sábado, mayo 29, 2021
DE GABRIELA MISTRAL A CLAUDIO ORREGO: LOS “HUMANISTAS CRISTIANOS” ANTE LA REPRESION POLÍTICA
“Menos cóndor y más huemul” (Gabriela Mistral)
El “humanismo cristiano” -que dice encarnar en Chile hasta
hoy el Partido Demócrata Cristiano- proviene de la evolución política que tuvo
en el período de entreguerras mundiales un sector de la juventud del Partido
Conservador. No deja de sorprender que a su vez, a fines de los 60, la juventud
DC se radicalizara por izquierda dando lugar a la formación de partidos como el
MAPU (del que derivó en los 80 nada menos que el Lautaro) y la Izquierda
Cristiana (que era el partido de Elizalde -jefe actual de lo que queda del PS-,
más o menos hasta 1989).
Hacia 1936, cuando esos jóvenes conservadores disidentes
fundaron la Falange Nacional, Gabriela Mistral era una de las principales
simpatizantes, como demuestra su correspondencia con Frei Montalva (1).
Pese a sus diferencias con el “extremismo de izquierda” -que repudiaba en todas
sus versiones, tanto como al nazi/fascismo (2)-
una anécdota de su paso por Magallanes revela su profunda humanidad.
Relatamos este evento de hace un siglo, para luego contrastar
su actitud con el comportamiento de uno de sus “nietitos” políticos: el actual
candidato a Gobernador de la Región Metropolitana, don Claudio Orrego.
1.- Punta Arenas, 1918
Tal como hoy, hace 100 años el país hervía en agitación
social y política. En el extremo austral los obreros de Puerto Natales se
alzaron en enero de 1919 contra de sus patrones –la Sociedad Explotadora de
Tierra del Fuego y sus capataces ingleses y alemanes-, en una gran insurrección
que fue reprimida con gran despliegue de fuerza policial y militar desde ambos
lados de la frontera chileno-argentina, y con muertos en las filas policiales y
obreras.
En esos parajes extremos de América del Sur Chile y Argentina
no están divididos por cordillera alguna, y tanto el territorio como su gente
se confunden, en una mezcla de orígenes y acentos, que en esos años implicaba
además la adopción de formas muy combativas de organización, con claro
predominio anarquista. Eran los tiempos de la “Patagonia rebelde”, descrita en el
famoso libro de Osvaldo Bayer que fue llevado al cine, y de la acción directa
de anarquistas como Severino de Giovanni y Simón Radowitzky al otro lado de la
cordillera de Los Andes, Efraín Plaza Olmedo y Antonio Ramón Ramón de este lado.
Simón Radowitsky, de origen ucraniano, ajustició al coronel
Ramón Falcón, bajo cuyo mando la policía había reprimido la manifestación del 1
de mayo de 1909 causando varios muertos y heridos, en lo que se ha conocido
como la “Semana Roja”. El 14 de noviembre del mismo año, en una acción
estrictamente individual, arrojó una bomba casera al vehículo en que iba
Falcón, causándole la muerte. Fue capturado tras dispararse al pecho y gritar
“Viva el anarquismo”. Por su acción fue encarcelado, y por temor a fugas se le
envió al presidio más austral del mundo, en la ciudad de Ushuaia, Tierra del
Fuego, donde el límite con Chile más que meramente administrativo es totalmente
imaginario: un conjunto de líneas casi rectas en un mapa.
Ignorando esas fronteras arbitrarias, hasta Ushuaia llegaron dos
anarquistas a rescatarlo en una pequeña embarcación el 7 de noviembre de 1918,
con la cual lograron llegar por el Estrecho de Magallanes hasta a Península de
Brunswick, donde fueron alcanzados cuatro días después por un barco de la
Armada. Fueron apresados pero Simón huyó a nado en esas frías aguas donde un
cuerpo humano no resiste muchos minutos.
En su fuga, Radowitsky llegó a la ciudad de Punta Arenas,
donde la represión militar de la creciente agitación obrera se había tomado las
calles. Toda la región era, a pesar de su extremo aislamiento, era uno de los
lugares de vanguardia del proceso de acumulación del capital, que poco antes y
como condición previa había aniquilado a la casi totalidad de las poblaciones
originarias (kawesqar, selk´nam y yaganes) (3).
Cabe destacar que el aparato represivo de esos años era
bastante original: no sólo las policías colaboraban con el Ejército y la
Armada, sino que se producía una combinación internacional de dichas fuerzas,
con incursiones del Ejército argentino en territorio chileno para colaborar en
la captura y ejecución de revoltosos, y con grupos de “patriotas” que en
colaboración con militares y policías realizaron acciones tales como el
incendio de la Federación Obrera el 27 de julio de 1920. Seis días antes en
Santiago una horda patriotera atacó el local de la FECH, dando inicio a una
fuerte represión policial y judicial contra estudiantes y obreros, producto de
la cual resultó muerto el poeta anarquista José Domingo Gómez Rojas.
