jueves, julio 15, 2021
Fiasco & Perón digital: Tildaflipers en flashback al 2006
...O tal vez al revés: un salto de tigre desde el 2006 al 2021.
Tildaflipers,
“fiasco”/”digital p.”, mayo 2021
Explorando bandcamp como el mega-sello virtual que es, me
topé con variada actividad por parte de los Tildaflipers, incuso en el contexto
de pandemia y cuarentenas. Sabía que había
contactado al viejo maestro Scientist para algunas colaboraciones, que
ya están subidas en el ciberespacio donde colisionan constantemente el dub, el
punk (insistiré en llamarlo así y no como dicen todos desde Simon Reynolds:
“post punk”), y todas las variedades de expresión humana mediante la
manipulación del sonido.
Pero me voy a concentrar ahora en el “último disco” subido a
su bandcamp. Y no pongo las comillas irónicamente acá, pues los TF se manejan
bien en la disquería virtual pero no han dejado de sacar sus materiales en
caset, cedé y vinilo. Lo que sí hay que aclarar es que si bien es un disco
nuevo, los dos temas que incluye provienen de los inicios de Tildaflipers hace
ya una década y media, al punto que partieron como posible material de la banda
anterior de Monki: 7 Magníficos.
El lado A parte con “fiasco”, así, en minúscula. Los teclados
y efectos se echan a correr por la carretera de sonido pavimentada por Suicide/Chrome/Silver
Apples, como un colchón sónico por sobre el cual entran primero un teléfono con
el antiguo dial que las jóvenes generaciones ya no conocieron, no hay
respuesta, pero entran ritmos y voces danzables que le agregan un toque así
como de disco/funk latino.
Sólida línea de bajo hermanada con la batería, y el coro va
repitiendo: “¿esperando qué?, ¿esperando a quién?”. Luego nos dice que hay “40
grados a la sombra”, menciona amigos que piden “algo que aplaque la sed”,
rematando con: “colección fiasco, colección fraude”. Según entiendo, la
sensación de fiasco/fraude estaba gatillada por el estado algo lamentable en
que se hallaban las escenas del punk y metal luego de un par de décadas…Como me
dijo alguien hace un tiempo: ¡tantos años de resistencia por nada! Pero lo
interesante es que sin necesidad de renegar de nada, y mucho antes de que se
pusiera realmente de moda, notamos acá unas buenas y refrescantes pinceladas de
ritmos motorik propios del llamado
krautrock, que tal como el dub y el free jazz, eran parte importante de las
inspiraciones que tuvo el punk inglés hacia 1976 (si no me creen lean las
memorias de Viv Albertine).
Esto fue grabado en el año 2006, según se indica, con una
formación de dos personas, en dos días en estudio amigo en Rio de Janeiro, al
que se viajó en un pequeño automóvil desde Sao Paulo que además sirvió de
alojamiento en las hermosas playas donde incluso en esa ocasión fue encontrado
un cadáver mientras la radio (sampleada en el tema 2) hablaba de un atentado
explosivo contra un Juzgado en la República Popular China.
Flashback al
verano 2016:
-Papá, ¿qué es un fiasco?
Eso me preguntó León luego de una vez que fuimos a pasear con
Monki hacia los blocks de las Villas Unidas en avenida Grecia, en Santiago de
Chile. En verdad, íbamos a comprar cerveza, y el cabro chico -que tenía como 5
años- tuvo que acompañarnos, pero iba feliz. Monki le construyó un arco y
flecha con una ramita y cuerda, y tras explorar unos cubos enormes de basura al
lado de la multicancha de Los 3 Antonios, donde no encontró nada interesante,
escribió “FIASCO” con un plumón grueso sobre uno de los plásticos grises con
tapa verde.
-Ehhhhh, un fiasco es
como…un gran fracaso, pero es peor que eso porque por lo general se da en ciertas
situaciones en que principio uno esperaba un resultado bastante mejor. Como
sea, dado que en mi complejo rol de adulto y padre –para el que nunca se está
bien preparado- no quiero maleducarte, mejor consultemos un diccionario.
