miércoles, abril 25, 2018
Supersórdido (re-edición 2018)
1.- Aclaración: El descubrimiento de estas carátulas lo hizo
Joe Molina, quien se las entregó a Claudio.
2.- 100 copias del caset re-editado y remasterizado se están
distribuyendo, en disquería Tres Oídos, que queda entremedio de las Torres de Tajamar,
cerca del puterío VIP de Passapoga, y que sólo abre jueves y viernes de 16 a
20, y sábado -no recuerdo el horario- (o sea que con razón siempre que paso por
ahí está cerrada).
SUPERSORDO, “Supersórdido”, caset, 1992.
Me cuentan que debido al
afortunado hallazgo de una caja con carátulas por Claudio (que era el vocalista
de la formación noventera conocida como Supersordo), habrá una reedición
remasterizada en caset de esta vieja gloria. Buen momento para comentarla
entonces, en base a la escucha de los audios ya trabajados por el maestro
sónico, el ingeniero Gomberoff. Excelente hallazgo en todo caso: me hizo
recordar que gracias a uno de Mick Jones hace unos cuantos años pudimos conocer
como sonaban originalmente las canciones del “London Calling” (la verdad es que
sonaban harto más pobres sin toda esa producción de Guy Stevens, pero en fin:
¡son materiales sagrados y uno quiere saber cómo fueron evolucionando!).
Antes de poner play recordé que
yo tenía este caset, pero lo dejé ir. Mi memoria retrocede, 25 años y…llego
hacia esos extraños y primero abúlicos años que ahora llaman de
“postdictadura”. La transición, o transacción, que nunca acababa, y aún al día
de hoy tengo dudas de si alguna vez en realidad acabó.
Lo cierto es que para ese
entonces yo recién me había separado de una larga militancia izquierdista (dos
años en la JS, 1 año en las JJCC, y 4 años en el trotskismo), me atraía el
anarquismo que recién se estaba empezando a reorganizar tras décadas de
ausencia, y uno de los amigotes anarcos que al igual que casi todos amaba a
bandas como La Polla Records y también estaba bastante pendiente de la
actividad de Fiskales y otras bandas locales, llegó diciendo que había visto
junto a Fiskales una banda nueva realmente diferente a todo el resto, que se
llamaba Supersordo. Tomé nota, y el nombre me llamó mucho la atención….poco
tiempo después andaba perdiendo mi adolescente tiempo (ese año de 1992 cumplí
21 años de edad, lo que hasta ese entonces era la “mayoría de edad”…y justo en
ese momento modificaron las leyes y la bajaron a 18: o sea, me perdí como 3
años de mayoría de edad, pero no se preocupen: he tratado de recuperarlos hasta
ahora, y creo aun ser más o menos fiel a lo que fui entre los 18 y los 21
años). Bueno: estaba yo perdiendo el tiempo en Eurocentro…deben tener en cuenta
que en esos años no existía internet, nadie había visto ni un celular ni un
computador, y la música sólo la podías encontrar buscándola en disquerías,
caseterías, o en las piezas de los amigos…Aparece en vitrina el caset, todo
amarillo con unos dibujos en negro, bajo el sello de Toxic records (o no
recuerdo si sólo hacían la distribución) y un precio razonable que también ya
olvidé pero debe haber sido algo así como dos lucas.
Lo compré, y el tipo de la tienda
me dijo algo que luego hablando con los miembros de la banda nunca pude
verificar de a dónde sacó: un tipo rapado al cero con una polera que decía
S.S., así como en el estilo de letras usada por la famosa organización nazi,
era quien los distribuía, y decía que SS era por Super Sordo. ¿Mito urbano? La
cosa es que ninguno de los cuatro integrantes tenía puta idea de a quién se
refería, ni de la existencia de una tal polera. El dato era bastante exótico,
pues en esos tiempos ya pululaban varios skinheads nazis por ahí, aparecían en
incursiones punitivas anti punk en varias tocatas, generalmente con éxito
rotundo por el miedo que generaban, y hasta tuvieron encuentros con miembros de
Supersordo, aunque en uno que me fue relatado y que habría ocurrido por ahí por
el Bellas Artes, los fachos salieron trasquilados…En el suelo quedaron trozos
de un bate de béisbol que según cuentan tenía esvásticas dibujadas con lápiz
pasta…Poco glamorosos los nietos de Hitler y Serrano.