Simón entró a un inmueble, que resultó ser el Liceo de Niñas,
cuya directora era Gabriela Mistral. El hecho es relatado por la pluma del
escrito magallánico Roque Esteban Scarpa en “Desterrada en su patria” (4).
Una síntesis de dicho relato la ofrece Ramón Arriagada en su libro sobre la
insurrección de Puerto Natales (5):
“Cuando dio con tierra
firme en la costa frente a Punta Arenas, Radowitzky llegó a una calle al
costado del Liceo de Niñas, sacó las últimas fuerzas y corrió hacia la última
puerta abierta que encontró. Una de las profesoras del establecimiento venía de
terminar las clases nocturnas de Educación Popular, vio pasear una sombra hacia
el pasillo del interior. Con temor se dirigió al corredor y encontró a un
hombre empapado; tembloroso, con tono desfalleciente, le pidió que lo
escondiera, ya que le estaba buscando”.
La profesora, Laura Rodig, al escuchar que se había fugado de
Ushuaia estuvo dispuesta a ayudarlo. Le solicitó a la directora que terminara
su clase y le explicó lo sucedido y su plan: “Pensaba vestirlo de mujer y
conducirlo a un lugar que recordó como posible refugio”. La respuesta de Gabriela fue clara:
“rotundamente le respondió ‘¡No! Ese hombre no sale a la calle. No sale al
peligro’. Sin haber hablado con él, Gabriela Mistral había intuido: en la
calle, estaban deteniendo a todos los transeúntes. No se trataba de un caso de
justicia común, sino un hecho de cierta trascendencia internacional”. Concluye
Scarpa:
“Corriendo todos los
riesgos, Gabriela lo amparó, sin preguntarle siquiera su nombre, que sólo supo
más tarde, por los comentarios de la prensa, cuando amainó la búsqueda, le
permitió partir”.
Simón fue recapturado y llevado una cárcel flotante, y luego de
regreso a Ushuaia donde se le mantuvo dos años en aislamiento solitario y con
media ración de comida y agua. La rabia estalló entre los obreros anarquistas
de Buenos Aires, donde una huelga en los Talleres Vasena deriva en una gran rebelión
con enfrentamientos. La represión dejó cerca de 700 muertos y decenas de
desparecidos en la llamada “Semana Trágica” (7 al 11 de enero de 1919),
considerada uno de los primeros procesos de terrorismo de Estado en Argentina.
El mismo Gobierno del radical Hipólito Yrigoyen condujo dos años después la
represión y fusilamiento de obreros en huelga en la Patagonia.
Finalmente Radowitsky abandonó el presidio al ser indultado
en 1930, tras 21 años de encierro, y expulsado a Uruguay. En 1936 se alistó en
las Brigadas Internacionales para combatir en la guerra de España.
Gabriela permaneció un tiempo más en Punta Arenas, donde su
amigo Julio Munizaga, abogado y poeta que la había acompañado a la “tierra sin
primavera”, se dedicó a la defensa de varios
de los obreros encarcelados por la insurrección de Natales, los últimos de los
cuales fueron liberados en marzo de 1923.
2.- Santiago, 2017
Un siglo después, un año antes de la “explosión feminista” y
dos antes del “estallido social” de octubre de 2019, el DC Claudio Orrego en su
cargo de Intendente Metropolitano se dedicó a reprimir duramente variadas
formas de protesta social que se estaban incrementando, y recurrió en varias
ocasiones al mecanismo de expulsar a ciudadanos extranjeros por su adhesión a
las ideas del anarquismo.
El Intendente Orrego se apoyó en informes policiales que
indicaban “participación en actividades anti sistémicas de la escena anarco-libertaria
de Chile” (6),
y dando aplicación al Decreto Ley N° 1.094 de la dictadura de Pinochet, que desde
1975 y hasta ahora regulaba la situación de los extranjeros en Chile (7),
dictó sendas órdenes de expulsión.
Este DL establece en su art. 15 N° 1 la prohibición de
ingreso al país de “los que propaguen o fomenten de palabra o por escrito o por
cualquier otro medio, doctrinas que tiendan a destruir o alterar por la
violencia, el orden social del país o su sistema de gobierno, los que estén
sindicados o tengan reputación de ser agitadores o activistas de tales
doctrinas y, en general, los que ejecuten hechos que las leyes chilenas
califiquen de delito contra la seguridad exterior, la soberanía nacional, la
seguridad interior o el orden público del país y los que realicen actos
contrarios a los intereses de Chile o constituyan un peligro para el Estado”.
