viernes, junio 12, 2020
"Ya es hora de que caigan con estruendo los ídolos de barro"
Eso nos decía hace un siglo José Domingo Gómez Rojas, fue replicado en la portada de Comunismo Difuso N° 1 hace una década, y ahora está ocurriendo en varias partes del mundo.
“Sea lo que fuere, los lugares no se yuxtaponen solamente en el espacio social en contraste con lo que sucede en el espacio-naturaleza. Se intercalan, se combinan, se superponen y a veces colisionan” (Henri Lefebvre, La producción del espacio).
No veía columnas de Karmy en El Desconcierto hace tiempo, y en cambio ví hasta del senador Huenchumilla (a quien una vez e pasé una copia de "Estruendo"). Y así me tope con el nuevo medio La voz de los que sobran. Va una columna de hoy:
“Sea lo que fuere, los lugares no se yuxtaponen solamente en el espacio social en contraste con lo que sucede en el espacio-naturaleza. Se intercalan, se combinan, se superponen y a veces colisionan” (Henri Lefebvre, La producción del espacio).
Boston y Miami
Una estatua de Cristóbal Colón fue decapitada en la noche del martes en
Boston, última víctima del movimiento que exige la retirada de estatuas que
consideran que simbolizan el racismo, reactivado por las manifestaciones tras
la muerte de George Floyd.
Otra estatua de Colón fue vandalizada en el centro de Miami, cubierta con
pintura roja y mensajes que decían “Nuestras calles”, “Black Lives Matter” (Las
vidas negras importan) y “George Floyd”, antes de que la policía hiciera varios
arrestos, según el periódico Miami Herald.
Además, haciéndose eco de las
protestas, la presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos, Nancy Pelosi, exigió que se
retiren del Capitolio once estatuas de confederados que se oponían al fin de la
esclavitud, en un momento de intenso debate tras la muerte a manos de la
policía de un ciudadano negro.
(Infobae, Furia contra estatuas de Colón: manifestantes decapitaron un monumento
del navegante en Boston y vandalizaron otro en Miami, 11 de junio de 2020).
Nueva York
La Policía de Nueva York tenía este jueves desplegado un operativo para
vigilar la icónica estatua de Cristóbal Colón que preside la rotonda conocida
como Columbus Circle, en una zona comercial de Manhattan colindante con Central
Park, tras los ataques a otros monumentos en EE.UU. con motivo de las
manifestaciones antirracistas.
Tras las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos
de un policía blanco en Minneapolis, algunos manifestantes en distintos puntos
del país norteamericano están derribando o vandalizando estatuas polémicas,
sobre todo de líderes confederados que apoyaban la esclavitud. No obstante, los
ataques también se están haciendo extensivos a las estatuas de Cristóbal Colón
y otros exploradores, en solidaridad con los pueblos indígenas y a medida que
el foco sobre la injusticia racial que han propiciado las protestas nacionales
por la muerte de Floyd incluye a otras minorías. A ese respecto, el gobernador
del estado, Andrew Cuomo, de ancestros italianos, afirmó hoy en una rueda de
prensa "entender los sentimientos contra Colón y respecto a algunos de sus
actos", si bien defendió que la estatua del explorador "representa el
legado y la contribución de los italoamericanos" al país, al ser
preguntado por la ola de vandalismo contra su figura.
(EFE/Emol, Policía de Nueva York vigila estatua de Cristóbal Colón tras
ataques en otras ciudades, 11 de junio de 2020).
No veía columnas de Karmy en El Desconcierto hace tiempo, y en cambio ví hasta del senador Huenchumilla (a quien una vez e pasé una copia de "Estruendo"). Y así me tope con el nuevo medio La voz de los que sobran. Va una columna de hoy:
6 TESIS DESTITUYENTES
Rodrigo Karmy Bolton
A Gonzalo
Díaz Letelier
1.- Aceleración. La irrupción del coronavirus no ha
sido el punto de partida de un cambio sustantivo, pero tampoco una permanencia
incólume del estado de cosas precedente, sino un movimiento de aceleración de
las tendencias inmanentes a las propias sociedades de control. En el siglo XXI
la aceleración actúa en base a dos momentos de shock: el primero, desatado el
11 de septiembre de 2001 con el atentado a las Torres Gemelas; el segundo
desplegado desde el 11 de marzo de 2020 cuando la OMS declara al coronavirus
una pandemia. El primero aceleró la mutación de los dispositivos securitarios
apegados a la “seguridad nacional” de los EEUU –la policía del mundo- y la
implantación de los estados de excepción en la forma de intervenciones y
presiones fácticas a nivel global; el segundo, aceleró la mutación de los
dispositivos bioseguridad apegados a la episteme biomédica y la implantación
global de los estados de excepción en la forma de cuarentenas. La aceleración empuja
la transformación del proyecto metafísico de la cibernética (proyecto milenario
orientado al gobierno de los cuerpos) cuya última forma se cristaliza en la
actual totalización prodigada por la racionalidad neoliberal.