El de la Real Academia de la Lengua Española (uno de los
nombres más raros que uno se podría topar: analicen las palabras una a una, y todas juntas) dice:
“Del it. fiasco; propiamente 'botella'.
[Nota del comentarista de discos: ¿Botella o frasco en italiano? ¿Algo que
aplaque la sed? ¿Cómo cuando en Chile hablamos de “caerse al frasco”?]
1. m. Fracaso, decepción. Sus amores terminaron en completo fiasco”.
Gracias a eso, y sin tener grandes conocimientos del idioma
italiano, a mí y a mi hijo nos quedó bastante claro el mensaje de Monki. Y lo
compartimos plenamente. Hasta le sacamos una foto el grafiti en el basurero que
yo tenía puesta en mi lugar de trabajo como protector de pantalla. Pero no
esperaba topármelo ahora en forma de esta gran canción. Incluso a mí, y puede
que sea por estos tiempos de mierda de encierro domiciliario y paseos con
mascarilla, incluso a mí, insisto, que lo único que he “bailado” en mi vida es
pogo punk porque sólo consiste en saltar, incluso a mí, y con esto termino, ¡me
dan ganas de salir a bailar!
El lado B, que gracias a la tecnología bandcamp parte solo y
no hay que ir a darlo vuelta, nos ofrece el hit “digital p.”, que finalmente
uno entiendo que se refiere a “Perón digital”. Su letra en la parte que me
quedó pegada dice: “Perón digital, tu virus personal, no hay cosa igual, digo
no no no hay”.
Me gusta pero me asusta. O sea, el tema es muy bueno. La
línea vocal se asemeja al tema anterior, así como la línea saltarina del bajo
dub, pero el resto del acompañamiento instrumental entre y sale, sube y baja,
aparece y desaparece y se asoman diversos efectos desde la sala de controles.
Es como un dub/punk burroughsiano en el sentido de que uno no puede parar de
pensar en la sala oscura desde la cual la realidad es manipulada como en un
laboratorio digital. ¿La construcción y alteración de capas de sonido como
metáfora de la “sociedad de control” -que, por cierto, Deleuze/Guattari
llamaron así en homenaje al tío Bill-?
¿O es muy cyber-punk lo que estoy diciendo?
Lo que me asusta por sobre todo son las alusiones a Perón. Si
me preguntan, yo creo que técnicamente el General Juan Domingo era un fascista
de tomo y lomo, en el más preciso sentido acepción de “fascismo”: un fenómeno
nacional-popular con aspectos “socialistas” y a la vez reaccionarios, mezclados
en una indigesta mezcla que además en el caso argentino se mezcla con futbol y
religión católica. Perón, Evita,
Maradona y el papa, y no puedo aguantar
las ganas de vomitar, pues quedé algo traumado con la experiencia de haber
quedado atrapado por un par de horas en la “marea peronista” y camporo/kirchnerista
de la Plaza de Mayo para el 40 aniversario del golpe de estado, en marzo del
2016. Andaba allá participando de un ciclo de actividades anti-represivas (que
además suelen ser anti-depresivas) en
Rosario y Capital Federal. Al intentar encontrarme unas amigas en Plaza de mayo
me topé con el fenómeno de alienación de masas que es el peronismo argentino,
algo único desde el punto de vista de un chileno. Por eso me siento ratificado
cuando dicen que: NO HAY COSA IGUAL.
