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miércoles, diciembre 21, 2016

Escuelas de Verano: este viernes, Introducción a la Crítica de la Economía Política/Kaoru Abe (Partitas, 1973) 


Habría que estudiar todo el año y más o menos eso uno hace, en la medida de lo posible. Pero el verano suele dar oportunidades de aprender junto a más camaradas, y eso siempre es enriquecedor y debe ser estimulado y ampliado.

El viernes pasado ya fue la primera sesión de esta iniciativa. Y ahora viene la segunda patita: Introducción a la crítica de la Economía Política, más una exposición sobre el concepto de Subsunción.

Si tuviera que rehacer mi vida, o fuera preceptor de alguna persona joven, recomendaría leer estos textos de Karl Marx en el siguiente orden:

-Contribución a la crítica de la Economía Política
-Grundrisse 1 y 2
-El Capital, Libro I.
-El Capital, Capítulo VI inédito.

Como ya no lo hice así, ni soy preceptor ni educador de nadie, recomendaría ir este viernes, y tratar de leer previamente por lo menos la serie que en su momento (mediados de los 80) publicaba la revista COMUNISMO del GCI, partiendo por esto (recomendando encarecidamente escuchar mientras se lee este notable album solista del gran saxofonista japonés Kaoru Abe: Partitas, de 1973, que en sí mismo opera como una poderosa crítica de la alienación):



CO21.1.0 Presentación de la rubrica
"Contribuciones a la crítica de la economía"

«Toda la mierda de la economía política desemboca en la lucha de clases.»
Marx

Los escritos que siguen inauguran en Comunismo una sección específica con el objetivo de contribuir a la crítica de la economía. Hasta el momento en Comunismo, al lado de los artículos sobre distintos aspectos de la lucha de clases, de afirmación programática, hemos tendido –con mayor o menor regularidad– a ir creando un conjunto de rúbricas como «Memoria obrera», «Subrayamos», «Perlas de la burguesía»...

En qué medida la problemática de la crítica de la economía no es algo separado de la lucha revolucionaria contra el capital, en qué medida no es algo teórico en oposición a la práctica de la guerra social, quedará sumamente clarificado en la primera serie de textos de esta rúbrica, que tienen por objeto la delimitación de nuestra crítica de la economía: objeto y método, su relación dialéctica. Quedará también claro que todas las tentativas de hacer una «economía marxista» son parte de la ideología contrarrevolucionaria, que la praxis de la crítica de la economía es la lucha revolucionaria en su conjunto y que el sujeto de la misma no es tal o tal teórico o reformador del mundo, sino el proletariado en su contraposición práctica con la economía; o mejor dicho aún, el proletariado en tanto que fuerza de abolición del orden social capitalista mundial, es decir en tanto que partido.

Pero ello no implica en absoluto desconocer la importancia de la fase teórica de la crítica de la economía, ni la de las principales contribuciones a dicha crítica (que para nosotros siguen siendo fundamentalmente las obras de Marx y Engels al respecto), sino asumir la misma como parte indisociable de la guerra revolucionaria de nuestro partido histórico contra toda la sociedad actual (lo que incluye muy especialmente la crítica de todas las doctrinas económicas, de toda la economía política, y particularmente de la parte de la misma que se autodenomina economía marxista).

Que se desengañe pues el lector que pretenda encontrar en nuestra revista textos de economía, o de polémicas acerca de la «teoría de las crisis», pues es exclusivamente en el sentido que hemos expuesto que consideramos válida la realización de una rúbrica particular sobre la crítica de la economía, en la que subrayaremos la importancia de las contribuciones fundamentales de nuestro partido al respecto e iremos publicando textos elaborados por nuestro grupo (GCI) o por compañeros que hoy se sitúan objetiva, pero también voluntaria y conscientemente, en nuestra misma línea histórica de organización de la comunidad internacional de lucha del proletariado contra el capital mundial.

Antes que nada en esta rúbrica publicaremos textos que retoman el ABC de la crítica iniciada por Marx y Engels, como por ejemplo esta primera serie de textos que definirán los elementos claves de la crítica de la economía, para luego comenzar en la forma mas sistemática y sintética posible a exponer una comprensión –totalmente contrapuesta a todas las doctrinas económicas– global, histórica y substancial de la economía mundial en tanto que totalidad, es decir en tanto que capital como modo exclusivo de producción y de reproducción mundial. Dichos ejes son decisivos en la necrología de la sociedad actual, necrología que constituye a la vez el punto nodal de nuestra crítica y la clave general de la ruptura con el análisis que hace el capital de sí mismo: la economía política no es ni más ni menos que la ciencia del capital autoanalizándose, como iremos sucesivamente poniendo en evidencia.

