viernes, marzo 26, 2010
24 ideas/Marx y el Estado y los marxistas, hardcore punk y en fin...toda esa hueá
Recuerdo la banda hardcore barcelonesa llamada 24 ideas. No era deslumbrante pero era algo (*).
1 idea: Marx no es el marxismo.
otra idea: No hubo un solo marxismo. Y no es lo mismo el "marxismo-ideología" (Marxismo, de raíz siempre socialdemócrata incluso -y sobre todo en- el "Leninismo")que el movimiento social e histórico del proletariado que ha luchado con Marx por la destrucción de la sociedad de clases.
(Tal vez hay más de una idea entremedio de esta frase tan inepta).
("No hay uno, sino muchos marxismos", Karl Korsch)vs. ("el 'marxismo' en sí mismo es una mutilación y deformación del pensamiento de la historia", Gidebor).
la última por ahora: la obra de Marx está incompleta. No era flojo, pese a ser un borracho de mierda, pero como dicen que se fue "enamorado" de sus objetos de estudio, se demoraba mucho más en su perfeccionismo y el grueso de los temas a tratar no los trató. entre ellos, el estado.
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Marxismo, ¿"el último refugio de la burguesía"?)
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"(...) la cuestión del Estado es una de las más complejas, más difíciles y, tal vez, la más enrevesada por los eruditos, escritores y filósofos burgueses. (...) Todo aquél que quiera meditar seriamente sobre ella e incorporarla, debe abordar esta cuestión varias veces y volver a ella una y otra vez, considerar la cuestión bajo diversos ángulos, a fin de conseguir una comprensión clara y firme."
V. I .Lenin
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Es bastante conocido como para ser retomado aquí el hecho de que, aunque el proyecto intelectual de Marx consistiera en someter al "Estado" a un tratamiento más sistemático - como atestiguan, por ejemplo, sus cartas a F. Lassalle (del 22 de febrero de 1858), a F. Engels (del 2 de abril de 1858) y a J. Weydemeyer (del 1 de febrero de 1859), redactadas bastante temprano, antes incluso de la publicación en Berlín, de Contribución a la crítica de la economía política-, esto nunca se haya realizado. Del mismo modo, el propio estudio sobre el "capital" (y , dentro de él, el capítulo sobre las "clases") permaneció incompleto [2].
Incluso así, es razonable sostener que existe en la obra de Marx y Engels una concepción genérica sobre el Estado y que puede servir, para usar una expresión del propio Marx, como "hilo conductor" ("Prefacio" de 1859) para el análisis político. Tal concepción consiste, en una palabra, en la determinación de la naturaleza de clase del Estado. La teoría marxista de la política implica, por lo tanto, un rechazo categórico de la visión según la cual el Estado sería el agente de la "sociedad como un todo" y del "interés nacional" [3]. Esta es, en resumen, la esencia de toda concepción marxista sobre el Estado, sintetizada con notable claridad en la conocida fórmula del Manifiesto comunista: "El poder ejecutivo del Estado moderno no es más que un comité para gerenciar los asuntos comunes de toda la burguesía" [4]. El propio Engels expresó la misma idea en una pasaje igualmente célebre: "La fuerza de cohesión de la sociedad civilizada es el Estado, que, en todos los períodos típicos, es exclusivamente el Estado de la clase dominante y, de cualquier modo, esencialmente una máquina destinada a reprimir la clase oprimida y explotada" [5].
Sin embargo, aunque la determinación de la naturaleza de clase del aparato de Estado es una condición necesaria para el análisis del sistema estatal, cuando se trata de comprender su configuración interna, sus niveles decisorios y las funciones que los diversos centros de poder cumplen, sea como productores de decisiones, sea como organizadores políticos de los intereses de las clases y fracciones dominantes, ella es ampliamente insuficiente. El aparato de Estado recuerda N. Poulantzas, "no se agota en el poder de Estado". "El Estado presenta una osamenta material propia que no puede de ninguna manera ser reducida simplemente a la dominación política" [6]. En este sentido, la función de mediación que el aparato del Estado desempeña, a través de sus actividades administrativas y burocráticas rutinarias, adquiere aquí una importancia decisiva para la determinación de su carácter de clase. De forma análoga, este último problema no se puede referir, exclusivamente, a los "resultados de la política estatal -que están ligados a la cuestión, analíticamente distinta, pero no obstante empíricamente muy próxima del poder estatal-, sino [antes bien] a la forma y al contenido intrínseco" asumidos por el sistema institucional de los aparatos del Estado (sistema estatal) en una coyuntura concreta [7].
