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domingo, diciembre 13, 2020

¿SE OÍA VENIR? 

"Solamente la negación real de la cultura conserva su sentido. Ya no puede ser cultural. Así es lo que permanece, en cierto modo, en el nivel de la cultura, aunque con un significado totalmente distinto" (Guy Debord, Tesis 210, La sociedad del espectáculo).

I.-

En un librito editado el 2017, diagnosticaba que la situación en ese momento no era distinta a 1967, cuando los situacionistas ingleses decretaban que “durante casi medio siglo el arte ha venido repitiéndose y cada repetición ha sido más floja que la anterior”, y agregaban a modo de proyección que ““sólo hoy, con los primeros signos de una revuelta más madura en el seno de un capitalismo más desarrollado, puede recobrarse y asumirse con más coherencia el proyecto radical del arte moderno”.

Profundizando el paralelo yo aseguraba que:

“Tan sólo cuando empiece el Tercer Asalto volveremos a encontrarnos con formas de arte revolucionario que acompañen la revolución social en un nuevo terreno que hasta ahora sólo podemos imaginar pobremente. Mientras tanto me pregunto: ¿Dónde cresta están los ‘primeros signos’?!” (Barricadas a-go-go, Excursos 2&3 DORM, primera edición, 2017).

Nótese el tono más bien pesimista de la última parte.

II.-

No obstante, en la presentación a otro libro, editado un año después, o sea durante el 2018, ese pesimismo parecía haberse trastocado en euforia cuando al culminar la Introducción fechada en agosto de ese año concluía que:

“En el momento presente, en que la legitimidad de dos viejas instituciones opresivas y represivas como son la policía y la iglesia está totalmente socavada, y ambas aparecen visiblemente podridas hasta el tuétano, exhibiendo claramente lo que realmente son, y en que junto a las formas tradicionales de Estado represivo (carabineros, investigaciones, gendarmería y fuerzas armadas) se agregan formas diversas y complementarias de “policía” (guardias privados, policías municipales y ciudadanas, e incluso grupos parapoliciales que expresan nostalgias nacional-fascistoides), confluyendo todas en un inmenso archipiélago posmoderno del Control, es un buen momento para acometer entre todxs el estudio sistemático de la Represión, rabiosa y alegremente, desde fuera de las disciplinas oficiales, subvirtiendo y revirtiendo teórica y prácticamente desde esta dimensión de lo existente todas esas tecnologías e ideologías de la dominación”.

(Estruendo y otros escritos sobre terrorismo y antiterrorismo, Editorial Tempestades, primera edición, 2018).

III.-

Apenas dos meses después del “estallido social” de octubre de 2019, que según señalaron distintos personeros y especialistas “no se veía venir”, algunxs periodistas y/o melómanxs escribieron el libro “Se oía venir” (David Ponce, editor), donde plantean básicamente que en diversas manifestaciones de la cultura popular, específicamente en la música.

Ponce señala en la introducción:

“Frente a una idea recurrente en los primeros días de revuelta, sobre lo difícil que fue en apariencia anticipar este conflicto, la música es uno de tantos desmentidos: en ella hay constancia previa y significativa de los motivos de la crisis. Lo impredecible pudo ser el momento de la explosión, no el estado de cosas que la hizo posible”.

El libro es de descarga gratuita en Cuaderno y Pauta.

Sus capítulos se refieren a “anticipaciones” que van desde el rap y el techno a los conjuntos de cueca de mujeres, el punk y el hardcore.

Destaco el capítulo escrito por Susana Díaz y Leyla Manzur, titulado “El incendio nunca se apagó, sólo creció en lo más profundo de nuestro interior: hardcore, punk y otras rutas”. 

En un “primer movimiento” se centran en bandas como Fiskales y Supersordo, para referirse luego a la escena hardcore de los 90, con sus diversas expresiones, entre las que destaca a Disturbio Menor, para finalmente en el tercer movimiento llamar la atención sobre bandas como Marcel Duchamp, Asamblea Internacional del Fuego y Horregias.

Cuando hablan de Disturbio Menor (1996/8) señalan lo siguiente, citando una entrevista para el documental de Susana “Hardcore, una revolución inconclusa” (2011):

“Estábamos viviendo una época bien chata en términos políticos, globalmente, no sólo acá. Había todo un discurso de pensamiento único, fin de la historia, conformidad con la democracia neoliberal, fin de las utopías (…). Creíamos que había que apostar por revueltas y formas de pensamiento y acción críticas que, aunque fueran minoritarias un buen tiempo, iba a ser importante asumirlas desde ya. Finalmente la importancia del hardcore punk como mensaje, como acción, iba en ese sentido: hacer una especie de testimonio de no conformidad con el estado de las cosas y una apuesta por que iban a volver tiempos de, podríamos decir, disturbios mayores”.

Las autoras concluyen esta parte comentando que esta entrevista de hace una década “es muy clara en anticipar una impensada realidad de fuego y barricadas que persisten para no ser extinguidos”.

IV.-

A inicios de 2018 un buen amigo, harto más joven, llegó a mi casa y de repente me quiso mostrar un video clip actual, que era este:

Pablo Chill-E y El Futuro Fuera de Órbita: Flayte.

Me llamó la atención tanto que al otro día lo ví varias veces, y se le recomendé a varis amigos más.

Lo más sorprendente para mí, aparte de lo pegajoso del tema y su coro "internacionalista": "Los flaites y los domis haciendo money", era esa tremenda energía colectiva del proletariado y lumpen-proletariado juvenil que se aprecia a lo largo de todo el video, pero me intrigaba saber "de qué lado" estaban en definitiva: ¿conciencia de clase o lumpencapitalismo? Porque al lado de la masa de jóvenes bailando alegremente en una cancha, se exhiben autos y armas, además de frases alusivas a pololas de otros que quieren “tragarse la leche entera porque te juntai con giles y tienes vacía la cartera”. Al final incluso se le da una perentoria orden a Sebastián Piñera: "lléname la cartera".  

¿Ambigüo? Puede ser pero...se trataa de un mensaje que no dejaba a nadie indiferente.

No me extrañó para nada cuando el 19 de octubre del 2019 Pablito Chill-E con la Shi Shi Gang fueron a entregar limones a la incipiente “Primera Línea” de la plaza de Puente Alto. Ahí pensé: este video y esta canción eran uno de los “signos” de lo que ya se venía encima: la insurrección popular a la vuelta de la esquina

V.-

Otra anticipación evidente es la que en esos mismos días del verano 2018 encontré en youtube y me obsesionó tanto que hasta mi hijo se había aprendido artes de la letra, que para mi sorpresa me recitó casi entera sentados en la hierba bajo el tibio sol mientras visitábamos a un viejo amigo en Quillaipe.

Ninx Debacle, Espíritu Indomable

 La evasión, las máscaras, el metro, las barricadas, el fuego en medio de la noche.

Estxs cabrxs sí que sabían lo que se venía.

O más bien, no sólo lo anticiparon sino que fueron uno de sus múltiples detonantes.

VI.-

In girum imus nocte et cnsumimur igni

“Damos vueltas en la noche y somos devorados por el fuego”

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