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sábado, octubre 02, 2010

Violencia y domesticación (J. Camatte) 


Una de las cosas más ligeras que he oído sobre el camarada Camatte fue pronunciada por John Zerzan: "...un pequeño círculo de gente desconectada. Jacques Camatte en Francia, que era un comunista-leninista convertido en hippie. El empezó cuestionando una gran cantidad de cosas. Y puso otras tantas en pie. Tiene un ensayo titulado "Organización" en el que concluye que la organización política es una estafa. Por cierto los de Fifth Estate estaban pasmadísimos con esto porque ellos eran parte de la nueva izquierda. Pensaron que 'eso era muy extremo aunque pareciera cierto'".

"Sobre la organización" es de fines de los 60 y ya fue traducido y difundido por Comunización . A continuación, un interesante escrito de Camatte fechado en 1980, tomado de Caosmosis.

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VIOLENCIA Y DOMESTICACIÓN.

A propósito del devenir de la especie humana, de la comunidad inmediata a la comunidad emergida de, e integrada en el cosmos.

1.-La violencia aparece, se manifiesta en el momento en que hay una
ruptura de un proceso. Es aquello que hace posible la ruptura, ya sea en
el medio físico, cósmico o humano. Recíprocamente, sobretodo a nivel
humano, hay ejercicio de la violencia para defender este proceso
amenazado. Implica la puesta en marcha de energías más o menos orientadas
y por tanto la manifestación de fuerzas.

2.-La violencia tiene pues una realidad natural, es decir, que se pueden
constatar en la naturaleza fenómenos de violencia. Sin embargo, es en las
comunidades, en las sociedades humanas donde es una realidad
verdaderamente significativa porqué revelarse la mayor parte del tiempo
como un objetivo reconocido o no, y porqué ciertas agrupaciones humanas
intentan gobernarla y manipularla en su provecho.

3.-Parece ser que en el momento en que hay manifestaciones de violencia,
han de ponerse en juego fuerzas importantes. Pero esto no es
universalmente cierto. Puede haber violencia sin despliegue de fuerza.
Así, la no violencia de Gandhi, que no ejercía una acción directa sobre el
aparato económico político de la potencia británica en la India, operaba
de todas maneras una violencia pura, porqué frenaba el proceso de
producción global. La violencia legal expresándose a través de las leyes
codificadas, es otro ejemplo: las leyes implican una violencia latente y
potencial que puede manifestarse si los individuos las rechazan y por otra
parte esta violencia se presupone para poder establecerlas.

4.-La violencia parece en el devenir humano como una determinación
invariante, incluso si ella no se expresa siempre del mismo modo.
Opera en primer lugar en el momento del corte/separación entre los hombres
y las mujeres de la comunidad primitiva, lo que permite la iniciación de
un proceso de individualización que, en tanto negación potencial de esta,
crea una violencia a la que responde la comunidad para detener el proceso,
para inhibirlo.
Además el corte provoca un desequilibrio tal que la comunidad no es capaz
de autoregularse y, por este motivo, hay una tendencia la crecimiento de
la población que le cuestiona la estructura comunitaria; de esto la
emergencia de lo político y de lo que será el Estado. Las comunidades
reaccionan con violencia tratando de destruir aquello que emerge y trata
de impedir que se autonomice. Si la violencia no llega siempre a la guerra
(caso analizado por P. Clastres), puede tomar múltiples vías, en
particular la de las trabas, a fin de frenar un proceso que niega la vida
anterior.

5.-Las diversas rupturas del equilibrio en el medio ambiente debidas sea a
fenómenos geológicos (glaciaciones, variaciones del nivel de mar también
de los ríos, seísmos y erupciones volcánicas), sea a la actividad de los
hombres y las mujeres, obligaron a los seres humanos a adaptarse y a
adaptar su medio. Los hombres devinieron cazadores, mientras las mujeres
inventaron la agricultura. Ulteriormente, la especie ejerce su violencia
de otro modo, domesticando a los animales y a las plantas.

6.-A partir de este estadio se pueden señalar tres modalidades que ha
tenido la especie humana de gestionar la violencia, que no han podido ser
frenadas ni abolidas.

a.-La modalidad más o menos arcaica con las comunidades no desagregadas
donde la política y, a fortiori el estado, no pueden autonomizarse. La
violencia, cuando existe de un modo cinético es un asunto de toda la
comunidad.

b.-El estado administra la violencia, pero no se autonomiza de la
comunidad que es despótica.

c-El estado gestiona la violencia y da garantías más o menos importantes a
los individuos que no están autonomizados y le han delegado la violencia,
el poder, etc., a través de mecanismos muy complejos y de hecho por la
existencia de clases. Es la existencia de estas últimas que dinamiza la
violencia, de donde para que haya convivialidad, se necesita un mecanismo
de conciliación que no concierne solo al estado, sino al conjunto de los
hombres y de las mujeres: la democracia. Se la puede caracterizar a este
nivel, como un proceso de interiorización de la violencia y por este hecho
un motor esencial de la domesticación.

8.-La domesticación es un proceso por el cual la especie que lo sufre, es
arrancada de su proceso de vida natural, y se sitúa bajo la dependencia
del proceso de vida de otra especie. En el caso de los animales y de las
plantas se hablará de su explotación; en el caso de los humanos, la
domesticación –prolongación de la que se inflinge a los animales- es el
hecho de la aceptación del orden establecido sin que haya obligación (al
menos en la fase final del proceso); es la eliminación de todos los
instintos, de todas las pulsiones.
Es pues un proceso de mutilación. Así los hombres y las mujeres no han
podido yugular la violencia desencadenada por su devenir mismo (el momento
de la ruptura y del desencadenamiento de la violencia puede ser la base de
lo que en la representación religiosa es el pecado original, la catástrofe
inicial, etc…) que domesticándose (la civilización, la educación y sus
eufemismos).

9.-No se puede pues juzgar la violencia en si, sin referirse al otro
fenómeno en escena desde hace milenios y que tiende a reducir a la especie
a un estadio de decadencia extrema: la domesticación.
Si se analizan las diferentes sociedades sólo desde el punto de vista de
la violencia, se pueden considerar las de occidente, donde la democracia
ha predominado, como más humanas, mientras las de oriente, donde reina
desde hace tanto tiempo el modo de producción asiático, serían más
bárbaras, en el sentido corriente del término. Es por esto que yo pude
escribir:
“En lo que concierne a la democracia política, es verdad que ha tenido el
mérito de limitar los desbordamientos de la violencia” (“Marx et la
Gemeinwesen”) pero esto no es válido añadiendo además la violencia enorme
ejerciendo sobre el proletariado y los pueblos de color, más que teniendo
en cuenta el resultado fundamental: la domesticación. La democracia no es
realmente operativa más que si la domesticación es la vía de realización,
consiguiendo hacer de los hombres y las mujeres partículas neutras.
Entonces, podemos preguntarnos si la democracia representa alguna ventaja
para la especie.

