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viernes, marzo 20, 2020

Chile al día 


¿Han escuchado a Flipper, interpretando “Sobrevivientes de la plaga”? Del álbum Gone Fishin´, de 1984.

¿O a Esplendor Geométrico con “Chile al día”? Incluido en Live in Utrecht, de 1989.

Entre la rebelión iniciada en octubre y la catástrofe global del coronavirus se me había olvidado completamente referir aquí dos artefactos musicales recientes:




Manual de Combate, “Mapas auténticos del mundo imaginario. Mapas imaginarios del mundo real”. Son los temas que la banda ha hecho desde que existe como cuarteto, o sea, enero/febrero de 2019, aunque hay que señalar que por sobre todo ese trabajo netamente instrumental, a posteriori fueron agregados textos en voces habladas y/o cantadas, y que le dan un contexto bien diferente a la existencia de los mismos temas tal como se expresa en ensayos y conciertos. Se grabó en un día en la sala de ensayó en casa Brasil, y se mezcló en Buenos Aires por Nahuel y se masterizó en Barcelona por el doctor Gomberoff. A veces lo escucho y me gusta caleta, y otras veces no tanto o casi nada, pero siempre es así cuando uno está involucrado en un artefacto músico-político-sensorial.


Además, un caset compartido con Siwomat, desde el continente europeo. El lado MDC consiste en el tema final de Mapas: Aparcoa, una especie de homenaje a Victor Jara y su conjunto, desde un lenguaje musical que no sabemos qué le hubiera parecido al homenajeado. En todo caso, VJ no tuvo problemas en incorporar a los Blops con su guitarra eléctrica, en una época en que la prensa de izquierda odiaba a los Jaivas por considerarlos unos jipis culiaos alienados y alienantes. A control de cuadros!
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No recuerdo si ya mencioné que salió durante febrero el segundo número del boletín de reflexiones sobre la revuelta Ya No hay Vuelta Atrás. Dos textos en esta ocasión: uno sobre el proletariado juvenil, y el principal, sobre la revolución que comienza.

Ambos fueron traducidos al inglés por:

Vean también su edición en inglés de los 11 comunicados de Evade Chile.



A Gustavo Rodríguez no le gustó mucho el N° 1. Pero lo leyó enterito junto a otro material que calificó de “Llamamientos y propuestas panfletarias” y lo criticó en la tercera (y última) Carta a un chileno, en estos términos [Lean las tres cartas, es un ejercicio algo extraño pero vale la pena (por cierto, no sabía que había una sección del GCI en Chile)]:

Justo desde este nuevo epítome, los leninistas extraparlamentarios han comenzado a impulsar las llamadas “asambleas territoriales” en un ensayo más por recuperar –en términos político-ideológicos– la (hasta ahora incontrolable) insurrección, ensayando un confuso guión con afinados matices demagogos que pone de manifiesto la poca recepción de su soflama entre las y los jóvenes protagonistas de la revuelta, evidenciando el nulo arraigo del marxismo leninismo en el nuevo no-sujeto subversivo (imposible de sujetar) que hoy incita a la insurrección a lo largo de la geografía chilena y, la urgente necesidad de camuflaje: la inmemorial estrategia del lobo disfrazado de abuelita asechando a Caperucita.

En este mismo tenor, reaparecieron en escena, los “marxistas revolucionarios”, autodenominados “comunistas internacionalistas”, aportando sus elucubraciones al groucho marxismo posmoderno. Y, como era de esperarse, no escatimaron a la hora de rechazar la  farsa constituyente y reafirmar su repudio a toda la pestilencia parlamentaria, denunciando, de paso, el histórico oportunismo de los bolcheviques chilenos. Sin embargo, corroboraron coincidencias en torno a las llamadas “asambleas territoriales” promoviendo su proliferación.

Con tal objetivo, pusieron en circulación un nuevo comic intitulado “Ya no hay vuelta atrás”[8], editado a la sazón por el Grupo Comunista Internacionalista (GCI), que no ha dejado de sorprenderme por el estratégico reacomodo semántico del discurso en su reiterado afán de reclutar incautos en tiendas anárquicas.

