martes, noviembre 28, 2023
El mundo que enterramos
Leyendo el libro de Bill Peel Esta noche es un mundo que enterramos. Black metal y política roja,
editado este año por Repeater de Nueva York, me encontré de entrada con esta
lista, antecedida de las siguientes palabras:
“Mucha gente no ha escuchado ni una sola canción de black
metal, y las descripciones escritas sólo pueden aportar parcialmente a entender
su sonido. Por eso he incluido una lista de diez álbumes que si bien espero que
no resulten necesarios para entender este libro, sin lugar a dudas aportarán a
ello. Es una lista que creo que da una visión amplia del sonido del black
metal. Muchos más álbumes son referidos y citados en el resto del libro”.
A continuación, el listado de Bill Peel, con algunos comentarios personales:
Blood, Fire, Death – Bathory
Llama la atención que haya escogido ese álbum de Bathory, y no el primero. Pero no importa: hasta ahí los discos son intachables y ofrecen black metal de la primera oleada, ochentera, muy influyente en la segunda que toma forma en la década siguiente. Cabe destacar que esos caballos que se oyen al inicio están tomados de Cónan el bárbaro (no confundir con el perro de Milei) y que fueron usados a su vez por Sunno))) en “Life Metal”, como homenaje a Bathory.
Stephen O´Malley de Sunno))) explicó en entrevista con Bardo Methodology:
"Between Sleipnir´s Breaths" usa como texto un remarcable poema pre-Azteca en que su autor -un guerrero, filósofo y hacedor de reglas del siglo XV conocido como Nezahualcotl , coyote hambriento- elocuentemente enfrenta la cuestión de si "¿Realmente vivimos en la Tierra?". El título, con reminiscencias nórdicas, es confuso al inicio, pero adquiere más sentido después de oír la intro, que incluye sonidos de caballos que tomamos prestados de Bathory, "Odín cabalga sobre las tierras del Norte. Como indica la mitología, esos sonidos a su vez fueron tomados de Cónan el bárbaro".
Ah: volviendo a Bathory, este album es de 1988. Buen año: cumplí 17 y entré a la Universidad, pero no escuchaba Bathory, escuchaba Magma y Gong, y de ahí, Henry Cow, Can, Faust, Pere Ubu, los Residents y Etron Fou Leloblan. Disculpen que me extienda tanto en cosas que no tienen nada que ver con Sangre, Fuego y Muerte.
A Blaze in the Northern Sky – Darkthrone
Con Darkthrone es difícil escoger un solo álbum de su era unholy black metal. Como es sabido, la banda partió con un primer álbum (“Soulside Journey”) bastante bueno, en que practican algo así como un death metal técnico con influencias progresivas. En el proceso de ensayos para un segundo álbum, Goatloard, se sienten poseídos por el black metal (¡a quién no le ha pasado!) y dejan el álbum abandonado, a medio hacer, tomando algunas partes y riffs para crear el majestuoso “A blaze in the northern sky”.
Unos años después Fenriz completa el Goatlord, metiendo voces con efectos y algunos vocalistas invitados: el resultado es bastante interesante, aunque a muchos dogmáticos del BM no les gusta. Y hace menos tiempo, finalmente editaron el Goatlord (Original), que serían las grabaciones de los ensayos: muy interesante también en sí mismo, y para apreciar la curiosa evolución de esta banda, que después de obras maestras de mediados de los 90 como “Under a funeral moon”, “Transilvanian Hunger” y “Panzerfaust”, ya entrando en el nuevo siglo se aventura en una mezcla de punk rock con heavy metal que denominan “black and roll”, y que no ha cesado de modificarse hasta ahora, creando una especie de mega metal con influencias de distintos estilos y por sobre todo del sonido del metal que todos disfrutábamos hacia 1985.
Hace unas semanas llegué a casa de noche y mi hijo que estaba escuchando música en su pieza salió y me dijo: “Papá, tienes razón: Funeral Moon es mejor que Transilvanian Hunger”. El problema es que días después concluí que el mejor de todos es Blaze. Pero luego he seguido cambiando de opinión y decidí que lo mejor sería, en estilo noventero, meter Blaze/Funeral en los dos lados de un caset de 90 minutos, y en otro poner Transilvanian/Panzerfaust. Quedarían dos artefactos perfectos. Ah: y en una tercera cinta, metería Soulside y Goatlord (¿pero en cual versión?).