10.-Así para enjuiciar la violencia, es necesario considerar el proceso de
transformación que ella efectúa, es decir el devenir que implica, lo que
la pone en relación con el proceso de alienación; ahora bien esto no tiene
que ser siempre necesariamente negativo: desposesión, extrañamiento, puede
permitir igualmente una progresión. Del mismo modo se puede decir que la
violencia és positiva cuando permite acceder a un estadio de vida más
feliz, puede ser negativa cuando nos obliga a vivir bajo la dominación, la
explotación, etc., y, a nivel individual, se puede añadir cuando se hace
exterior a nosotros, de nuestro proceso de vida, sin permitirnos
reencontrarnos junto a nosotros mismos.

Dándose la primera posibilidad, es evidente que la utilización de la
violencia ha podido ser reivindicada y que, entonces, la dificultad fue
poderla controlar.

11.-Actualmente, a escala mundial, existe una convergencia entre la
comunidad del capital, que solo se puede instaurar, en Occidente, a partir
del momento en que el proceso de democratización, igualación,
homogeinización, indiferenciación alcanza su máximo, y el modo de
producción asiático sólo cuando el capital se constituye en comunidad y
este suplanta a esta se puede escamotear la fase democrática para alcanzar
la domesticación.

En todos los casos la violencia existe por todas partes, sólo que está
absorbida en instituciones o bien se enmascara con la mistificación
democrática. Sin embargo, nuestra época es la que, cada vez más, presenta
más dificultades para representar no sólo la violencia actual, sino
también la acumulada a lo largo de los siglos. La única solución en el
marco de la comunidad capital es la domesticación que no es de hecho nada
más que la violencia congelada, porqué es más una inhibición absoluta que
una destrucción.

12.-La toma de posición frente a la violencia depende de la
percepción/comportamiento vis-a-vis del proceso, de la ruptura y del
fenómeno que la causa. Especialmente se plantea la pregunta ¿la ruptura es
necesaria?. Todo ello depende igualmente de la aceptación o no de la
domesticación.

Ciertos etólogos, como Konrad Lorentz consideran que el hombre es una
especie que se autodomestica, y consideran el proceso de domesticación,
que es un proceso de socialización (de hecho de desposesión de los
individuos), como positivo pues puede eliminar la violencia por inhibición
de la agresividad que seria constitutiva de nuestra especie. Por este
hecho, K. Lorentz tiende a exaltar los ritos, los roles que constituyen el
hombre social, Poniendo cortapisas e inhibiendo al ser humano.

13.-El proceso de separación de los hombres y de las mujeres de sus
condiciones inmediatas fue varias veces frenado y se constituyeron
comunidades más o menos estables. Con el Capital se reemprendió a gran
escala tanto en extensión como en intensidad; es lo que K. Marx analizaba
diciendo que la separación es el primer concepto del Capital y ha mostrado
hasta que punto la violencia está en la base de su desarrollo. Este
proceso de separación que alcanza a todos los aspectos de la vida humana,
se persigue a todo lo largo del devenir del capital; ciertamente
contrabalanceado por un proceso de unificación en el que los hombres y las
mujeres son recompensados a partir de sus mediaciones.

La violencia se ejerce en tanto que fenómeno de despojamiento, y lo que
fue extorsionado a los hombres y a las mujeres se englobó en el proceso de
vida del capital. Es con la ayuda de elementos que, en otro tiempo,
formaban parte de sui ser que se hacen ahora las mediaciones de
reconstrucciones de unidades.

14.-Los hombres y las mujeres han luchado contra esta opresión-desposesión
pero la mayor parte del tiempo sin reconocer su verdadera realidad de tal
manera que las revoluciones que se iniciaron en el siglo XVI (actos de
violencia por excelencia, pues deben destruir un proceso de la vida social
a fin de permitir la instauración de otro) fueron provechosas a la
dinámica del capital pues le permitieron eliminar una serie de obstáculos
a su libre desarrollo.

La liberación es violencia pues también consiste en la destrucción de
trabas que inhiben una cierta voluntad de vivir, teniendo en cuenta que
este proceso aporta un empobrecimiento, pues los hombres y las mujeres se
liberan desposeyéndose, desnudándose de diversas determinaciones, lo cual
facilita la ulterior domesticación.

Ruptura de un proceso, separación, revolución, liberación, emancipación
implican todos violencia. En el caso de la revolución, entendida como
retorno a una forma de vida anterior, se presenta como el fenómeno que ha
de abolir aquello que produce la violencia.

Es a propósito de las revoluciones que se ha justificado e incluso
reivindicado el uso de la violencia, desde un punto de vista inmediato,
esto es justo. Los datos históricos han probado que siempre ha habido
escapes de violencia, que fueron difíciles de controlar porque están
arraigados en lso dominios profundos inalcanzables, de los que ni se
sospecha de su existencia.

Más allá del hecho de que la serie de las revoluciones ha terminado,
rechazo el proceso revolucionario y la exaltación de la dinámica de la
liberación, porqué son, en definitiva, momentos y modalidades de acceso
del capital a su plena dominación. Hemos dicho: es necesario encontrar una
vía para eliminar la violencia y la domesticación.

15.-La violencia es igualmente reivindicada en tanto que medio para
acelerar la aparición de la nueva sociedad, eliminando de manera
draconiana todos los obstáculos a su nacimiento. No obstante las diversas
revoluciones han mostrado que fue imposible dirigir la violencia, que esto
solo lo puede hacer una dictadura muy estricta, feroz, lo cual va en
contra del proyecto revolucionario. Además en la comunidad capital actual,
saturada de violencia latente, potencial y actuante, todo intento de
conducirla en una dirección dada está abocado al fracaso por la
parcelización extrema de la humanidad.

Esto no es una condena del proyecto de los revolucionarios de siglo pasado
(el XIX), en particular el de K. Marx y F. Engels. Ellos razonaban en una
sociedad menos evolucionada en la violencia que la nuestra y los seres
humanos estaban menos separados que hoy en día.

Hay que constatar que reivindicaron su proyecto en una camino determinado;
ahora bien dado el acceso del capital a su comunidad, ya no es utilizable,
no es compatible con nuestra aspiración a una comunidad humana.

En fin, no decimos que debamos evitar toda violencia, pero podemos al
menos evitar utilizar el mismo tipo de violencia que el capital.