Además, y/o conjuntamente, con contribuciones que consisten principalmente en subrayar o revalorizar aspectos ya expuestos, anteriormente a nosotros, de ese ABC (para lo cual el criterio central es siempre lo que las mayores fases de revolución y contrarrevolución, de afirmación práctica del programa revolucionario y de revisionismo reformista, han determinado como centrales), en esta rúbrica habrá aportes, es decir clarificaciones y análisis teóricos que pongan en evidencia elementos del programa nunca antes tratados a fondo. Al respecto, tal vez con mayor necesidad que en otras rúbricas, debemos destacar que este tipo de materiales de partido no pueden considerarse como materiales cerrados, acabados, sino que por las características mismas de su elaboración (exposición efectuada por uno, a lo máximo un equipo pequeño de compañeros en un momento histórico dado, pero resultante de la lucha y el esfuerzo colectivo de toda la lucha histórica contra el trabajo) muchos de ellos serán esbozos, bosquejos... En efecto, en todas las épocas una parte esencial, decisiva, del trabajo de restauración programática ha adoptado esta forma de contribuciones inacabadas, textos semielaborados, que, a pesar de ello, lejos de caer en el inmediatismo han sido fundamentales en la comprensión histórica del programa comunista como totalidad. Pensamos evidentemente en materiales como los de Marx y Engels, que si hubieran esperado a publicar su obra cuando la hubiesen terminado no conoceríamos nada de ellos porque, casi sin excepción, todos los textos decisivos quedaron en el estado de notas, manuscritos o publicaciones de partes de textos que nunca se terminaron, pero también en los de muchos otros militantes revolucionarios menos conocidos.

Ello implica desde el punto de vista de nuestro grupo el asumir explícitamente, contra toda visión democratista, que en la prensa revolucionaria deben reproducirse textos no asumidos aún por el conjunto de compañeros, contribuciones particulares sobre problemas aún no discutidos o incluso –dentro del cuadro programático global– posiciones contradictorias sobre una misma cuestión, que reflejan las discusiones existentes en el seno del grupo (¡y si no hay ese tipo de posiciones contradictorias no se trata de un organismo vivo de la clase revolucionaria, sino de un cadáver!).

Si bien desde el origen del GCI esto forma parte de nuestra comprensión, en las primeras fases de nacimiento y conformación de nuestro grupo, en las de elaboración y confección de nuestras Tesis de orientación programática (que traducen siete años de trabajo y la existencia de más de una decena de versiones sucesivas y en distintos idiomas), hemos tendido a que los materiales publicados sean el resultado más colectivo posible de nuestro grupo (1) pues la prensa era un elemento decisivo de nuestra centralización efectiva (interna y en relación a otros compañeros próximos de nuestras posiciones). En efecto, la publicación de materiales no asumidos por todos los compañeros del grupo o de materiales contradictorios puede constituir un elemento de descentralización, de desorganización, si no va acompañado de una centralización política más profunda. Es decir que es la centralización política efectiva, la solidez en la defensa de las mismas posiciones globales –especialmente en una organización como la nuestra que publica en varios países e idiomas diferentes y que busca la máxima descentralización geográfica posible– la que permite asumir correctamente la publicación de textos semielaborados, de contribuciones puntuales de un compañero, o equipo de compañeros, sin pretender que todos ni una mayoría de los compañeros del grupo asimilen, y/o acuerden con la totalidad de aportes y posturas contenidos en ellos. Internamente hemos dado pasos importantes en la homogenización y centralización política y por lo tanto creemos poder asumir la publicación de ese tipo de materiales en buenas condiciones. Con relación a nuestros lectores, simpatizantes, colaboradores... nos parece fundamental que la publicación de ese tipo de materiales sea comprendida como simultánea y convergente con la de otros que reflejan nuestra unicidad de posiciones internacionales e internacionalistas, nuestra centralización política efectiva. Al respecto en forma creciente hemos tendido a que todas nuestras publicaciones reflejen ese centralismo efectivo existente en base a afirmaciones programáticas idénticas en todas las lenguas o países en los que actuamos: mismo epígrafe en todas las publicaciones internacionales indicando sintéticamente nuestro programa (“Dictadura del proletariado para la abolición del trabajo asalariado”), publicación de una pequeña síntesis de nuestras posiciones en todas las revistas centrales (ver Comunismo nº 19, pág. 22), y sobre todo un gran esfuerzo en la traducción cada vez más frecuente de diferentes textos entre nuestras revistas centrales (francés, español, árabe, inglés, portugués). Con esa misma inquietud realizaremos una unificación de los títulos de nuestras publicaciones (todas las revistas centrales se llamarán de la misma manera y habrá una homogeneización de los títulos de las revistas locales), seguiremos multiplicando las traducciones y además daremos a conocer públicamente en todas las lenguas que podamos la versión que hemos alcanzado de nuestras Tesis de Orientación Programática (2).

