jueves, mayo 02, 2019
La Vaca Feliz/Guaidó: tercer intento
Siempre me gustaron los dos albums colaborativos entre las bandas Henry Cow y Slapp Happy. El prog marxista nunca fue tan interesante como a mediados/fines de los 70. Casi en paralelo al punk, aunque al menos Chris Cutler lo despreciaba notoriamente. No así algunos futuros punk-postpunk rockers, que estaban pendientes de la actividad de los Cow, y del Colectivo de Músicos (improvisadores) de Londres y otras ciudades. Así que la relación del punk con el prog va mucho más allá del ya conocido gusto de Johnny Rotten por la obra de Peter Hammill y los Van der Graaf. En esta ocasión escuchemos el "Desperate Straights", de los Happy Cow, Virgin records, 1975.
De paso, aprovechamos de difundir esta análisis de la coyuntura venezolana hecho por los compañeros de Nuevo Curso/Emancipación, o sea...los restos del F.O.R., de G. Munis.
GUAIDÓ: TERCER INTENTO
Juan Guaidó repite jugada. No es la primera ni la segunda vez
que sigue el mismo modelo infructuoso. ¿Por qué iba a salir bien ésta vez? ¿Qué
pretenden la oposición venezolana y sus aliados?
1
Guaidó parece desconocer otro guión: empieza el día con
un golpe de efecto -la liberación de Leopoldo López-, proclama via twitter
que el
ejército le está siguiendo a la insurrección, llama a la gente
a tomar las calles en masa, EEUU
le da apoyo diplomático y político… y a la hora de la verdad la cúpula
militar cierra filas con Maduro, los cuatro mandos que siguen a Guaidó
son incapaces
de mantener incluso a sus oficiales y el «momento
definitivo» se desinfla a lo largo del día, no sin haber puesto en peligro
a miles de personas usadas de carne de cañón.
2
La clave es que Guaidó, López y la oposición dependen para
imponerse de la fuerza militar. Y la del ejército venezolano no parece estar
por la labor de abrir la ventana a una guerra entre facciones de la burguesía
local -opositora y chavista- que se proyectaría inmediatamente en guerra
imperialista. Así que su única opción real está fuera. No desde luego en Europa
a pesar de los entusiasmos
de Tajani. Europa no quiere quedar fuera desde luego, pero tampoco
va a arriesgar en una apuesta tan poco fiable y cuyos beneficiarios
últimos -Brasil y EEUU- le son adversos. La «solución» que la oposición busca,
representando su fracaso una vez más, es una intervención militar auspiciada
por el «Grupo de Lima», es decir, básicamente por Brasil y Colombia y con
apoyo de EEUU.
3
Único problema… una intervención militar, con el ejército
venezolano unido, no es asequible para Colombia. Solo una combinación con
Brasil con apoyo estratégico de EEUU sería militarmente viable. Pero la
burguesía brasileña está dividida: Bolsonaro prioriza la alianza con EEUU
para convertir a Brasil en el «virrey» del imperialismo estadounidense en
América del Sur y tener manos libres para centralizar las redes comerciales y
financieras del continente; por contra, la vieja burguesía industrial y
financiera y los sectores centrales del estado -encabezados por el Ejército y
el Vicepresidente Mourao- creen que pueden obtener lo mismo convirtiéndose en el
árbitro regional entre China y EEUU jugando con ambos lados a la vez. Una
intervención en Venezuela consagraría la estrategia pro-EEUU y cancelaría la
opción «neutralista» al afectar directamente al capital chino.
4
Guaidó y su entorno no esperaban realmente que el jefe
del estado mayor cambiara de bando hoy. Lo que esperaban era un movimiento
en falso del gobierno, imágenes de represión brutal e indiscriminada que
permitieran crear una urgencia real, la imagen de matanzas y combates en las
calles, tal
vez alimentada por algún grupo paramilitar formado con exiliados. De
momento no ha ocurrido, aunque la barbarie gubernamental haya enseñado sus
garras en las calles de Caracas.
Ante la repetición de este cuadro impúdico en el que las dos
facciones principales de la burguesía venezolana llaman a la población a
convertirse en carne de cañón, tenemos que repetir una vez más un llamado a los
trabajadores a escupir el veneno nacionalista que ambas mafias supuran.
El enemigo
principal de los trabajadores en Venezuela, y en todo el mundo es la nación,
es decir la dirección de la sociedad por una burguesía que, como el sistema que
defiende, no tiene pudor ya en mostrar su naturaleza anti-humana y
genocida. Ni con el
gobierno ni con la oposición hay futuro alguno, ni para los trabajadores ni
para nadie. Sin embargo, y por desgracia, hoy en día la clase trabajadora y las
masas populares venezolanas son prisioneras del nacionalismo.
Y con los trabajadores encuadrados en masa por unos o por otros, sin
expresiones políticas ni luchas independientes como las que hemos visto este
mismo año en México o Irán,
ambas facciones de la burguesía venezolana ven las puertas abiertas para dar
rienda suelta a sus luchas internas y a las matanzas en la confianza de que
serán los trabajadores y los pobres los que pongan el cuerpo para defender sus
intereses criminales. Si los trabajadores no afirman su independencia de ambos
bandos, no hay otro horizonte que el choque imperialista incluso hasta el punto
de comenzar una guerra.
Etiquetas: a desalienar, Nuevo Curso, rock (no punk)
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