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viernes, diciembre 13, 2019

13.12: A.C.A.B. internacional day 


A.C.A.B.



Tal vez la sigla más presente en las calles de Chile hoy, me ha sorprendido un poco que casi nadie sepa de donde proviene.

All coppers are bastards…

“Todos los pacos son bastardos” -que no es exactamente lo mismo que “hijos de puta” pero por ahí va- es una sigla popularizada desde que la banda de Oi! 4-Skins lanzara la canción “A.C.A.B" en su álbum de 1982 “El bueno, el malo y los 4-Skins”. El oi! es la variedad de punk callejero disfrutada sobre todo por los skinheads de fines de los 70 y los 80. Los 4-Skins (juego de palabras que mezcla 4 skinheads –los miembros de la banda- con los escrotos: foreskin), como muchas otras bandas de ese subgénero (Last Resort, Blitz, Business, Combat 84) bordeaban peligrosamente la línea del fascismo, a veces más por sus seguidores que por ellos mismos, pero la ambigüedad política del oi! siempre ha sido evidente.

En fin: este cuarteto británico logró meter en una canción de poco más de minuto y medio el odio lumpen/prole contra los pacos, de manera magistral (el oi! suele ser bastante simple y eficaz).

Por si no quieren escucharla en la versión original, hay también una de los Oppressed, banda skin pero notoriamente antifascista y antirracista.

La expresión ACAB sería en todo caso mucho más antigua que eso. Según informa Wikipedia: “Eric Partrige en su libro “Dictionary of Catch Phrases” estima que las primeras apariciones datan de 1920, siendo usado en la jerga de delincuentes, pero no fue hasta el año 1977 cuando un periodista de un periódico local de Newcastle (Reino Unido), después de una visita a la cárcel local, mencionó en un artículo que dicho término se encontraba en las paredes de las celdas”.

Lo más interesante el día de hoy, 13 de diciembre, es esto: “el número 1312 se utiliza como sinónimo de A.C.A.B. el cual resulta de la sustitución de las letras por el número que ocupan en el abecedario, siendo utilizado este término en ocasiones con el fin de utilizarlo visiblemente con cierta impunidad, al ser este término ligeramente menos conocido.

El día 13 de diciembre se considera el día “A.C.A.B.”, y todos los años se pueden ver en las redes sociales (como Twitter y Facebook) o incluso en carteles y pegatinas en las ciudades multitud de mensajes con dicho término”.

Ayer le pegaron a un paco entre varios proles juveniles de 1ra línea. La indignación de Rozas y Ubilla es tal, que resulta ofensiva. No se vió la misma indignación para informar ni menos condenar el apaleo masivo que le dieron a Alex Nuñez en Maipú los primeros días de la insurrección, que la causaron la muerte, por dar un solo ejemplo. Y lo más grotesco es que según estos genocidas no se explican el por qué alguien podría llegar a hacer  algo así…¿En verdad que no lo saben? ¿Qué harías tú si a tu amigo, hijo o hermano los pacos les sacaran los ojos a perdigonazos?

Veamos lo que dice emol hoy:

“El incidente en cuestión ocurrió en la intersección de las calles Irene Morales con Merced, cuando encapuchados atacaron por sorpresa a una sección completa de carabineros de la Escuela de Suboficiales. Fue ahí cuando Matamala quedó desprotegido y recibió diversas agresiones de parte de los manifestantes”.

O sea:
-no fue un “cobarde ataque” de varios contra uno, sino que
-los “valientes” compañeros de armas del pobre desgraciado lo dejaron tirado, solo, ergo, arrancaron.

Otra cosa digna de resaltar es que el OS-9 de los pacos "encontré" de inmediato a algunos atacantes y los detuvo.  Mientras tanto, aún no se sabe quien dejó ciegos a Gustavo Gatica y Fabiola Campillay...

En otro frente, dado que ya han usado granadas de aturdimiento y amenazan con amas acústicas, aparentemente algunxs proles juveniles estarían dándoles a priori de probar de su propia medicina:

"Tenemos otro funcionario que recibió el estallido de un fuego artificial y en estos momentos se está viendo. Tiene un trauma acústico con pérdida casi total de la audición", manifestó.