Vale señalar el superlativo cinismo con que ha sido redactado el panfleto en cuestión, donde además de reconocer que «la rebelión del 18/10 fue espontánea, popular, masiva y anárquica» llegan a admitir, sin aparentes cortapisas, que «en esta nueva oleada global de rebeliones contra el sistema de dominación las insurrecciones ya no tienen por horizonte una “conquista del poder” (como se entendía desde las revoluciones burguesas: mediante la captura del poder estatal), sino que son verdaderas “insurrecciones permanentes” que desafían al poder»[9].

[¡Waooo! ¿dónde quedaron las tesis de orientación programática y aquel anhelo de instaurar la Dictadura del proletariado para la abolición del trabajo asalariado? ¿acaso abandonaron el dogma de la religión fundada por el mayor de los hermanos Marx y abrazaron entusiastas el desparpajo iconoclasta de Bakunin? ]

Ya ni mencionar la fastuosidad con que remarcan las  diferencias entre «las revoluciones burguesas» y, «las verdaderas “insurrecciones permanentes”», echando mano de las teorizaciones contemporáneas del informalismo anárquico que tanto han criticado  durante la última década[10].

Pero, lo que más me asombró del nuevo panfletillo del GCI, fue la reconceptualización que hacen de la idea de “clase”, introduciendo la noción de «clase/especie»[11] en un intento desesperado –e increíblemente arbitrario– de subsumir dentro del concepto “proletariado” a toda la especie humana[12]. Aunque tampoco podemos soslayar el conveniente reajuste teórico que innovan en derredor de “la revolución social» como «una posibilidad para la humanidad de reconciliarse consigo misma, con los otros animales y con la naturaleza»[13], en guiño desvergonzado a los partidarios del Frente de Liberación Animal (ALF) y al anarco-ecologismo radical nucleado en derredor del Frente de Liberación de la Tierra (ELF); ambas posturas muy criticadas en el pasado por este grupo marxiano que atribuía una “visión ideologizada”, propia del “desviacionismo pequeñoburgués”, a estos colectivos en lucha por la Liberación total y contra la domesticación de lo salvaje.

Pese a la absoluta desfachatez de su nuevo discurso cazabobos, lo verdaderamente preocupante es la evidente concomitancia de todos los clanes de ascendencia marxiana en torno al desarrollo de las “asambleas territoriales” como vehículo eficaz para la resolución de problemas y tareas (de “orden práctico”) de cara al futuro comunizador:

«lo que tenemos claro es que las asambleas territoriales son órganos creados a partir del 18 de octubre por las comunidades en lucha. Nuestro lugar es ahí, donde tendremos que por una parte discutir abiertamente con quienes abrazan más o menos conscientemente posiciones institucionalistas y socialdemócratas, que se expresan hasta ahora en un sentir mayoritario a favor de un “proceso constituyente”.»

«Pero no se trata sólo de eso: el mayor potencial de las asambleas territoriales, en la medida que mantenga su autonomía, actuando desde afuera y contra el Estado, tiene que ver con cuestiones y tareas de orden práctico (auto-defensa, alimentación, comunicaciones, cuidado de niñxs y adultos mayores) que habría que empujar hacia sus límites para poder plantear a partir de ellas los objetivos comunizadores.»

«Las asambleas son el espacio desde el cuál pueden surgir nuevas formas de relación social, que superen y manden al basurero de la historia a las relaciones sociales capitalistas. Se hace necesario coordinarlas a todas.» [14]  (Subrayados míos).

