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miércoles, marzo 18, 2020

LAS SIETE DIFERENCIAS: “PRIMERA LÍNEA” VERSUS “VANGUARDIA” 

                                                                  (Primera Línea en los cerros de Valparaíso)

1.- La “Primera Línea” no es una organización estable ni formal. Fue un fenómeno espontáneo que se produjo cuando cientos de personas se dieron cuenta de que había que ejercer la auto-defensa en contra de las arremetidas de las fuerzas represivas, muchas veces contrarias a sus propias regulaciones y protocolos, para de ese modo permitir el derecho de manifestación de cientos e incluso miles de personas. Esa ha sido y sigue siendo su única finalidad.

La autodenominada “Vanguardia” en cambio surgió cuatro meses después de la revuelta de octubre, como una organización explícitamente convocada por sectores de extrema derecha y filo-fascistas para combatir en las calles a la Primera Línea y a los antifascistas, pretendiendo a la vez dar protección ante posibles ataques a los manifestantes por la opción del Rechazo a una Nueva Constitución en el barrio alto. Su nombre surgió de una ficha de inscripción distribuida por el grupo Capitalismo Revolucionario, donde daba como alternativas para nombre “Vanguardia” o “Hawker Hunter”.

2.- Mientras la Primera Línea se organiza espontáneamente y lo que busca es contener los avances represivos de la policía, la Vanguardia es una organización estable, con líderes y financiamiento (vía donaciones), y lo que busca es organizarse para realizar incursiones y agredir a quienes identifique como posibles antagonistas (manifestantes por el Apruebo, “antifas”, periodistas que perciben como “progres”, etc.).

A pesar de los esfuerzos de la prensa oficial y varios sectores políticos para presentarla como una verdadera organización, para así poder criminalizar a sus “integrantes”, además de intentar vincularla con saqueos y otros delitos que no necesariamente están vinculados a su accionar, el fenómeno de la Primera Línea se ajusta mejor al concepto de Zona Temporalmente Autónoma, acuñado en su momento por el anarquista norteamericano Hakim Bey en 1991: una comunidad de lucha que se expresa en un territorio/tiempo en que se elude o evade el sistema de control social.

La Vanguardia en cambio es una simple patota, que en su accionar imita a grupos de ultraderecha de los años 70, y las “barridas” de los grupos neonazis.

3.- Incluso el Presidente de la Corte Suprema tuvo que declarar tras el show represivo de la detención de medio centenar de “integrantes” que: “El formar parte de la primera línea o integrar una primera línea no es un delito. Si los integrantes de la primera línea roban, saquean, destruyen... esos hechos sí son constitutivos de delito”. A pesar de eso, la Corte de Apelaciones de Santiago por 2 votos contra 1 decidió dejarlos en prisión preventiva, aunque los delitos imputados (desorden público y barricadas) no ameritan penas de cárcel efectiva.

Curiosamente, los integrantes de la Vanguardia se han dedicado a marchar encapuchados, con escudos, exhibiendo armas como bastones retráctiles, armas blancas, gas pimienta, además de banderas (incluyendo nazis y confederadas), lo cual de por sí ameritaría a lo menos controles de identidad del artículo 85 del Código Procesal Penal, y han agredido físicamente a quienes se manifiestan en contra suyo.

Al inicio la policía hizo la vista gorda, pero el sábado 7 de marzo fue más allá: dejó actuar y dió protección a esta patota, que se dedicó a propinar numerosas y cobardes golpizas contra personas solitarias, incluyendo al periodista Rafael Cavada, a quien le partieron la cabeza mientras le gritaban “¡habla ahora pos maricón!”.

Posteriormente se supo que la Vanguardia arma sus escudos y guarda sus pertrechos en una sede de la UDI en calle Bulnes 80, y los traslada al barrio alto los días sábado en camiones de Carabineros.

                                                                (Fascistas de la "Vanguardia" en Las Condes)

4.- A pesar de ciertos mitos y/o prejuicios que señalan que la Primera Línea se compone básicamente de sujetos marginales, y que en contrapartida a detractores ven pura y simple delincuencia algunos de sus admiradores han esgrimido e idealizado la imagen de niños del SENAME y otras víctimas del sistema, lo cierto es que no se trata de una sola línea sino que de varias [1], desde los escuderos y pirquineros hasta músicos y rescatistas, y además es un espacio en que confluyen hombres y mujeres de distintas edades, disidencia sexual, adolescentes e incluso niños. Además se mezclan ahí la juventud marginal y poblacional con estudiantes y profesionales, la diversidad sexual, distintas barras de fútbol, anarquistas y sectores de la extrema izquierda [2].

La Primera Línea existe en distintas ciudades, no sólo en Santiago, y en cada lugar su composición y formas de acción registran algunas variaciones importantes.

La Vanguardia en cambio parece ser una mezcla de juventud ABC 1 (“zorrones” neoliberales) con autodenominados “fachos pobres” (sujetos abiertamente desclasados), ultraderechistas venezolanos (¡ahí se suaviza el discurso antimigrante de la derecha chilena!). Es decir, se trata de una alianza entre quienes defienden abiertamente sus privilegios socio-económicos, con quienes proviniendo de sectores no privilegiados adhieren al anticomunismo visceral propio del pinochetismo tradicional y renovado.

Hasta ahora sólo se les ha visto marchando en las comunas de Vitacura, las Condes y Providencia.

5.-  Mientras la Primera Línea es un caos organizado, horizontal y rizomático, donde puede participar cualquiera que se anime a hacerlo, la Vanguardia tiene un sistema vertical de reclutamiento y afiliación, constituyendo de hecho un grupo con pretensiones para-policiales, que incluso sería posible encuadrar en las “milicias privadas” o “grupos de combate” que penaliza el artículo 4 de la Ley de Seguridad del Estado.

Basta con comparar los escudos autogestionados de la Primera Línea, cada uno con un diseño único, en que los se vuelca la creatividad individual y grupal de distintos sectores del pueblo en lucha, con la uniformidad oscura y aséptica de los escudos de la Vanguardia, todos iguales unos con otros y sin huella alguna de creatividad individual ni grupal.

6.- Mientras el conjunto de los manifestantes en Plaza Dignidad y en otros puntos del territorio valoran, apoyan y/o eventualmente hacen parte de su Primera Línea más cercana, la presencia de grupos de choque de extrema derecha en las manifestaciones del barrio alto ha causado críticas y rechazo incluso en los defensores de la Constitución pinochetista/guzmaniana.

Así es como Gonzalo de la Carrera manifestó a El Mercurio hace poco que marchas no se justifica la presencia de encapuchados en las marchas por el Rechazo, que no se requieren grupos de choque (dado que cuentan con la protección de Carabineros) y que desde la derecha no deberían incurrir en lo mismo que han criticado.

7.- En conclusión: la Primera Línea representa y ejerce una forma de “violencia fundadora”, basada en el derecho de rebelión y que apunta a una forma distinta de organizarse y accionar política y socialmente. En ese sentido su organización informal y horizontal prefigura el tipo de sociedad liberada a la que apuntan los distintos movimientos emancipatorios.

La vanguardia de la retaguardia es pura “violencia conservadora”, una de las últimas línea de defensa del orden capitalista neoliberal existente (detrás de la prensa oficial, policías y militares). Constituyen una muestra palpable de la curiosa amalgama que es el “fascismo neoliberal”.




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