<$BlogRSDUrl$>

martes, abril 30, 2013

1 de mayo/San Vito 




Somos trabajadoras, tanto si nos gusta como si no. No es una cuestión de ética, moral o política o porque nos queramos aferrar a palabras que algunas ya han abandonado. Somos trabajadoras por una cuestión objetiva: en el mundo capitalista estamos condenadas a tener que pasar por el circuito del trabajo para poder sobrevivir. Somos desheredadas, y el hecho de tener un coche —o en algunos casos un piso de propiedad— no nos libra de esta lacra. Tanto si estamos buscando trabajo como si hacemos todo lo posible por evitarlo, tanto si basamos nuestra economía en la expropiación como si le pedimos limosna a nuestras madres o al Estado en la forma de subvenciones o becas, nuestra condición es la de ser explotadas. Y sólo la destrucción del trabajo y las relaciones que de éste se derivan podría situarnos en un nuevo contexto. Si decimos esto no es porque nos guste el victimismo o porque no queramos ver que aun así hay otras personas que pueden llegar a sufrir mucho más que nosotras las relaciones de producción y reproducción capitalistas. Si lo decimos es porque, si en algún momento se nos olvida, podemos llegar a caer en la ilusión tan extendida de que  es posible hacer un salto en nuestra condición proletaria y convertirnos en personas libres de las relaciones capitalistas sin tener que pasar por una guerra abierta contra el capital, ya sea montando nuestra empresa, ya sea trabajando para nosotras mismas. Y esto es mentira.

Con esto no pretendemos caer en el absurdo obrerista de la mitificación del sujeto fabril, nada más lejos. Que seamos trabajadoras no quiere decir que sólo seamos trabajadoras ni, mucho menos, que queramos seguir siéndolo. Lo que queremos decir es que, aunque estemos atravesadas por diversas dominaciones, la sociedad de clases sigue más firme que nunca.



Etiquetas:


Comments: Publicar un comentario

This page is powered by Blogger. Isn't yours?