estaban dentro del RP lo estaban probando por ser un paco
nuevo, o algo así. Patético. Se fue, y el viejo del bar ni se inmutó.
Y como estábamos casi ebrios y
casi cansados después de todo eso, nos fuimos a donde nuestros anfitriones, en
una bella casa de campo. Algunos se sintieron más que casi malitos durante la
mañana. ¡Yo no! Desayuno de campeones con cerveza, tortillas, pan, palta, huevos con tomate…Y nos vamos al terminal para irnos a Temuco en Jet Sur (que no es una línea aérea, pese al nombre y aunque en su símbolo sale un avión).
TEMUCO
Llegamos al terminal de Temuco, y
a la salida nos encontramos con amigos que estaban dejando a uno de los suyos
ahí para regresar a Chillán. Partimos rumbo a La Perrera, lugar donde estuve en
una tocata en diciembre del año pasado a beneficio de la radio Kurruf, poco
después del asesinato de Camilo Catrillanca. Por cierto, acaba de nacer la hija
de Camilo, demostrando así en cierta forma el triunfo de la vida sobre las
fuerzas mortales que encarnan el Estado y el Capital.
En esa ocasión la mitad de los
punk rockers se mantenía afuera del local escuchando música en un parlante, y
degustando brebajes de la botillería de al lado. Pero hoy es domingo así que
está cerrada. Por consejo de unos amigos llegamos a una sanguchería bastante
contundente y barata, donde tenían incluso un enorme sanguche vegetariano. Sin
schop, eso sí…
En el local nos esperaba Erick de
las bandas Argh/Cállate y Junko records, un sello en caset que algunos me
definieron como Tobi records del sur. ¡Bien! Me alegra el resurgimiento de mi
viejo querido formato: el caset, que tiene dos lados, se puede regrabar a
voluntad, y se puede maniobrar con un sencillo lápiz BIC.
La tocata parte un poco tarde,
con Confusión, un trío bastante joven con un chico en guitarra, una chica en
bajo y otra en batería, ofreciendo una especie de pop/punk rápido y entusiasta.
Luego viene el turno de Argh: una excelente e intensa presentación de un muy
buen repertorio de hardcore punk, terminando con lo que parece ser su mayor hit:
“Ya no me dejan vacilar”. Pogo entusiasta y se acaba el set. Viene el turno
de MDC.
Nuestro trompetista estaba algo indispuesto
por “problemas de salud” (¡literalmente!) pero tocó mejor que nunca. Puede ser
por eso de que en condiciones extremas a veces se responde mejor, o no lo sé,
pero así me lo pareció esa noche, al punto que en varios momentos ni siquiera
soplé el saxo, pues quería escuchar y que se escuchara bien la trompeta. Durante el set había menos gente que durante
el pogo previo, pero al menos los que estaban ahí estaban muy atentos. Por
supuesto que algunos les recordamos a……Naked City, y da un poco lo mismo que
aclare que Zorn es uno de mis saxofonistas menos favoritos, pues al parecer es
casi el único saxo chillador que han audicionado los punk rockers. Qué le vamos
a hacer…
Cierra Cállate, dúo de batería y
guitarra con gritos compartidos. Muy interesante. Y termina todo y nos vamos en
Uber XL a la casa de Erick. Llega mucha gente. No sé cómo pudimos arreglárnoslas
para dormir entre tanta humanidad, pero lo hicimos gracias a la hospitalidad de los anfitriones, y al otro día desayunamos y nos fuimos al terminal, con rumbo a Valdivia.
(En ese pilar quedó pegado un esticker de Disturbio Menor)
Llegamos y de inmediato vamos al
Calle Calle. Algunos nunca habían estado aquí. Tomamos unas fotos al borde del
río, y caminamos por la costanera, topándonos con un inmenso lobo de mar (o “focas”
como les dice mi hijo pese a mis aclaraciones) que casi ataca a nuestro
bajista. Recordamos que uno de ellos casi le arrancó la cabeza a Piraña hace
unos años, pero por desgracia no ocurrió, dejando una frustración similar a la
del 7 de septiembre de 1986. Soy el único integrante de MDC que recuerda bien
lo que se vivió ese domingo porque ya existía (tenía 15 años). Y bueno, hablando de eso, la mayoría de los punk
rockers con que converso en esta gira tienen menos de la mitad de edad que yo. ¡Por lo menos
no me tratan de “usted” como cuando fui a Las Compañías!