De Mysteriis Dom Sathanas – Mayhem
Es obvio que ese es al album de Mayhem que debe estar en cualquier lista básica y en el Bibliometro (O Discometro, que debería existir algo así, no?). Según los diccionarios, violencia, extremo desorden, caos…Pocas veces un nombre fue tan merecido: la banda noruega es conocida a nivel mediático mundial por un suicidio (el vocalista Dead) y un homicidio (el bajista Vikernes asesinó a puñaladas al guitarrista Euronymous en el departamento de este último el 10 de agosto de 1993). En este álbum dedicado a la adoración de Satanás publicado en 1994 la banda alcanza su “maduración” como emblema del inicio de la segunda ola de black metal,- a mi juicio, la primera que es totalmente consciente de haber generado una escena o corriente aparte del resto del metal (thrash y death quedaron corriendo en otras pistas)-. Además, no sé cuántos discos tienen en su sonido la tensión que significa un instrumento que literalmente aniquiló a otro (en este caso, bajo versus guitarra). La banda sigue tocando, y uno de sus últimos discos contiene excelentes covers de bandas punk como Dead Kennedys, Discharge, Ramones y Rudimentary Peni. No conozco bien su obra como para evaluarlos en serio, pero el demo previo a DMDS “Deathcrush” (1987) es una maravilla. Dado que la banda se formó en 1984, la verdad es que son ellos la conexión entre la primera y la segunda ola. Hail.
(NOTA:
Hvis Lyset Tar Oss – Burzum
1994: ese mismo año en que gasté gran parte del tiempo en la vecina Suecia, se editó en Noruega “Si la luz nos lleva”, de Burzum, “banda solista” del infame Vikernes -que antes había estado en bandas como Old Funeral y Satanel con gente tan emblemática y adolescente como Abbath (de Immortal)-.
Un año antes, el adolescente Vikernes se destacó por el lamentable asesinato ya mencionado, y hacia el 94 entiendo que ya estaba preso por eso. Además fue declarado responsable de la la quema de varias iglesias cristianas (not bad): fueron alrededor de 50. Además, luego destacó por su apología del fascismo y defensa de un racismo nórdico pagano. ¿Les suena?.
Nunca quise escucharlo ni menos tener un disco suyo en mi colección. Pero por culpa de Bill Peel y de mi hijo tengo este disco acá a mano y no he parado de escucharlo desde el domingo recién pasado (hoy es miércoles y son las 17:48).
Culpa de Peel porque lo puso en su listado, y como estoy tratando de escribir un libro sobre el Metal Oscuro, en tanto investigador medianamente serio no podría sino hacer acopio de estos materiales para analizarlos. Y culpa de mi hijo, porque cuando fuimos a almorzar al Persa Biobío el domingo no llevé los lentes que ahora necesito para poder mirar de cerca -y por ende leer-. Así que al divisar este CD en un puesto se lo pasé para que lo examinara someramente. Y me dijo: “Parece ser una edición conjunta entre un sello inglés (Misanthrophy) y uno noruego (Cynophane). OK. Super legítimo, ja. Vienen las letras, pero en noruego. Está bien. Yo que tú lo llevaría”. Lo más raro es que el CD dice ser de 1993. OK. Legítimo a cagar. Pero se ve bien y suena bien.
Y acá estamos. Esperen, le daré play otra vez.
En todo caso, se sabe que fue grabado en 1992. Se compone de 3 canciones y un instrumental. Las canciones son parcialmente atmosféricas, y en otras partes aparecen unos riffs simples y efectivos que se quedan pegados en la cabeza por harto tiempo. En el tema dos se incursiona en el estilo de monotonía rítmica y armónica que Darkthrone llevó a la perfección en Transilvanian Hunger (TH para los amigos), llegando casi al territorio del ecstatic drone en base a mantener por varios minutos un solo acorde, y en el tercero alcanza la mayor velocidad (que nunca es mucha en este estilo), a la vez que unas disonancias que hasta me recuerdan un poco algo del no wave. El instrumental en teclado del final del disco es horrible: Vangelis en pasta base. Pero como reposo del unholy depressive micro & macro fascist BM de la media hora previa, no viene mal.
En fin, si van a tener un solo disco de NSBM (*), bien podría ser este.
Mañana prosigo. Boa Noite.
...
