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viernes, junio 10, 2016

Crucifijos 

“Primeramente es la rebelión contra la tiranía del fantasma supremo de la teología, contra Dios. Es evidente que en tanto tengamos un amo en el cielo, seremos esclavos en la tierra. Nuestra razón y nuestra voluntad serán igualmente anuladas. En tanto que creamos deberle una obediencia absoluta, y frente a un Dios no hay otra obediencia posible, deberemos por necesidad someternos pasivamente y sin la menor crítica a la santa autoridad de sus intermediarios y de sus elegidos: Mesías, profetas, legisladores, divinamente inspirados, emperadores, reyes y todos sus funcionarios y ministros, representantes y servidores consagrados de las dos grandes instituciones que se imponen a nosotros como establecidas por Dios mismo para la dirección de los hombres: de la Iglesia y del Estado. Toda autoridad temporal o humana procede directamente de la autoridad espiritual o divina. Pero la autoridad es la negación de la libertad. Dios, o más bien la ficción de Dios, es pues, la consagración y la causa intelectual y moral de toda esclavitud sobre la tierra, y la libertad de los hombres no será completa más que cuando hayan aniquilado completamente la ficción nefasta de un amo celeste” (M. Bakunin, Dios y el Estado).


Un católico no debería poner el grito en el cielo ni indignarse porque un puñado de jóvenes encapuchados manifestó su rechazo a la religión atacando un poco una mierda de templo y sacó a la calle un crucifijo con lo que Vaneigem denominaba "el sapo crucificado de Nazareth". 

En primer lugar porque....¡no hueveen! hay que ser muy caradura para indignarse por esa pequeñez, considerando los innumerables crímenes contra la humanidad cometidos por la Iglesia romana en el tiempo. La cantidad de muertos que acumula ese delirio místico aliado del poder y del capital es en verdad imposible de calcular exactamente, pero tiene dimensiones de genocidio. Basta con apreciar en las ruinas de Tihuanaco el tratamiento que los españoles católicos le dieron a las piedras que simbolizaban dioses precolombinos para entender que los católicos harían mejor en cerrar la boca.

En segundo lugar porque...¿no se supone que los cristianos romanos aborrecen la idolatría? ¿Qué mierda les importa entonces un templo y un crucifijo si es que su DIOS está en todas partes y no necesita ser convertido en estatua de yeso?

Destruir templos e imágenes religiosas ha sido siempre una sana costumbre del pueblo insurrecto, y hasta cuenta con la aprobación de vanguardias artísticas como dadá y los surrealistas.



"Hermoso, como la destrucción de símbolos de la religión monoteísta y patriarcal que nos ha oprimido por siglos".

"La única iglesia que ilumina es la que arde".


1.- La Polla Records, Hipócritas católicos.
2.- Crucifix, Annihilation

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