Vamos en bus camino a Niebla, a
la casa de un ex alumno que ahora es colega. Buena colección de vinilos.
Escuchamos a Discharge en vivo, el nuevo de La Polla Records (hablando de hueones
viejos) y un par de cosas más, y ya es hora de salir rumbo al Epicentro 1960.
Hace mucho frío. De hecho, con este frío casi no bebo las cervezas que por todos lados se asoman ante mi, porque me hacen
mear en exceso, y ya es muy tarde para pasarse al vino tinto, pues a mi edad ya
me di cuenta de que la mezcla de cerveza y vino es realmente fatal al otro día ("Noches alegres, mañanas tristes" como decía Niño Símbolo).
Es lunes, interferiado, pero
igual va llegando gente al local. Hay un contingente que vino desde Temuco con
los Argh. Llega hasta mi viejo camarada Tufo de Ñancupel, desde Quillaipe.
Parten los Sic Semper Tyranni con
una buena dosis de d-beat en formato trío. De ahí viene MDC. Todo se da
bastante bien, aunque por mi parte creo que un cierto cansancio impidió que
llegáramos a los clímax sónicos que alcanzamos por ejemplo en Los Ángeles,
donde ofrecimos la que creo hasta ahora ha sido la mejor versión de “Aparcoa (Deus
et Machina 2”). Pero igual sale bastante bien.
Luego vienen Argh, y cierra Azoth,
un proyecto algo más metalero pero con bajista/vocalista con polera de GBH
(recuerdo cuando hace décadas alguien me dijo que significaba Great Britain
Hardcore….No creo, más bien me parece que era por Great Bodily Harm).
Ya es bien tarde, y la banda se
divide pues dos de nosotros viajamos de regreso el martes a las 8:30 mientras
la otra mitad se queda hasta la noche. Vamos donde el guitarrista de Sic Semper,
y nos quedamos en una misma pieza durmiendo alrededor de 10 personas, tras
compartir un ron con coca cola, conversar y escuchar un montón de música, culminando
con el bajista de Argh -un tipo que al principio me pareció que tenía un look
algo agresivo, todo rapado y con collar de perro, pero que es una de las
personas más tiernas que he conocido últimamente- mostrando algunos de sus
placeres culpables más poperos.
Me duermo a las 6:30 para
despertar a las 7:30 y decirle a Gaspar que ya nos tenemos que ir al terminal. El
maldito bus Jet Sur se demora alrededor de 3 horas entre Valdivia y Temuco, y
tras 12 horas de viaje llegamos a Santiago al anochecer.
Un cabro al terminar la tocata
valdiviana me dijo que le había gustado mucho MDC, y que nos había conocido
porque en su ciudad (Punta Arenas) alguien se lo había recomendado y mostrado
en la web.
Otro cabro, el que nos llevó hasta la casa del anfitrión de esa
última noche de gira, nos dice que le recordamos a Naked City (¡era que no!) y
a Melt Banana. Eso último sí que fue original, y todo un elogio. Gracias. Pero me gustaría que algún
día los punk rockers supieran que los saxos aulladores provienen de mucho antes
que el mercachifle avantgarde de John Zorn, y que de una vez por todas se
asumieran las profundas conexiones e influencia del free jazz hacia el punk
rock, desde los inicios. Y así, algún día los punk rockers vestirán poleras de
Albert Ayler y parches de ESP records. Amén.
Disturbio Menor va a Concepción
este sábado, y toca en Chillán el domingo.
MDC prepara un concierto en San Isidro 814 para el 22 de junio, que será grabado para crear un álbum en vivo.
No será como el Kiss Alive o el Thin Lizzy “Live and Dangerous”, pero haremos
lo que podamos por entregar un buen artefacto de punk libre.
¡Spirits up above!.
¡Spirits up above!.
Etiquetas: extremo sur, hardcore punk, punk rock, ruido horrible
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