(Fuente: Emol.com - https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/12/12/970278/Carabineros-brutal-agresion-funcionario-Plaza.html)



Siguiendo esa misma idea, el sonido como arma, el otro día un grupo de entusiastas trataron de atacar a las Fuerzas Especiales escondidas bajo el metro con ruido de bronces (2 saxos tenores, 2 saxos altos, y 1 trompeta). He aquí un breve registro para que se hagan una idea y ojalá la práctica cunda por el territorio.

La periodista Mónica González acaba de responder una antipática carta que le envió el Alto Mando de Carabineros. Les dejo la primera parte, muy notable, y recomiendo leerla entera en CIPER Chile.

“Santiago, 11 de diciembre de 2019
Señor Mario Rozas
General Director de Carabineros:

Me dirijo directamente a usted en relación con la carta que en su representación le envió al director de CIPER, Pedro Ramírez, la persona individualizada como Jorge Parra Aguilar, de la “Defensoría Jurídica del Personal (J.2.) de Carabineros de Chile”.  En ella se intenta desmentir los hechos que aparecen consignados en el artículo “Furia desatada en Carabineros: sin control y sin piloto”, publicado por CIPER  el 12 de noviembre pasado y del que soy la autora, acusándome de “falta de rigurosidad periodística” y de hacer imputaciones “sin fundamento alguno”.

Al respecto, quisiera punto por punto mostrarle a usted que ninguno de los hechos que en el citado artículo se mencionan carece de sustento. Y que, releído con atención hoy, a la luz de los hechos de público conocimiento -y de otros que yo misma he continuado recabando desde el 12 de noviembre-, debo afirmar que la ausencia de respeto al mando que usted ejerce sobre los 60 mil hombres que componen su institución, constituye un problema mucho más grave que hace un mes para la seguridad del país y la integridad física de los ciudadanos que lo habitan.

La afirmación que vengo a sostener se sustenta en varios hechos que paso a consignar:

1-. En el informe entregado el 26 de noviembre por la ONG internacional Human Rights Watch, tras dos semanas de trabajo en terreno en el país, junto con denunciar que “Chile enfrenta una situación de extrema gravedad en el orden público”, y que los efectivos de Carabineros que son los encargados de restaurar el orden público cometen en el desempeño de esta función, “graves violaciones a los derechos humanos”, se recomienda -y con urgencia- una profunda reforma a Carabineros.

El director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, concluyó sobre el contenido de ese informe que en Carabineros existe “una cultura de abusos sin que haya ninguna consecuencia”. Y dio ejemplos: “uso indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios, abusos contra personas detenidas y sistemas de control interno deficientes, facilitaron que se produjeran graves violaciones de los derechos de muchos chilenos”.

Y respecto de la responsabilidad del general director de Carabineros en estos hechos, aludiendo directamente a su responsabilidad, José Miguel Vivanco afirmó:
“No es posible que la máxima autoridad de Carabineros no conozca, no sepa, cuál es la composición material de los perdigones. Me parece que es elemental de cualquier fuerza pública en el mundo que por lo menos conozca con mayor precisión no solo las consecuencias que tenga el uso de estas escopetas (antidisturbios), sino la composición y las reglas del juego para usarlas”.

No solo a José Miguel Vivanco le pareció impresentable su primera declaración pública al respecto, en la que desmintió el estudio de la Universidad de Chile que indica que los perdigones que dispara en las manifestaciones el personal bajo su mando contienen plomo, entre otros componentes que provocan daño importante en las personas, y que incluso puede ser letal; para luego tener que reconocerlo y deslindar responsabilidad en el proveedor de los perdigones, diciendo que usted desconocía su composición.

