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domingo, julio 19, 2020

Historia de un incendio (comentario al libro de S. Rocha) 



Servando Rocha, Historia de un incendio. Arte y Revolución en los tiempos salvajes: de la Comuna de París al advenimiento del punk. Ediciones La Felguera, 2da edición, 2006. 

Casi un best seller alternativo en España, Historia de un incendio reconstruye la historia de los movimientos culturales subterráneos y de la transgresión cultural desde los Románticos y los poetas simbolistas, hasta el movimiento punk, pasando por dadaístas y futuristas (italianos y rusos), letristas y situacionistas, con excursiones a Fluxus y Maiakovsky, lo Motherfuckers norteamericanos y los King Mob de Inglaterra, el Grupo Surrealista de Chicago y los social-barbares de Francia, el punk en Tenerife y los nadaístas latinoamericanos, los provos en Holanda, las acciones armadas de grupos como los Weathermen y la Angry Brigade, etc. 

Se nota que el libro ha sido escrito por un fan: contiene grandes cantidades de material narrativo e ilustrativo. 

Escrito con un entusiasmo que se echa de menos en otros libros sobre el tema, ofrece una buena introducción/inventario a la atmósfera del terrorismo cultural del último centenar de años; pero las relaciones que establece entre los fenómenos son arbitrarias y atestiguan una falta de comprensión histórica, escaso rigor intelectual, deficiente asimilación de los aportes más radicales y decisivos de las corrientes revisadas (por ejemplo, se llega a hablar de “bases ideológicas situacionistas”, siendo que la IS despreció consistentemente sus propias posibilidades de recuperación, que operarían precisamente a través de su conversión en ideología *) y se encuentran a la largo de estas 500 páginas una gran cantidad de errores más o menos relevantes. Por ejemplo: se le da muerte a Castoriadis a mediados de los 60, siendo que podría asegurar que estuvo en Chile por ahí por 1996; se confunde a Asger Jorn con Jorgen Nash, a Woodstock con Altamont, la alienación con la alineación (este último tipo de pifias abunda, y podría explicarse tal vez por una cuestión de “tipeo”, pero el autor alude en alguna parte a que usó el trabajo de una “correctora”, entonces, no deberíamos perdonárselos). 

Con todos esos defectos, se trata de un texto sumamente interesante, que en cierta forma parodia u homenajea al libro de Greil Marcus Rastros de Carmín, y, al igual que éste, se lee muy rápido y deja al lector con ganas de seguir explorando el subsuelo sobre el que está parada la época.


*: “Quienes han leído a Marx, saben que su método es una crítica radical de la ideología; quienes en cambio se han conformado con leer a Stalin, proclaman al marxismo como la mejor de las ideologías”, IS.

Este Comentario fue incluido en revista Fakxion N° 9, Rancagua, julio-agosto de 2007. El texto en cierta forma parodia el comentario del libro “Rastros de carmín” de Greil Marcus en la “bibliografía crítica” del libro de Anselm Jappé sobre Guy Debord (en español en Anagrama, Barcelona, 1998).

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