miércoles, noviembre 13, 2019
EVADE Chile/Carta de académicxs del mundo a las N.U. contra el Terrorismo de Estado en Chile
EVADE CHILE 2019 #
Compañerxs,
El Estado arremete con todas sus armas políticas, militares y mediáticas, para someternos y recordarnos por la fuerza su único mensaje: que no tenemos derecho a más que sus migajas.
Vemos caer compas por todas partes, pero somos millones lxs que aún estamos en pie y que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.
¡Arriba lxs que luchan!
El Estado arremete con todas sus armas políticas, militares y mediáticas, para someternos y recordarnos por la fuerza su único mensaje: que no tenemos derecho a más que sus migajas.
Vemos caer compas por todas partes, pero somos millones lxs que aún estamos en pie y que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.
¡Arriba lxs que luchan!
OCTAVO COMUNICADO
Las “fuerzas del orden” entran disparando a liceos y hospitales, otras protegen monumentos y centros comerciales. En todas partes nuestros hermanos, nuestras hermanas, nuestrxs hijxs y nuestros padres son golpeadxs, gaseadxs con armas químicas, violadxs, desaparecidxs, asesinadxs, encarceladxs y hasta los ojos les arrancan.
Cada unx de nuestrxs muertxs nos llama a la indignación y a la revuelta.
Ahora que ha caído la máscara del poder y observamos sin miedo la naturaleza burocrático-militar de la democracia, el rostro grotesco del clientelismo político, el cinismo de los gerentes de la reorganización social y el terrorismo del Estado mafioso, nos damos cuenta de que solo tenemos una opción: liberarnos de la esclavitud voluntaria y auto-organizar la producción de todos los aspectos de nuestra vida social.
Está organización espontánea ya se está manifestando entre nosotras. Cada día vemos brotar está inteligencia colectiva que no necesita ni del consejo ni de la dirección de ningún tipo de autoridad para moverse con precisión y determinación.
La vemos aparecer en las distintas expresiones de combate y resistencia frente a la represión: grupos de primeros auxilios, grupos de contraataque defensivo, grupos de ayuda psicológica, quienes regalan agua y comida, quienes nos ofrecen refugio en sus casas, quienes se dedican a la parodia política o echan por tierra monumentos y renombran plazas y calles, etc.
Se trata de una nueva forma de vida basada en la solidaridad, la gratuidad y la creatividad que destruye la miseria trabajo asalariado y todas las distancias que nos mantenían separados.
Esta lucha es tenaz y sin concesiones porque lo que está en juego es la propia vida. Nuestros sueños no caben en sus urnas.
Durante mucho tiempo hemos soportado la opresión deshumanizante de la dictadura del dinero. Sistemáticamente fuimos empobrecidos y nos hicieron creer que éramos nada. Pero al despojarnos de toda la basura del sistema productor de mercancías hemos ganado la dignidad y las ganas de luchar. Este levantamiento nos ha mostrado cuál es la verdadera riqueza y abundancia. Hoy aspiramos a todo.
¡Resistencia es vida!
NOVENO COMUNICADO
“Divide y conquista” les aconsejó un policía a los ricos hace 500 años, y nunca lo han olvidado. Los sátrapas de turno se ven superados por todas partes. Hoy solo pueden recurrir al terrorismo, al montaje y la manipulación a través de sus conductos regulares: sus fuerzas armadas, sus medios de (in)comunicación, su teatro político.
¡Nos quieren dar lecciones sobre violencia! Dicen que “la violencia engendra violencia”, y no se equivocan. La vida es eterna en 5 minutos, sobre todo cuando se vive en la miseria. Pero hemos despertado. Y en respuesta a nuestro brote de vida el poder monta un espectáculo más: ya sea para erradicar campamentos, para construir los guetos donde nos tienen prisioneros, para apoderarse de un territorio o para aterrorizar a los que se levantan a luchar contra la inercia autodestructiva. Son los aferrados a esta civilización barbárica los que prenden fuego y destruyen sistemática y organizadamente para defender su pedazo de torta envenenada.
¡Nos quieren dar lecciones de ciudadanía! Afirman: “La decisión fácil hoy es usar la fuerza, la difícil, apostar por la Paz y el diálogo”. ¿De qué paz hablan? Vivíamos embriagados por la rabia frustrada de la guerra de todos contra todos: luchando por un puesto de trabajo o intentando llegar a fin de mes con el que teníamos, luchando por respirar en medio de nubes de polvo y ácido en las ciudades, luchando por conseguir un poco de agua en el campo. No era paz, era silencio: el buen ciudadano come y calla. Nos moríamos como vivíamos. Y ahora que levantamos la cabeza, que despertamos, ¡nos disparan en los ojos!