Específicamente en cuanto a nuestra sección de «Crítica de la economía» usamos el mismo criterio. Por un lado es el resultado global y general del desarrollo de nuestro grupo y en especial de un conjunto de clarificaciones operadas en función de la crítica colectiva al texto aparecido en francés “La nature catastrophique du capitalisme”, que hoy consideramos no sólo que tuvo más errores que aportes, sino que globalmente no supo delimitar la ruptura con la economía política y que resta aún prisionero de una visión economicista de la obra de Marx. Por el otro, los materiales disponibles existentes, en esa misma línea, en los distintos idiomas (principalmente francés y español) no son simples traducciones, sino contribuciones de diferentes compañeros que escriben en su lengua materna. Hemos decidido pues empezar con la publicación de algunas contribuciones de base en este sentido. Aunque los temas y los textos no coincidan en francés y en español, en una etapa posterior habrá, como es lógico, traducciones en ambos sentidos.

La mayoría de los materiales de base con los que se realiza esta primera serie de textos en español, que explican lo que es la crítica de la economía y delimitan el objeto y el método de la misma, se lo debemos a nuestro simpatizante y colaborador R.A., quien desde Argentina nos hiciera llegar el borrador de parte de su libro (creemos que aún inédito): El capital y su necrología.

Para terminar esta presentación de nuestra rúbrica de crítica de la economía queremos subrayar que nuestra contribución a este eje invariante de la lucha revolucionaria lo comenzamos modestamente, porque nuestras fuerzas son modestas, pero el trabajo que tenemos por delante es inmenso e indispensable. Por lo tanto, esto debe considerarse como un llamado más a contribuir a nuestro esfuerzo. Toda contribución real a la crítica de la economía será muy bienvenida.

Notas
1. Ello no ha impedido sin embargo que la publicación de ciertos textos planteara interna y externamente problemas muy grandes por los desacuerdos evidenciados tanto antes como después de su publicación. De las distintas publicaciones de nuestro grupo, nuestra revista central en francés Le Communiste es la que ha concentrado más este tipo de problemas (hay que tener en cuenta que dicho idioma es por el momento, con respecto a otros idiomas, el comprendido por el número mayor de compañeros), en especial en los primeros números. Fueron necesarios varios años de polémicas, de fortificación de la centralización, de rupturas contra resabios leninistas y con la ideología de la economía política para que se hayan criticado abiertamente algunos textos publicados en esa época y que hoy el GCI no reconoce como suyos, como «Pour un front de classe» (Le Communiste nº 3) o «La nature catastrophique du capitalisme» (Le Communiste nº 7).
2. Si insistimos tanto en las versiones sucesivas y las que todavía vendrán es para luchar por anticipado contra el mito de tomar este tipo de plataforma como un texto sagrado. Se trata, ni más ni menos, de una presentación global y sintética del conjunto de posiciones fundamentales que orienta nuestra actividad y como tal refleja un momento del trabajo colectivo permanente de restauración programática en la línea invariante: de profundizar cada vez más precisamente las implicaciones programáticas de las determinaciones permanentes de la lucha comunista.


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Comments:
Hola, recuerdo en los talleres de marxismo en la U, como a fines de los 90. El profesor Claudio Lara insistía en la idea de Subsunción. En ese momento creo que pocos lo pescaron bien.
 
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