16.-Así en el curso de la historia se pueden detectar dos modalidades de
manifestación de la violencia: la de los oprimidos, de los explotados que
intentan refundar una comunidad humana, y aquella de los dominantes, de
los amos que quieren reactualizar siempre la ruptura, presentada como
salida de la animalidad afirmando como principio de gobierno y de poder
que el hombre no es un animal y que es preciso organizar a los hombres y a
las mujeres de tal manera que no recaigan en la animalidad o en el caos.
La violencia se manifiesta en la voluntad, afirmada a lo largo del tiempo,
de querer organizar, dar forma al caos y todo esto se expresa en las
diversas conductas humanas (particularmente en el arte).

Dado que el principio de progreso –la salida de la animalidad- ha sido
interiorizada por todos, amos y esclavos, explotadores y explotados, se
comprende que la dominación de los seres humanos haya podido hacerse desde
dos polos sociales, a partir de todas las clases.

17.-Las diferentes manifestaciones actuales de la violencia se producen
(surgen) sobre la base de la comunidad actual del capital, pero al mismo
tiempo tienen una dimensión histórica que acrecienta su intensidad. Se
debe al hecho, a menudo indicado, de que las contradicciones han sido, en
el curso del tiempo, englobadas y no resueltas y son generadoras
igualmente de una inmensa violencia potencial.

18.-La separación de la comunidad inmediata original provoca un inmenso
trastorno, un sentimiento de inseguridad (problema de la certitud de
existir, de la presencia en el mundo…). Los hombres, las mujeres, buscan
un cuadro, un mundo que les de seguridad. Esta búsqueda les conduce a
inhibir o a aniquilar toda manifestación que pueda poner en cuestión el
cuadro más o menos estable que se han creado.

La violencia puede desaparecer simplemente de la desaparición de los
límites, de las fronteras que encierran el dominio espacio-temporal y
representativo en el cual se alojan los seres humanos. Pues entonces se
produce un fenómeno de pánico y la energía, antes canalizada, es liberada
brutalmente tendiendo en un efecto creador-destructor, como por arte de
magia, a suscitar un nuevo cuadro de seguridad. Allí hay el desarrollo de
una actividad conjuratríz.

Este fenómeno se produce actualmente en todas las agrupaciones humanas
conmocionadas por la introducción demasiado brusca del capital.

Hay un fenómeno de huida que se puede reconducir a la violencia únicamente
en la medida en que copntribuye a destruir un cierto proceso de vida.

Es una especie de locura (la locura resulta de una violencia sobre el ser
humano, y puede ser ella misma violencia para restablecer o establecer un
cierto proceso de vida) que hay que distinguir de aquella que se pone en
marcha sobre la base de la expropiación total de los hombres y de las
mujeres por el capital. Los totalmente desposeídos, devienen inútiles, no
pudiendo ya, por causa del desarrollo de la técnica, asegurar un ligamen
armonioso entre la actividad de la mano y la del cerebro; tienen una
energía que no pueden desplegar, es entonces que la liberan en una
“violencia ciega” (se la describe así), que consiste por ejemplo, en esos
jóvenes que se aplican a destruirlo todo sin decir nada ni manifestar
ninguna reivindicación.

Los seres bloqueados, inhibidos en su proceso de vida pueden llegar hasta
la autodestrucción; la violencia afecta entonces al sujeto mismo que la
despliega.

19.-Los seres humanos han creado diferentes medios para reencontrar la
seguridad perdida. Si la religión todavía tiene pujanza (por ejemplo el
islam), se debe, no solamente a su carácter comunitario, sino también a
que asegura a los hombres y a las mujeres, definiéndoles y marcando su
dominio de vida. De aquí el fanatismo religioso engendrado por el miedo a
perder la seguridad. No es necesario siquiera poner en cuestión su dominio
de certitud; la simple duda puede significar la no utilidad de su
presencia en el mundo. La religión, sobretodo en occidente, pone a hombres
y mujeres en un proceso de vida dominado por la renuncia; no se vegetal,
animal ni humano. Es la reforma de la comunidad sobre una base totalmente
extraña. N reacción, se comprende que se den diversas tentativas de
constituir religiones naturales.

La fuerza del estado procede de los mismos elementos.

Este deseo de orden, de seguridad, se encuentra igualmente en la ciencia,
que saca su fuerza de que determina a priori su dominio de validez, las
fronteras dentro de las cuales es operativa. La ciencia igualmente tampoco
está al abrigo del fanatismo.

Además la ciencia experimental está directamente fundamentada en la
violencia, puesto que su actuación consiste en romper los diversos
procesos físicos o biológicos para comprender sus mecanismos. Si la
religión desenvoca en una violencia sobre hombres y mujeres, la ciencia,
en tanto que violencia sobre el mundo y los seres vivos, puede llegar
ahora con la sociología y la psicología a ejercerla sobre los seres
humanos. La violencia es aquí justificada mediante la superioridad del ser
humano sobre los animales y a la necesidad del orden.

En fin, gracias al arte los seres humanos han buscado crearse un universo
donde sean la medida de todas las cosas.

20.-La separación de la comunidad original supone el surgimiento de la
dicotomía exterior/interior y sobretodo aquella entre si mismo y el otro
que fundamenta el problema de la identidad de los dos puntos de vista.

a./ desde el sujeto, de uno mismo, en este caso la identidad es sinónimo
de originalidad, del conjunto de caracteres que le determinan en su
individualidad;

b./ desde el otro: se trata entonces de saber cual es su relación con uno
mismo, cual és su diferencia más o menos grande, y si esta es compatible,
etc.

Es cierto que la cuestión de la identidad está totalmente ligada a aquella
de la seguridad, porque el surgimiento del otro, en su diversidad, puede
poner en cuestión la identidad de uno mismo, del sujeto, lo que demuestra
que el otro está en relación igualmente con el proceso de
individualización.

La afirmación de un diverso siempre se ha percibido como un fenómeno de
agresión, como una amenaza sobre la identidad y al sentido de uno (por
ejemplo el caso de la comunidad judía).

Es posible que la locura nazca con la fragmentación de la comunidad pués
el otro es un diverso que pone en cuentión lo mio, y el loco es aquel que
amenaza a la comunidad. Ahora bien el ser individualizandose, emergiendo
de su comunidad, difícilmente consigue reencontrarse cerca de ella después
de haber hecho esta incursión fuera de la comunidad, que tiende a partir
de entonces a rechazarle.

La violencia se manifiesta en todo el proceso de identificación donde,
gracias a un acto que permite al indivíduo separarse de su medio original,
hay adhesión a una comunidad dada. Desde este momento hay un derecho a
identificarse con ella, se ha adquirido una identidad.