Esa actitud habla por sí sola del desconocimiento que tiene de protocolos, procedimientos y adquisiciones en áreas clave de una institución que debe garantizar el orden público y la seguridad de los habitantes de este país. Sus dos declaraciones fueron escuchadas por los cientos de miles de personas que en estos 54 días han comprobado personalmente, o a través de los testimonios de sus familiares y amigos, la violencia sin control que despliegan sus hombres contra quienes se manifiestan en forma pacífica, en contraste con la inacción que se percibe frente a grupos organizados de delincuentes o del narcotráfico.

Su actitud fue leída por muchos como la vía para endosar la responsabilidad por las más de 1.550 personas que han sido heridas y atendidas en hospitales a causa de la violación de los protocolos del uso de estas armas antidisturbios. Una actitud muy poco digna de la investidura que aún lleva.

El mismo día que se conoció el informe de Human Rights Watch, el gobierno informó -a través de su ministro del Interior- que le había solicitado al general director de Carabineros -es decir, a usted- un informe que debía ser entregado en el plazo de una semana. Y lo hizo. En ese informe de 36 páginas, usted intentó refutar los graves hechos que consigna el documento de Human Rights Watch.

Se cuestionan las cifras, específicamente la de la cuantía de heridos entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre, que en esos días llegaba a 11.564 personas, de los cuales “más de 1.100 presentaban lesiones moderadas o graves” y “al menos 1.051 personas resultaron heridas por impacto de perdigones”. Para Carabineros, en el informe refrendado por usted, sus registros indicaban un total de 1.195 civiles lesionado hasta el 2 de diciembre, de los cuales solo 376 presentaban heridas de perdigones “cuya autoría aún no se encuentra determinada por los órganos persecutores”. También refutaron las cifras de abusos sexuales.

Sobre este último punto, en el informe de Carabineros que usted firmó, se lee: “Agrega el informe HRW (Human Rights Watch), la existencia de 74 casos relacionados con abusos sexuales en que los detenidos fueron obligados a desvestirse y hacer ‘sentadillas’ en las comisarías, sin que existan elementos de convicción que permitan sostener la efectividad de esos relatos”. Y agregó: “Por lo demás, varios de ellos han podido desvirtuarse en sede administrativa con la sola exhibición de cámaras de televigilancia existente en los cuarteles”.

Es decir, usted no reconoce ni una sola “sentadilla” en total desnudez a las que han sido obligadas menores en sus retenes, ni una sola tocación violenta en los genitales de detenidos hombres y mujeres y ni una sola violación. Y ello, a pesar de que, tal como le refutó José Miguel Vivanco el 5 de diciembre, las querellas por abusos sexuales desde el 18 de octubre llegaban en esos días a 74, las que incluyen testimonios estremecedores. No hubo ni una sola información sobre sumarios en curso. José Miguel Vivanco lo dejó en silencio. Y se entiende.

Después del informe de Human Rights Watch vino el segundo pronunciamiento sobre el uso excesivo de la fuerza policial que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde que se iniciara el estallido social el 18 de octubre pasado. En él se expresa la preocupación por el alto número de denuncias de violaciones a los derechos humanos, las que presentan un patrón de conductas de violencia en contra de manifestantes que se repiten. Junto con llamar al gobierno al “cese inmediato del uso desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del Estado”, el organismo de la OEA expresó su alarma por el alto número de acciones judiciales por abusos sexuales contra menores que se manifestaban. Usted, señor general director, guardó silencio.

También guardó silencio cuando pese a la orden que emanó del gobierno prohibiéndole al personal bajo su mando disparar perdigones, debido al alto número de heridos que habían dejado esas armas antidisturbios en el país, se siguieron registrando heridos por la misma causa. Cientos de imágenes captadas por equipos de documentalistas que recorren el país registrando cada manifestación, muestran cómo sus hombres desobedecieron las órdenes de las autoridades. Y también se aprecia como efectivos policiales bajo su mando continuaron disparando bombas lacrimógenas directo al cuerpo y a corta distancia contra personas que manifestaban de forma pacífica.