Ya: no me van a creer, pero escuché de nuevo el disco paseando al perro y yendo con él a cargar las tarjetas BIP en el metro más cercano. No sé donde saqué eso de elementos "no wave": el no wave es una forma bastante caótica de ruido punk, y el sonido de Burzum es más bien desastroso, pero ordenado. En verdad, creo que tiene más influencias de The Cure, por extraño que parezca, sobre todo en el tipo de teclados a lo "Funeral Party" que Vikernes usa en el primer tema. A ese teclado minimalista le llaman "atmosférico", pero en verdad no creo que de para tanto. Se trata de líneas simples pero prominentes, que ordenan el tema en unas cinco o seis partes, alternando las partes más ambientales con las más pesadas. Y entremedio, los gritos desgarradores del susodicho, aparentemente muy dañado desde adolescente por el estado de bienestar escandinavo, JRR Tolkien, y el paganismo nórdico.
Ah: creo haber escuchado en El Sauna del Hype que a Vikernes en efecto le gustaba The Cure, que justo hoy toca en Chile, o más bien, lo que queda de Los Curaos, teloneados por puras bandas de mierda, tan pero tan como la callampa que prefiero ni nombrarlas..
*: National Socialist Black Metal
Dead as
Dreams – Weakling
Uno de los mejores álbums que he escuchado en mi vida. O sea, en harto tiempo. BM americano, o sea "transcendental" en vez de "hiperbóreo". Mañana o pasado lo comento más en detalle si Dios y el Diablo quieren.
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En un texto de Kez Whelan sobre Panopticon (banda que Peel no incluyó en su lista, aunque la refiere bastante a lo largo de su libro) se menciona que las primas bandas del Black Metal gringo (USBM) como Krieg y Judas Iscariot estaban demasiado influenciadas por el modelo escandinavo, y que eso fue así hasta que apareció este testamento: el album debut de Weakling, que en el año 2000 "puso realmente el black metal americano en el mapa, un album que introdujo una forma de sonar más densa y elaborada del gpenero, que sentó las bases para lo que a fines de los 2000 hicieron bandas como Wolves in the Throne Room, Krallice y Ash Borer, entre otras".
La verdad es que ya antes la banda Von (de San Francisco, formada en 1989) había puesto al USBM en el mapa, con un sonido que también se podría decir era más denso y elaborado que los imitadores de los noruegos, y que por lo que he podido escuchar me parece que se acerca un poco a sonidos industriales gringos como los de Factrix (también de SF, formados hacia 1978). Y tampoco podríamos olvidarnos del original sonido de Profanatica (formada en NY en 1990).
Pero sí: tienen razón. Este tipo de sonido es bien diferente al de sus contrapartes escandinavas, y abre el camino a la aparición de bandas que trabajan en una zona limítrofe entre Black Metal e Industrial, pero también con el llamado Post Rock, shoegaze, noise y varias otras mezclas. De hecho, no es casual que el nombre de la banda Weakling haya sido tomado de una canción de los primeros tiempos de los Swans: banda inclasificable que podría ser vista como noise/no wave/ambient o folk oscuro. La etiqueta da lo mismo: lo que importa es cómo ese mar de ruido comprime tu cráneo.
Two Hunters –
Wolves in the Throne Room
Me demoré un poco en escuchar esta obra y finalmente la escuché el viernes 8, que fue feriado por algo relacionado con la Virgen del Carmen, santa patrona del Ejército de Chile, vencedor/jamás vencido. Tenía la tremenda resaca: la noche anterior me visitó un viejo amigo, otro blackened punk (estamos de moda), y mientras él bajaba dos o tres pilseners yo me bebí dos botellas completas de espumante brut. Así y todo, y sin darme cuenta de que la resaca iba empeorando cuantitativa y cualitativamente a medida que se iba acercando el mediodía, puse este disco y me pareció hermoso, maravilloso, un alivio a todas mis miserias.
La última canción ("Voy a dejar yacer mis huesos entre las rocas y las raíces") dura 18 minutos y tiene una línea de "tremolo picking" tan bonita y memorable que me la tuve que aprender en bajo y no me abandona hasta ahora.
El fascista ("nacional-anarquista") Famine, de la banda francesa Peste Noire (muy amigos de los nazis del Batallón Azov y Militant Zone) dice que Wolves no pueden ser black metal si están por "la igualdad entre los seres humanos".
Écailles de Lune – Alcest
El Niño dice: "Papá, esto no es black metal".
Y el Padre responde: "THAT´s right, the mascara snake: This is dizke Post black metal".
Paracletus –
Deathspell Omega
Este es el Testamento del BM de lo que va del siglo XXI. Y era la última parte de una trilogía. Otro día les cuento más. Recién estoy asimilando la trilogía completa.