Para que se hagan una idea:
Unos jóvenes algo rechonchitos que marchaban con carteles de
La Cámpora cantaban algo acerca de “Perón y Néstor en el cielo”, y no me
dejaban pasar entre sus coligües porque “no podés pasar por acá, porque acá
estamos nosotros”. Gran argumento. Lo modificaron eso sí casi de inmediato
cuando dos “rich tourists” rubias y jóvenes les pidieron pasar, así que ahí me
colé. Crasso error (con dos S en homenaje no a las SS sino que a CRASS):
El espectáculo era horrible, pues sintetizaba todo lo que
odio: nacionalismo, patoterismo, futbolismo, catolicismo, etc. Con decir que
hasta estaba el PC argentino, que desde su “marxismo-leninismo” pro-ruso apoyó
el golpe de Estado de 1976, evento que preferían que se olvide o se vea como un
mero accidente, ahora que están reconciliados con sus viejos enemigos peronchos
que antiguamente definían como “fascistas”.
Nunca encontré a mis amigas, y cuando estaba a punto de
colapsar por multifobia extrema, pasaron vendiendo cerveza y me compre una
Quilmes de ½, mientras me autoconvencía de que lo más sabio sería tomar el
extraño momento con vocación de etnógrafo.
Cuando una hora después logré regresar a donde estaban las
organizaciones de izquierda, las banderas rojas de los diversos partidos y
micropartidos troskos y del PCR casi me hicieron sentir bien. Pensaba: no estoy
de acuerdo con los leninistas pero…al menos los comprendo. Me quedé donde un
sindicato mealúrgico había instalado un escenario para que tocaran bandas punk
y heavy metal. Todos de negro. Cerveza, vino y fernet.
Por otra parte, el peronismo parece ser el virus personal de
muchos. Por ejemplo, recuerdo que el guitarrista argentino que hubo en Fiskales
Ad Hok, Víbora, una vez hace ya harto tiempo me decía que él era de izquierda y
en Chile obviamente no era un peronista, pero que era casi imposible no serlo
en Argentina, pues “allá no ser peronista es como….no ser del pueblo”. Así y
todo, no estaba preparado para ver algunas manifestaciones que he conocido en
las redes sociales en que desde ciertas individualidades que cabría calificar
como “punk” se hace una defensa e incluso idolatración de figuras como Evita y
Cristina K., reinterpretadas como feministas y presentadas incluso en escenas
de amor lésbico. ¿Exceso de post punk, postperonismo, post postmodernismo y post
post post todo?
En fin, era necesario que alguien hiciera una canción sobre
el virus peronista. Tildaflipers tuvo la visión de darse cuenta a inicios de
siglo que el mito del General y su esposa Evita se estada renovando para poder
ser usado como soporte del ejercicio del poder en la era digital, replicado en
la sucesión que opera entre Néstor y Cristina. En Brasil Lula cedía el paso a
Dilma, y en Chile se pasaba de Lagos a Bachelet. ¿Algo que celebrar? Nada de
eso.
Y retornando en un salto felino al lado A, agregaría que la
clarividencia de la denuncia de “El gran fiasco del rock and roll” se venía a
agregar al disco que previamente habían hecho los 7 Magníficos, “Dictador
Amor”, que ya en los primeros años del siglo XXI anunciaba la adopción de lo
“políticamente correcto” como parte integrante y esencial de la ideología
dominante; una peculiar dictadura que recién ahora podemos ver casi totalmente
desplegada, y que entre sus múltiples efectos políticos y culturales parece
haber generado una especie de reacción de “rebeldía antiprogre” que una nueva
extrema derecha intenta capitalizar (ver el libro de Pablo Stefanoni sobre si
la rebeldía se volvió de derecha, o el de Julio Cortés sobre el archipiélago
del postfascismo y la nueva derecha en Chile, ambos del 2021).
En síntesis: Se agradece la cantidad de material
histórico/crítico cristalizados en breves cápsulas de tiempo (que llamamos
canciones), y se le da play una vez más, mientras repaso en el librito Snack a
William S. Burroughs diciendo:
“¿…y qué le ofrece mi
programa de austeridad y resistencia total? Yo no ofrezco nada. No soy un
político. Se trata de condiciones de emergencia total”.
Etiquetas: anarquia, Argentina, brasil, dub, fascist pigs, la revolución proletaria será infantil o no será, punk rock, Tildaflipers