En su momento puse play al lado
A, que parte con un extraño instrumental con aullido llamado “Represión
espacial”, y re-escuchando ahora tengo
la misma sensación de que en base a ese puro tema no da aún para hacerse una
idea de lo que iba a ofrecer este combo durante su destacable existencia. Más
clara queda la cosa cuando pasan a “Terrorismo terrestre”. Si bien “la crítica”
hablaba entonces y ahora de las influencias de Sonic Youth y Black Flag, a mí
me parece que la más notoria era la de Scratch Acid/Jesus Lizard, tanto
instrumental como vocalmente hablando. Pero lo más llamativo era la lírica: hoy
en día no es nada excepcional toparse con rayados tipo “HUMANX PLAGA” o “+
GATXS, - PERSONAS”, y hasta ha surgido toda la derivación “ecoextremista” del
anarquismo insurreccional, que defiende el atentado indiscriminado contra
personas, y que celebra terremotos y nevazones como manifestación de “la
naturaleza salvaje”. Pero en ese entonces no había nada de eso, y por eso
sorprendía tanto que después de referirse a una represión en el espacio, SS
diera expresión a la revancha de la Tierra contra los humanos: “tú la estás
tratando de matarrrrrrrr, pero ella se sabe defenderrrrrrrr” y “muchas veces
pagan aquellos que no deberían hacerlo” grita Claudio, con su chillido
característico y la banda insiste e insiste en un riff que incluye un poderoso
efecto de “bajón” al ir descendiendo en la escala de notas y del sonido hacia
las catacumbas sónicas de esta extraña forma de rock de los 90.
El tercer tema, “Rompe el hielo”,
me imagino que era una especie de declaración de principios juveniles del
momento, y siempre me pareció un poco inocente, al menos políticamente. El
vocalista se pregunta “cuando acabaremos con la irracionalidad y construiremos
en vez de destruir”, y además anuncia que “llevaremos flores a los muertos por
ideología”. Yo y mis amigos en cambio creíamos que era necesario destruir
primero, y quedaba (sigue quedando) mucha labor de demolición por hacer (tanto
en la crítica teórica como en la crítica práctica). En esos años el
encapuchamiento y las “salidas” (a la calle) seguían siendo una actividad
central, no tan minoritaria aún, y a todos nos encantaba. Nos gustaba tanto que
al menos en Macul con Grecia, cerca de mi casa, se practicaba puntualmente
todos los jueves. Demostrábamos nuestra energía vital en continuidad con los 80
y marcando así nuestro rechazo y profundo asco por Pinochet, Aylwin, la
transición, democretinos, sociolistos, el P”C”, etc. Y nos preocupaban nuestros
muertos (no eran pocos) pero ciertamente que no queríamos homenajear a todos
los “muertos por ideologías”, que en rigor deberían haber incluido en la lista
al senador Jaime Guzmán y a otro puñado de fascistas que de una u otra forma
fueron ajusticiados en esos años…Tampoco nos gustaba mucho esa canción ska de
los BBs Paranoicos donde hablaban de los “rojos populares” y los fachos como
equivalentes, aunque estábamos claros en que morir por la patria era propio de
sacos de huevas (“Muere por la patria sacoehuea!”. Esa parte sí que nos
gustaba).
Pero tal vez desde el punto de
vista de SS se estaban refiriendo a algo muy diferente. Pues en efecto en esos
años la “escena punk” era bastante poco creativa. Se dedicaba más a venerar un
par de bandas/pandillas locales, y a pelear con las bandas/pandillas rivales (y
por lo general, a huir juntos entre todos cuando se asomaban los nazis o la
policía). Habían pocos fanzines. Muchas bandas no editaban casi nada de
material, y menos aún se les ocurría hacerlo de manera autogestionada. La onda
punk, que llegó a Chile como una moda visual antes que con los contenidos
políticos a ella asociados, vegetaba en actitud autodestructiva, y en ese
sentido es que cuando el cantante irrumpe con “Rompe el hielo, hazte escuchar,
grita grita grita!!! tal vez estaba en realidad llamando a tomar las armas de
la creatividad.