Quieren dividirnos. Se escandalizan porque se caen a pedazos sus monumentos a la violencia: bustos de militares genocidas, recintos de tortura, catedrales del dios macho y del dios dinero, los palacios que los ricos construyen para adormecernos con una interminable oferta de mercancías. Nos explotan y luego venden los productos de nuestro trabajo. Pero por mucha banca, luminaria pública, pan y circo con que el que quieran adornarlo, el mundo no ha dejado de ser una gran salitrera de la que la mayoría somos esclavos.
Saquearon los bosques, los ríos, los lagos y el mar con sus madereras, salmoneras y agroindustria. Contaminaron el desierto y lo volvieron un basural con sus mineras. Transformaron las ciudades en cámaras de gas y fábricas de cáncer. Exterminaron culturas ancestrales. Desaparecieron, mataron y aterrorizaron a cualquier poblador que quisiera cuestionarlos y acusar sus abusos. Pero nosotrxs no le tenemos miedo a ellos ni a su destrucción. Hemos construido todo lo que les pertenece y lo volveremos a construir a nuestra manera, de acuerdo a nuestras necesidades, deseos y en armonía con la madre tierra que nos sostiene. Después del fuego brotaremos como bosque nativo.
No importa cuánto plomo puedan descargar sobre nosotrxs. Desprendidos del dolor de la miseria cotidiana, nuestra energía estancada se vierte en pura creatividad y celebración. Aunque no hubiese garantía de una victoria final sobre la dictadura del dinero, esta ruptura es ya un placer. No hay retorno a la “pacífica coexistencia” de las mentiras reinantes.
“Divide y conquista” les aconsejó un policía a los ricos hace 500 años, y nunca lo han olvidado. Los sátrapas de turno se ven superados por todas partes. Hoy solo pueden recurrir al terrorismo, al montaje y la manipulación a través de sus conductos regulares: sus fuerzas armadas, sus medios de (in)comunicación, su teatro político.
¡Nos quieren dar lecciones sobre violencia! Dicen que “la violencia engendra violencia”, y no se equivocan. La vida es eterna en 5 minutos, sobre todo cuando se vive en la miseria. Pero hemos despertado. Y en respuesta a nuestro brote de vida el poder monta un espectáculo más: ya sea para erradicar campamentos, para construir los guetos donde nos tienen prisioneros, para apoderarse de un territorio o para aterrorizar a los que se levantan a luchar contra la inercia autodestructiva. Son los aferrados a esta civilización barbárica los que prenden fuego y destruyen sistemática y organizadamente para defender su pedazo de torta envenenada.
¡Nos quieren dar lecciones de ciudadanía! Afirman: “La decisión fácil hoy es usar la fuerza, la difícil, apostar por la Paz y el diálogo”. ¿De qué paz hablan? Vivíamos embriagados por la rabia frustrada de la guerra de todos contra todos: luchando por un puesto de trabajo o intentando llegar a fin de mes con el que teníamos, luchando por respirar en medio de nubes de polvo y ácido en las ciudades, luchando por conseguir un poco de agua en el campo. No era paz, era silencio: el buen ciudadano come y calla. Nos moríamos como vivíamos. Y ahora que levantamos la cabeza, que despertamos, ¡nos disparan en los ojos!
Quieren dividirnos. Se escandalizan porque se caen a pedazos sus monumentos a la violencia: bustos de militares genocidas, recintos de tortura, catedrales del dios macho y del dios dinero, los palacios que los ricos construyen para adormecernos con una interminable oferta de mercancías. Nos explotan y luego venden los productos de nuestro trabajo. Pero por mucha banca, luminaria pública, pan y circo con que el que quieran adornarlo, el mundo no ha dejado de ser una gran salitrera de la que la mayoría somos esclavos.