--
Mi hijo me preguntó hace poco: “Papá, ¿tú crees que cuando
seas viejito te va a gustar la misma música que estás escuchando ahora?”. Tuve
que contener la risa para responder tan gracioso cuestionamiento, y le dije que
yo creía que sí: “Rara vez me ha dejado de gustar totalmente algo que antes
escuchaba, e incluso cuando he creído que eso ha pasado, por lo general luego
me reencuentro con el material”. Su curiosidad le lleva a preguntar: “¿Por
ejemplo qué cosas ya no te gustan?”. Respuesta rápida: “El hardcore de los 90.
Me volvía loco y ahora lo encuentro super fome y engrupido y no soporto
escucharlo más”. -“¿Y qué cosas te dejaron de gustar y luego te gustaron de
nuevo?”. -“Obvio: ¡El heavy metal!”.
Anoche se sorprendió de verme escuchando a Darkthrone, pues
pensaba que mi grupo favorito del momento era Deathspell Omega. ¡Y tiene razón!
Tal como les anunciaba al señalar el listado de Bill Peel, estaba bien ocupado digiriendo
la trilogía de DsO, y recién ahora me gustaría decir unas palabras al respecto,
tratando de centrarme en el álbum Paracletus.
Vamos en orden: no tenía ni la más remota noticia acerca de
la existencia de esta formación, hasta que releí en mayo del 2023 la entrevista
a Weasel Walter a Paris Transatlantic fechada en el otoño del 2006, donde le
preguntan en cierto detalle por su adicción al metal extremo, que según relata
este veterano de la no wave/freejazzpunkrock, empezó en 1993 cuando un amigo le
mostró el “Legion” de Deicide. A partir
de ahí gastó el resto de la década en escuchar y compilar materiales de la veta
death/black metal, que según dice no le interesaba a nadie en Chicago en esos
años. Reproduzco una parte:
PT- ¿Donde se ubica el metal hoy en día para ti, como género
o multiplicidad de géneros?
WW- El metal lo está haciendo bien. He escuchado tanto que realmente se necesita algo muy raro, extremo o diferente para llamar la atención de mi oído. La barrera está demasiado alta en cuanto a calidad. Ser excelente realmente no es suficiente para destacarse. Últimamente me ha gustado mucho la banda avant black metal Deathspell Omega, bandas de brutal death metal como Brodequin, Pustulated, Foetopsy y casi cualquier cosa con J. Read en batería. La buena composición ayuda si quieres escuchar algo más de una vez. No me puede interesar menos el stoner metal. La velocidad es definitivamente la gracia”. Y después se pone a despotricar un poco: “Me ofende un poco que la revista The Wire venga a hora a pretender que le importa el metal. Están típicamente atrasados y más despistados que guagüitas. El tipo de oveja que está interesada en comprar todos los listados que esa revista ponga en sus páginas ha creado un nuevo checklist de coleccionistas de bandas en las que no estoy realmente interesado”.
Y bueno, cabe destacar que The Wire en su número 300 (febrero de 2013) publicó un gracioso texto de Joe Stannard donde se repasa la historia de cómo el despreciado metal de los 70/80 pasó a
ser cubierto por las páginas de una publicación que se autopercibe como muy “avantgarde”,
y en la conclusión dice que si hay que culpar a alguien de eso, tendrían que
ser los Venom.
La cosa es que apenas terminé de leer eso, ya estaba buscando
las bandas referidas (en el caso de J. Read ello incluye a Conqueror y Revenge, entre varios proyectos más, cual de todos más brutal), y para mi sorpresa me enteré que DsO era bastante conocida
pero también muy polémica, y que de hecho se había bajado hace poco toda su
obra de bandcamp, aparentemente por petición de antifascistas que encontraban intolerable
que la banda use de vocalista a un famoso fascista y pornógrafo finlandés
llamado Miko Asppa. Lo de fascista creo que es bastante claro, aunque él se
denomina “patriota nórdico”. Lo de pornógrafo no lo tengo muy claro: se supone
que además de su sello (Northern Heritage), su “banda” black metal (Clandestine
Blaze, que en estudio es él solo, y en vivo suele usar de apoyo a los polacos
de Mgla), su banda RAC (Rock Anti Comunista: Vapaudenristi), y proyectos en el
plano industrial/power electronics (Nicole 12, Grunt), y pornografía (videos,
revistas como Erotic Perversion, Freak Animal y Degenerate). O sea, un tipo fácil de odiar. Y por
añadidura ese odio se extiende al objetivo de cancelar a una banda de origen
francés, pero que a pesar de su estatus de anonimato, al parecer reconoce que
habría usado a Mikko como vocalista al menos desde el inicio de la trilogía que
queremos comentar.