Y ya que estoy encarrilado en esta reseña crítica de la producción panfletaria[15] en el ámbito de la insurrección en la región austral, lamento no poder incluir en este texto el análisis de los neoblanquistas. Me comentan –algunos enterados– que el folletín del Comité (Central) Invisible sobre los acontecimientos en Chile, aún se encuentra en preparación. Todavía no están listas las acostumbradas traducciones simultaneas. Así que habrá que esperarse; aunque no se requiere demasiado ingenio para vislumbrar el total apoyo a las “asambleas territoriales” por parte de los adalides invisibles en su avidez  “comunizadora”.


Notas:

[8]Grupo Comunista Internacionalista (GCI), Ya no hay vuelta atrás, Boletín de reflexiones en torno a la revuelta, Número 1, diciembre 2019.
[9] Ibídem.
[10] Vid., Proletarios Internacionalistas, Crítica de la ideología insurreccionalista,  Ediciones Comunidad de Lucha, 2012.
[11] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[12] Resultan insuficientes la incorporación y el auxilio teórico de categorías incluyentes que resuelvan las limitaciones y estrecheces de la visión marxista. Nos queda claro que el Poder y la dominación política son anteriores a la explotación económica en cualquiera de sus definiciones. Precisamente por eso, la guerra antiautoritaria, y no la de clases (es decir, la lucha permanente contra el Poder y la dominación), ha sido el motor de la historia. Esa es la tesis fundacional del anarquismo y el meollo de su cuerpo teórico-práctico, asumiendo la Anarquía como praxis de enfrentamiento permanente contra el Poder y no como expresión radical de la lucha de clases.
[13] Op.Cit., GCI, Ya no hay vuelta atrás.
[14] Ibídem.
[15] A propósito de la producción panfletaria en la región chilena en derredor de la insurrección generalizada, no puedo pasar por alto otro baldón de pretendida manufactura “ácrata” que ha provocado (desde la primera página) todo mi asombro. Se trata de una butifarra a mitad de camino entre la literatura de ficción (las historietas de zombis) y el revoltijo ideológico de la nomenclatura “anarco-leninista” contemporánea. Este engendro, cargado de conspiraciones paranoicas en la misma tónica del Nostradamus bolivariano (senador Navarro), está firmado por los Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana y, definitivamente, requiere el concurso de nuestras modestas reflexiones pero, de momento, seguiremos debiéndonoslo por lo que queda pendiente un texto mucho más extenso con estas intenciones. Vid. “Sobre fantasmas insurreccionales y banderas falsas”, disponible en: //vozcomoarma.noblogs.org/files/2019/12/Fantasmas-Insurreccionales-Lectura.pdf (Consultado 11/02/20).

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ALBUMS DEL VIERNES POR LA MAÑANA:

-Nick Drake, Luna rosada
Lástima que usaron el tema Pink Moon para una propaganda de autos caros. Nick era excesivamente tímido y no conoció nada similar al "éxito” en su corta vida.

-My Bloody Valentine, No es nada
Opacada por al álbum Loveless que tanto se admira. Noise pop.

-Kraftwerk, Radioactividad
Impresionante cuando usan el tema de inicio dentro de la película “Ruleta china”, de Fassbinder.

-James Brown, Aquí está
Curiosamente, compré este disco tras peinar una disquería en un shopping en Montevideo, junto a Claudio Nash (íbamos junto a un tercer colega como monitores a un curso de Unicef). Él llevó un CD de Diana Krall.

James Brown chilla más áspero que un saxo tenor, y mi hijo lo imita a la perfección.

-Marine Girls, Lazy ways
Recordaba que en la saga post Young Marble Giants estaban las Marine Girls, y que algo tenían que ver con la chica que cantaba en Everything but the Girl.

Kurt Cobain anotó entre sus bandas y albums y canciones favoritas a las MG con In love/Lazy ways, y explorando en la web encontré ese excelente álbum de media hora…y buenos temas de EBTG hacia 1983 como “On my mind”. Hermosas y frágiles canciones de dormitorio para abrigar el alma. Es bueno escuchar a los Young Marble Giants y su breve pero monumental obra. También a las Marine Girls. Por supuesto que existe una Peel session. Esto es lo más extremadamente opuesto al rock pichulero.

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