Saquearon los bosques, los ríos, los lagos y el mar con sus madereras, salmoneras y agroindustria. Contaminaron el desierto y lo volvieron un basural con sus mineras. Transformaron las ciudades en cámaras de gas y fábricas de cáncer. Exterminaron culturas ancestrales. Desaparecieron, mataron y aterrorizaron a cualquier poblador que quisiera cuestionarlos y acusar sus abusos. Pero nosotrxs no le tenemos miedo a ellos ni a su destrucción. Hemos construido todo lo que les pertenece y lo volveremos a construir a nuestra manera, de acuerdo a nuestras necesidades, deseos y en armonía con la madre tierra que nos sostiene. Después del fuego brotaremos como bosque nativo.
No importa cuánto plomo puedan descargar sobre nosotrxs. Desprendidos del dolor de la miseria cotidiana, nuestra energía estancada se vierte en pura creatividad y celebración. Aunque no hubiese garantía de una victoria final sobre la dictadura del dinero, esta ruptura es ya un placer. No hay retorno a la “pacífica coexistencia” de las mentiras reinantes.
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CARTA DE ACADÉMICOS DEL MUNDO A LA O.N.U. CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO EN CHILE
11 de noviembre de 2019
Estimados Secretario General y Alta Comisionada:
Estimados Secretario General y Alta Comisionada:
En las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de
múltiples, variadas y sistemáticas formas de violación de los Derechos Humanos
producidas por las policías chilenas hacia manifestantes de ese país que, en
las calles de sus ciudades, vienen exponiendo sus justas demandas de
democratización social y cambio político constitucional. En 23 días, desde el
17 de octubre, el Instituto de Derechos Humanos de ese país ha constatado 23
muertos, 5.629 personas detenidas, 2.009 heridos en hospitales por disparos de
bala, perdigones y otras armas, 198 personas con heridas oculares y 283
acciones judiciales en contra de carabineros, entre ellas, 192 por torturas y
tratos crueles y 52 por violencia sexual.
Particular estupor nos producen las recurrentes lesiones por
disparos a corta distancia realizados por agentes de la policía al rostro y a
los ojos de las y los manifestantes, con resultados de pérdida total o parcial
de su vista. Más de 180 personas, en su mayoría jóvenes, se encuentran hoy
mutiladas de su vista por disparos de la policía, y las víctimas crecen día a
día, en lo que ha sido calificado como “emergencia sanitaria” por el presidente
de la Sociedad Chilena de Oftalmología, y que se está convirtiendo en una
política de mutilación producida ex profeso por la policía chilena hacia los y
las jóvenes de su pueblo, quienes fueran los primeros en salir a las calles a
manifestarse. En el día de ayer, la Unidad de Trauma Ocular del principal
Hospital público que atiende estas afecciones, ha señalado que los carabineros
chilenos están disparando balines a una distancia inferior a 10 metros y
dirigidos a la zona de la cabeza, esos balines así disparados pueden tener
consecuencias no solo en la vista sino también cerebrales. Ayer mismo, el
estudiante Gustavo Gatica Villarroel, recibió impactos de proyectiles
policiales en sus dos ojos.
Ninguno de los protocolos de la policía chilena la autoriza
a disparar a tan pocos metros y a la cara de los manifestantes. La policía
chilena está actuando hoy fuera de la ley y el Gobierno de Sebastián Piñera y
su ministro del interior, Gonzalo Blumel, deben hacerse responsables de frenar
esta escalada de crímenes y violencia policial que ya cobra carácter de
Terrorismo de Estado.
Como intelectuales y académicos de distintas partes del
mundo, seguimos con mucha atención el actual proceso constituyente chileno, de
movilización de amplísimos sectores de la población de ese país por demandas
justas de igualdad, justicia y democracia, y nos vemos en la responsabilidad de
no dejar de denunciar y aportar a frenar de una vez esta violencia estatal
hacia el pueblo chileno. Si esto se deja pasar estaríamos forjando, además, un
muy mal precedente histórico para los pueblos de diversas partes de la tierra
que se expresan por sus derechos.
Les solicitamos respetuosamente, en su calidad de máximos
representantes de Naciones Unidas, tengan a bien solicitar a las instituciones
del Estado chileno, Gobierno, Congreso y Poder Judicial frenar esta grave
política de violación de los derechos humanos de un pueblo que legítimamente se
expresa de manera política por la mejora de sus condiciones de vida.
Atentamente,
Desde fuera de Chile, 700 Académicos, Académicas e
Intelectuales
Etiquetas: 2019 fin del mundo tal cual lo conocemos, anarquia, comunismo, derechohumanistas, tercer asalto proletario contra la sociedad de clases, violencia y control
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