Este fenómeno aparece en parte en la iniciación: corte con el antiguo
estado en la iniciación primitiva; corte con el antiguo modo de vida en el
caso de los místicos (por ejemplo el caso extraordinario de Milarepa). La
ausencia de iniciación en el mundo actual hace que exista una cierta
cantidad de energía que se liberará no importa como.

En nuestros días todo el proceso de la vida ha sido perturbado, machacado,
deformado; es el resultado de los fracasos en los que los seres humanos no
sabiendo encontrar una realidad donde ser feliz, no puede existir más que
destruyendo o destruyéndose; pues destruir es un simulacro de crear y de
conjurar.

Esto actúa en los diversos rackets que se multiplican en la comunidad
capital (formación, por ejemplo, de pequeñas microcomunidades a partir del
modos de actuar diferentes que se excluyen, de aquí la violencia y triunfo
de la comunidad capital). Igualmente todo esto opera en las relaciones
entre hombres y mujeres de aquí la puesta en cuestión de los roles que
fundaban su identidad.

21.- El desarrollo de la comunidad capital se ha hecho de modo que
garantiza una seguridad y una identidad al individuo, es decir que le
confiere un cierto ser que puede definirse ya como social para indicar su
origen, ya comunitario para señalar mejor en que estado del devenir nos
encontramos. Las mujeres y los hombres sienten cada vez más que viven en
un patíbulo y en una abstracción (el desarrollo del capital supone y
vaacompañado de un inmenso proceso de abastracción, otro modo de
significar-realizar el proceso de separación), y que no pueden acceder a
una realidad más que a través de mediaciones; de ello surge una violencia
aparentemente iracional, inexplicable, para destruir el ser social que les
aprisiona; con el fin de encontrar una inmediatez a menudo difícilmente
definible.

Tal es la expresión de una violencia –en general condenada- contra una
violencia cristalizada y estructurada, pues se trata de la racionalidad de
un mundo que se nos escapa que hace que la percepción que se puede tener
de uno mismo quede ilustrada por la idea de ser echado al mundo por la
fatalidad a la que hay que plegarse, a esto se ajusta la percepción de que
todo esta ya jugado desde que uno nace.

La reducción de la vida a una rutina absurda (y lo absurdo contiene la
violencia, ya sea directa sobre nosotros o su desviación) se expresa muy
bien en el “metro, trabajo, dodo” para el adulto, mientras que en la
escuela el niño comienza a ser preparado. Sobretodo actualmente que, a
consecuencia del movimiento de abstracción cada vez más pujante, la fase
de la infancia tiende a reducirse. Los niños a los que se intenta hacer
adquirir muy temprano abstracciones difíciles se rebelan de diferentes
maneras, a menudo insidiosas, derrotando sociólogos y psicólogos.

Se nos impone un tipo de vida, una alimentación que hemos de absorber a
ciertas horas, un modo de vestirnos, etc. Se constriñe a todo el mundo a
proceder del mismo modo sin siquiera poner en cuestión si todo esto
corresponde a la realidad de nuestros seres biológicos.

En la medida en que el fenómeno de masificación-homogenización tiende a
frenarse, la diversificación no lleva a que los individuos puedan
espontáneamente afirmar su diversidad, sino que les lleva a
microcomunidades.

El lenguaje verbal presenta una estructura constriñente, reforzada, en
tanto que lenguaje particular, por su relación con el Estado. Nos atrapa e
inhibe la creación. Para sobrepasar la violencia es necesario saber que es
el hombre, la mujer, y comprender nuestras raíces, así como descifrar la
sedimentación de conocimientos que se abstraen en una lengua dada, una
cultura, en la cual estamos deglutidos.

22.-Para los etólogos la violencia estaría en relación directa con la
agresividad humana y se manifestaría particularmente en la defensa del
territorio. Sin embargo se olvida totalmente el estudio entre seguridad y
espacio determinado sobre un territorio que permite una representación
dada. No se trata de un simple fenómeno de propiedad privada, sino de una
cuestión de representación como uno puede darse cuneta cuando estudia la
cuestión desde los diferentes esquemas cosmogónicos adoptados por el ser
humano y las dificultades que siempre ha habido para revocarlos (por
ejemplo la lucha de la iglesia contra el esquema heliocéntrico).

En consecuencia el crecimiento demencial de la población no puede conducir
más que a la domesticación y al despotismo generalizado, porqué sinó corre
el riesgo de explosión. Este aumento tiende siempre a reducir el espacio
disponible para cada ser, de ahí, para Honrad Lorente, la inevitabilidad
de los encuentros generadores de violencia, en la medida en que los ritos
de evitamiento y jerarquización desaparecen o se debilitan. Pero lo que es
más determinante es la imposibilidad, cada vez más acusada, de
representarse; los seres humanos no tienen ya ningún asidero. Esto que
revela de un modosangrante en el seno de todas las poblaciones urbanizadas
en las que se pierde toda la amplitud de perspectivas y donde las
pulsiones son castradas.

La reducción de los hombres y de las mujeres en el espacio y en el tiempo,
todavía les concede la posibilidad de representarse; su expulsión del
espacio y del tiempo les reduce a partículas neutras, haciéndoles
dependientes del campo de vida del capital, son domesticados.

Para eliminar las fricciones, lo mejor es todavía hacer a todas las
personas idénticas, de ahí la homogenización actual (precedida por el
fenómeno de democratización); por otra parte para poder dominar,
organizar, es necesario reducir a todo Edmundo a la misma situación.

23.-Las otras soluciones para eliminar la violencia desembocan también en
la domesticación: tolerancia y relativismo. Tolerar se convierte en
aceptar, a menudo materializándose defendiendo (historicamente esto se
debio a que los grupos humanos notenían fuerza para imponerse) la posición
de los otros. El relativismo nace de la afirmación que no hay nada
absoluto (ningun dogma), y se sobreentiende la idea de que en el fondo
todo es posiblem y por la duda sobre la validez de lo que avanzado. En los
dos casos se desenvoca en la aceptación; y sobretodo los adeptos a la
tolerancia y del relativismo son igualmente partidarios de la libertad.
Ahora bien es imposible limitar esto a un campo restringido, por lo que en
el límite –amenudo alcanzado- la libertad es el derecho a ser débil.

Tolerancia y relativismo se fundan sobre el principio de la justificación
que es un principio de la aceptación de lo inmediato; es el florecimiento
del inmediatismo.

Para tolerar y hacerlo todo relativo (principio de indiferenciación), los
hombres y las mujeres han llegado a inhibir sus pulsiones, a
autolimitarse, a manifestarse con una intensidad débil, con retención,
hasta tal punto que el hecho de afirmar con fuerza su modo de ser, lo que
se piensa, etc. de un modo seguro y determinado, es considerado como
intolerancia, incluso una violencia o un despotismo.

