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sábado, junio 25, 2016

Control preventivo y Estado policial (Verba Negra N° 15) 

CONTROL DE IDENTIDAD PREVENTIVO: LEGALIZACIÓN DEL ESTADO POLICIAL ABSOLUTO

(Tomado de Verba Negra N° 15, Valparaíso, Otoño de 2016).

La democracia capitalista de estos tiempos reprime más y mejor que cuando en situaciones de emergencia el Estado/Capital se ve obligado a acudir a la fase de dictadura abierta. En esos “estados de excepción” en que se subraya el aspecto terrorista de la dominación, la violencia represiva se desnuda tanto que se deslegitima, y luego se llega al punto en que empieza a peligrar el objetivo central que el Poder siempre garantiza: la continuidad  de su propia dominación. Por eso se pasó de la democracia burguesa a la dictadura fascistoide en 1973, y por eso después fue necesario tanto para los intereses de la burguesía local como internacional hacer el movimiento inverso y que Pinochet le devolviera en 1990 a Aylwin las llaves de La Moneda (o más bien de la réplica exacta ubicada en el mismo lugar donde el viejo edificio fue derribado con bombas lanzadas desde aviones de la Fuerza Aérea).

Y un gobierno socialdemócrata también reprime más y mejor que un gobierno de la derecha tradicional, tal cual está quedando en claro en estos días con el avance imparable de la Agenda Corta Antidelincuencia propuesta por el gobierno de la Nueva Mayoría, que viene a endurecer una vez más de una manera espectacular el nivel de represión que la ley le exige a sus agentes del control social, de una manera que hace parecer tímida la fracasada Ley Hinzpeter que sólo pretendía modernizar un poco la represión del delito que todxs cometemos gustosxs y alegres vez que podemos: el “desorden público”.

¡Es un proyecto de ley tan fascista que hasta la Fundación Paz Ciudadana lo ha criticado fuertemente!

Además de aumentar a niveles bastante poco razonables -incluso para los estándares de los dominadores-  la represión de la delincuencia común expresada en robos, hurtos y receptaciones, lo cual es seguro que aumentará los niveles de encarcelamiento (que ya son todo un récord siendo éste  ya desde hace años el país más encarcelador de América Latina), al Proyecto inicial se han agregado indicaciones que, por ejemplo, vuelven a aumentar una vez más las penas para otro de los delitos que con mayor placer cometemos todxs los antiautoritarixs: el maltrato de obra a policías y carceleros.

Pero lo más llamativo y mediático de todo este paquete represivo lo constituye lo que algo injustificadamente ha sido llamado como un “regreso a la detención por sospecha”: el control preventivo de identidad. Y decimos eso porque, en efecto, y a diferencia de esa vieja y odiada figura, lo que se está legalizando acá es el hecho de que incluso sin necesidad de invocar sospecha alguna, la policía pueda practicar “controles preventivos” a quien se le ocurra y donde se les ocurra, con el único límite -bastante ridículo- de que no se le podría practicar este procedimiento a personas menores de 18 años de edad (lo cual, obviamente, sólo comprobarán una vez que pidan el carnet).

Los demócratas de todos los pelajes critican amargamente esta medida, mientras sus defensores (una bancada transversal de defensores del orden burgués) no vacilan en usar todo tipo de argumentos falsos para justificar su propuesta, y en todo caso todos ellos entienden que ante el clamor ciudadano orquestado y facilitado desde los medios de (in)comunicación de masas no será posible impedir esta verdadera legalización abierta de un Estado policial absoluto.

Como revolucionarixs sabemos leer detrás de estos mensajes, y entendemos que de esta forma el Dominio se prepara para las revueltas que vendrán, y a diferencia de los que dicen que no le temen al control de identidad preventivo porque “el que nada hace nada teme”, nosotrxs sabemos que estas leyes se hacen en contra nuestra, pero en vez de generarnos temor lo que logran es incrementar nuestro odio al Estado y nuestro amor por la Anarquía.

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