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viernes, marzo 16, 2018

Crítica musical/Comunismo N° 67/Sigue la tontera del "situacionismo"/Definiciones 




Crítica musical:

Siempre me causó gracia una viñeta de Pedro Pico y Pico Vena, los okupas punk y skin –respectivamente- del dibujante Azagra, en que tenían un programa de “crítica musical” en una radio, y luego de poner un hit tras otro de punk, ska, heavy metal y hardcore, que ocasionaban reiterados elogios y muestras de felicidad en sus comentarios al aire, ponían un tema de Alejandro Sanz, horrible como es Alejandro Sanz, y cuando uno de ellos le preguntaba al otro para qué había elegido torturarlos con esa mierda, el otro respondía: “¡Es que en algo tenía que notarse que es un programa de crítica musical!”.

Bueno: siguiendo ese mismo espíritu, el otro día me atreví a escuchar un tema que vi referido elogiosamente en El Desconcierto, y que expresaría un peak de creación musical chilena a cargo de un cierto saxofonista. El tema era tan vomitivo que no pude escucharlo entero. Y lo que menos destacaba era precisamente el saxo. Se supone que era una especie de fusión jazz/hip hop, pero no se reconocían ningún elemento de referentes como Coltrane o los Last Poets sino que…sencillamente era algo imposible de escuchar.

Quedé tan desagradado que tuve que acudir a un antídoto poderoso: un solo inédito de Kaoru Abe registrado en 1973, en saxo alto. Gracias Kaoru: tu fuego purificador fue una verdadera sanación, equivalente al agua fresca después de haber comido chatarra.

 Leninismo y contra-revolución parte III:

Por fin salió el N° 67 de larevista Comunismo. Este especial es la parte III de la serie sobre Leninismo. Su lectura puede causar graves indigestiones y cagaderas a todas las variedades de socialdemócratas leninoides que subsisten: trotskistas, maoístas, estalinistas, castristas, guevaristas, kim-il-sungistas, y un largo etc. de sectas con nombre de hombre.

Se subdivide en dos grandes capítulos: La mentira de la revolución leninista, y El terrorismo capitalista del Estado bolchevique.

Un siglo de mentiras


Nada de lo que se reproduce como «noticias» es verdad. Resulta una banalidad de base repetir que todo está manipulado. La realidad se confecciona en base a mentiras. Ayer se redirigían revueltas para liquidar la revolución social. Hoy se confeccionan y modelan revueltas para que los estallidos sean dirigidos desde su nacimiento.La burguesía busca impedir así que las revueltas proletarias, que la catástrofe del sistema produce, se generalicen y afirmen nuevamente su contenido revolucionario.

Pero todo ese entretejido de construcciones mediáticas e ideológicas se cimentan en verdaderos pilares fundamentales de la falsificación generalizada.

Si dichos pilares existen desde la existencia misma de las sociedades de clase, si la explotación y dominación de unos hombres por parte de otros solo puede existir en base a sólidas construcciones ideológicas, si la sumisión requiere creer en las bondades y la necesidad histórica de su propia explotación (progreso, democracia, trabajo), en el siglo xx se conformó otro gigantesco pilar ideológico de la dominación del proletariado mundial: el de la «Revolución rusa que cambió el mundo», el de los «países socialistas».

Dicho mito, consolida una nueva y sólida base ideológica del capital mundial. Del mismo emergen infinitos mensajes tentaculares, apenas perceptibles, como también emergen de los otros pilares más viejos: la democracia, la religión, el trabajo como sinónimo de bienestar. Todo el sistema social de mitos y creencias está dirigido a reproducir, para siempre, la sociedad burguesa.

La contrarrevolución real se vende como «el socialismo real». El modelo leninista de «socialismo» con persistencia de la mercancía y en general del trabajo asalariado, mucho autoritarismo estatal y represión, fue el modelo idealizado de la izquierda burguesa. Para el proletariado todo fue igual, o peor, en nombre de un mundo futuro que sería todavía «más socialista» y hasta «comunista».