Esto es muy visible en la hora actual, en que gran número de personas,
traumatizadas por los nazis, el stalinismo y otros terrorismos, consideran
que hay que aceptarlo todo y de una manera neutra (Cifran)=. La pérdida de
pasión, la pérdida de energía es considerada como un ideal a alcanzar. Hay
cada vez más suicidas vivientes.

Tolerancia y relativismo nacen como reacción contra el despotismo; el
movimiento antiautoritario surgió en oposición a autoritarismo rigorista
ligado al despotismo del capital en su fase de dominación formal de la
sociedad. El también ha recolectado solamente una parte de la realidad y
desenboca en la domesticación. Pués la educación antiautoritaria desemboca
en una dimisión de la afirmación de los progenitores que no proporcionan
ya referncias, ni cuadros globales para desarrollarse a sus hijos.

Esto supone una pérdida del potencial energético y no es sorprendente que
las generaciones criadas según los principios anti-autoritarios busquen en
la droga una realidad más fácilmente accesible y que no se escabulle, por
lo que todo esfuerzo es vano. Pués el corolario de la pérdida de enrgía es
la huida ante el esfuerzo que es puesto en todos los casos como
constreñidor y como afirmación de la violencia.

La sociedad permisiva es la sociedad de la domesticación.

Tolerancia y relativismo son parte integrante del proceso de recuperación
del capital, de tal modo que hay una imposibilidad práctica de “estar en
contra”, de ponerse “revolucionario”, de aquí el recurso a la violencia a
la que se entregan ciertos revolucionarios actuales, y que permite en fin
ser reconocido como oponente.

24.-Es conveniente identificar los fenómenos que se caracterizan como
violentos sin participar obligatoriamente de una violencia, lo que no
quiere decir que esté totalmente ausente y que no exista el riesgo de que
opere. Pero querer disminuir la intensidad de estos fenómenos, para
conjurar una violencia hipotética e incluso imposible, es castrar los
seres, domesticarlos. Como más se quiere esto, más se traduce en pérdida
de enrgía de los hombres y de las mujeres, en degeneración. Se olvida
demasiado que vivir es arriesgarse a morir.

Así, en el amor, muchos rechazan la pasión (haciendo una separación tal me
meto en el terreno de estas personas para explicarme), porque aquella es
violenta. ¡Es verdad! Como es verdad también que puede ser violencia, no
por el hecho de que el ser no amado pueda destruir a aquel que ama, sino
porque cuando el proceso de amor no se completa enteramente, puede
conducir a la locura.

La afirmación de uno mismo –en un mundo donde cada uno esta terriblemente
negado por la realidad del capital, y donde la realidad tolerante tiene un
puesto de honor- es frecuentemente vivida por los otros como una agresión.

Estos fenómenos señalan la degeneración de la especie ligada a la pérdida
de territorio, de espacio, a su sometimiento a un tiempo mecánico, a la
pérdida de la dimensión cósmica, de la pujanza biológica por pérdida de
sus raíces, del hecho de la reducción de la comunidad a la familia
nuclear, a veces menos. Se comprende entonces que haya personas (sobretodo
después del fin del último siglo, en particular Gobineau, NT.-se refiere
al siglo XIX/XX) asustados ante esta degeneración que buscan una solución
en el elitismo, que llega a desposeer a una multitud de seres de sus
posibilidades o negarlos e inhibirlos, elitismo que puede acabar en
racismo.

25.- Hay comportamientos humanos que se consideran como neutros por así
decir, y que de hecho revelan una forma atenuada de vionecia: la
inhibición que consiste en bloquear el devenir de un proceso.

Cuando uno se entrega demasiado para ser reconocido, para afirmarse, no se
da cuenta que su supuesta entrega es un atasco para el devenir del otro.
Esto es el egocentrismo, un deseo de valoración, de capitalización, etc…
Ahora bien hay una gran tendencia hoy en día a que los humanos presumen de
mediadores necesarios y, a veces, absolutos, esto crea la dependencia.
Crear dependencia en el otro, es comenzar a domesticarlo.

Esto es esencial en las relaciones del niño. Casi todas las pedagogías,
las educaciones, las instrucciones indican una violencia, pués no respetan
el proceso de vida del niño que tiene su ritmo própio. Revelan en realidad
enderezamiento y un amaestramiento.

Todas las formas de inhibición derivan del hecho que aquellos que las
provocan tienen la necesidad de ser reconocidos, de afirmarse, etc.… De
hecho tienen siempre la tendencia de sobrecargar sus actos de datos
materiales e inmateriales (significaciones, afectaciones ….). Son seres
dependientes que no se pueden preservar más que haciendo dependientes a
los otros. No pueden vivir la simultaneidad de vidas que está más allá de
la simple aceptación de los otros. Es por esto que el silencio -momento de
calma y de densidad de asimilación del otro en su situación en el mundo,
en su relación cósmica y en su intimidad, manteniendo al mismo tiempo la
propia realidad- deviene rara en la comunicación entre hombres y mujeres.

La existencia de la dependencia está acompaña por la búsqueda de la
autonomía que desemboca a menudo en otras formas de violencia, en la
medida en que para acceder a ella los hombres y las mujeres deben romper
los lugares de su proceso de vida. Esto puede ser positivo, pero, como
esta autonomización opera en el seno de un medio individualista, es
absorbida por el proceso capitalista de separación de los seres humanos y
su reducción a partículas neutras. Esto desemboca en la soledad.

El peligro de la autonomía es la destrucción de toda posibilidad de
Gemeinwesen.

28.-La comunidad capital ha desarrollado medios de integración de los
hombre y de las mujeres en su proceso, que no recuerda, a lo que
comúnmente llamamos violencia, puesto que no pone en juego fuerzas
directamente constringentes, aptas para causar daños. La más elaborada es
el marketing. La publicidad es uno de sus pilares. Es, como la moda, la
seducción del capital, y consiste en incitar en los seres humanos una
cierta sensibilidad, inducir un comportamiento que les hace buscar los
productos materiales o inmateriales que el proceso global del capital
engendra. La seducción es una violencia para los seres domesticados; esto
pone, por ello mismo, el problemas de su consistencia en relaciones
humanas aun no infectadas por el capital.

En la moda entra en juego la imitación, fenómeno profundo donde hombres y
mujeres buscan modos de ser, conductas para tener un asidero en el mundo.
La perversión de este impulso es una violencia ejercida sobre la especie.
También buscan un medio de identificarse con un grupo y de separarse de la
situación en que se encuentran en un momento dado.