2.- Guerra civil global: la aceleración mencionada
desencadena la guerra civil global en la que el enemigo resulta “invisible”
porque habita el interior del cuerpo estatal o el cuerpo biológico: del cuerpo
estatal se dice “terrorista” y pone en juego la trama securitaria; del cuerpo biológico
se dice “virus” y pone en juego la trama biomédica. Ni el terrorismo ni la
epidemia tienen un territorio preciso ni un horario particular: circulan en un
espacio global y en un tiempo absolutamente simultáneos. Con ello, no hay
“afuera” pues sea el terrorista o el virus hacen de los cualquiera una
potencial amenaza. Esta última no se encuentra “fuera” de los cuerpos
(estatales o biológicos), sino “dentro” de los mismos, estallándolos desde su
propio interior y prodigando así un gobierno “intensivo” o “capilar” sobre los
cuerpos. Se trata de una re-balcanización (Mbembe) o de una guerra civil
planetaria (Agamben) desplegada en una mirada de conflictos polidimensionales
(Galli) que estallan por doquier.
3.- El Globo no es Mundo: asistimos a una desmundanización
del mundo y a una globalización planetaria. Si en el mundo advienen otros, hay
superficie rugosa y la luminosidad es siempre opaca, en el globo no hay más
otros, toda superficie es lisa y la luminosidad redunda siempre transparente.
La aceleración del proyecto metafísico de la cibernética
intenta imponer al globo sobre el mundo situando la cuestión más grave y
decisiva de todas: la destrucción de la posibilidad de habitar de una vida
singular o, si se quiere, de la vida ética.
4.- An-arquía. El conjunto de intifadas (revueltas) a las que
asistimos a nivel planetario han suspendido el tiempo histórico deteniendo así
la velocidad de la aceleración cibernética. Exigen poner la intensidad de la
vida antes que la del capital y sustraer sus ritmos de los signos del poder.
Pero poner la vida antes que el capital no puede traducirse en una política
progresista neoliberal que restituya el humanismo ingenuo que administre la
maquinaria de guerra eficazmente acelerada por el fascismo neoliberal actual. Progresismo
y fascismo son dos rostros del proyecto cibernético al que no podemos sucumbir.
Las revueltas han ofrecido imaginación como aquella fuerza que posibilita
devenir otros de sí. Frecuentemente son incomprendidas por el orden que las
acusa de nihilismo y sin sentido. Pero eso es porque la fiesta de la
imaginación popular irrumpe irreductible al régimen cibernético que las había
apresado: si en su aceleración, este último nos priva de toda posible
temporalidad; en su violencia, la revuelta abraza un momento destituyente que,
al suspender la aceleración, regala a la multitud un tiempo “ahora” no medible
por las agujas del reloj ofreciendo así, la an-arquía de un
comienzo.
5.- Destitución. La Constitución de 1980 fue la
cristalización legal del proyecto metafísico de la cibernética que transmutó
desde la teología política nacional-católica hacia la teología política
neoliberal para hacerse más eficaz en el gobierno de los cuerpos e impedir la
explosión de imaginación. En sentido estricto, dicha Constitución es la
inversión de la Filosofía del Derecho de Hegel, pues, como
plantea su “artículo 1”, no pone al Estado como motor de la historia, sino a la
“familia” y a la “sociedad”. Al hacerlo así, esta Constitución golpea
ideológica y estratégicamente al marxismo soviético (que justamente había
pretendido invertir a Hegel) y, a diferencia de la Constitución de 1925 que, a
través de la idea de “desarrollo”, tenía la tendencia mínima de estatizar
la economía, la nueva Constitución, bajo la idea de “crecimiento”, termina
por economizar al Estado renovando así, las
técnicas pastorales de la cibernética, ahora, bajo la rúbrica neoliberal. El 18
de Octubre irrumpió como un virus en el cuerpo de dicha Constitución y la
destituyó completamente, volviéndola vigente pero sin significado.
6.- Forma
de vida. La potencia destituyente abrió a un proceso inédito en
los últimos 50 años, pero como revuelta, ella se mantiene –y se
mantendrá- irreductible a las posibles formas de traducción
cursadas, permaneciendo como un guardián frente a nuevas formas de hegemonía
posibles o, en su defecto, a la renovación del Pacto Oligárquico en un nuevo
texto constitucional. La revuelta ha sido un modo de habitar el mundo devastado
en el globo impuesto por la Constitución de 1980 que, de manera abyecta y
transfigurada (tal como pensaba Al Farabi respecto de la profecía), no reclama
una nueva fe prodigada por algún pastor, sino la afirmación de una nueva forma
de vida. Ella no está en un más allá, en un “ideal” a cumplir que nunca se
cumple sino, tal como insistía Marx, deviene monstruosamente en el “ahora” de
su cognoscibilidad.
Etiquetas: 2020 fin del mundo tal cual lo conocemos, a desmonumentalizar, psicogeografía, reflexión
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