En fin: esta canción sonaba un
poco “grunge”, y eso era peligroso porque en esos tiempos fue cuando se puso de
moda el “rock alternativo” y todos sus apestosos derivados. SS podía ser metido
en ese saco por publicaciones de mierda como la Zona de Contacto (redefinida en
general en la jerga callejera como la “Zorra de contacto”), aunque por supuesto
eran un animal muy diferente, y eso quedaba claro a poco andar.
(El manuscrito se interrumpe
aquí, por varias semanas…)
Seguimos…(putas que cuesta
sentarse a escribir algo y terminarlo en un tiempo razonable (¿“Tiempo
razonable”? jajajaja: ni me acordaba de esa vieja canción hardcore)):
OK, seguimos con el lado A de la
cinta. Luego del tema anterior que como ya dije no es lo mejor del álbum, viene
una de sus joyas: “El patio, el limón y las hormigas”. Supersordo abandona el
terreno generacional más macrosocial/político para centrarse en un particular
microcosmos: el mundo en que alguien puede ser “dios de las hormigas orinando
desde un árbol”. Esa pequeña gran historia se entrega en formato de mini canción
hardcore, no sonando para nada como Descendents o Minutemen pero en cierta
forma en el mismo espíritu de crear universo entero a gran velocidad y dentro
de muy pocos segundos de duración. Además, ¿qué ebrio o volado o simplemente
contemplativo ser no se ha dedicado a pensar en cosas tales como la diferencia
de escala y cosmovisión entre los humanos y los insectos, y los efectos en el
entorno ambiental del “agüita amarilla”, generalmente propulsada por la ingesta
de grandes cantidades de cerveza, cuando no queda otra que dejarla salir y caer
en el mundo natural o artificial en que habitamos.
Después de esa miniatura tan
disfrutable viene otro de los momentos clásicos de este álbum: el hit “Mi
padre”, que en cierta forma es un equivalente más siniestro del gran himno de
Descendents “My dad sucks”, pero en lenguaje ya no de HC punk rápido, sino que
mucho más viscoso y oscuro. “Tengo miedo de mi familia, sobre todo de mi padre”.
No es raro: de hecho, “famulus” designaba originalmente a un grupo de esclavos,
y el pater familias de la antigua
Roma era el único sujeto libre del grupo familiar, quedando todos los demás
integrantes sometidos a sus diversos poderes (sobre la mujer, sobre los hijos,
hijas y esclavos/as). Siniestro, ¿no? Y el mérito de SS es que en esos años
todavía no era un tema tan central como ahora la cuestión de la llamada
“violencia doméstica”. El Código Civil hacía todavía distinciones entre hijos
legítimos e ilegítimos, y facultaba a los padres para “corregir y castigar
moderadamente” a sus retoños. Pero criticar a la familia no era bien visto, y
puedo declarar como testigo de oídas lo que me contaron diversos compañeros
acerca de cuándo Supersordo tocó en el patio de la Escuela de Derecho de la
Universidad de Chile en el contexto de unas pretenciosas semanas de “Arte en
Derecho” que se hacían una vez al año. Mientras la banda se entregaba al arte
del rock and roll oscuro interpretando este gran tema, les cortaron la energía
eléctrica y hasta ahí nomás llegó su arte en derecho. Las malas lenguas decían
que la iniciativa de ir a exigir que la cortaran (literalmente) con esto habría
provenido de una chica hija de un famoso periodista, que ahora es la esposa del
famoso opinólogo C. Warnken. Puede ser, puede ser…en esos tiempos yo ya me
asomaba pocazo a ese antro leguleyo y prefería visitar los pastos del
Pedagógico, donde la gente era mucho más interesante y se veía más y mejor lo
que se choreaban entre todos en el supermercado de la esquina. Recuerdo en todo
caso que esa chica usaba en su mochila el feo símbolo de la falange
democristiana.
Así, casi sin darnos cuenta, a la
canción “Mi padre” le sucede casi de inmediato “Inocente”, que si mal no
recuerdo era el momento en que el bajista tomaba el rol de voz cantante, y en
el coro le dice a una niña: “quieres ser dominada, aplastada, pisoteada…hasta
el fondo, eso te gusta!”. No suena muy feminista para los estándares actuales,
pero en fin: un texto es lo que es, y queda a uno interpretarlo como
apologético o crítico o meramente descriptivo. (Nadie diría que “Corazones” de
los Prisioneros es machista, o que los Dead Kennedys eran fascistas por haber
hecho la canción “Maten a los pobres”, pero bueno: hay algún porcentaje de
tarados que toma todo al pie de la letra y podría no entender bien estos mensajes.