El caso más conocido fue el del periodista italiano Lorenzo
Spairani, que estaba en Chile desde octubre de 2016 como becario de la Unión
Europea, trabajando con organizaciones
sindicales, y sufrió una “expulsión express” en febrero del año
siguiente, decretada por Orrego, que señaló que su participación en actividades
no especificadas por un Informe secreto, alteraba el orden social y ponía en
peligro al Estado de Chile. La PDI le notificó el decreto de expulsión en su
domicilio, lo detuvo en un cuartel, y en menos de 24 horas lo subió a un avión
con rumbo a Italia.
La Corte Suprema (Amparo Rol 7080-2017) declaró que la
resolución del Intendente Orrego carecía de “motivación fáctica, transformando
el acto administrativo en una mera afirmación de autoridad, sin respaldo, y sin
dar al afectado posibilidad alguna de ejercer sus defensas, lo que resulta
inaceptable en cualquier actuación de la Administración Pública”.
El recurso de amparo fue acogido, así como también otros
recursos presentados por ciudadanos argentinos, peruanos y ecuatorianos que
también fueron expulsados del mismo modo (8).
Colofón
Se aprecia un contraste profundo entre los dos momentos y
acciones que hemos referido: mientras Gabriela no vacila en arriesgar su
libertad y seguridad para salvar la vida del anarquista prófugo, a pesar de no
compartir su ideario ni acciones, al Intendente Orrego no le tiembla la mano
para aplicar la seudo-legislación de la Junta Militar de Gobierno para poder expulsar
ilegal y arbitrariamente a extranjeros que consideraba indeseables por sus
ideas y actividades anarquistas.
¿Qué pasó entremedio con los “humanistas cristianos”? Mucha
agua bajo el puente como para resumirla en este cierre, pero puedo dar fe de
que aún a mediados de los 80 existían muchos jóvenes DC que se unían sin
problemas a las juventudes de izquierda en la protesta contra la dictadura. Se
autodenominaban JDC-R (por “resistencia” o “revolución” (9)),
o “chascones”, por oposición a los DC “guatones” (conservadores y/o más
inclinados a la derecha).
¿Qué habrá sido de ellos después de 1988? ¿Se extinguieron
tal como las facciones más combativas de la Juventud Socialista? Es muy
posible. Mientras tanto, repitamos con Gabriela:
- cóndor (que el final es sólo un “buitre hermoso”, o sea un
carroñero)
+ huemul (animal que casi nadie en Chile ha visto, y que está
en serio peligro de extinción).
NOTAS:
1.- Richard Astudillo, “Gabriela Mistral y la Democracia Cristiana”, Tribuna
Pública, Melipilla, Abril de 2007, pág. 7. En: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-267245.html
2.- En una carta de 1940 se queja ante Frei, su amigo y abogado personal, de “venir
a parar en que no hallamos para salvarnos sino la receta nazi, o la fascista, o
la comunistoide, o la cavernaria, ¡cualquiera menos la propia!” (Memorias de
Eduardo Frei Montalva, Correspondencias con Gabriela Mistral y Jacques
Maritain, Planeta, Santiago, 1989. Citada por Astudillo). De todos modos, cabe destacar el carácter
corporativista de la Falange, con influencias de la Falange Española, y su
“tercer-posicionismo” que se refleja claramente en su símbolo: la flecha roja
atravesando dos líneas que representan la derecha y la izquierda.
3.- Ver: Mateo Martinic, “El genocidio selknam: nuevos antecedentes”, Anuario del
Instituto de la Patagonia, vol. 19, 1989/1990; Clara García-Moro,
“Reconstrucción del proceso de extinción de los selknam a través de los libros
misionales”, Anuario del Inst. de la Patagonia, Vol. 21, 1992; Alberto
Harambour, “Soberanía y corrupción. La construcción del Estado y la propiedad
en Patagonia Austral (Argentina y Chile, 1840-1920)”, Historia N° 50, Vol. II,
julio-diciembre 2017. Agradezco a Arturo Castillo Cabezas la recomendación de estos
valiosos materiales.
4.- Editorial
Nascimento, 1977.
5.- Ramón Arriagada, “La rebelión de los tirapiedras. Puerto Natales 1919”,
Ediciones Universidad de Magallanes/Editorial Fiordo Azul, Tercera edición,
2017.
6.- Sobre esta “escena” la policía chilena se viene explayando a lo menos desde los
tiempos del “Caso Bombas” (2009-2012).
7.- En
abril de este año se publicó la nueva ley de extranjería, N° 21.325, que está
en espera de la dictación de su Reglamento para entrar en vigencia.
8.- Ver, por ejemplo, el Rol 1919-2017 de la Corte de Apelaciones de Santiago.
9.- Sólo dos décadas antes Frei Montalva hablaba de una “revolución en libertad”.
Etiquetas: acumulación originaria del capital, anarquia, capitalismo y catástrofe, poesía, represión, solidaridad, tierra del fuego