Una forma de violencia que a menudo pasa desapercibida y que por tanto es
muy potente porque desarraiga a los hombres y a las mujeres de su
realidad, se encuentra en la interiorización del postulado que afirma la
imposibilidad del goce, que Marx, con toda la razón, consideraba como
característico del capital. De aquí un doble fenómeno: por una parte es
necesario que los hombres y las mujeres devengan unos hastiados (con falta
de entusiasmo, dificultades para dedicarse a una cosa o a un ser) para
buscar la curación gracias a diversas terapias psicológicas, por otra hace
crecer la intensidad necesaria de los fenómenos que han de engendrar el
goce. Esto ocurre también con la agresividad creciente del medio en que se
vive. De aquí la situación contradictoria: cuanto más los seres humanos
debieren neutros, faltos de energía, por tanto incapaces de afrontar la
violencia, más importantes son las cantidades de estimulación necesarias
para acceder a las emociones. La necesidad de droga es la mejor
ilustración de esta impotencia para el goce. El resultado es otra vez la
destrucción de los seres, su domesticación, pués dependen cada vez más de
la comunidad capital.

En este terreno que tiende a invadir todo el campo de vida, la violencia
se manifiesta por su apariencia y no por su realidad; tenemos el
espectáculo de la violencia que sirve mucho a unos seres pasivos y
dependientes.
Este análisis es igualmente verificable tomando el caso del amor, en el
cual interviene cada vez más el sadismo y sobretodo (muy probablemente) el
masoquismo que traduce mejor la dependencia de los seres. Sin embargo es
muy difícil determinar la relación exacta entre los que es llamado
perversión y la violencia.

Es mediante el crédito y la inflación que los hombres son arrastrados a la
búsqueda de un goce nunca accesible, nunca gratificante.

28.-El terrorismo es la violencia exacerbada, es por esto que incluye la
posibilidad del exterminio, de la destrucción. Fue preconizado –revolución
de 1789- para defender un proceso iniciado, Marx se inspira en ello para
teorizar la necesidad de la utilización del terror rojo (artículos de la
Neue Rheinische Zeitung).

Fue concebido igualmente –tanto por los revolucionarios franceses como por
Marx- como el único metodo para acelerar la transformación revolucionaria
y disminuir la cantidad de violencia. Esta última siendo considerada como
partera de la historia, la utilización del terror permitía reducirla a lo
estrictamente necesario.

Era necesario un medio de controlar el terror, para evitar que se
autonomizase; Roberspierre tomo para ello la virtud y Marx la organización
homogénea de un partido (que se concretizó en Lenin y los bolcheviques).

La violencia revolucionaria necesita no solo una justificación (su
objetivo: fundar un nuevo proceso en el seno del cual los hombres y las
mujeres podrán al fin desarrollar su humanidad) sinó también una mediación
mostrando de este modo su heteronimia. Además , la virtud, por ejemplo, es
un equivalente general, como Dios, libertad, justicia, etc. Deriva de e
implica violencia por si misma, lo que es el destino de toda equivalencia
general, solo posible en un proceso de reducción-abstracción.

29.-No alcanza solamente a aquellos que toca directamente sino también a
aquellos a los que no alcanza (es violencia e inhibición a la vez). Hay
efectivamente transmisión de un mensaje que, en el caso de ser emitido por
el polo de poder en plaza, puede llevar una advertencia significativa de
que la revuelta es imposible y que toda tentativa está abocada al fracaso
y a una inmensa represión (no se puede pues romper el proceso), en el caso
de que proceda del polo revolucionario , exalta la necesidad de romper,
señala lo intolerable de estar en una sociedad dada, muestra que el rey no
es el rey más que porqué unos sujetos le reconocen como tal; hace resurgir
la “identidad” es decir la realidad propia de aquellos que son explotados,
como ha señalado Frantz Fanon o el Black Power, particularmente con su
eslogan “Black is beautiful”.

Es evidente que el terrorismo resalta la cuestión del lenguaje (sobretodo
en la dimensión inhibidora), de la comunicación entre elindivíduo y el
grupo, entre el grupo y la clase o el pueblo, es necesario un acto de
violencia que rompa, haga pedazos una representación dada para que las
masas accedan a una cierta comprensión de la realidad (temática de los
populistas, la de aquellos que quieren despertar al proletariado de su
letargo, la de Mussolini considerando a sus contemporáneos como cadáveres
a los que hay que echar cal viva para retornarles a la vida).

Sin embargo, como no hay rey, el terrorismo se democratiza y deviene más
mortífero pues está obligado a matar a un gran número de personas, para
dar un sentido y crear un centro de polarización de fuerza.

Es por esto que actualmente, los mass media son más determinantes para la
creación de una pasividad en los hombres y enlas mujeres para su
domesticación. En las zonas más evolucionadas de la comunidad capital, no
hay necesidad de recurrir a la guerra para domesticar. Se vive con un
terrorismo más o menos interiorizado y letal.

En la comunidad capital, el terrorismo puede surgir para crear diferencias
a fin de restablecer los flujos, sinó la igualación provocaría el
estancamiento; los hombres mismos recurren a ello para diferenciarse, para
ser reconocidos. Además en el capital, no siendo más que representación,
todo deviene una cuestión de poder y este no puede aparecer más que a
través de una manifestación de fuerza. La violencia, cada vez más, es el
pienso de este mundo.

El terrorismo puede relacionarse también con el fin de la política, la
desaparición de ciertas reglas aptas para controlar la violencia (la
política ya no gobierna nada).

El hecho de que la violencia revolucionaria, para que sea operativa
devenga fácilmente en terrorismo, está determinado cada vez más por la
pérdida de energía de la gente, por la apatía; son necesarios fenómenos
cada vez más potentes para emocionarles; pues mediante los mass media la
gente está saturada de violencia, que deviene una banalidad, como con
otras emociones, todo puede parecerles natural. Ahora bien el terrorismo
debe hacer resurgir una realidad en sus determinaciones destacadas con la
finalidad de que los seres humanos se vean obligados a tomar posición con
relación a ellas.

30.-Algunos pensaron que el único modo de evitar el despliegue de la
violencia y del terrorismo era intervenir solamente en el momento en que
la situación estaba ya madura. Se fundaban en la teoría de Marx de que un
cambio social solo se puede producir cuando las fuerzas productivas han
alcanzado un cierto grado de desarrollo y cuando entran en conflicto con
las relaciones sociales. El conjunto social es entonces catapultado hacia
un proceso de transformación por el hecho de que la inmensa mayoría de la
población está concernida. No pueden haber desbordamientos de la
violencia. Esta es la perspectiva socialdemócrata, que se puede localizar
bajo su forma más moderada en Kautsky y bajo su forma radical en Rosa
Luxembourg.

El gran problema era saber determinar el momento de madurez. E aquí la
necesidad de ser capaz de esperar, que induce a frenar el deseo de cambio
por parte de los más desheredados. De aquí la formación de la conciencia
represiva y de una inhibición social y histórica.

