jueves, julio 25, 2013
Chantiago en 100 palabras
Tercera
comisaría de Santiago
15 de marzo.
36 grados a la sombra, que deben ser más de 40 dentro del furgón junto a otras
15 personas. Me informan que no estoy por control de identidad, sino por haber
causado desórdenes públicos y lesiones leves a un funcionario policial. ¿Qué
lesiones? Un rasguño en la mano del cabo Soto, producido mientras me subían al
vehículo. Debo sacarme cordones y cinturón antes de entrar al calabozo. Al
entregar mi bolso saco el libro “Para una crítica de la violencia”, de Walter
Benjamin. ¿Puedo dejármelo? El cabo dice que no. ¿Por qué? “Porque aquí no se
lee”.
Etiquetas: absurdo, Chantiago, represión
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