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miércoles, diciembre 15, 2010

Críticas de la IS 


(PUNK IS DEAD?!)

No es que crea que la crítica no deba ser en todos los casos destructiva. (¿Lapidaria?, eso ya es otra cosa). Y no encuentro "gracioso" este texto, sino su título: Del situacionismo al abismo. Para varios, a la IS le podemos reprochar de todas formas su herencia: el "situacionismo", y debemos ser implacables con administradores de una herencia, sobre todo si estos de han distinguido por una actividad predominantemente teórica y una vida más bien apacible en la casita o en un huerto. No lo niego, y por eso subo fragmentos de este texto. Sirve al debate. Pero no deja de llamar la atención que una crítica tan bien fundada deba recurrir de paso a argumentos del tipo: los enciclopedistas pro-situ y/o post- situ reunidos al alero de Semprún, le prenden velas a Gunther Anders, quien fuera esposo de Hanah Arendt, que alguna vez se entretuvo sobre un catre con el profesor nazi Martin Heidegger en calidad de amante, bla bla bla, etc.

De todas formas, creo que incluso el "pensamiento derrotado", cuando trata de ser más o menos coherente y aborda sectores interesantes de ser criticados, debe ser conocido y estudiado -y a su vez, criticado, labor que supone las anteriores-. Como dicen que dijo don Juan Barrote en los años de plomo (y a propósito, algunos plomazos no han dudado en invocar como argumento contra J.B. -tambien conocido como Gil es Dauvé- el que su padre haya sido un famoso hombre de Estado, más precisamente, un importante policía): aunque un comunista ande puro teorizando y no haga nada más, si lo hace más o menos bien, ya es algo.

BAh, no encontré la frase de Dauvé que quería citar, pero sí estotra que más o menos dice lo mismo:

Nuestra propia respuesta a esta situación no consiste
evidentemente en exhortar a las amplias masas o a las minorías
esclarecidas a que desplieguen más radicalidad. Dejemos a
otros que se empleen en intentar elevar el nivel de la lucha de
clases. La única cosa que podemos hacer es contribuir a una
crítica “unitaria” del mundo.




Ya: Tercera Parte del texto "Del situacionismo al abismo":
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CLAVES para una crítica de Guy Debord y del situacionismo.

"Las sectas del capricho son muchas y el hombre cuerdo debe huir de todas ellas. Hay gustos exóticos que siempre se casan con todo aquello que los sabios repudian. Viven muy pagados de cualquier extravagancia, y aunque los hace muy conocidos, es más a causa de la risa que de la reputación. Aun como sabio no debe destacar el prudente, mucho menos en aquellas ocupaciones que hacen ridículos a los que las practican"
Baltasar Gracián.


1.- El espectáculo para Debord es el dominio tiránico de la sociedad por la economía capitalista, que rige la vida de los hombres no sólo durante el proceso de producción, sino en todos los momentos de su vida. El dominio de la economía capitalista abarca también las horas de ocio y todas las relaciones humanas. La economía capitalista no sólo controla y programa las horas de trabajo, sino también las horas "libres" de asueto y distracción. El hombre es un ser de una sola dimensión: la económica. En lo que pasa a llamarse en los años sesenta, engañosa y generalizadamente, "sociedad de consumo", el dominio de la economía penetra en la esfera privada de todos los individuos, invadiendo y condicionando los menores aspectos de la propia intimidad, sin dejar hueco alguno. La economía alcanza una autonomía propia. Los enciclopedistas transferirán esa autonomía también a la tecnología.

2.- El concepto de espectáculo es inseparable del de la alineación del hombre en el capitalismo. El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen (tesis 34 de "La sociedad del espectáculo") sólo en la fantasía de Debord y de los situacionistas, pero nunca en el planeta Tierra para el resto de mortales.

3.- El proletariado deja de ser la CLASE SOCIAL sin propiedades ni medios de producción que se ve forzada a vender su fuerza de trabajo (Marx), que se paga con un salario, para convertirse en una etiqueta sociológica abstracta que se pone a todo aquel que no tiene poder de decisión sobre su vida (Debord), "y lo sabe".

4.- El capital no es ya una RELACIÓN SOCIAL entre el proletariado que necesita vender su fuerza de trabajo para sobrevivir, y los capitalistas que necesitan comprar la fuerza de trabajo para obtener una plusvalía. Debord contempla la mercancía sólo en la esfera de la circulación. Ha desaparecido el concepto de plusvalía y de valorización del capital. Ha desaparecido el motor, el ciclo de valorización del dinero D-M-D´ y la finalidad del capital. Debord sólo atiende a la mercancía en el momento de su consumo, nunca en la esfera de la producción. Ha desaparecido el modo de explotación específico del capitalismo basado en la obtención de una plusvalía. Debord sólo contempla el trabajo muerto (capital constante), y no dice nada del trabajo vivo (capital variable), ni de la relación de producción que el capital establece entre ambos de forma prodigiosamente eficaz.

5.- Ante la ausencia de los conceptos de proletariado como clase desposeída y forzada a vender su fuerza de trabajo por un salario, y por ello potencialmente revolucionaria, y el de capital como una relación social entre clases sociales antagónicas; la teoría de Debord se reduce a una dialéctica idealista, que no puede oponer más que lo que "debería ser" (en la cabeza de Debord) a lo que realmente es (la actividad real, social e histórica del proletariado). Del mismo modo los planteamientos históricos de Debord (los Consejos Obreros) se sitúan fuera de la realidad social de su época para enfrentarse a los reales de la sociedad en que vive.