En este caso la intervención se reduce a muy poco: la voluntad no tiene
importancia y es considerada como un defecto.

Esta concepción solo puede ser válida si el proceso de vida del capital no
tiene consecuencias sobre el comportamiento del obrero. Pero, y Marx lo
puso ya en evidencia en el libro I del Capital, el obrero tiende a ser
domesticado puesto que considera la dominación del capital como un
fenómeno natural; en una etapa posterior, cuando pasa de ser simplemente
un productor a productor-consumidor. En este caso ni siquiera se puede
considerar una dominación puesto que lo ha interiorizado, se ha integrado,
es probable que la intervención revolucionaria que deseaba Marx fuese
necesaria para escamotear esta fase, lo cual indica que el capitalismo no
desemboca obligatoriamente en el comunismo, para que esto sucediese sería
necesario que los seres humanos fuese todavía capaces de actuar, siempre
llenos de su furor revolucionario.

31.-A menudo, a lo largo de la historia ha habido situaciones de
liberación a la violencia, del terrorismo, durante etnocidios, genocidios,
de momentos de locura colectiva. En nuestros días una tal liberación se
renueva constantemente a causa de la necesidad de aplastar cada vez más
violentamente la imaginación de las gentes engullidas en una pasividad y
desorientadas por la evanescencia de los roles.

Generalmente se puede constatar que el terrorismo se desarrolla durante el
final de los períodos históricos, cuando es difícil situarse. El de fin
del siglo pasado (XIX) (anarquistas individualistas) era el indicio del
fin de la sociedad burguesa, que se realizó plenamente con la guerra
1914-1918; el terrorismo actual manifiesta la muerte potencial del
capital. Serán catástrofes diferentes a una tercera guerra mundial, muy
improbable, que le destruirán realmente.

El terrorismo mana, en este caso, de la imposibilidad de recolectar la
raíz del mal. En este momento en que haría falta ir hasta la raíz de las
cosas, la violencia que busca abolir las causas de lo que mina la
sociedad, no alcanza su objetivo, derrapa y hay liberación.

32.- Puesto que la salida del impasse actual no se pede buscar en el
interior de la comunidad capital, sinó fuera de ella, es necesario
abandonar este mundo, hay necesidad de una intervención y por lo tanto
también de una violencia, porque es necesario arrancarnos al proceso de
vida dominado por el capital. La aparición de una diferencia engendra
violencia de la parte que se siente amenazada. Será preciso pués
defendernos.

No se puede evitar la violencia, pero se puede, es necesario repetirlo,
evitar ponerse en el mismo plano que el capital. Nuestra violencia
consistirá se ponernos fuera de su esfera, que es el único modo de llevar
la intervención hasta la raiz y privar así de fundamento a una multitud de
fenómenos de violencia.

Se puede en cambio evitar la domesticación. Nuestra salida del mundo nos
permitirá acceder a un potencial de energía que será un inmenso potencial
de rechazo. Nuestro devenir será abolir el vagabundeo milenario para
reencontrarnos en tanto que especie-phylum ante la realización del
fenómeno reflexivo de la vida, en simbiosis con los otros seres vivientes,
en el seno de la especie, la ascensión-realización de la
individualidad-gemeinwesen, es decir que el hombre, la mujer vivirán
modalidades simultáneas e interpenetradas.

33.- Antes de señalar la posibilidad de una via de vida fuera del capital,
es necesario considerar la violencia en tanto que conducta humana en la
naturaleza, es decir en tanto que intervención de la especie. Se ha
indicado que la caza, la agricultura, la cria de ganado, la domesticación,
son actos de violencia igual que que la intervención médica, científica,
etc… Desde este momento el problema de la violencia se reduce al de la
validez de la intervención y, por vía de consecuencia a la de una terapia,
puesto que se utiliza, por regla general, para paliar los inconvenientes
de una intervención de resultados negativos. Es evidente que el rechazo a
la intervención conducirá a la especie a una pasividad que le conducirá a
sumergirse en la naturaleza, lo que no será el retorno a un estado
primordial, sinó una degeneración total. La intervención debe hacerse
conociendo los diferentes procesos de la vida y, a menudo, sin
sustituirlos por profetas. Esto deja a la especie el campo de intervención
que es creativo en función de todas sus determinaciones propias, de la que
la más esencial es la reflexividad, la cual está incluida en el fenómeno
de vida global en la que que hemos de permitir el florecimiento.

34.- El fenómeno del nacimiento ilustra perfectamente nuestra afirmación.
Es un proceso que hace pasar de una manera contínua al ser desde una vida
acuática a una vida aérea. Para esto hay una serie de mecanismos que
intervienen para permitir al feto, a través de fases que se suceden en un
orden riguroso y con una duración determinada, el nacimiento como niño
humano. No hay violencia; lo cual no quiere decir que el fenómeno no sea
violento, es decir cargado de una gran potencia, poniendo en acción una
gran cantidad de energía. En efecto los esfuerzos del niño para salir de
la cavidad maternal, los de la madre para expulsarle, no son de débil
amplitud. Pero la violencia cuando hay oposición al proceso como se hace
actualmente de un modo regular en el parto.

La educación del niño, su instrucción, debería ser también una transmisión
sin violencia, es decir capaz de hacer franquear los diversos momentos de
adquisición de la madurez sin hurtar su ritmo de vida (lo que está
indicado para el nacimiento, lo está también para el destete, la pubertad,
etc…) será necesaria una especie de iniciación no a la autonomía, sino a
la realidad que no está nunca parcelada, donde cada uno de nosotros
desarrolla su individualidad-gemeinwesen.

Puede parecer que la iniciación, tal como se hacía en sus orígenes, era un
momento de vida en que coexistían dos fases de vida del niño, de tal modo
que en el curso de las sesiones donde todo era exacerbado, le era posible
efectuar de un modo quizás no indoloro pero sin violencia, el salto de una
fase a la otra. La iniciación contradecía la representación de todo lo que
ha de ocurrir, de aquí la posibilidad de una toma de posición por parte
del niño que se adueña de lo que vendrá, que efectúa un cierto
aprendizaje. No se le coloca simplemente ante lo desconocido, que podría
aterrorizarlo.

Para evitar la violencia es necesario respetar las relaciones entre
filogénesis y ontogénesis. En el curso de esta última, hay en parte
recapitulación de la primera. Es lo mismo que ocurre en las relaciones
entre individualidad y especie. A fuerza de querer acelerar la sucesión de
fases y escamotear algunas, se producen seres mutilados. Por otra parte –y
esto es espcialmente válido en el segundo campo (el del desarrollo- si el
proceso no se sigue en su totalidad provoca un “inacabamiento”, inducirá
en el ser inacabado una propensión a revivir el proceso con el fin de
alcanzar su cumplimiento. De aquí la producción de adultos no maduros,
dependientes totalmente de una infancia más o menos lejana e incumplida.