Aunque pese la advertencia de G. Therborn, el trazo más marcado en el desarrollo de la teoría política marxista contemporánea fue la ausencia de las cuestiones referentes a los procesos organizativos internos del aparato del Estado. El propio Poulantzas, que buscó comprender un sistema específico de organización y funcionamiento interno del aparato del Estado capitalista bajo el concepto de "burocratismo", analizó, principalmente, los efectos ideológicos de ese sistema sobre las prácticas de los agentes del estado (burocracia) [8].
Según la crítica corriente, las razones de ese olvido sistemático deberían ser buscadas justamente en la confusión promovida por la tradición marxista que insistiría en identificar poder de Estado con poder de clase, reduciendo el aparato de Estado a un instrumento controlado por los intereses dominantes. Es como si la identificación de la naturaleza de clase del Estado hubiese dispensando a los marxistas de analizar las formas concretas a través de las cuales ella se realiza (el funcionamiento del Estado). A lo sumo, la atención de los marxistas recaería sobre el sentido (de clase) de la política estatal (esto es, los sectores sociales beneficiados por una decisión determinada, en general económica), pero no sobre el modo de organización interna del aparato del Estado y sus repercusiones sobre el proceso decisorio, los diferentes centros de poder, la acción característica de los "agentes estatales" (la "burocracia", en sentido amplio) etc.
Hay dos versiones de esta crítica. La primera, sustentada por N. Bobbio, subraya los efectos de esta concepción restrictiva de la política y del Estado sobre la "teoría de las formas de gobierno" (los regímenes políticos); la segunda, cuya fuente son los autores "neo-institucionalistas" (T. Skocpol, F. Block), llama la atención sobre las dificultades derivadas de la ausencia de una "teoría del Estado" en Marx y en los marxismos posteriores.
El objetivo de este artículo es presentar una lectura de la teoría marxista del Estado más compleja y ambiciosa que aquella hecha por las recientes criticas "neo-institucionalistas". A partir de la reconsideración de las "obras históricas" de Marx - puntualmente: La burguesía y la contra-revolución (1848), Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 (1850) y El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852)- pretendemos demostrar que este autor posee una concepción de Estado que toma en cuenta su dinámica institucional interna sin, no obstante, dejar de lado la perspectiva clasista. De esta forma, al introducir, en sus análisis políticos, los aspectos institucionales de aparato estatal capitalista, Marx estaría presentando una concepción de Estado al mismo tiempo más sofisticada que la defendida por la perspectiva "instrumentalista" -presentada tanto en la obra de algunos marxistas, como igualmente, de algunos críticos del marxismo-, y menos formalista que las interpretaciones "institucionalistas".
El ensayo está dividido en cuatro partes. En la primera, resumimos las críticas corrientes a la "teoría marxista del Estado", definimos nuestra clave de lectura y presentamos la hipótesis de trabajo. La segunda parte del texto consiste básicamente en el análisis e interpretación de los pasajes seleccionados de las "obras históricas" de Marx. En la tercera parte, insistimos sobre la ligazón necesaria entre las nociones del "aparato de Estado" y "poder de Estado" , y, finalmente, en la cuarta parte del artículo, retomamos y profundizamos la distinción, desde nuestro punto de vista, presente en los análisis de Marx, entre la dimensión funcional y la dimensión institucional del Estado.
[2] Cf. Ralph Miliband. "Marx e o Estado". En: Tom Bottomore (org.). Karl Marx. Rio de Janeiro, Zahar, 1981. p. 127-128.