No es mi problema).
Y por si fuera poco, para
terminar el lado A agregan las “Herbosas praderas del Tíbet septentrional”, que
a mi juicio es uno de los puntos más altos a que llega la banda en toda su
trayectoria, tanto musical como líricamente. O sea…cuantos otros ejemplos tiene
uno de canciones que empiecen diciendo cosas como “Querida, por favor, dile a
los chicos, que bajen a buscar un balón de gasssssssss”, y de ahí todo se
sumerja en las profundidades del sonido que a estas alturas ya es SS en estado
puro, un microcosmos de caos/orden siempre en tensión, y en donde finalmente
interpelan al Padre Eterno que sería Dios preguntándole “¿por qué me has
abandonado, si serví a la patria con tanto amor?”. Ahora uno escucha esto y
piensa en los vejetes criminales de lesa humanidad apilados en el confort de la
cárcel especial de Punta Peuco, pero en los 90, en esos años….¿en quién o en
qué se pensaba? No lo sé, o simplemente no me acuerdo.
Ahora es cuando habría que dar
vuelta el caset, y ponerle PLAY al lado B.
El lado B parte con “Avión a
Cuba”. En otro texto reciente (“Barricadas a-go-go”, publicado autónomamente
por 2&3 DORM Excursos, y junto a otros 3 escritos dentro del libro
“1-2-3-4” de Ercilla ediciones, Buenos Aires) me he referido a la verdadera moda
de secuestrar aviones para irse a lugares que en la Psicogeografía de la época
eran vistos como centros revolucionarios. En Chile el año 1969 dos adolescentes
“con gusto a leche” (como dijo la prensa) lograron desviar un avión hasta el
norte de Chile, pero no llegaron a Cuba pues fueron reducidos por el propio
personal aeronáutico y encerrados luego en una cárcel de menores. En Japón en
1970 un comando del autodenominado Ejército Rojo secuestró una aeronave y logró
llevarla hasta Corea del Norte, donde todavía están, incluyendo al famoso ex
bajista de Les Rallizes Denudes, Moriaki Wakabayashi. En fin: en el Chile de
esos años por lo que recuerdo los únicos que pidieron “un avión a Cuba” fueron
los asaltantes de una tienda de videos en Santiago centro, en el famoso
incidente que diera lugar al film “Johnny Cien Pesos”. No les resultó, y fueron
detenidos por la poco gloriosa y muy cerda policía uniformada de la República
de Chile. Pero SS hizo esta canción, aunque nunca he entendido muy bien de qué
se trata, y tal vez es mi imaginación ultraizquierdista nunca bien apagada la
que me hace ligarla a estos eventos: “yo, me voy, con una condición, un avión a
Cuba….desesperaaaaadameeeente”. Gran material.
Tras el paso del avión, llega
“Come, trabaja, duerme”. Tal vez un título así encierra la mayor dosis de
crítica social que uno podría dirigir a un sistema que en efecto consiste en
nacer, estudiar, ver tele, trabajar, carretear, tener resaca, enamorarse varias
veces, y después morir. (De hecho, la otra vez quería grafitear esa consigna en
una pared cerca de mi casa, donde están construyendo algo que debe ser un
edificio de mierda pero aún no sabemos. Los grafiteros de nuestro tiempo rara
vez ponen algún contenido de algún tipo que valga la pena, y por lo general se
limitan a marcar su “tag” tal cual un perro o gato marca la calle con sus
meados. Finalmente no lo hice nunca, y ahora está rayado: “Tía Valeria, la
extrañamos un montón”. ¡No se puede negar que hay un cierto mensaje allí! Pero
no sé si valga la pena hacerle eso a una pared ya de por sí bien fea). El lado
más existencial de las letras de SS asoma acá, para ser sucedido por más
líricas interesantes en “Morir de amor”, canción con un riff que era un clásico
instantáneo, y que no tiene mucho que ver con el hit del mismo nombre de Miguel
Bosé. Amor y desamor mueven al mundo, y acá escuchamos al cantante decir: “Y
sin embargo, tu amor es sólo un pretexto. La culpa fue de la inquieta
angustia”. Mmmmm, no sé por qué, al releer esa frase me acordé de la lírica de
King Gordo, que por cierto me atrevería a afirmar que debe haber bebido de esta
influencia, aunque tampoco estaría 100% seguro de ello.