El 6 de diciembre pasado el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), cuyas cifras se han constituido en el registro de la verdad sobre la vulneración de derechos en Chile desde el 18 de octubre, ya que su sustento son las cifras oficiales que sus funcionarios recogen en hospitales y comisarías en todo el país, entregó su último recuento:

Personas heridas y atendidas en hospitales: 3.449, de las cuales 254 corresponde a niños, niñas y adolescentes.
Heridos por lesión ocular: 352.
Heridos por disparos: 1.983, de los cuales 1.554 corresponden a perdigones, 180 a balines y 51 heridos por bala.
Denuncias por Tortura: 405
Denuncias por violencia sexual: 192.

El balance del INDH fue un duro golpe. Si a esa cifra se le suman las al menos 26 víctimas fatales que se registran desde el 18 de octubre, la dimensión de las violaciones a los derechos humanos cometidas principalmente por efectivos policiales bajo su mando adquiere una dimensión inédita en estos 30 años desde la recuperación de la democracia.
Pero eso no fue todo. Al finalizar la tarde del pasado 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, cuando miles de chilenos se reunieron pacíficamente a denunciar la violación de los Derechos Humanos que tiene lugar en estos días en Chile, sus hombres volvieron a violar los protocolos dejando en el centro de Santiago a 14 personas heridas por el impacto de bombas lacrimógenas, dos de ellas -una menor de 15 años y un hombre de 35 años- con riesgo vital al haber recibido el impacto directo en la cabeza.

Esa noche, el director del INDH, Sergio Micco, después de constatar el estado de salud de los heridos y la violación de los protocolos por parte de los efectivos policiales sin que nadie responda por ello, afirmó: “Exigimos que se cumplan los protocolos. Es público y notorio que estas situaciones siguen sucediendo, el dolor y el miedo se expanden y esto le hace más daño a la sociedad chilena. Hay cientos de testimonios que indican que esto sigue ocurriendo (disparo al cuerpo)”.

Horas antes se había reunido la comisión constituida por el gobierno para diseñar la reforma de Carabineros, la que ya no habló de “modernización”, sino que se sumergió en la “reestructuración urgente” de la institución debido a la gravedad y dimensión de las reiteradas violaciones a los derechos humanos provocados por efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros. Y se dio un plazo de 50 días para ello. Usted nuevamente guardó silencio. En los precisos momentos en que se está ejecutando una reingeniería profunda a su institución por las graves violaciones y delitos cometidos, el hombre que está al mando guarda absoluto silencio. Y sigue en su puesto.

El mismo silencio que usted mantuvo -aunque parezca increíble- cuando en la tarde de ayer miércoles 11 de diciembre el Senado aprobó la acusación constitucional en contra de quien fuera ministro del Interior hasta el 28 de noviembre, Andrés Chadwick. Y el fundamento de esa condena política es la responsabilidad que ese ministro tiene al no haber sido capaz de parar los graves abusos que han cometidos los efectivos policiales bajo su mando.

Lo hasta aquí relatado y ocurrido en estos 54 días transcurridos desde que el 18 de octubre se iniciara el estallido social protagonizado por millones de chilenos en las calles de distintas ciudades del país, indica que su permanencia y su actitud a la cabeza de Carabineros se ha constituido en la constatación de que en Chile se violan los derechos humanos en democracia, y sin costos para sus autores. Esta suerte de impunidad representa un problema grave no solo por la violencia ejercida sobre más de tres mil ciudadanos, sino por los juicios que mantendrán ocupado al Estado de Chile en los años que vienen. En esto, ya no hay vuelta atrás”.

Así que ya saben: que tengan un muy feliz 13 de diciembre, y no se olvide a de apoyar a lxs prsxs de la revuelta (van más de 2000, mientras a los pacos asesinos solo los llaman a retiro).



-Disturbio Menor en La Calera (vea la interpretación de “Armado y sin cerebro” con nuevo coro inicial: Uno tres!! Uno dos!!!).

-Manual de Combate, Aparcoa (single diciembre 2019).

-Mini Documental: El psicópata de la escopeta, sobre el gatillo fácil de Carabineros.


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