[3] Una de las conquistas teóricas más fundamentales para la teoría política moderna fue la determinación de la naturaleza de clase de los procesos de dominación política por los clásicos del marxismo. Ver, a propósito, C.B. Macpherson. "Necessitamos de uma teoria do Estado?". En: Ascensão e queda da justiça econômica e outros ensaios: o papel do Estado, das classes e da propriedade na democracia do século XX. Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1991. p. 87-89.
[4] Karl Marx y Friedrich Engels. Manifesto comunista. Trad. Maria Lucía Como. 4ª ed. Revista. Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1999. P.12. Esa es también la interpretación de Ralph Miliband al respecto del núcleo de la concepción marxiana (y marxista) sobre el Estado. Cfr. La voz "Estado" en: Tom Bottomore (org.). Dicionário do pensamento marxista. Rio de Janeiro, Zahar, 1988. p. 133. Cfr. Igualmente Luciano Gruppi. Tudo começou com Maquiavel (as concepcões de Estado em Marx, Engels, Lenin e Gramsci). Porto Alegre, L&PM, 1983.
[5] Friedrich Engels. A origem da família, da propriedade privada e do Estado. Trad. Leandro Konder. 8ª Ed. Rio de Janeiro, Civilização Brasileira, 1982. p.199. Para todos los efectos, este pasaje puede ser tomado como el más representativo del núcleo de una "teoría general del Estado" en el campo del marxismo o, más específicamente, como el más representativo de una concepción genérica del Estado en general.
[6] Nicos Poulantzas. O Estado, o poder, o socialismo. 2ª ed. Río de Janeiro, Graal, 1985. p.17, cursiva nuestra.
[7] Göran Therborn. ¿Cómo domina la clase dominante?. Aparatos del Estado y poder estatal en el feudalismo, el capitalismo y el socialismo. 4ª. Ed. México, D. F., Siglo XXI, 1989. p. 37.
[8] Ver Pouvoir politique et classes sociales. Paris, Maspero, 1968. v. 2, cap. 5: "Sur la bureaucratie et les élites", p. 153-193.
http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-24/el-estado-como-institucion-una-lectura-de-las-obras-historicas-de-marx
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*: No me siento de ánimo para comentar discos que ni siquiera esucho más de una vez cada 10 años, pero veamos lo que respecto al CD que recopila las Obras Completas de 24 ideas dijera en su momento el camarada Lester Bangs:
"Ya desde su crudísima maqueta estaba claro que la iban a montar; surgieron en el momento preciso haciendo justo lo que tenía que hacer y haciéndolo con convicción, y cuando se separaron apenas dos años después dejaron con ganas de más a la mayoría.
Hoy día todavía son muchos los que les echan de menos. Yo fui uno de los que recuperó... el pulso a la escena gracias a 24 Ideas, así que conservo un recuerdo muy especial de todas estas canciones, sobre todo las que formaron parte del Ep "Sick Of Banality" y el CD "24 Ideas", que han sonado mil y una veces en mi habitación durante los últimos siete años y que ocupan un lugar en la memoria de todos los hardcoretas de este país.
Sí señores, de todos y cada uno, y el que diga lo contrario miente.
¨Y la música? Pues poco hay que decir que no se sepa ya: cuarenta y dos pedradas de New York Hardcore genial y cabezón en apenas cuarenta y tres minutos, es decir, caña, caña y caña.
Muy Punk al principio y con un deje algo más metalero al final (por las guitarras más que nada), pero en todos los casos veloz, enfadado y cafre, muy cafre. La mayoría del material incluido se edita por primera vez en formato digital, convenientemente remasterizado por Xavi Navarro y sin ningún añadido sobre las ediciones que ya conocíamos (nada, pues, de material inédito o sobrantes de estudio).
Es más, del Ep que editaron BCore y Fragment en el ‘96 no se han incluido los temas en directo de la segunda cara, ni tampoco los de "Invasion Of The Hardcore Crew", aunque el sound verit&eecute;; videográfico lo compensa con creces. Indispensable.
(The Situationist Times, Nº5 1/2, 13 de Junio de 1848)."
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¿y donde se fue el pensamiento de la historia?
Etiquetas: industria cultural, lucha de clases, Marx y Bakunin, punk rock, teoría revolucionaria
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