De ahí el desencanto de la IS con el proletariado, al que lo situacionistas ponen ya bajo sospecha desde 1972, y al que sus epígonos pro-situs, los enciclopedistas, acabarán negando en los noventa pan, sal y existencia.

Tanto la IS como la EdN ignoran que el proletariado es una relación histórica, que no es estática, ni estadística, ni estable. El proletariado no son sólo los obreros (o los asalariados), ni tampoco es sólo quien produce la riqueza para el capital y la miseria para sí mismo; es sobre todo la relación histórica (dinámica, inestable y social), que se establece en la lucha de clases entre capital y clase obrera, y que sólo con la revolución comunista pondrá fin a la existencia de las clases sociales.

6.- La ideología de la IS pretende no serlo, pero sabe que lo es. La ideología de la IS pretende ser la teoría crítica de su tiempo, aunque sabe que no lo es. Pero lo pretende, y por eso llama "izquierdistas" al resto de teorías críticas del capitalismo. La crítica del espectáculo de Debord es a su vez espectacular y alienada. Y como le falta además aplicación práctica alguna, la convierte en mera filosofía, que Debord acabará degradando hasta convertirla en la mera expresión de la opinión individual del "genial Debord", que suele ser tan interesante como las verdades de Monsieur de La Palice [nota de la traductora: algo así como Pero Grullo].

7.- La pretensión fracasada, pero "espectacularmente" exitosa, de expresar una teoría crítica en "La sociedad del espectáculo" se ha convertido en paranoia persecutoria en "Los comentarios", para degenerar en una teosofía del fin del mundo con sus epígonos enciclopedistas.

8.- Debord no hace distinción alguna entre trabajo y fuerza de trabajo. Marx hizo una crítica de la economía política. Debord y los situacionistas propagan una ideología antieconomicista y antindustrialista que nace de una absoluta incomprensión de las categorías económicas fundamentales del capitalismo: fuerza de trabajo, capital constante y variable, valor de uso y de cambio, plusvalía, capital como relación social entre clases antagónicas, etc...

9.- El capitalismo sólo puede ser comprendido en su necesidad histórica y en sus características si se analiza desde el punto de vista de su superación y negación por el proletariado revolucionario, en el comunismo. Es decir, desde una teoría que se elabora y realiza en la práctica. La práctica de una clase revolucionaria que niega el capitalismo y se niega a si misma con la destrucción del Estado y la supresión de todas las clases.

10.- La filosofía de Debord utiliza una jerga marxista que falsifica los conceptos fundamentales de Marx. Habla de forma abstracta e idealista de unos consejos obreros inexistentes, sin referencia a situación histórica o social alguna. Aunque se pretende impulsora de una teoría del proletariado, la IS es sólo expresión de la desesperación de las clases medias ante el rápido e inevitable proceso de su proletarización en la sociedad francesa de los años cincuenta y sesenta.

Debord crea un lector (no proletario) fascinado por la inteligencia, la sensibilidad y la audacia con la que trata una NUEVA problemática, candente en la sociedad moderna (en 1957-1972): el poder de manipulación de los medios de comunicación, la mal llamada "sociedad de consumo", la plena sumisión del trabajador al capital no sólo durante las horas de trabajo sino también en las de ocio, el carácter económico unidimensional del hombre moderno y su completa alienación. Desde 1972 Debord, en "La verdadera escisión", abre la crítica a la polución y la destrucción de los recursos naturales que ponen en peligro el futuro de la humanidad, que la EdN ampliará de la irradiación nuclear a la manipulación genética, las catástrofes ecológicas, etcétera.

Pero es precisamente ahí, en esa ansia voraz por analizar las espectaculares novedades del mundo moderno, donde nace la falsificación teórica de la realidad que hacen los situacionistas, cuando pretenden sustituir el análisis del capitalismo elaborado por Marx en el siglo XIX, por las novedades teóricas de pretendida raíz marxista, mal asimiladas y aplicadas en el análisis que hace Debord en "La sociedad del espectáculo" del capitalismo del siglo XX. Siguiendo los pasos de sus maestros situacionistas, los enciclopedistas han dado un gran salto mortal en el vacío, sustituyendo el proceso de acumulación del capital, teorizado por Marx, por una acumulación de nocividades que culpan del deterioro y envenenamiento masivos de la naturaleza no al desarrollo capitalista que, movido únicamente por la obtención del máximo beneficio, desemboca en esa destrucción aberrante, inicua y gratuita de los recursos naturales; sino al progreso y desarrollo industrial, considerado como un productivismo ciego, cuyo objetivo final no sería ya el beneficio capitalista, sino las nuevas aplicaciones científicas y técnicas, que se convierten (como la economía en Debord) en un ser autónomo, independiente y omnipotente, que además tiene voluntad propia e incluso un programa político concreto: la destrucción de la humanidad.

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Comments:
"Nuestra propia respuesta a esta situación no consiste
evidentemente en exhortar a las amplias masas o a las minorías
esclarecidas a que desplieguen más radicalidad. Dejemos a
otros que se empleen en intentar elevar el nivel de la lucha de
clases. La única cosa que podemos hacer es contribuir a una
crítica “unitaria” del mundo."

Oye situ, pero si considerai q la teoria va en conjunto con la practica, esa critica unitaria no estaria de algun modo influyendo en la lucha de clases, si consideramos la lucha de clases como un ejercicio colectivo de teorizacion de la practica y practica de la teoria?
Yo cacho q no le estamos dejando a otros que eleven la lucha, sino que estamos influyendo, interviniendo en la misma....claro, siempre que consideremos que la teorizacion y la practica son la lucha de clases, y no por separado.,

no se si me cachai

respondeme a tu sabis donde
 
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