¡«Ese» es el cambio! ¡Esa es la «revolución» a la que los explotados y dominados del mundo pueden aspirar! Si el socialismo ha sido realizado y «es lo que es», ¿para qué ir más lejos o intentar otro cambio?

Peor: para que «el socialismo» marche bien, se requiere más esfuerzo. ¡Más de lo mismo!: más trabajo, más progreso y, sobre todo, que sea más democrático.

Ese siglo de mentiras, basadas en la absurda ideología de que la «Revolución rusa» ha cambiado el mundo, se cierra con un broche ideológico «encantador» para la dominación capitalista mundial, un verdadero calabozo en donde no entra ya ni un rayito de sol: «Lo que más le faltó al socialismo fue la democracia», que recitan los escribas del sistema y repiten las masas sumisas.

El calabozo está profundamente enterrado bajo la mitología de ese «cambio» y... de su progreso. Salvo las expresiones aisladas de los grupos de militantes revolucionarios, ya no llega hasta las actuales generaciones de proletarios ni un resplandor de aquella gran revuelta internacional del proletariado mundial por la revolución social, que se expandió por el mundo en las primeras dos décadas del siglo xx. Es por eso que estamos en el mejor de los mundos posibles... para la explotación, la opresión y la catástrofe de la humanidad.


Y sigue la tontera y producción de ideología acerca del encuentro pifiado entre Lacan y un situacionista:

Donde la IS hablaba clara y simplemente de “construcción de situaciones”, un ejército de posmos se pajea hasta el cansancio con su retórica de la “performatividad” y otras mierdas.

Un nuevo comentario sobre el famoso libro aquel se inicia así. Tome nota y aprenda a hablar en posmoderno (puede ser bastante rentable en estos tiempos):

Comentar un libro basándose en algo que para algunos/as puede parecer marginal responde a una formación historiográfica, la cual suele otorgar un valor trascendental y habitualmente fetichizado a la “fuente”, la cual compone, en la disciplina histórica, la parte más importante de un aparato crítico. La fuente parece portar siempre la verdad de la escritura, la cual, como un añadido en el tiempo presente, se limitaría a periodizar, ordenar, describir, explicar y, tan sólo a veces, interpretar la verdad del pasado presuntamente contenida en ellas. En suma, a otorgar sentido –otorgarle, supuestamente, su sentido– a aquello que parece haber estado hasta entonces en el más pasivo reposo de la espera significante por la significación.
Sostener un comentario en semejante paratexto, no responde por cierto a tamaña ilusión objetivista sino, fundamentalmente, al intento de leer en ese pliegue, en ese archivo que es el paratexto, aquello que, tal vez más próximo a la enunciación, sostiene, siempre arrestada y elusivamente, el texto principal y sus múltiples hipótesis. 
(…)
He allí el poder del disturbio: un “accionar imprevisto”, a partir del acto del situacionista que, al verter el líquido de la jarra, al dar vida a los objetos y objetualizar intempestivamente a los sujetos, y especialmente al Sujeto supuesto Saber de la escena, a Lacan, la transforma inevitable e irrecuperablemente, a pesar de los esfuerzos de Lacan.


OK. Suficiente. ¿Por qué mejor no hacen un libro sobre el encuentro entre Música Sepúlveda y la ministra de educación, a través del lanzamiento del contenido de un jarro de agua?

Definiciones:

Situación construida: Momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos. 

Situacionista: Todo lo relacionado con la teoría o la actividad práctica de la construcción de situaciones. El que se dedica a construir situaciones. Miembro de la Internacional situacionista. 

Situacionismo: Vocablo carente de sentido, forjado abusivamente por derivación de la raíz anterior. No hay situacionismo, lo que significaría una doctrina de interpretación de los hechos existentes. La noción de situacionismo ha sido concebida evidentemente por los antisituacionistas. 

[# 1 de Internationale Situationniste (1-VI-58)].

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