miércoles, febrero 04, 2015
Puede amarse una ciudad (F. Jesi)
Puede amarse una
ciudad, pueden reconocerse sus casas y sus calles en los recuerdos más remotos
y secretos; pero sólo a la hora de la revuelta la ciudad se siente verdaderamente
como la propia ciudad: propia, por ser del yo y al mismo tiempo de los “otros”;
propia, por ser el campo de una batalla elegida y que la comunidad ha elegido;
propia, por ser el espacio circunscripto en el cual el tiempo histórico está
suspendido y en el cual cada acto vale por sí solo, en sus consecuencias
absolutamente inmediatas.
Nos apropiamos de una ciudad huyendo o avanzando en
la alternancia de los ataques, mucho más que jugando, de niños, en sus calles,
o paseando luego por los mismos lugares con una muchacha.
A la hora de la
revuelta, dejamos de estar solos en la
ciudad.
(Spartakus, 1971).
Etiquetas: 1971, contra-represión, crítica del urbanismo
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