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lunes, abril 13, 2020

"Visible lo invisible" x Monki (Prius discos, 2020). 




MONKI LP: VISIBLE LO INVISIBLE, PRIUS DISCOS.


Nunca olvidaré el momento exacto en que apareció el amigo Monki en mi vida: octubre de 1997, en la casa en el barrio Palermo en que nos quedamos después del concierto de Disturbio Menor, Ácidos populares y Fun People en All Boys. Al levantarnos con Mogles (batería de DM, Donfango, Intimate Stranger) aparece este personaje que no habíamos visto hasta ese momento de nuestra aventura trasandina, nos saluda alegremente y nos pregunta si queríamos ir con él a comprar “facturas” para desayunar. No teníamos idea de qué era eso: para nosotros las facturas son un tipo de boleta.

Fuimos, conversamos, desayunamos, nos encantaron los dulcecitos, y poco después lo volví  a ver en un legendario concierto en el club Continuará…al frente de la formación Delmar, junto a Eterna Inocencia y un par de bandas más. El slam/pogo era tan alegre y entusiasta que incluía pasos de tango por un piso completamente mojado por sudor y condensaciones varias de fluidos corporales: calor humano, que le llaman. Nunca olvidaré como podía patinar en el suelo bailando con varios amigos mientras Monki agarraba su termo con café negro y arremetían con “Pervert” de los Descendents. Una imagen de felicidad pura.

Nunca dejé de estar en contacto con él, tomando nota de sus diversos proyectos musicales posteriores: 7 Magníficos,  Camuflaje, Tildaflipers, varias formaciones más, y ahora es primera vez que lo escucho en su faceta solista. Además hay que destacar la labor (fea palabra pero no se me ocurre otra) de Monki a nivel gráfico, destacando su excelente fanzine Escena Obscena, y la enorme y hermosa colección de afiches editada por Tren en Movimiento titulada “Canción del cardumen rancio”.

El lenguaje musical de Monki es el dub puro, con una sólida base instrumental en que hay bastante protagonismo de la melódica. Por alguna razón esta colección de temas me recuerda un poco el “Pick a dub” de Keith Hudson,  de 1974, que fue uno de los primeros álbum de dub (antes de eso el dub era más bien el tratamiento instrumental de un tema relegado al  lado B del single), y que tuvo un gran éxito en el mercado discográfico de Jamaica.  En ese disco está presente todo el rato la reconocible melódica del gran Augustus Pablo.

El disco comienza con “Entierro”, en que sobre una base de bajo de dos notas que pulsan como una arteria importante, una voz grave nos entrega un mensaje oscuro: “Hay un entierro hoy en el barrio, se fue un otario, magia y misterio no tiene horario”. Es gracioso pero no conocía la palabra otario, que en portugués designaría a un estúpido o tarado, hasta esta misma mañana, en que un brazuca respondió un comentario mío en youtube tratándome de otario. Mi comentario estaba hecho en la canción “El culo del mundo” de Caetano Veloso , donde habla de Brasil como una nación de linchadores de niños, y yo puse hace un año más o menos que el que comanda la tropa de linchadores ahora es el fascista Bolsonaro. Un sujeto me respondió: "SABE DE NADA, OTARIO”(en mayúsculas). Escuchando a Monki espero que su funeral sea pronto:

“Uno a uno/Vamos a  enterrarlos/¿Cuánto abuso vas a soportar? ¿No fue suficiente hasta acá? Cosas que no podes negar/Sube la caca /Un día te va a tapar”.

Y la mierda ya nos está tapando, con cerca de la mitad de la población mundial en cuarentena. Y antes de eso, en Chile todo estalló desde los subterráneos de Santiago el penúltimo viernes de octubre del año pasado. Nadie soportaba más, y una de las consignas espontaneas que más circuló fue: “No más abusos”. ¿En qué quedó toda ese energía de la revuelta? ¿Nada se pierde y todo se transforma?

Los temas que vienen son derivaciones en base a la misma insistente línea de bajo. En algunos se agregan voces, masculinas y femeninas, que flotan en el espacio recordando un poco ciertas grabaciones de los Tildaflipers.

“Collie Dub”, “Magia y misterio”. Se superponen voces y ecos de la melódica. Una pequeña pausa y vienen: “Una versión mejor”, “Siempre Dub”. El bajo se queda casi sol, y la superficie de la canción se queda como gradualmente derretida en distintas capas de sonido. Percusiones se acercan y se van. Toma cuerpo un pequeño solo de un instrumento de lengüeta que Monki una vez trajo a Chile y que entiendo sigue ahí en el Estudio Ercilla, la Black Ark porteña donde esto fue grabado.

“Versión visible”. El dub parece ser un mundo sonoro en que es posible “ver” el sonido, en sus distintas capas, superponiéndose y tomando turnos.  La vibración se siente en el cuerpo, se procesa en la mente, y hay partes visibles e invisibles dentro de la experiencia del sonido, que a veces queda completamente desnudo.

“Visible”. Al final, escuchar un disco como este es abrazar la luz del sol con todo el cuerpo para ir luego cerrando los ojos y aceptar la idea de que tenemos que volver a refugiarnos en esta oscuridad.



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