Antes de eso lo poco que se conoce de la banda es que surge
como derivación de otro proyecto black metal llamado Hirilorn, formado en 1994,
cuyos integrantes Shaxul y Hasjarl continuaron con el proyecto paralelo DsO
cuando Hirilorn se acabó en 1999. En youtube he podido encontrar un par de
cosas de Hirilorn, incluyendo su único LP, “Legends of Evil and Eternal Death”
y el compilado de una hora y media “Hymn to the ancient souls”.
Así que DsO empieza más o menos en el cambio de milenio, y
sus dos primeros álbums, con Shaxul en voz, son dos buenas muestras de BM
francés: “Infernal Battles” (2000) y “Inquisitors of Satan” (2002). Personalmente, me gustan
mucho ambos discos, desde los que resulta difícil darse cuenta de hacia dónde
iban a evolucionar después. Lamentablemente, como gran parte del BM francés, no
sólo tenían malas juntas (partiendo por el mismo Mikko, con cuyo Clandestine Blaze editaron un split) sino que realizaron explícitas declaraciones de carácter
fascistoide, en una entrevista para el fanzine Northern Heritage. Por más que el promedio de edad de los integrantes
en ese momento debe haber rondado los 20/21, y que cualquier black metalero
promedio de esos tiempos daba discursos antihumanos y antivida, resulta
inquietante leerlos decir que los campos de concentración de la Alemania nazi
les parecen “fantásticos”.
Poco después de esas primeras obras, a las que hay que
agregar splits con Mutiilation y Moonblood, Shaxul se retira, y la banda queda
reducida al núcleo instrumental. En ese momento es cuando al parecer Mikko Aspa
se suma como vocalista, un dato que nunca ha sido oficialmente confirmado. La banda
ha dado apenas un puñado de entrevistas, no se saca fotos, no tiene redes, y nunca
ha señalado los nombres reales de sus integrantes.
Y en ese momento surge la primera pieza de la trilogía: “Si Monvmentvm Requires, Circvmspice” (2004): un LP doble en cuya portada aparece
una especie de ángel demoniaco en estado fetal. Con un sonido marcado por una
guitarra que conduce los temas mediante arpegios y líneas melódicas disonantes,
alternando silencios, canto gregoriano y la ya típica furia Black Metal de alta
intensidad con hipervelocidad a punta de blastbeat, la voz (¡Aspa?) nos va
relatando una compleja historia que parte con loas a Satán como gran destructor
del universo, los abusos sexuales de los curas católicos, y numerosos extractos
del Antiguo testamento. A esto se le llamó BM ortodoxo, o BM disonante, y si
por un lado espantó a los reaccionarios el sonido BM de segunda ola, por otro
abrió las compuertas del infierno hacia el “ennegrecimiento” de otro tipo de
materiales que en la particular forma de arte que practica DsO se vienen a
combinar con el sonido del BM más clásico. Así, se entiende perfectamente que
Weasel Walter se refiere a ellos en el 2006 como una banda avant black.
Tres años después llega el LP “Fas-Ite, maledicti, in ignemaeternum”, en cuya portada se aprecia a un hombre cayendo, ¿al abismo del fuego
eterno? En este disco la deriva experimental de DsO se profundiza, con un
sonido aún más abrasivo pero interrumpido por largos momentos de silencio. La guitarra
lidera los diversos tránsitos de caos a calma, y como siempre los momentos de
hipervelocidad parecen un agujero negro de ruido. Pero cabe detenerse a apreciarlos
bien, puesto que donde a primera escucha parece haber solo una enorme Wall-of-noise,
en verdad existen estructuras complejas pero nada improvisadas, e incluso
melodías y armonías ocultas.
Con esto ya estamos en condiciones de hablar de la tercera parte, el álbum “Paracletus” (2010), en cuya portada el anterior ángel/hombre ya se ha transformado en una bestia que está rodeada del fuego eterno. Seguimos.
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Aesthetica – Liturgy
Según los detractores: Hipster Black Metal.
Exercises in Futility – Mgla
BM polaco. Colaboradores del fascista Mikko Aspa. [DsO también pero...]
Etiquetas: black metal, memoria negra, teoría revolucionaria
https://rottingchristofficial.bandcamp.com/album/passage-to-arcturo
Interesantes estos atenienses, en especial sus primeros trabajos de los que la mayoría son demos. No están ni en Bandcamp ni Spotify