La “critica de la ideología”
vuelve a ser tema en “Ismo”. Una nueva dosis de HC punk a lo Supersordo, donde
en sintonía con una época que proclamaba el “fin de las ideologías” se
despachan a varias, una tras otra: fascismo, terrorismo, nazismo, estupidismo, fisicoculturismo.
Como ahora sabemos, finalmente la época aquella fue la más ideológica de todas:
se proclamó la muerte de las ideologías más exóticas, para salvar la ideología
en sí misma, que sólo triunfa completamente cuando ya no se le reconoce como
tal, y se impone en tanto falsa conciencia como algo natural a todo el mundo.
Nunca entendí mucho, eso sí, la parte donde dice “mamas de una ideología
extranjera, que no encaja en el lugar donde tienes tus pies”. Me recuerda un
poco la curiosa similitud entre el rechazo de Pinochet al “marxismo
internacional” y los señalamientos de grupos mapuche radicales como la CAM y la
RAM que rechazan al marxismo y el anarquismo como “ideologías revolucionarias
europeas” (es decir, son críticos con los aportes del movimiento obrero
clásico, pero no así con el concepto de “nación”, que de hecho reivindican a
fondo). Como no soy ni nacionalista ni internacionalista sino que me considero
un ser humano y punto, la cuestión de la “procedencia” de las tendencias,
ideologías o modas me da un poco lo mismo (por ejemplo, he conocido
izquierdistas que odian el jazz por ser “gringo”. No sé si frente a eso
preferirían escuchar a los Huasos Quincheros…).
La quinta canción del lado B,
“Posición de altura”, es una de mis menos favoritas. No sabría decir por qué….
“Yo no sé por qué hay gente que se siente superior. Yo no sé por qué será así”.
Una vez más, la letra me parece de un candor algo ingenuote (no es una ofensa:
así mismo he calificado a Les Rallizes Denudes, aunque no por las letras sino
por ciertas estructuras melódicas que usan a veces, por ejemplo, en “The night
of the assasins”). Y la música no está mal, pero no es el SS más denso que
todos aprendimos a amar.
Sí que lo es en cambio, “Tan”, el
tema final del lado y de la obra que estamos comentando (aunque en youtube veo
que se llama “6 tan”. ¿Seitán? Estoy confundido….). Da la impresión de que SS trabajaba
en los límites de la definición misma del “rock” en tanto forma estética, pero
sin salirse totalmente de dicha entidad (o sea, no hay pretensiones de
“post-rock”), sino que más bien dedicándose a hostigarla por distintos lados.
Escuchando esto vuelvo a comprobar que es Scratch Acid su mayor inspiración o
influencia, conceptos casi sinónimos, pero no totalmente: uno puede
“inspirarse” por algo sin que necesariamente el resultado denote dicha
influencia…en fin…es complicado…tengo calor, tengo sed, quiero dejar de sacar
la vuelta en mi trabajo e irme a mi casa a fumar algo, huir de la luz solar, y
sumergirme en un mar de ruido del tipo que alguna vez el guitarrista de esta
formación denominó como “rock desgraciado”.
Un recuerdo final que asomó en lo
que me queda de memoria: carreteando en 1994 con unos catalanes que había
conocido en Granollers y el pueblo vecino de La Roca, sobre un auto escuchamos
mi copia del caset a buen volumen, acompañados de una botella de champán que
como no teníamos plata uno de los nuestros tuvo que ganar en una feria, en el
tiro al blanco. Les gustó harto, así que me pareció justo dejárselos, para
retribuir el que hayan sido tan buenos anfitriones que incluso me hicieron
copias de dos albums esenciales del rock que yo no conocía todavía: “Raw power”
de los Stooges y el primero de MC5. Así da gusto. ¿Qué será de toda esa gente?
Etiquetas: anti punk, hardcore punk, Losno Venta, memories of you, punk rock, rock (no punk), rock pichulero, supersordo
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