En algunos casos el método de instrucción actual triunfa y los niños
alcanzan el extraordinario grado de abstracción que reclama el desarrollo
del capital, pero esto es a costa de su afectividad, de su espontaneidad…
esto forma seres en los que toda sensibilidad está atrofiada, serán aptos
para ser los jefes imprescindibles para la comunidad capital.

35.-Hay que acceder a la abstracción (realización perfecta de la
reflexividad) pero el camino para llegar a ella debe ser más lento, pero
sobretodo particular para cada uno. Se adquirirá a través de modalidades
que no excluyen nunca tomar en cuenta constantemente la totalidad. Es
preciso que los hombre sy las mujeres puedan integrar las fases anteriores
que son instantes de vida de sus predecesores, cosa que hace que estos no
hayan vivido en vano y mantienen una continuidad real entre todas las
generaciones. La violencia reside en la interrupción de todo esto. Así las
diferentes etapas en la adquisición de la lectura, de la escritura, del
razonamiento matemático, de las diversas lógicas, pero también de la
historia, de la filosofía, etc… (partiendo del saber separado actual, pues
está claro que ya no serán impartidos siguiendo la división en
disciplinas) deben ser afrontadas de una manera totalmente diferente a la
de la actualidad, esto depende por otra parte de un modo de vida menos
abstracto que el actual.

Un ser que no ha alcanzado de una manera armoniosa los diferentes procesos
que deben constituirlo es un ser dependiente, y lo es más mientras no
conozca la raiz de su enfermedad, puesto que hemos visto que nuestro
proceso de producción en tanto que ser femenino o humano está integrado
por dos fases muy antiguas, que forman parte de la filigénesis. Por otra
parte este ser dependiente a menudo recurre a la violencia para enmascarar
la máscara que le mina.

38.-En definitiva la mayor violencia que ha producido la especie, es la
que se ha ejercido sobre ella misma, autonomizándose y volviéndose
inadecuada a su ser biológico. Esta diferencia, que se ha vuelto enorme,
es la que causa la necesidad de todo tipo de intervenciones y de
violencias.

El espacio potencialmente frugívoro se ha transformado en carnívoro,
después en omnívoro dominantemente carnívoro, comiendo cada vez más
productos cocidos y transformados, la cocina es la peor invención que hace
posible la domesticación, es lo que ha engendrado una multitud de
enfermedades que a su vez precisan la elaboración de multitud de
medicinas, que , sobretodo en las terapias más modernas, contribuyen a
desarraigar a los hombres y a las mujeres y a situarlos fuera de su
naturaleza.

El mismo proceso se ha realizado con la desposesión del gesto, de la
palabra, de la imaginación: la especie tecnificada esta privada de la
técnica –salvo una minoría cada vez más reducida- y esto es el resultado
de la labor del capital y de la de algunos de los que consideran que la
técnica es un mal.

La técnica no es aquello que pensaba Aristóteles, lo que es necesario para
corregir los errores de la naturaleza, es el elemento fundamental que
permite reactualizar todo tipo de posibles realidades para otras especies.
A través de la especie humana, la vida no se desarrolla, sino que se
empobrece.

37.-Acabar con la violencia implica abolir la dependencia que es la
confirmación de la separación entre ellos mismos, y la consagración de la
violencia original, fundadora del desarraigo, lo cual desemboca en la
destrucción de la base de la domesticación. Esto no quiere decir abolir
los ligámenes entre miembros de la comunidad sino al contrario, postula la
necesidad de no estar nunca más separado, porqué la separación reclama la
producción de medios externos para restablecer la unión. El termino de
simbiosis puede evocar la abolición de la dependencia.

El rechazo de todo esto se expresa en la voluntad de redescubrir el cuerpo
(por la acción de la abstracción, exaltación de la separación), que es
voluntad de pertenencia y de hacerse cargo; de aquí el rechazo del poder
médico, de toda terapéutica y de la búsqueda de una alimentación sana,
adecuada a nuestro ser biológico, lo cual sobrepasa la problemática de la
agricultura biológica actualmente de moda.

Siempre habrá una posibilidad para la violencia entre los hombre y las
mujeres puesto que continuaran deviniendo. Este devenir no puede estar
exento de ruptura, pero la Gemeinwesen será apta para frenar el fenómeno
de la violencia, como podrá hacerlo para otro devenir alienante.

Esto es esencial, porqué la teorización de la no violencia es afirmación
de una pérdida de voluntad, de energía de los hombres y de las mujeres; la
desaparición de toda afirmación, la evanescencia tolerante. Afirmar la
eliminación de la violencia destructiva no implica reivindicar una
enervación o una debilidad, al contrario, como más regenerado se este, más
apto se será para vivir fenómenos “violentos”, fuera de toda monotonía.

La Gemeinwesen debe integrar pulsiones de gran energía, sino se pone a la
comunidad en un estilo de vida utópico donde todos los seres son idénticos
y armoniosos. La armonía es a menuda la ausencia de vibración profunda.

38.-Para acceder a una comunidad humana integrada en el cosmos, es
necesario romper con este mundo. La mayor parte de los hombres y de las
mujeres sienten que es necesario encontrar un camino diferente al que
hemos transitado hasta ahora, sólo que tienen miedo de dar el salto, miedo
cultivado por el modo de vida concedido por la comunidad capital.

“Es aquí donde hay miedo, es aquí donde hay que saltar”

Ejerceremos alguna violencia sobre lo que sea para lograr este salto. Cada
uno ha de sobreponerse a su miedo y comprender la inmensidad de la
apuesta, entreviendo la vida futura. No podemos ya seguir utilizando la
eventualidad casi cierta de catástrofes próximas para exhibir un discurso
terrorista a fin de vencer la duda y el miedo.

Todos los hombres y todas las mujeres tomados individualmente deben
producir el esfuerzo necesario para tomarse ellos mismos a su cargo, para
fundar una nueva comunidad. Actualmente coexisten el viejo modo de vida y
la posibilidad de otro. El paso del uno al otro es un proceso de
nacimiento. Sin embargo dadas las innumerables contradicciones acumuladas
y no resueltas en el curso de milenios, y la degeneración de la especie,
está claro que la violencia no podrá ser evitada. Perinola reivindicamos.
La constatamos, del mismo modo que somos muy concientes de que la dinámica
de salida del capital es una violencia contra su proceso global.

39.-Es necesario constituir un centro de vida-reflexión fuera de la
violencia y de la domesticación.


Jacques Cammate, Agosto de 1980

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